Erase una vez, un chico furro de nombre Cristóbal, este chico era muy especial, era conocido por ser un chico aislado... Y su historia de amor comienza cuando este, a decisión de sus padres, migra a España, precisamente en el hermoso y campestre pueblo de San Sebastián, País Vasco.

Al llegar esa joya de España, Cristóbal Colón quedó maravillado, hasta yo querría estar ahí. Estando ahí, un viernes, sus padres lo inscriben en una escuela. Después de un largo tiempo de vacaciones, este por fin comienza su primer día en la escuela de Amara Berri un lunes. Al llegar ahí a la escuela se puso nervioso, su corazón palpitaba, sentía el ambiente pesado, mientras que escuchaba las lenguas tanto castellanas como vascas. En toda un tiempo, el chico comenzó a aislarse como siempre, no hablaba con nadie y se quedaba muy callado.

Esto fue lo que le orillo a ser objeto de bullying, muchos de los furros eran los que lo golpeaban, gritaban y burlaban (aunque no todos claro), sobretodo un jaguar de hermoso cuerpo, originario de San Cristóbal de las Casas, Chiapas, México (quien también tenía orígenes vascos o españoles, de parte de su padre). Este, aprovechando su físico, golpeaba fuertemente a Cristóbal, lo hacía sangrar, rasparse, a tal punto de quedar como "creaturita del Señor". Hasta era capaz de hacerle bullying por la calle, si es que se lo topaba. Y eso no es todo, este felino tenía por gusto y/o placer golpear en el tórax, zonas íntimas y estómagos, ya sea utilizando palos u objetos o inclusive su propias manos. Y este felino se llamaba Balam. Por esa razón, este siempre traía puesto su gorra, por el temor.

En fin, era muchas las lenguas que hacían famoso al chico y esas habladurías llegaron hasta los oídos de José María, un lobo lindo, el cual era bueno de carácter aunque por defecto tenía eso de enojarse un poco fácil, hasta te negaría las cosas por miedica. Por ejemplo, si tú tienes sexo con él y si le cuentas a todo el mundo, y si él está en medio, él lo negará aunque sepa que sí pasó tal suceso en verdad. Se hace el pato, como decimos en México para referirnos a alguien que finge ignorancia o se hace el desentendido.

Este lobo estaba en tal escuela teniendo el puesto de maestro o ayudante, mientras que aún seguía en la universidad. Este no eran tan responsable como "maestro", ya que cuando estaba a cargo este no hacía nada por si tal alumno se agarraba a otro en la escuela, por si alguien se caía o rompía la madre (aunque esto no ocurría tan seguido, hay veces en la que sí se ponía trucha).

Aunque, por tan raro o afusilanime que pareciera, este nunca lo llegó a conocer en persona. Hasta el día siguiente...

Resultaba que José María estaba en la biblioteca de la escuela utilizando una de las computadoras de la zona para ver Facebook, Twitter, asuntos de la Universidad, Wattpad e, incluso, Yaoi furry. Estaba solo, no había que presente más que él, hasta que siente la presencia de alguien a su lado, sentado en una silla a su derecha.

Entonces este mira y se da cuenta que es un perro Husky, el cual vestía un suéter de color rojo y un pantalón de mezclilla, quien se puso a leer un libro. Cristóbal no lo mira y sigue leyendo para después cerrar el libro y leer otro que dice "no soy un serial killer".

Después de tres minutos, al fin el señor Cristóbal se percata de la presencia de José y se le queda viendo.

En eso José María siente que lo miran. Entonces este mira a quien le estaba viendo y mira al perro Husky.

José: ¿Te pasa algo?

Cristóbal: ¿Me hablas a mí?

José: Claro ¿a quién creías?

Cristóbal: ¿Se puede saber que lees?

José: Mmm.... Leo un libro de nombre "After".

Cristóbal: ¿De qué trata?

José: Pues de una pareja escolar o algo así, apenas voy en el primer cap.

Cristóbal: Okey - dice algo incómodo sin saber que más decir -

José: ¿Cómo te llamas?

