Cap 54: Cristóbal y la Chuca
Pasa el tiempo y ya ambos protagonistas estaban recuperándose, sus heridas, pese a que fueron provocadas por un espíritu, sanaron por un alivio. Así fue que se sintieron más a gusto, por momento, tanto así que siguieron su vida como si nada. Un sábado, cuando ya empezó la primavera, estos se volvieron a ver muy seguido, salían a pasear por toda San Sebastián, iban a comer y su amor fue creciendo aún más; hasta el feo le mandó al guapo un poema en forma de carta.
Te escribo esta carta con manos sedientas complaciendo a mi alma que desgrana uno a uno los pétalos de la flor de nuestro amor divino que era nuestro y, que en tu ausencia, profaga.
En las noches solitaria me pregunto: ¿Dónde está el ardor que salpicaba nuestra cama? ¿Qué embrujos se clavo como una diáspora en tu corazón desprevenido, alzando el vuelo que de mí, ese amor escapa?
No sé si leerás esto, lo echaré al buzón de otro mundo perdido, que vaga sin rumbo a otros universos.
Pero que nadie se entere ni dioses, ni ángeles, que muero de apoco por no tenerte conmigo.
Un poema muy ridículo, pero ñe. En fin, ni se imaginan el amor que Cristóbal le tenía al José María; su amor hacia él era inmenso, tanto que siempre quería que estuviera para él, hasta por eso le dolía tanto al estar sin su ausencia demasiado tiempo.
Ni se imaginan el amor que Cristóbal le tenía al José María; su amor hacia él era inmenso, tanto que siempre quería que estuviera para él, hasta por eso le dolía tanto al estar sin su ausencia demasiado tiempo. Cierto día, el pendejito decidió ir a visitarlo, mientras que estaba muy ansioso, y al llegar se emocionó tanto que parecía que se estaba orinando: las "hormonas de la felicidad" habían despertado. Este llama a la puerta, y, en lugar de José María, el chico fue atender a la puerta.
Sam: ¿Otra vez tú, imbécil?
Andrés: Ey, niño, comportate - sale atender-. Disculpa jeje. Hola, Cris, es un gusto volverte a ver.
Cristóbal: Andrés… pienso lo mismo. ¿Está José María?
Andrés: No, ha salido a la escuela para estudiar. ¿Lo buscas, verdad?
Cristóbal: Sí porque no me puedo aguantar estar sin su ausencia jeje.
Andrés: Entiendo, pero pasa.
Cristóbal pasa a dentro de la casa y toma asiento...
Andrés: ¿Qué tal estás?
Cristóbal: Bien ¿y tú? ¿Cómo vas con tu hija?
Andrés: Bien, ya irá a cumplir su primer año :3
Cristóbal: Qué bien, amigo.
Unos 6 minutos después, José María había llegado a casa, llegando con unas bolsas de compras los cuales estaban muy pesadas, a parte de iba saliendo de la universidad, vistiendo su suéter negro y el pantalón de mezclilla.
Cristóbal: Déjame ayudarte -toma dos bolsas de 4-.
José: Gracias, cariño. ¿Qué haciendo por aquí?
Cristóbal: Pues visitándote, cariño.
José: Jeje si que no puedes estar sin mí.
Sam: Tan bien que estábamos 7-7
José: -mira al chico- Este celostín... Vale, hoy pediré algo para comer ¿qué queréis?
Sam: Comida...
Cristóbal: Pizza.
Sam: ¿Carne asada?
Alex: Yo quiero Paella...
Sam: Puro arroz es eso.
José: Comamos sushi.
Sam: Sí y que sea empanizado.
José: Vale.
Cristóbal: Okey.
Estos se ponen a pedir un sushi mar y tierra, esperaron a que llegara el sushi, llega el sushi y luego se ponen a comer. Aunque el Cristóbal no quería mucho, pues comer sushi en una casa que fuera la suya, más por el olor del ambiente, no le gustaba, sintiendo asco por ello.
José: ¿Por qué no comes, Cris?
Cristóbal: Emmm… ya voy.
José: Si no quieres está bien.
Cristóbal: No, sí quiero -empieza a comer-.
Terminan de comer sushi, y se ponen a reposar un rato. Por ello, José María decidió tomar una siesta, mientras que su celostín estaba en la sala viendo televisión un rato y Cristóbal estaba viendo su celular. Terminada un rato, José María se pone bañarse, viendo que ya anocheció y Cristóbal seguía en su casa. Termina de bañarse, se seca, se ventila y se pone la camisa del campamento y su suéter. Como es costumbre en esta historia: José María acompaña a Cristóbal a su departamento, estando con el valor suficiente por si acaso la Llorona comenzara a aparecer. Afortunadamente, José María regreso a casa, debido a que Martha ahora estaba en México D.F llevándose a niños.
