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capitulo 21

— Como te odio, Kakashi. Ni se cómo lograste hacer que te ayude en esto.— se quejó Yuki en voz baja mientras entraban a la biblioteca del Hokage.

— Busca cualquier cosa que diga doujustu.— susurro kakashi.

— Ya lo sé hombre, no me lo tienes que decir..— refunfuño Yuki revisando unos papeles que habían en una mesa, solo con una pequeña linterna para alumbrarse.

Por el otro lado, Kakashi buscaba en las estanterías y bibliotecas. Revisaban cualquier libro que tuviera la palabra doujustu escrita en él, no importaba si fuera de in clan que ya conocían o solo si era conocimiento básico. Todo lo que hablara de aquel tipo de kekegenkai, debían de revisarlo en busca de información sobre el ojo de Hikari. No había muchos libros, era bastante pocos los que el Hokage tenía para sí mismo, además que la mayoría pertenecía al clan uchiha.

—Pero que manía tiene con los Uchihas, ¿para qué quiere tantos libros sobre ellos?.— manifestó Yuki, dejando un libro que hablaba del sharingan en su lugar.

— Un Hokage debe conocer cómo funcionan las habilidades de sus shinobis.— menciono el tercero apareciendo de entre las sombras. Los dos jounnin lo miraron unos segundos y se arrodillaron ante él el señal de respetó. A kakashi se le hizo familiar todo lo que estaba ocurriendo, él ya lo había vivido hacía ya unos años.

— Ah, Ho-Hokage-sama, nosotros no...

— Lo sentimos, tercero-sama.— se disculpó Kakashi interrumpiendo de inmediato a Yuki.

—¡Si, lo sentimos, Hokage-sama!

El Hokage sorbió de su pipa y suspiro dejando salir todo el humo.

— No sé lo que voy a hacer contigo, Kakashi. Esta es la segunda vez que entras a mi biblioteca privada sin permiso. Parecía que cada problema que no puedes afrontar, vienes aquí en busca de un solución.— menciono el Hokage decepcionado.

— Lo lamento, Hokage-sama.— repitió Kakashi.

— Creíamos que aquí habría información sobre el doujustu de Hika-chan.

— Lamentablemente aquí no encontraran nada. Ni siquiera en toda la aldea encontraran algo. El jefe médico me comento sobre lo que le ocurrió a Hikari y me detallo como era su ojo. En todos mis años de shinobi jamás había visto un doujustu como me lo ha descrito.— Hablo el tercero después de expulsar el humo de su pipa.

— Entonces, ¿no podremos hacer nada?... Eso pudo ocasionar la alteración en el chacra de Hika-chan, puede ser peligroso...

— Yuki.— le interrumpió Kakashi al ver que se estaba alterando. Él no podía negar que no lo estaba también, pero no estaban en la mejor posición en ese momento.

— Lo lamento, Hokage-sama.

— La solución llegara a su tiempo. Ahora solo debemos esperar a que Hikari despierte. Ella puede saber cosas que nos ayude en esto.— comento el Hokage.

—¿ Y-y si nunca despierta?.— pregunto de repente Kakashi sorprendiendo a Yuki. Él jamás se hubiera esperado que Kakashi preguntara algo como eso.

El Hokage miro a Kakashi por unos segundos, meditando su respuesta. Él sabía que no debía tomar esa pregunta a la ligera, no viniendo de alguien como Kakashi.

Tomo una bocanada de humo de su pipa y recorrió los recuerdos del día en que un joven Kakashi había interrumpido en su oficina con una Bebe en sus brazos. Ese día Kakashi estaba muy inseguro de conservarla, y había estado de esa forma varios meses, pero no como ese día. En ese entonces kakashi no la quería tener por el miedo de terminar encariñándose y que al final muera. Eso no había sucedido aun, pero estaba en una situación que podría dirigirse a eso. Ya no podía decirle que lo que estaba ocurriendo era obra del destino, él ya no era un niño, ni en ese entonces podría haberse considerado una. La versad era que se había sorprendido que en ese entonces hubiera convencido a kakashi de esa manera.

— Eso aún no lo sabemos. Esperemos a que lo haga.— dijo el Hokage después de aquel prolongado silencio. Aun cuando lo había meditado, no había otra cosa que decir.

—¡Vaya eso sí que dio miedo!.— grito Yuki en el momento en que se encontraban en la calle.—...¿pero a dónde vas?.— añadió al ver que Kakashi tomaba otro camino que el suyo.

— A mi casa.— respondió alejándose mas de Yuki.