Cristóbal: Cristóbal, pero puedes llamarme 20. ¿Y tú?

José: Yo me llamo José María, pero todo me dicen José Mari.

Cristóbal: Okey, José Mari.

José: Mmm... ¿No serás aquel chico del que todos hablan?

Cristóbal: Sí, ese soy yo. - c avergüenza - ¿Qué te han dicho?

José: Pues que eres alguien antisocial, distraído y dramático.

Cristóbal: Ajá, sip, eso dicen de mí. Lo que pasa es que tengo autismo y me enojo mucho cuando mestan a un inocente y por eso dicen que soy dramático ya que no me rindo hasta lograr algo -ríe fingiendo que no le daña lo que dicen a su espalda las otras personas.

José: Ya... Oye ¿y por qué no convives con los demás? ¿Te da miedo?

Cristóbal: No soy de agradar a las personas.

José: Oh, qué mal.... ¿Oye te gustaría ser mi amigo?

Cristóbal: Vale -sonrie-

José: Mmmm......... ¿Qué te gustaría hacer? ¿O de que te gustaría hablar? Soy abierto a cualquier tema, así que tienes toda mi confianza.

Cristóbal: ¿Que piensas sobre los pedófilos? ¿Son personas malas? No creo que lo sean ya que ellos no eligen sus gustos, pero los pedófilos que cogen con niños si lo son porque aunque ellos no elijan sus gustos pueden controlarse y evitar hacerlo.

José: Ammm... Qué está mal...

Cristóbal: Lo que pienses jeje. Creo que ya sabes porque soy antisocial jeje. Si quieres dejar de ser mi amigo puedes decirme.

José: Claro que quiero ser tu amigo, además de que no es bueno estar solo todo el tiempo ¿sabes? No es que me incomodes ni nada...

Cristóbal: Pues vale, aunque te digo que la mayoría de mis conversaciones son de ese tipo a veces. ¿Crees que se pueda viajar en el tiempo a través de los agujeros negros?

José: Puede ser...

Cristóbal: Yo pienso que puede llevar a otras dimensiones.

José: Interesante...

Cristóbal: -rie- Bien, ya veo que tu interés es real jeje. Sí, hablo de temas como eso, que confunden a varios de mis compañeros, pero no tanto.

José: ¿Algo más de qué hablar? ¿Qué tal si vamos afuera?

Cristóbal: ¿Afuera con las personas que molestan y el ruido?

José: Oh... Bueno mejor quedémonos aquí, aunque a mí no hacen daño.

Cristóbal: N-no, tranquilo, vamos.

José: ¿Estás seguro?

Cristóbal: S-sí, tranquilo estate bien -se pone unos audífonos Anti ruido-, puedo escuchar lo de cerca pero no el ruido; por ende, puedo escucharte a tí pero no el ruido jeje.

Ambos canes van a fuera por donde estaba una cancha de basquetbol. Estos juegan a un juego de rol, el cual le pareció algo difícil de jugar. Mientras eran observados, escondido en un árbol, por Balam, el chico fuerte que siempre molestaba y maltrataba a Cristóbal. Tiempo después, ya en el atardecer, José María sale de la escuela con dirección a su casa. Caminaba a gusto hasta llegar en un parque que se encontraban cerca, en donde se compra un helado de chocolate; hasta que siente a alguien detrás de él.

Cristóbal: ¿Chocolate?

En eso, José María escucha una voz que le sonó familiar y voltea. Al voltear a ver, José María mira al mismo perro que había visto en la escuela, es decir, a Cristóbal; quien al ver que el mayor había volteado mira hacia otro lado. Poco después Cristóbal decide comprar su propio helado, y del mismo sabor.

Cristóbal: Parece que a los 2 nos gusta el chocolate... - se dijo asimismo.

José: Sí jeje

Cristóbal: Pensaba que no me irías a escuchar.

José: Pero lo hice.

Cristóbal: -C avergüenza-

José: No te avergüences, no es malo que lo dijeras, yo no muerdo.