Al ser vacaciones de semana santa, Cristóbal se dispuso a estar a su lado para siempre. Se dispusieron a pasear por la ciudad hasta que van por el campo donde estaba la Lamiak, y que por cierto, esta aún seguía en la casa. Estos venían abrazados, estando entre mucho amor de canes y el 'celostín' estaba en casa con el Andrés. El amor de estos fue creciendo, tanto hubo un punto en la que vuelven inseparables, así como para que Cristóbal pudiera ser dañado por si la relación terminara o si algunos de ellos murieran y uno se quedara viudo.
Cristóbal: Uff, aún me acuerdo la primera vez que te conocí, y nunca pensé que el me tendría que cuidar fuera mi pareja ideal.
José: Sí, yo también me acuerdo, ese día fue genial para mí. Me acuerdo de cuando nos pusimos a jugar.
Cristóbal: Quiero tenerte para mí siempre, Lobito. Y ahora que mi papá ya no es homófobo.
José: Te amo -lo besa en el hocico-.
Cristóbal: -Corresponde- Quiero nuestro patrimonio sea en Chile, casemonos ahí.
José: Me parece bien y también quedémonos a vivir ahí.
El guapo y el feo se pusieron a jugar a las atrapadas, el guapo estaba persiguiendo al feo alegremente, viéndose a lo lejos cómo estos jugaban; mientras que la terrible Cegua los estaba observando y había elegido a su otra víctima: Cristóbal el feo. Estos, aprovechando la soledad, fueron a dar a un manantial, en donde se despojan de sus ropas y se echando un clavado, poniéndose a nadar en las frías aguas, en medio de la semi-oscuridad del lugar. Hasta en el lugar se pusieron a besarse. Ahí mismo se comenzaron a besar con el bello amor que tenían.
Al anochecer, la mentada Tishanila (que también así se le llama a la Sucia) venía siguiendo a su víctima elegida y esperó a que estuviera solo. José deja a Cristóbal a la entrada del entrada del edificio, puesto a que dijo que podía ir solo, a lo que José María entendió y aceptó. Es ahí cuando la Chuca le empezaría atacar: esta se atrevió a pasar por el edificio, aparentando ser una muchacha, platica con él un rato y, cuando vio que estaba distraído, lo ataca dándole un golpazo sobrenatural de la buena.
Al darle un golpazo de la buena, Cristóbal se desmaya rápidamente, la Siguampera lo lleva hasta donde él estuvo con José María.
Cuando se despierta, estuvo confundido, ni pudo creer que estuviera en el campo ahora. En fin, este pretendía volver a casa; sin embargo, como estaba oscuro, le resultó difícil encontrar la salida, por lo que se desesperó tanto que comenzó a llorar como un niño, que hasta llamó a José María por su nombre como si este fuera su abuelo o algo así; y por eso la Yegualcíhuatl se comienza a carcajear de una manera infernal. Como sabía que era gay, esta lo decidió asustar como el típico fantasma que solo asusta. Cuando este llega al río, la Bandolera se aparece como una mujer normal, dando la espalda y que lavaba la ropa ensangrentada junto con una pala, cuyo rostro lo cubría con su cabello era bello y tan largo como lo tiene la otra X'tabay.
Cristóbal mira a la muchacha y se tranquiliza, sin saber que era ese súcubo típico de Latinoamérica y el norte de España (no es la Llorona) que tanto castiga la infidelidad, adulterio, machismo, trasnochador, bolo (borracho), violador, etc.
Cristóbal: Emm… ¿hola? ¿Qué hace lavando ropa tan noche?
Cigua: Jiji -voltea mostrando un rostro de caballo esquelético y con los ojos completamente vacíos en negro- lavando ropa, cariño.
Cristóbal: AAAAAAHHHHHHH
Cigua: JAJAJAJAJAJAJA
Cristóbal: NOOOOOOOOOO, SI NO SOY EL JOSÉ.
Cigua: Ya tuve suficiente con ese perro asqueroso y ahora sigues tú 😔👍.
En eso Cristóbal comienza a correr; no se supo cómo, pero este logra llegar al pueblo de Donostia, en donde mira a un motociclista, a quien le pide que lo lleve con prisa. Al ver a la Tzegua venir, se más del susto, puesto a que aquella criatura lo persiguió a cuatro patas, dando saltos descoordinados de un lado a otro, emitiendo un sonido indescriptible. Aquel furro desconocido, un mapache de medida 1.56 de altura, se asusta un montón que casi pierde el equilibrio, acelerando más la velocidad hasta chocar por poste de luz de una manera brutal que se cae el poste y ¡pam! se incendia atrapando a Cristóbal.
Cuando chocan, la Chaneca (que así se le llama a ella en el estado de Guerrero) observa lo que había ocasionado, cosa que ni le dio gracia ni lástima, desapareciendo poco después. Los vecinos fueron a ver lo que había ocurrido, siendo despertados por el sonido tan fuerte del poste.
