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Cap 6: El regreso

En fin, todos acordaron olvidar que le vieron el pitote de José que está más rica que la de John Cena quien la tiene chiquita, aunque algunos no lo hicieron.

Los días gloriosos del campamento habían terminado. Una vez despertando en el cuarto día, despiertan y comienzan a empacar las cosas. Unos andaban con mucho sueño y otros con las pilas puestas. Cristóbal empieza a empacar con un poco de dificultad, estando José María ayudándolo.

José: A ver, déjame ayudarte.

José le ayuda a empacar como el ser que tiene que cuidar de los demás, no podía dejarlo solo.

Mientras estaban los alumnos y José jugando, los maestros andaban en sus pendejadas al estilo CiproShow en la tercera cabaña.

Danna: Bueno, ya supieron que en junio iré de viaje, va a ser fenomenal.

Samantha: Ay, ya va a empezar a ladrar como siempre....

Danna: ¿Qué dijiste, perrota? 👁👄👁 -pregunta la perra al escuchar lo que Samantha había dicho.

Samantha: Emm... Nada.

Danna: ¿Acaso sigues enojada porque te quité el marido, no es así?

Marcos: Ay, ahí vamos otra vez....

Samantha: No ¿Qué más da? Yo no tengo nada en contra de una roba maridos y una cualquiera que anda como zorra por toda España.

Danna: Vamos, no me engañas; sé que estás enojada conmigo porque te quité a este machazo, del cual ya quisieras gozar de las maravillas que hace. -dice mientras le toca todo el pecho debajo de la camisa a Marcos-

Samantha: Nah, yo ya no quiero a un lujurioso que no aprecia el amor de una mujer de verdad, no como una que es una zorra o una perra que anda calentando a todo pendejo que se les cruza por sus tetas.

Danna: Sí, ya sé, soy bien perra 👁👄👁👌

Samantha: Además, hay muchos hombres para tener al lado. Aunque yo nunca ocupé ningún hombre al lado para estar como una zorra come chorizo, lechita y huevos, puedo vivir sin Marcos.

Danna: Así decís todas, pero luego ya andais como conejas siendo las pelanas que está pendiente de un hombre.

Samantha: Pues no soy como esas pendejas como tú que andan de calientes, yo soy una mujer desente y limpia. Quédate con él y que gozalo con esas tetas llenas de cirugías.

En fin, comienzan su regreso a España estando en el avión y después de un rato enorme, logran regresar y ahí ya era de tarde. Una vez de vuelta, José, Cristóbal y el niño se van al departamento. Ah, sería un bendito alivio volver a casa.

José: Ah~ es bueno estar en casa, ¿les gustó el viaje, chicos?

Cristóbal: Sí

Sam: Sí.

José: Jeje me alegro que les haya gustado.

Después de cinco minutos, José y el niño habían regresado a casa. Para cuándo llegaron, su madre ya andaba riñando al hermano en su cuarto.

M. de José: Escucha, Allan, ¿por qué le dijiste a tu abuela que se te murieron tus tías? Aunque esté decrépita, machacosa y los del museo le andén persiguiendo es tu abuela y va a vivir.

H: No es cierto, c va a morir.

M de José: Presta pa' ca y respeta a tu abuela, que va a vivir; no te soporto crío -decía mientras le quita el celular-.

H: Pues San Google dice que morirá.

M de José: Yo no sé quién es ese señor, yo no sé por qué te juntas con señores. Vete a cagar y luego a merendar.

José: Hemos llegado.

M de José: Qué bien ¿Cómo os fue?

José: Bien... Nos fue fantástico (^^).

José María va a su cuarto y estando ahí empieza a desempacar, junto con la ropa del niño. Una vez desempacando, se acuesta en cama un rato.

José: Ahora mi rey, duerme un rato

El niño se acuesta al lado de él y ambos se quedaron muy dormidos hasta que ya se hizo de noche. Al despertar, José se pone su pijama para volver a dormir más tarde. Y baja a cenar con el niño. Y había llegado la abuela materna de José a mimir con ellos, ya que se quedaría un tiempo con ellos.

En eso había llegado a un señor vestido de policía a su casa. Llama a la puerta y la perra, ejem jem, digo la madre de José la atiende.

Policía: Buenas noches, señora.

M: Buenas ¿Qué se le ofrece?