Cristóbal: Lo que me avergüenza es que te seguía para saber si hablabas de mí a mi espalda.

José: No ¿por qué lo haría?

Cristóbal: Porque todos lo hacen.

José: Pues yo no soy así.

Cristóbal: Trataba de asegurarme.

José: Bien... Bueno... ¿gustas hacer algo?

Cristóbal: Lo que tú quieras.

José: ¿Y si jugamos a algo aquí?

Cristóbal: ¿Qué quieres jugar?

José: Ammm.... A lo que tú quieras.

En ese momento, Cristóbal alza los hombros...

José: Venga, no tengas miedo.

Cristóbal: No soy alguien de ideas.

José: Vale ¿qué tal si jugamos a las atrapadas?

Cristóbal: ¿Cómo se juega?

José: Yo te toco y tú me tienes que atrapar.

Cristóbal: Oh, vale

José: ¡Te las quedas! Jajaja

José comienza a correr como si fuera todavía un niño pequeño o un adolescente, y por ende, Cristóbal lo persigue. Ambos estaban corre y corre, hasta que, finalmente, Cristóbal logra atrapar a José.

Cristóbal: ¡Te atrapé!

José: ¡Qué bien, tío, me has pillado!

En seguida Cristóbal empieza a correr, mientras que era perseguido por José María. De pronto, Cristóbal decide ir por un hoyo por debajo de la tierra y José lo sigue por aquel hoyo. Ambos se perseguían por debajo de la tierra, y después de un minuto José logra atrapar a Cristóbal.

José: Te he pillado....

Cristóbal: Rayos -jadeaba cansado-. ¿Y si mejor jugamos a las escondidas?

José: Vale,

Cristóbal: Yo cuento. 1, 2, 3, 4....

Cristóbal se pone a contar en un árbol y José María se esconde en el hoyo y lo cubre por completo.

Cristóbal: 5, 6, 7, 8, 9, 10... -lo empieza a buscar-

José: Jiji

Cristóbal lo empieza a buscar y aún el otro lobo seguía escondido; lo buscaba por todas partes, pero no lo encontraba. Y el José seguía escondido bajo tierra. Entonces Cristóbal comienza a olfear por el mugriento suelo hasta llegar a la zona por dónde estaba el otro güey.

Cristóbal caba el hoyo, mientras que José María se aleja un poco más. Cristóbal seguía rastreando a José María, quien se aleja otro poco más y el otro siente algo de repente...

Era José María.

Cristóbal: Te encontré!!!

José: .... Vaya, jeje, me has encontrado. :)

Cristóbal: Ahora sigues tú.

José: Vale.

Este sale del hoyo, se pone en un árbol y se pone a contar.

José: 1...2, 3, 4...5, 6, 7, 8...9... 10. Listo o no, allá voy.

José estaba buscando a Cristóbal, quien se había metido en el mismo; lo buscaba y buscaba y nunca dió a dar con él (así como Cristóbal hacia José). Por lo que se detuvo un momento, analizando por donde podría estar, hasta que se le viene a la hermosa cabeza de lobito de que estuviera debajo de la tierra. Entonces también caba un hoyo y empieza a buscar al otro Lobus caninus debajo de la tierra...

Y lo encuentra.

José: ¡Te he encontrado!

Cristóbal: Ya no quiero jugar.

José: Vale...

Ya cuando estuvieron a punto de irse, José acompaña a Cristóbal a su casa, que era un edificio militar y llegan a su departamento número 1404.

Cristóbal: Bueno... Gracias por acompañarme a mi casa, y fue divertido estar contigo.

José: Jeje el placer fue mío, afur...

Cristóbal llega a casa, pasa el tiempo y este se acuesta a mimir y, mientras estaba acostado y despierto mirando al techo, se pone a pensar...

Cristóbal: Vaya, mi primer amigo... Tiene que ser un sueño. Qué bien, qué suerte; encima de que es un buen lobito...

Hasta aquí el capítulo, perras. Talvez fue corto, pero a lo mejor el próximo lo hago más largo. Nos vemos mis amores <3