— ¿Qué?, claro que no. Vayamos a comer y a beber a alguna parte, me entro el hambre mientras te ayudaba con esa loca idea tuya.

— ¿Eh?

—Nada de "¿eh", Kakashi. Me la debes, nos pudieron haber encerrado.

— ¿Y quieres que te devuelva el favor, yendo a comer contigo?

— Y beber, no te olvides de que vamos a beber. Pero si, es exactamente eso.

— De acuerdo.— suspiro Kakashi dando media vuelta y acercándose a su amigo. No tenía nada que perder con eso, además, él no quería estar en la soledad de su casa. Si yendo con Yuki podría evitar aquel lugar, pues lo haría.

Yuki sonrió de oreja a oreja al conseguir lo que quería, mientras caminaba rumbo a algún restaurante cercano. Kakashi lo siguió, sacando de su bolsa shinobi su preciado libro para comenzarlo a leer.

—¡Ah, no!.— exclamo Yuki confundiendo a kakashi, quien se paró en seco.— no, claro que no. Dame ese libro, Hatake, ni pienses que te voy a dejar leer.— le arrebato el libro de la mano, confundiendo aún más a kakashi.—¡Tenemos que hablar, ¿para qué es una salida entre amigos sino?!¡Tienes que dejar de ser tan antisocial kakashi, empezando por dejar estos libros!.

Yuki se guardó el libro de kakashi en su bolsa ninja, dejando un poco de mal humor al ya nombrado. ¿Qué era lo que pretendía Yuki? Él no era una persona que hablara mucho, apenas lo hacía con las personas que sentía más confianza, ¿acaso quería que hablara más que eso? Aquello era imposible.

— Devuélvemelo.

— Te lo daré cuando esta noche termine, mi querido Kakashi— hablo Yuki rodeando el cuello del peliplateado con uno de sus brazos y retomando el camino—. Necesitas distraerte y tu maldito libro pervertido no ayuda para nada. En serio, ¿para qué lo tienes?, eres padre, esas cosas no lo tiene un padre.

— Es un muy buen libro. Su trama es atrapante.

—Sí, sí, la "trama es atrapante". De seguro cada vez que vas al baño, terminas estando horas ahí por esa trama tan atrapante.— hablo Yuki sacando su brazo del cuello de kakashi.

— Ya basta, Yuki.— dijo kakashi incómodo.

— ¡¿Ha que no gusta?!¡pues multiplica ese sentimiento por mil y tendrás lo que sentí al hacer esa locura!.

— Ya entendí, lo siento.

— Así me gusta, que te disculpes. Ahora vamos a tomar algo, te va a hacer sentir mejor.— dijo Yuki entrando a uno de los muchos bares que había en esa calle.

Kakashi entro y de inmediato sintió el olor a licor en el ambienta. Arrugó su nariz por el fuerte olor, no le gradaba mucho la cerveza y mucho menos el olor. Yuki lo arrastro hasta una de las mesas y llamo a un cantinero para que les sirva algo. Él por su parte estaba medio incomodo, no se encontraba muy bien mentalmente y le preocupaba que por eso se termine pasando con la cerveza. Aun así se mostraba indiferente a la situación, mientras que Yuki estaba igual de alegre cono siempre.

— Bien kakashi, a fondo.— mencionó Yuki cuando llego la botella de sake y lleno dos vasitos con esté.

Yuki bebió primero y en el trascurso, kakashi aprovechó para tomarse el suyo. De inmediato sintió aquel sabor dulce, un poco desagradable al no gustarle las cosas dulces, pero soportable. Yuki lleno una vez más y tomo el suyo, kakashi no lo copio esta vez. Él estaba esperando que el castaño le hablara de algo, como siempre solía hacer cada vez que lo invitaba a algo, pero este caso parecía ser la excepción.

—¿No crees que debes tomarlo con lentitud?.— manifestó kakashi después de un largo rato de silencio y un par de tragos de su amigo.

— ¡Para nada!¿estamos en un bar, no?¿y que se hace en un bar?, pues beber, claro.— respondió Yuki en un notorio estado de ebriedad. No estaba muy mal, apenas había comenzado, pero sus palabras se alargaban de lo usual.

— En este caso, creo que no.

Kakashi le arrebato la botella y el vaso de sake a Yuki de la misma manera que él lo había hecho con su libro. ¿cómo era que Yuki estaba de esa forma y no él? Prácticamente kakashi tenía muchas escusas para estar en ese estado, pero se había abstenido del alcohol. Por la razón de que quizás al día siguiente su hija despertara y no quería ver eso con una resaca, menos que su ella se diera cuenta de que había bebido.

—¡Oye, eso no es justo!