Policía: Vine a decirle que le quite el teléfono a su hijo señora. Siempre me está molestando; anoche me escribió por massenger "tu mamá es tan gorda, tan gorda, que ni Dora la exploradora la pudo explorar". Eso no se vale, señora. Y después él no se aguanta.

M. de José: A weno, no se preocupe. Lamento las molestias.

La madre de José cierra la puerta una vez que el oficial se va del hogar. Entonces esta le quita el celular.

M de José: Primero me acusas con la policía de que trafico droga, luego secuestras a tu abuelo y ¿Ahora acosas al policía? De verdad que eres un coñazo.

Esta le quita el celular, pero el pendejo de Allan se le encima como llorona con tal de que tener su celular de vuelta y la pobre de su abuela le intenta quitárselo de encima

Allan: No, dame mi celular, no me lo quites.

Alicia: Ya, NO TE LO VOY A DAR, QUÍTATE PRRO.

Abuela: Te voy a madrear...

Bla bla, bla bla entre ellos y José estaba viendo la tele con el niño quien lo abrazaba del brazo derecho. Estaban viendo Barny.

Al día siguiente...

Toda la familia estaba ya levantada y comienzan la abuela y la madre a comer solo ellas por el momento.

M. de José: Ay, mamá, qué buena pelea tuvimos anoche. Ganamos dos round contra uno. ¿No tienes hambre, mamá?

Abuela: Ni mergas, hija.

M de José: ¿Por qué andas de payasa, mamá? Come los huevos de murciélago.

Abuela: Nada te costaba madrear a Allan para que no hiciese esos berrinches, pero como tú eres una estúpida te coge de su puerquito.

M. de José: Ay, mamá, ¿Qué debo hacer entonces?

Abuela: Yo que tú le partiese el hocico y lo metiese a un costal para luego tirarle en un río, y que fuese a parar al río Amazonas. Luego nos hacemos las payasas y nos vamos a la isla de Hawaii o Haití.

José sale de casa y otra vez con el niño junto a él, aunque a él no le parecía malo porque aún quería mucho al niño. No sin antes de ser ordenado ir al supermercado a comprar. Caminaba hasta llegar al parque en donde se encuentran a Cristóbal, quien estaba comiendo un helado.

José: Ey, Cristóbal, qué milagro volver a verte.

Cristóbal: Sí.

José: ¿Te gustó el campamento?

Cristóbal: Sí, y mucho.

Sam: Perro, quiero un helado.

José: ¿Quieres un helado? Vale ¿De qué lo quieres?

Sam: Lo quiero de mierda, digo de chocolate.

José: Oye no digas groserías.

Sam: Vale.

José le compra un helado de chocolate, para luego sentarse en la banca con José y el niño se sienta del lado derecho del lobo gris violeta.

José: Por cierto ¿Ya te has decidido, Cris?

Cristóbal: Aún no... Mmm... Ya sé, ser mi esclavo hasta que llegue año nuevo.

José: ¿Eh...?

Cristóbal: No, mejor no. Mmm.... Ser mi sirviente hasta el año siguiente.

José: Va, eso suena bien, amo. Jejeje (^^).

Cristóbal: Qué bien, tengo sirviente. :)

José: ¿En la escuela o en tu casa?

Cristóbal: Mmm... En la escuela.

José: Bien....

Cristóbal: ¿Gustas hacer algo?

José: ¿Cómo qué?

Cristóbal: No lo sé, dímelo tú.

José: No, pues... Mmm... Ah, ya sé, ¿Qué tal si vamos a un super mercado?

Cristóbal: Me parece bien...

José lleva a Cristóbal, junto con el niño, a un super mercado de la ciudad, precisamente al que se llama “Mercadonia”.

Cristóbal: ¿Qué vamos hacer aquí?

José: Es para que veas más de la Donastia. Pero, si quieres, podemos comprar lo que tú quieras.

Cristóbal: Vale.

Los tres paseaban por el mercado, hasta llegar a un pasillo.

José toma una bolsa grande de arroz, pan Bimbo, unas azucaritas, una bolsa grande de chocolates Carlos V, un pescado, coliflor, un pollo amarillo, huevos y todo lo que su puta madre le había encargado traer. También se compra pan integral (8 para ser exactos), leche, chocomilk, unas sabritas, galletas chokis y lápices.

