Cap 49: Enfermos en noviazgo
La fiestas decembrinas habían terminado, todo mundo volvió a ser como antes y las clases comienzan justo el 7 de enero del 2021, otro año más que cumple nuestro mundo. En fin, José María levanta, como de costumbre, estaba dispuesto a llevarlo a la escuela, pero en eso el chico tose mucho, se le escurrían los mocos, tenía calentura y no tenía la energía suficiente para levantarse.
José: Ahí va, espero que no te hayas enfermado hoy -le toca la frente sintiéndolo caliente-. Estás caliente… -le tocaba todo el rostro con las manos- supongo que no te llevaré a escuela. Encima en invierno...
Sam: 🙂
José: Pero me harás tarea más tarde 🙂👌
Sam: 🙁
José: Jejeje ¿qué creías? ¿Qué te quedarías en casa como un bello príncipe? No, no, claro que no. Quédate aquí en cama ¿vale? -lo acobija bien-
Sam: Sí papá.
José: 😊 Qué hijo tan lindo tengo. Vale, me iré a la escuela, estarás al cuidado del demonio Dan, pórtate bien, eh.
José se va de casa con tal de irse a la escuela, dejándolo al cuidado del demonio Dan, quien aún se conservaba en forma de furro. José María logra llegar a la escuela, en donde transcurría normal como siempre, encontrando al Cristóbal tan solitario como siempre por la banca.
José: Hola, amor, ¿cómo estás?
Cristóbal: Bien ¿y tú?
José: De maravilla. ¿Qué has hecho en estas vacaciones?
Cristóbal: Festejar navidad con mi familia.
José: Eso es bueno. Yo también jejeje. Oye ¿aún sigues estando solo?
Cristóbal: Sí.
José: ¿Por qué no te unes con los demás? Con Alicia o Dilan...
Cristóbal: No se me pega la gana.
José: Tienes que convivir con los demás.
Cristóbal: Mmmm.... Vale.
José: Como te amo.
Cristóbal: Igual yo.
Entran al salón, durando el tiempo en la tuvieron que estar. Una hora después, salen al primer recreo, estando estos en las mesas del comedor, como de costumbre. Después de tanto tiempo, finalmente el señor Balam, junto con sus colegas, decidieron molestar a Cristóbal, aunque también se les alojó por la cabeza el plan de molestar a José María. Sin embargo, comenzaron primero con Cristóbal, el cual se veía presa fácil. En unos minutos más tarde, estos terminaron de estudiar y tres horas más tarde, todo mundo sale de la escuela, y José María se regresaba para su casa dejando solo a Cristóbal. Una vez solo, estos lo siguen por toda la calle, lograndolo a alcanzar.
Balam: Hola ¿qué tal, rarito? Es una alegría verte.
Daniel: Sí, te extrañamos jajaja.
Boris: Te acompañamos, torpe.
Cristóbal: Chicos, déjenme en paz, no quiero problemas con ustedes.
Balam: Pero si ni te vamos a hacer nada malo, gordo.
En ese mismo momento, siendo una coincidencia, José María pasó por el mismo que ellos, mirando que estos se lo llevan cargando entre los tres, vacilosamente. Es entonces que José María, con el lobito valiente que es, acude a su rescate, corriendo detrás de ellos.
Cristóbal: AHHHH, DÉJENME, YO NO LES HICE NADA. ¿QUÉ QUIEREN DE MÍ?
Daniel: Jajajajqajqjqjqia, queremos molestarte, estúpido.
José: EH, DEJADLE EN PAZ -decía mientras corría detrás de ellos-.
Balam: Uy, ya vino su sugar daddy jajajajqajqjqjqia.
Boris: Ven, Lobito, aquí está tu novio.
José: -Toma al Boris por detrás- Coño, dejadlo, ¡¿qué tiene que hacer uno para que entendáis o para que dejéis de molestar a los demás?! ¿Por qué sois así?
Balam: Mejor no te metas en lo que no te importa, enano.
José: No voy a dejar que le sigáis haciendo daño, él no os hecho nada.
Boris: Ya me he hartado -lo tumba al suelo y lo patea en la barbilla, dejándolo tirado-. Imbécil.