— Nada es justo.

— Bueno si, pero esta es más injusto.

— No es bueno que sigas bebiendo, Yuki. Al parecer esto te está afectando más que a mí y eso ya es mucho.

—¡Para nada, estoy bien!... Solo quiero tomar unas copas con mi amigo.— dijo Yuki posando su mano en uno de los hombros de kakashi.

— Yo deje de tomar desde la primera copa.— aclaro kakashi apuntando a su baso aun yendo de sake desde ya media hora.

—¡Pues muy mal!¡ahí está tu... tu problema kakashi, no sabes beber! Pero no pasa naaada, yo te enseño. Pásame la botella.— Yuki alargo su brazo para tomar la botella, pero kakashi la alejó más de él.

— No.

— Vamos no seas aguafiestas, hombre. Tienes que aprender a beber.

— Se beber, cremé.

— A ver, muéstrame. Bebe.

—Claro que no.

— ¡Pero kakashi!...Uuuy, que aguafiestas eres.— exclamo Yuki apoyando su barbilla en la mesa y levanto su labio inferior para tapar un poco el superior, en forma de puchero.

El ambiente entre ellos dos se quedó en silencio. Kakashi miro su sake y lo alejo de él, antes de que lo tentara. Miro a Yuki esperando a que hablara o le de algún indicio de que se tenían que ir, pero no hacía nada, solo se quedaba ahí mirando hacia el frente.

— Lo lamento...— murmuro Yuki logrando la atención de Kakashi.— Hikari estaba enfrente mío cuando sucedió, estaba muy alterada. Debí dejarla sola cuando me lo pidió, quizás esto no hubiese pasado.

— Para nada, eso pudo haber sucedido igualmente, estuvo bien que te hayas quedado. S-sino no estaríamos hablado de esto ahora.— hablo kakashi quebrándosele la voz al final, ni quería pensar lo que hubiera ocurrido si hikari se encontraba sola en ese momento. De verdad agradecía que Yuki hubiera estado ahí, también que se haya propuesto a vigilarla. Al final, había sido bueno tomar aquellas medidas.

— P-pero... ¡no pude hacer nada!¡ni siquiera que confié en mi para contarme lo que sucedía!¿qué clase de sensei soy si mis alumnos no confían en mí?.

— No se lo dijo a nadie, ni a mí.

—...Perdón, yo debería consolarte, no tu a mí. Deeespues de todo, ere el padre.

— Ah, no importa.

— No, si importa. Ahora, cuéntame tus penas hombre. Pero antes, un poco de sake no vendría mal— hablo Yuki extendiendo nuevamente el brazo para tomar la botella, pero kakashi se la apartó otra vez.

Yuki se sentó con un fuerte dolor de cabeza. Miro a su alrededor sin entender en donde se encontraba, pero estaba seguro de que aquella no era su casa. Imágenes de la noche anterior agolparon su mente, al parecer se había pasado con la bebida, otra vez. Quizás debería dejar de pasar por aquellos bares, se ahorraría aquéllos horribles malestares. Pero Yuki ya se conocía, podía decir eso a la mañana, pero en dos días volvería a ir a otro bar y ponerse de esa forma.

— Ten.— le hablo una voz al lado suyo que le hizo sobresaltar. Miro a la persona a quien pertenecía aquella voz, Hatake Kakashi. ¿Cómo no lo había supuesto?, se encontraba en la casa de los Hatake.

Tomo con gusto la taza de té que le estaba dando su amigo y saboreo satisfecho su sabor.

— Gracias. Y lamento lo de anoche.— murmuro Yuki mirando su té pensando en lo ocurrido aquellas semanas. Al parecer los sucesos de la aldea le estaban dando factura junto a su pasado.

— No pasa nada...pero, ¿me puedes devolver mi libro?

Yuki se quedó mirando a kakashi un poco dudoso, ¿era buena idea devolvérselo? Tranquilamente podía chantajear a kakashi para que hiciera cualquier cosa que él le pidiera, solo debía poner la excusa de que así se lo devolvería. Sin embargo, era un simple libro, kakashi podía comprar tranquilamente otro sin ningún apuro. Yuki al darse cuenta de esto suspiro y le devolvió el libro.

— Sigo sin entender como puedes leer eso siendo padre.

— No hago daño a nadie por leer esto.

— Pero eres padre, estas dándole un mal ejemplo a ha-chan.

— Hikari no sabe lo que dice este libro.— contesto kakashi abriendo el libro para así poder leer por lo menos una página.

— En algún momento lo hará, créeme.