Una vez terminado de comprar todo eso, se va a la caja registradora. Termina de hacer las compras.

José: A ver, Cristóbal, ayúdame porfis.

Cristóbal le ayuda a José con las bolsas que pesan más que tu abuela, y entonces Cristóbal conoce la mierda de casa que tiene. Cuando llegan a casa, ponen las bolsas en la mesa, desempacan todo y ponen las cosas en su lugar.

Cristóbal toma asiento en el sofá y nota la presencia del pendejo de Allan Poe al lado.

Cristóbal: Hola - le dice al hermano-

Allan: Hola ¿Qué tal?

Cristóbal: Bien, aquí con el idiota de tu hermano :v

Allan: a.

Cristóbal: ¿Cómo te llamas?

Allan: Allan.

Cristóbal: Yo soy Cristóbal.

Allan: Un gusto.

Mientras tanto, en la ciudad, había escapado un lobo furro el cual era mitad fursona y mitad demonio; este había escapado de un laboratorio, el cual nunca lograron atrapar. Parecía un lindo cachorro, pero en verdad era terrible.

Noticiero: Se dice que se ha escapado un monstruo del laboratorio, es mitad furro y mitad demonio. Hay que tener cuidado con él.

M. de José: Vaya... ¿Un monstruo, eh? Menuda tragedia.

P. de José: Supongo que deberíamos tener mucho cuidado, ya que capaz que nos sale y nos mata.

Ya en la tarde, José había salido por el correo de buzón, viendo que le había llegado una carta de Dávila, su pareja. Al ver la carta, José la guarda consigo a escondidas de sus padres y, sobre todo, del pendejo de su hermano.

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Querido José, quiero decirte que finalmente podré llegar a España. No pude ir allá por la crisis de Maduro en Venezuela; llegaré mañana por la noche, vuestra noche;

Atte. Dávila
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Al leer eso José se alegra un chingo, estando feliz porque finalmente, después de dos años, podrá ver a José Dávila.

José: Jaja al fin, después de tanto tiempo, volveré a ver a Dávila (^^).

Sam: ¿Qué es eso?

José: ¿Esto? Pues la carta de mi mejor amigo.

Sam: ¿Cómo se llama?

José: Mmmm... Te lo diré más tarde.

Sam: Ah, weno.

Mientras tanto, en la sala...

Abuela: Nos que nos falta, ahora resulta que hay un furro del demonio para chingar más al mundo de lo que ya está, pinchis chinos.

M. de José: Qué mal; ya estamos reperdidos...

En eso el pendejo de José junto con el chamaco se suman en la sala, viendo lo que estaban pasando en la tele.

Sam: Wow, un furro mágico.

Abuela: No es un furro mágico, es un furro satánico.

P. de José: Entonces tenemos que tener precaución cuando salgamos a la calle.

Días más tarde...

Los padres y la abuela de José se van de viaje, estando precisamente en Reino Unido ya que la abuela había tenido complicaciones en el corazón, y no podrían hacerle operaciones en España por motivos de mierda. Deciden dejar a José a cargo del niño, quien se encontraba viendo Mujer, casos de la vida real.

Ya estando solos, José empieza a ordenar su mierdero en el cuarto. Posteriormente, este se mete a darse un baño con agua fría por 4 minutos. Pasados esos minutos, se sale de la tina, se seca y sale del baño estando desnudo, olvidando que estaba el niño, el cual se le había terminado el programa y, mientras pasaba por el pasillo, este se topa con el perro desnudo.

Sam: Oh, linda verguita.

José: ¿Um? -se mira hacia abajo- Ah, jajaja -sonroja-. Bueno ya me la viste, así que no te lo podría ocultar (^///^).

Mientras tanto, con Cristóbal, ahora sí...

Cristóbal estaba en la sala del departamento viendo Wattpad y Discord, roleando con una persona en Wattpad y en Discord escribiendo puras pendejadas. Obviamente sus padres no estaban en casa, aprovechando la soledad para volver a la calle.

Cristóbal: -suspirar- Ahora extraño el campamento.

Cristóbal sale a la calle de San Sebastián, estando con el suéter como de costumbre. Este estaba caminando hasta que llega al puerto, poniéndose a mirar al frente el mar.