Sin embargo, José María toma el suficiente valor para confrontarlos, recordando que ya se había enfrentado a cosas peores; y en eso ataca como todo un lobo feroz a Boris, quien ni le afectaba ni en lo más mínimo. Boris lo toma del cuello asfixiandolo un poco fuerte, dándole, enseguida, un puñetazo en el estómago, cosa que lo hunde y se lo retuerce. Posteriormente, lo tira contra el suelo, golpeándose muy fuerte la espalda, las piernas, las patas y el culo; también recibe un golpe la suela del zapato derecho en el pene y le dio tres golpe en el rostro de lado a lado. Lo dejaron inmóvil, aprovechando esto para llevarse a Cristóbal. En ese preciso momento, un oso polar gordito furro de nombre Rigiel que iba pasando por ahí lo mira tirado y se le queda viendo estando muy cerca de él.
Rigiel: Señor, ¿se encuentra bien?
José: -mira al oso abriendo los ojos- ¿E-eh? S-sí.
Rigiel: Déjeme ayudarle -lo ayuda a levantarse-.
José: Gracias -se sostiene el estómago-.
Rigiel: Déjeme llevarlo al hospital.
José: No, no, así está bien, descuida. Gracias de todos modos ☺️.
Rigiel: Esos golpes son muy graves, puede morir. Dios guarde que pase -lo toma de la mano llevándolo al hospital-.
José: No es necesario, puedo solo.
De todos modos, el oso lo lleva al hospital, donde le es atendido. Afortunadamente no le pasó nada, su estómago y sus partes estaban bien, solo le curaron las heridas. Malamente este salió estando de noche, no pudo hacer nada por Cristóbal, quien había regresado a casa de una forma mucho peor y todo lleno de arena.
José: Te agradezco lo que hiciste por mí, crío.
Rigiel: Fue un placer. Mi nombre es Rigiel, un gusto.
José: El placer es mío, yo soy José María.
Rigiel: Lindo nombre.
José: Gracias.
Estando en casa de José María, el chico estaba en cama tan aburrido que decide meterse a dar un baño, no sin antes perderle permiso a Dan quien estaba a cargo. El demonio le da el permiso, metiéndolo a la bañera, ahí es donde lo baña por gusto, aunque también decide meterse también. Una vez saliendo del baño, el chico se pone una camisa manga larga, su suéter y un pans para invierno.
Dan: Ya está. Quedaste bien jejeje.
Sam: Ok, teniente Dan -estornudar-.
Dan: ¿Pedimos pizza?
Sam: SÍ :D
Dan: Jeje tu papá me ha dicho que te encanta la pizza.
Sam: Pídela, pues >:v
Dan: Ya voy, ya voy...
El demonio Dan pide la pizza, esperan, llega la pizza, la pagan, lo dejan en la mesa y empiezan a comérsela hasta unos tres trozos, nada más. Posteriormente, se va a checar cómo seguía el zorro, mirado que este iba en la mitad del proceso de la cicatrización.
Dan: Hay que dejarle al José María.
Sam: Okey.
Dan: ¿Qué más hacemos?
Sam: No lo sé, dímelo tú.
Dan: De lo que el José María se perdió.
Sam: Sí, pero allá a lo mejor ha de comer mejor.
Dan: Las manos de bebé XD
Sam: ¿Eh?
Dan: Nada.
En ese mismo instante, José María eventualmente había llegado a casa todo golpeado, asustando a su hijo adoptivo...
Sam: Por la sangre de Cristo ¿pero qué te pasó?
José: Eh... Nada, es que… me caí por escalera y me golpeé recio.
Sam: Esos golpes se ven muy graves como para que te hayas caído. Dime la verdad… ¿qué pasó?
José: Me pegaron -pone carita de perrito triste-.
Dan: ¿Quién te pegó?
José: El estúpido de Balam y sus colegas... Estaban molestando a Cristóbal y yo salí a defenderlo, pero me tocó enfrentarme a Boris que era muy fuerte.
Dan: ¿Sabes dónde vive?
José: No -cara de perrito triste-.
Sam: Ya no llores, papi -lo abraza-.
José: -Corresponde- ¿Por qué me pasan estás cosas? Vale, también he sido un lobo malo antes, me irrito fácil, les he hecho mal, les he gritado, no soy de esos para defender a alguien pese a como sea su carácter o si es defectuoso, también he intentado cambiar a alguien pese a que eso esté mal, he hablado mal de alguien, me he enojado por tonterías como las cosas que hace uno en internet, insulté a una mujer, tengo ego también, he guardado rencor y he sido una mierda como los de este siglo, lo acepto, pero ahora ya no lo soy.