Yuki se había ido de la casa de kakashi después de haber desayunado. Kakashi agradecía que no haya querido quedarse por más tiempo, aquella noche no había dormido nada y lo único que quería era acostarse. Aun así, cuando estaba en la cama, no podía conciliar el sueño y este parecía desaparecer por completó de su cuerpo. Lo único que hacía era girar en la cama por horas, teniendo solo su mente para distraerse, pero lo único que hacía era torturarlo. Su mente no dejaba de repetir ese día una y otra vez, solo muy pocas veces lograba olvidarlo y tener un momento tranquiló. Lo demás del día, solo podía ver y escuchar lo último que le había dicho su hija.

Algunas veces su mente también le daba por recordar el día en que le habían dejado a su hija en la puerta. Más exactamente era el momento en que despertó y vio como Hikari intentaba mantenerse de pie con su ayuda. Cuando su mente recordaba aquello, kakashi no podía evitar sonreír entristecido, de la misma manera que lo hacía cuando veía una foto de ella. Le alegraba recordar esos momentos, pero no podía evitar entristecerse solo con la idea de que su hija no volviera del hospital. Ya había perdido a muchas personas, no quería añadir a otra más a esa lista, mucho menos a su propia hija.

— Esto no va a resultar.— comentó rendido kakashi al momento en que se levantaba de la cama. No, ese día no iba a poder conciliar el sueño.

Camino hasta la cocina y se preparó un té para poder despejar su mente por al menos unos minutos.

Miro la hora en el reloj que contaba en una de las paredes y se dio cuenta que estaba llegando tarde al entrenamiento con sasuke, pero no le dio mucha importancia. No había apuro para llegar al entrenamiento, después de todo las visitas del hospital no se abrían hasta las 2 de la tarde y kakashi no quería esperar después de que el entrenamiento acabase. Podía fácilmente buscar a sasuke y decir de cambiar el horario, pero de todas formas llegaría tarde y esperaría, sin ninguna distracción de por medio, a que el horario de visita llegase. Así que para él ese horario era mejor, simplemente podía dejar pasar el tiempo estando acostado en la cama durmiendo o, como ese día que no podía conciliar el sueño, haciendo todo más lento de lo normal. Más tarde, cuando estrenará a sasuke, el tiempo se le pasaría mas rápido.

Por otra parte, kakashi en esos días había dejado de visitar las tumbas de su querido equipo. Solía perder la mayor parte del tiempo en ese lugar, antes de tener algún entrenamiento con sus alumnos, pero ahora ya no podía. No porque sintiera que perdiera el tiempo, todo lo contrario, disfrutaba de visitar a sus compañeros, pero en esos momentos no deseaba recordar a los que había perdido y menos ir a un lugar que le recordara la idea de la muerte.

Había intentado ir una o dos veces, pero siempre se quedaba en la entrada sintiendo un muy horrible sentimientos de impotencia. En aquel lugar se encontraban las personas que no había logrado salvar y el hecho de que su hija estuviera internada en ese momento, solo le provocaba terror e impotencia, porque no había podido evitar que aquello pasara aun cuando lo había intentado. Lo unido que le quedaba era evitar ese lugar que le hacían recordar sus errores y rogar que Hikari se recuperara de aquello lo más pronto posible.

— Bien, es suficiente por hoy, sasuke.— sentencio el hombre de cabellos plateados en el momento en que cerro su preciado libro.

Sasuke volteo a mirarlo con una ceja curvada, apenas y habían entrenado una hora por culpa de que kakashi llegara tarde al entrenamiento.

— Todavía me queda chacra, y apenas hemos comenzado.— menciono el uchiha cruzándose de brazos.

— Lo sé, pero tengo cosas que hacer.— menciono Kakashi guardando su libro y dando medio vuelta para tomar rumbo al hospital. Ya casi iba a ser el horario de visita y quería pasar todo el tiempo que pudiera con Hikari.

Mientras el de cabellos plateados se alejaba, sasuke resoplo. Últimamente habían tenido entrenamientos cada vez más cortos, ya que cada vez kakashi llegaba más tardé a los entrenamientos. Lo curioso era que jamás, desde que había comenzado a retrasarme más de lo acostumbrado, kakashi se iba después de la una y 40. Ese horario se mantenía puntual, ni un minuto más, ni un minuto menos, siempre el mismo horario y con la misma excusa "tengo coas que hacer".

Aquello no le gustaba a Sasuke, él debía fortalecerse para pasar los exámenes y lograr su venganza, pero kakashi no parecía interesarle esto. Sin embargó, no iba a dejar que ese entrenamiento se quedase así. Una hora era muy poco tiempo de entrenamiento, mas debido a que no culpa de sasuke que fuera así sino de kakashi. De esta forma, sasuke corrió hacia el de cabellos plateados y lo intercepto, impidiéndole que siguiera su camino.