No se sabía por qué, pero de pronto pensó en José María; al pensar en él, sentía que, poco a poco, un sentimiento desconocido de felicidad se establecía en su corazón. Un sentimiento que al pensar en alguien te alegra, que luego te hace suspirar, aunque no era enamoramiento del todo. Siendo así, tuvo ganas de su compañía, pero luego pensó que ya era suficiente de su compañía para volverlo a tener.

Cristóbal, entonces, sigue en su camino. Camina hasta llegar al campo por donde estuvo con él, estuvo ahí solo hasta que, al llegar a un manantial, se encuentra con una mujer humana sentada en la orilla. Era una mujer rubia de pelo largo, la cual iba desnuda con unos atributos geniales y sus piernas eran de un pato. Esta se encontraba peinandose el pelo con un peine de oro. Si eres vasco, asturiano, leonense o de otra parte de España, de seguro has de saber quién es.

Cristóbal se le queda viendo; esta se percata de la presencia de este, pero solo se queda donde mismo, y entonces Cristóbal se le acerca un poco.

Cristóbal: Hola

Lamiak: Hola.

Cristóbal: ¿Qué haces aquí sola?

Lamiak: Pues... Vengo aquí para disfrutar del día ¿Y tú?

Cristóbal: Estoy de paseando, ya que son vacaciones.

Lamiak: Qué bien...

Cristóbal: ¿Cómo te llamas?

Lamiak: Mi nombre es Mari. ¿Y tú?

Cristóbal: Cristóbal.

Mari: Lindo nombre.

Cristóbal y Mari se quedan platicando por un rato, hasta que de pronto se hace tarde. Al ser hora de irse, Cristóbal se despide de Mari. Ahora este se encontraba en el pueblo, caminando por la calle hasta encontrarse con José y el niño, de nuevo.

José: ¡Eh! ¿Qué tal?

Cristóbal: Bien ¿y tú?

José: Bien, aquí saliendo de la universidad, por fin.

Cristóbal: Pues yo estaba en el campo. Adivina qué, pasaba por manantial y ahí ví una chica de pelo rubio y tenía patas de pato.

José: ¿Patas de pato...?

Cristóbal: Sí, y se llama Mari. Es una chica genial, platiqué con ella hasta esta tarde. Algún día te llevaré ahí para que la conozcas.

José: Vale.

Cristóbal caminaba por la calle acompañado de José, quien lo abraza y Cristóbal se siente bien, muy bien, como si este fuera su papá... Por mientras iban hablando.

Cristóbal: Oye y... ¿Tienes novio?

José: Claro que sí, se llama José Dávila y es Sudaka al igual que tú. Es de Venezuela. ¿Por qué?

Cristóbal: - celos en silencio - Nomás; es por charlar.

José: ¿Acaso te gusto? Jeje

Cristóbal: Claro que no, eres adulto y yo soy un adolescente todavía.

José: Nah, es broma tío.

Cristóbal: Okey. ¿Sabes algo? Creo que ahora extraño estar en el campamento, fue divertido.

José: Sí, lo sé. No te preocupes, acabo que cada año hacemos campamento en meses como este.

Cristóbal: (A lo mejor no podré tener algo más allá con él, como siempre uno enamorándose del que es imposible...) Bueno, debo irme a casa ya que se está haciendo noche.

Sam: Uff, pues si aquí en España la noche es está de la verga, es una eternidad.

José: Cuida esa boca, niño.

Sam: Vale.

José: Te acompañaré, ya que le prometí a tu papá que te cuidaría.

Cristóbal: Está bien. Por cierto, hay que tener cuidado ya que hay un monstruo suelto por aquí.

José: ¿Tú también sabes lo del monstruo?

Cristóbal: Claro, San Google lo dice.

José: a.

Al fin llegan al departamento, Cristóbal se mete no sin antes darle las gracias. José entonces se va con el niño en abrazos.

José: Venga, vámonos mi vida. Te compraré donas de chocolate.

Sam: Vale.

Estos se van y se compran una caja de donas de chocolate. No eran donas cualquiera, sino que eran chicas, cuya cubierta era café fuerte y su tacto era distinto. Al llegar a casa, comienzan comienzan a cenar y luego se empiezan a comer las donas.

Hasta aquí el capítulo, pinches furros. Nos vemos ✌️.

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