Sam: Pues si ellos son malos ¿qué esperabas?
Dan: Mmmm... Te acompañaré para meterles una paliza. ¿Me lo permites?
Debido a ese triste día, José María otra vez faltó a la escuela por días, no comía y seguía triste; sin embargo, después de tantas penas, decide olvidar todo y comenzar desde cero. Se distrajo un rato estando en Discord, hablando con Fudanshi de otro libro. En cuanto al demonio Dan, este se fue a buscar a los agresores teniendo en memoria cómo eran ellos y los encuentra estando estos en la playa, poniendo manos a la obra.
Dan: ¡Eh, vosotros! Ahora iréis a ver lo que es bueno.
Daniel: ¿Quién es usted?
Dan: -Se transforma en demonio- Vuestra peor pesadilla 👹 -dijo con voz de demonio-. Venid aquí.
Balam: ¿Eh? NOOO, NO NOS HAGAS DAÑO.
Dan: Eso mismo os decía José María y el Cristóbal. Ahora seguís vosotros, perras.
Los tres: NOOOOOOOOOO.
El demonio Dan toma primeo al líder de matones, girándolo del cuello y haciendo un sonido muy peculiar, así como sucede en Ju-On, mientras que de su boca le sale una tirita de sangre. Al Daniel lo desgarra gravemente por todo el cuerpo (dejándolo jugado, así como lo hace la Cegua), mientras que Boris, como era muy sexy, lo empieza manosearle y se lo folla sin que este quería. Completando la venganza, Dan les toma foto usando el celular chidori de José, desaparece dejando a estos todos traumados y vuelve a casa. Al fin recibieron su merecido.
Dan: ¡Lo he concedido!
Sam: ¿Lo hiciste?
Dan: Sí, mira -le muestra la foto-.
Sam: Alm, te pasaste.
Dan: Lo sé. Por cierto ¿y tu papi?
Sam: Está dormido.
Dan: Hay que ayudarlo con esos traumas tan feos que él tiene. Pobrecito...
Sam: Sí, llevemoslo a terapia y luego hay que meter una demanda.
Dan: Buena idea.
José María en su cama llorando en silencio, hasta que viene el chico a estar a su lado, poniéndose junto a él y lo abraza.
Sam: Ya no estés triste (.w.). Mira, hemos pensado en meter una demanda.
José: No mejor -le toca la frente-.... Todavía tienes calentura. Vamos al doctor para que te chequen...
Sam: Estoy bien, papá. Tú eres el que está peor.
José: No te preocupes...
Sam: Por cierto, mira lo que hizo el demonio Dan -le muestra la imagen-.
José: ¿Hizo eso?
Sam: Sí.
José: No sé si alegrarme o ponerme mal...
Sam: Al menos recibieron lo que se merecen...
José: Mmmm... Vale, vayamos al doctor ¿sí?
Sam: Emm… no, mejor no.
José: No me digas que tienes miedo.
Sam: Emm… no, tú descansa, si te mueves te puede doler el estómago, además de que tienes que estar en reposo.
José: No pasa. Acabo que a lo mejor me sienta bien.
José María se levanta aún con el dolor al tanto, se pone su suéter negro, su capucha y unos pantalones para el frío. Al chico le pone su suéter con cierre, una gorra roja, una bufanda y guantes del mismo color, luego procede al abrocharle el suéter y vámonos. Pues como iba enfermo, pensó que así podría prevenir que se enfermara de una manera peor. Estando así, se fueron al doctor, precisamente en un lugar llamada "La Similares". Ahí le fueron a inyectar, a lo que el chico no quería, lo llevaron a la fuerza, corría pero era inútil... Lo peor es que había puesto el culo duro, lo que fue lo más doloroso que pudo experimentar. Luego se salen del consultorio.
José: Qué vergüenza... Vas para 12 años y haces pancho por una jeringa que ni duele.
Sam: Perdón, papi.
José: Pero si ni duele, es como un piquete de mosco. Bueno, ni modo -lo abraza-.
Sam: Ok, lobo.
José: Aunque sí, yo también hacía esos panchos por eso XD.