Cuando al fin el sol ilumina España, estando en un día tan ardiente como las llamas del infierno, José María despierta comenzando su día recibiendo una llamada en el teléfono de su casa, obteniendo la noticia de que Cristóbal estaba en el hospital porque le ocurrió algo grave. Como este ya se bañó al llegar a casa por la noche, este solamente se viste, poniéndose una camisa anaranjada y un pantalón.
José: Samuel, ahorita vengo.
Sam: ¿Adónde vas?
José: A visitar a Cristóbal al hospital.
Sam: ¿Puedo ir?
José: Vale, pero quiero que te portes bien, Celostín.
Sam: Okey, papi.
José María se van al hospital olvidándose de desayunar, estando en la sala de espera hasta que el doctor les avisa que ya pueden pasar para ver al feo. Estos pasan a la habitación, encontrándolo todo vendado del rostro, y unos minutos más le llegó la hora de verle la cara. El doctor se las quita, viendo que tenía partes sin pelos (así como cuando a un perrito se pone nervioso y eso), encubierto por la suciedad de las quemaduras y un poco desfigurado, además de que apestaba a quemado.
Sam: Hola, feo.
José: 😒 Qué buena forma de saludar tienes.
Sam: Usted cállese, guapo.
José: ¿Cómo te sientes? ¿Qué fue lo que pasó?
Cristóbal: Me siento mal y estaba en la moto de alguien tratando de huir de La Maldita hasta choqué con un poster, se me viene encima y se incendia.
José: Vaya, lo lamento, amor.
Sam: ¿Y cuál Maldita? ¿Quién es?
Cristóbal: Así le llamamos en Chile a la Mujer con Cara de Caballo.
Sam: a. Ya sé quién es.
José: ¿Te salió esa cosa? A mí también me ha salido en Nicaragua.
Sam: Esa Ciguanaba le sale a los que son mujeriegos, violentos y borrachos.
Cristóbal: Pues a mí me salió, no sé porqué.
Sam: ¿A qué hora te encontrabas en la calle?
Cristóbal: Eran las 1:59 de la noche.
Sam: Ah, pues eso te pasa por andar trasnochando, esa mujer le sale a los trasnochadores. Al José María le salió por infiel y al Dávila por joto pendejo golpeador. Ahora resulta que le sale a jotos jajajajqajqjqjqia.
José: Sam, no da risa, ella es mala y casi nos mata a los tres.
Sam: Ella ni es buena ni mala.
Cristóbal: Pero si yo había despertado en el campo ese, ni supe cómo llegué ahí.
Sam: Entonces te secuestró ella. Hasta muertas joden las mujeres 😔👌.
Semanas después, Cristóbal salió un poco amargado del hospital, siendo cuidado por su lindo novio quien lo llevaba en una silla de ruedas. Cuando llega a su casa, se encuentra con Chris, el papá de Cristóbal, quien estaba en la sala de su casa tan serio como en los primeros capítulos leyendo el periódico.
José: Hola, señor, aquí le traigo a vuestro hijo.
Chris: a.
Cristóbal: Hola pa.
Chris: ¿Y eso? ¿Qué te pasó?
Cristóbal: Choqué con un poste de luz mientras iba en moto, se cae el póster y se incendia conmigo.
Chris: Entonces ve a dormir.
Al día siguiente, José María viene visitarlo, recién bañado, vestido con una camisa blanca y un pantalón, trayendo consigo unos Choco Roles de regalo. Este entra estando solo ahora con Cristóbal, quien seguía en su cama recuperándose de su trágico dolor.
José: Hola, amor, te he traído esto :)
Cristóbal: Gracias, amor.
José: De nada y estaré para ti para lo que necesites.
Cristóbal: Creo que estoy con el lobito correcto, pues eres muy lindo, tenerte con esposo sería lo mejor.
José: Jejeje lo sé -le da un besito en la frente-.
Otro día próximo había comenzado y el Cristóbal todo traumado, mientras que su lindo novio estaba estaba sentado en el sofá de la sala viendo su cel un rato, hasta que a Cristóbal, como iba muy frustrado, le comienza la hora de la «crisis autista», gritando como un poseído del demonio. José María escucha los gritos desgarradores, por lo que va a su cuarto a toda prisa, intentándolo calmar y le da un abrazo tan fuerte.
José: ¡Cris, tranquilo!
Cristóbal: AAAAHHHHHHHH 👹
Sin embargo, en su extrema locura, este le da un rodillaso en el estómago y le sacó el aire, encima de que había acabado de comer Sabritas.
José: (No otra vez…) ;<;
José María, como si estuviera gordo, se tira al suelo y hace como cuando le sacas el aire a un gordo. Y Cristóbal seguía muy mal, tanto que comenzó molestar a otras personas que vivían en el edificio. Pasa el tiempo, el mediodía cayó en España, y Cristóbal quedó tranquilo, aunque parecía perro rabioso. Al ser viernes, el lobito lindo lo lleva a terapia, en donde se intentó que Cristóbal superara su trágico accidente.
Hasta aquí el capítulo lobitos guapos. Bye.
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