Bueno ya que nadie escogió, decidí terminarla aquí.

Sé que está mal, pues no es lo esperado, pero me parece lo mejor.

En la guarida del clan del pie, uno de los tantos mutantes que allí habían, revisaba con cuidado los datos que tenia de la más joven de las tortugas, realmente estaba sorprendido con los cambios que este había tenido, no podía esperar mucho para saber cuántos pequeños podría tener ahora. Pero antes de que eso pasara debía primero implantarle un pequeño dispositivo de aceleración embrional, algo que le fue entregado gracias al Kraang.

Con eso, podría hacer que el menor tuviera a sus crías en tan solo una semana, pues la formación de los huevecillos tomaba su tiempo, pero una vez afuera, modificaría su eclosión y luego su crecimiento, también por medio de las maquinarias Kraang.

Por otro lado el menor veía con miedo todo aquello, por culpa de ellos había perdido a sus tres primeros hijos y ahora intentarían una nueva forma de hacerlo procrear, prefería mil veces morir que dejarse usar de esa forma. Para empeorar todo, su tan preciada familia ahora estaba en manos de ellos, no tenía ya ninguna forma de escapar, aquel monstruo había ganado y lo peor es que no se detendría allí, sino que también los usaría a ellos, que por el momento estaban bajo un control mental muy fuerte.

Aun podía recordar como sucedió aquello, como puso en peligro su vida y la de su familia, como se dejó influenciar por ella, a la cual en un momento llamo hermana, si tan solo no hubiera sido un niño, se habría dado cuenta de sus malas intenciones.

Stockman preparo todo y sedo al joven de cinta naranja, procedió con la colocación de aquel dispositivo y luego con la inseminación, realizo el mismo procedimiento en las otras tres tortugas. Claro que ya con anterioridad, había logrado convertirlos en lo que él llamaba unos OMEGAS. Una vez que termino, los encerró por separado en celdas especiales y luego le quito el dispositivo de control mental, los tres mayores se sentían cansados y desorientados, pero sobre todo preocupados, pues estaban confinados en unos cuartos donde sus paredes eran de vidrio templado y evitaban que pudieran comunicarse.

El de rojo, como siempre intento usar su fuerza bruta pero luego de unos minutos se detuvo, agotado y frustrado por no poder escapar de allí. Stockman sonrió al ver que su plan iba perfecto y con calma les hablo a los tres jóvenes.

Stockman: me alegra verlos bien, pero ahora deberán tener paciencia, sobre todo tu rojito, si sigues así, sufrirás un desagradable desangrado y no creo que quieras eso -ríe bajo-

Leo: que fue lo que nos hiciste? -serio-

Stockman: oh, gracias por preguntar -sonríe aun cuando ellos no lo ven- fue simple, los volví como su hermanito, pero me temo que aún no se si les dio el mismo efecto, lo sabré en una semana más o menos

Raph: eres repugnante -gruño molesto-

Donnie: donde esta Mikey? -preocupado-

Stockman: -presiona un botón y una luz frente a ellos se encendió, dejando ver al más chico quien seguía dormido- en esa celda, está igual que ustedes. En tan solo una semana, me dará unos 30 huevitos que luego los haré eclosionar y obligare a esos pequeños a desarrollarse con rapidez, para que así puedan formar parte del ejercito de mi señor destructor -ríe emocionado por su cometido-

Los tres mayores veían y se veían horrorizados por aquello, los estaban obligando a procrear pequeños que solo servirían para la guerra que muy seguramente se avecinaría.

Paso la semana y el vientre de los dos menores habían crecido conciderablemente, después de tres días Stockman confirmo que de los tres el único apto para procrear era el de morado. Aquello tomo por sorpresa a Donatello, quien lo único que pudo hacer fue llorar pues sería otro juguete más de aquel asqueroso sujeto.

Cerca de las ocho de la noche, ambos menores entraron en labor de parto, Stockman estaba fascinado por como nacían los huevos, tardaron alrededor de seis horas en dar a luz, cerca de casi 20 huevitos cada uno. El científico se los llevo y los coloco en aquella extraña incubadora donde alrededor de unas cinco horas ya habían nacido los pequeños, los cuales uno a uno forzó en volverlos grande, estimo una edad cerca de los 15 años.

Lastimosamente después de unas dos horas la mitad de ellos habían muerto, resultado del mal estado del esperma que había obtenido de los mutantes del clan, frustrado desecho aquellas muestras y mientras estos entrenaban y aprendían solo a aceptar ordenes, el controlaba que su sistema no colapsase.

Después de una semana, los 10 soldados nuevos estaban listos para ser presentados ante su señor, aunque sabía que este querría mas de ellos, por lo cual minutos antes de irse, volvió a inseminar a las dos tortugas omegas, aunque esta vez decidió usar también las muestras que tomo de las dos tortugas mayores y del humano, de esa forma sabría que tan buenos especímenes saldrían.

Ambos menores estaban completamente aterrados, no había pasado mucho desde que tuvieron a esos huevitos y nuevamente tendrían más, acaso pensaban tenerlos pariendo a cada momento. Asustados ambos se acurrucaron en un mismo costado, aunque ese cristal les separara se sentían seguro de alguna manera sabiendo que estaban juntos en aquel infierno.

Los nuevos soldados ya estaban mostrando con orgullo su lealtad hacia Shredder,quien bajo aquel casco sonreía triunfante, al fin tendría a esa asquerosa ciudad bajo sus pies y muy pronto al mundo entero.

Nos vemos en otra historia.

Gracias a los que votaron y comentaron.

Besos y cuidensen mucho nwn