Ahora nos vamos con Cristóbal, el cual estaba mucho más peor que José María, pues vomitaba mucho, no podía comer, tenía dificultad para respirar, le costaba levantarse o hasta le daba dolor de cabeza.
Chris: Pobre hijo, anda muy mal. ¿Será por los golpes que se dio?
Alexis: No creo.
Chris: Llevemoslo al hospital, a lo mejor es algo grave.
Alexis: Talvez sea diarrea, que vaya a cagar al baño.
Cristóbal: TENGO HAMBREEEEEEEEE.
Chris: Ya voy, hijo.
Alexis: Pidamos pizza.
Chris: Bueno... -llama a la pizza-
Llaman a la pizza mientras que Cristóbal sufría de hambre, no podía moverse por ello, más porque sentía sueño y pesado el cuerpo, por lo que se quedó en cama y sin poder dormir. Duró así media hora hasta que llega la pizza, entonces Cristóbal va hacia el comedor como pudo, estando con dolor de estómago. Cuando llega al comedor y se sienta, empezando a comer.
Alexis: ¿Cómo te sientes, hermanito?
Cristóbal: Mal, me duele todo, sobre todo el estómago. Me pegaron muy fuerte.
Alexis: ¿Cuántos eran?
Cristóbal: Tres. Uno era un jaguar, otro un zorro y el último un lobo negro. Eran musculosos; me golpearon al llegar a la playa.
Chris: ¿Son de tu escuela?
Cristóbal: Sí.
Chris: Cuando vaya para allá los iré a encarar.
Alexis: Qué mal. Bueno, come a lo mejor te hace bien.
Chris: Te llevaré al doctor.
En fin, después de comer, un rato más, llevan a Cristóbal a la Cruz roja, en donde los atiende el médico. Le dijeron el diagnóstico y el doctor le recetó Paracetamol. Estando en casa, se empieza a tomar el medicamento, para después irse a dormir en la cama. Sin embargo, eso no le ayudó mucho, pues no pudo dormir gracias al dolor. Bueno, la medicina le quitó el dolor de una forma temporal solamente. Deseaba morir, por lo que hacía como que se estaba muy muriendo, buscando un poco de alivio y para el colmo a la Llorona comenzaba a lamentarse, haciendo por el dolor de Cristóbal y no pudo dormir.
Al día siguiente, volviendo con José María Cuesta Domínguez, el chico había despertado como Cristóbal: al despertar tenía un chingo de hambre, lo que le impedía moverse, quería hacerlo pero no sentía las ganas. Ah, un pinchi sufrimiento, a tal punto de querer morir.
Sam: Papá...
José: Dime.
Sam: Tengo mucha hambre, guapo.
José: Ahorita voy -le acaricia la cabeza para después levantarse-.
El lobito lindo se levanta a hacer para desayunar, calentando la pizza que había sobrado el día anterior, lo calienta, mientras que el Samuel se levanta con la hambre atormentosa que ni daban ganas de levantarse y tirarse al suelo para desmayarse, o era así como si estuvieras apunto de dar a luz. Este se sienta en el comedor, estando desesperado por comer. Le había calentado dos y le sirvió un jugo de uva. Le sirve y este empieza a comer, así como José María también. Poco a poco, sintió el alivio, sintiendo que la sangre fría.
José: Mmmm... Cómo que te dolía el estómago por el hambre.
Sam: Sí, papi.
José: Jejeje -lo abraza- como te quiero (^^).
Sam: Oye ¿y entonces ya estás mejor?
José: Sí, gracias a Dios. -Se acerca a Álex y le quita la venda- Vamos a ver… ya estás mejor, zorrito.
Alex: Sí :)
José: Eso es bueno. Veamos la tele un rato.
Estos ponen a ver la tele y anunciaban en la noticias sobre que hallaron en la playas y a dos furros, un jaguar, un zorro y un lobo. Fueron hallados en la mañana a las 7:30 por un grupo de fursonas. Lamentablemente, el jaguar y el zorro murieron, mientras que el Boris seguía vivo pero traumado por su terrible experiencia.
Dan: Oh, creo que sí me pasé.
José: Pero no era para que los matases, solo les hubieses golpeado y ya.
Sam: F.
Dan: Ahora me siento culpable.
José: Descuida, las cosas pasan, recuerda que no fue tu intención hacerlo.
Dan: Bueno.
Hasta aquí el capítulo, furros lindos. Nos vemos.
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