—¿Qué?.— hablo tranquilo kakashi aun cuando sabía que estaba perdiendo tiempo. Él había calculado el tiempo exacto para llegar en punto al hospital, así que sasuke lo único que hacia al interponerse era que perdiera tiempo valioso que podría pasar con su hija.

— El entrenamiento no acabo. Es muy poco tiempo, necesito volverme más fuerte y una hora al día no basta.

— Lo lamento, sasuke, pero tengo cosas que hacer. El entrenamiento se acaba aquí por hoy.

— Todavía no controlo bien el Chidori, a este paso no lograre pasar los exámenes. Necesitó que me entrene más tiempo.

—... De acuerdo, mañana entrenaremos por más tiempo, pero hoy se queda hasta aquí.— volvió a repetir el Hatake. Sasuke frunció el ceño, no estaba logrando ll que deseaba.

— Siempre llegas tarde a todas partes, ¿Qué son esas cosas tan importantes que debes hacer que te impiden llegar tarde?¿ tiene que ver con Orochimaru?.

— No, no tienen que ver con Orochimaru.

—¿Entonces?.— comento serio el uchiha, provocando que kakashi suspirara. Él estaba perdiendo demasiado tiempo el esa conversación, necesitaba acabarla lo mas rápido posible e ir con Hikari.

Se preguntó si sería buena idea decirle a Sasuke que hikari estaba internada de gravedad. Ellos dos no se llevaban para nada bien, menos desde que Hikari le había dicho eso aquel día, pero tampoco había razón para esconder el estado de su Hija. Nadie le había prohibido comentarlo, simplemente él no quería decirlo. La razón de eso quizás era porque no podría evitar quebrar la voz al decirlo o porque le dolería mas pronunciarlo en voz alta. De todas forma, debía de salir de aquella conversación rápido y decirlo era la mejor manera. De esa forma se ahorraría reproches más adelante y Sasuke solo lo dejaría irse sin rechistar.

— Hikari está internada en el hospital. Si me voy de aquí 20 minutos antes, llego justo cuando comienza el horario de visita.— explicó el Hatake retomando el camino sin que sasuke se lo impidiese.

— Entiendo.— fue lo único que le pudo decir Sasuke. Aun cuando él deseaba entrenar mas y volverse aún más fuerte, no podía forzar a su maestro a quedarse cuando él deseaba ver a su hija.

Kakashi apresuro un poco el paso para llegar lo más rápido al hospital, la conversación con sasuke le había quitado bastante tiempo y no seseaba perder más. Aterrizo frente a las puertas del edificio y entro, dirigiéndose de inmediato a la zona de terapia intensiva. Al llegar, se detuvo en el mostrador y le dijo al enfermera a quien había ido a visitar y que relación tenía con el paciente, de esa forma lo dejaron pasar sin ningún problema más.

Entro en la habitación en donde se encontraba hikari y pudo verla acostada en la cama. Todavía se encontraba con el respirador artificial y, según los médicos, no se lo iban a sacar hasta que despertara. Aun así, Hikari podría seguir teniéndolo después de despierta, dependiendo del estado en que se encontraban sus pulmones. No obstante, ella comenzaba a tener un mejor color y eso kakashi lo pudo notar al entrar. Ya no estaba tan pálida como días anteriores, sino que ahora tenía su color natural, un hermoso marrón claro.

Kakashi se sentó en la silla que estaba al lado de la cama y observó a su hija para cerciorándose de que todo anda bien. Ella respiraba con tranquilidad y de forma constante, como si se hubiera simplemente dormido. Se veía relajada y bastante bien a comparación de días anteriores, cosa que a kakashi le relajaba bastante. Se alegraba al ver que el tono natural de su hija estaba volviendo, porque aquello le decía que todo estaba yendo bien y que habría muchas posibilidades de que despierte.

Suspiro un poco más relajado, siempre estaba preocupado por ella y hasta que no llegaba al hospital para verla, su mente no lo dejaba de torturar. Era consciente de que aquello era producto de las desgracias de su pasado y el tremendo amor que sentía por si hija, pero no podía lograr que su mente no le haga eso. El temor de perderla era muy grande, tanto que a veces no lo dejaban dormir, tal como había pasado ese día.

Lo único que kakashi quería era que ella despierte y poder volver a ver sus ojos y a escuchar su voz, todo lo demás, eran simples cosas sin importancia. 

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