Confeciones 3/3
A la mañana siguiente la familia Hamato desayunaba tranquilamente, en una amena charla por parte de los dos menores y el mayor. Splinter escuchaba tranquilo aquello, mientras miraba con calma a su segundo hijo mayor, este parecía estar en su mundo pues apenas si había comido y eso era un poco inusual, ya que eso solo pasaba si algo le molestaba muchísimo o su pequeño hermano lo hacía enojar de más, pero nada de eso parecía ser lo que surcaba la mente del joven.
Al terminar el desayuno Splinter esperaba a sus pupilos en el do-jo, aun preocupado por su segundo hijo, les escucho llegar e inicio con un poco de calentamiento, para luego proseguir con un combate cuerpo a cuerpo y al igual que antes, los finalistas fueron Raphael y Michelangelo.
Raphael, ataco directamente, el menor se defendía con agilidad, mientras devolvía un par de golpes. Para sorpresa de todos el de rojo, pudo ganarle, Splinter felicito a sus cuatro hijos y les permitió retirarse. Cada uno fue a lo suyo, aunque el menor decidió ir a dar un pequeño paseo, Leonardo lo miro preocupado, aunque lo que oyó le sorprendió.
Raph: espera Mikey, iré contigo –acercándose con calma a su hermano-
Mikey: -sonríe con un pequeño rubor- claro, vamos –feliz sale de allí, seguido de su hermano-
Leonardo miro aquello en silencio, realmente le dolía ver así a su hermanito, junto aquel que le rompió el corazón, suspiro un poco y se fue a su cuarto, quizás un poco de paz le despejaría la mente.
En otra parte, Raphael seguía con calma a su hermano. Lo miraba detenidamente, aun no sabía si lo que sentía era realmente amor o solo un simple efecto de esa esencia, era por ello que no sabía si declararse o no, pero aun así debía esperar.
Mikey: oye –se detiene y lo mira- tú... ¿porque decidiste venir?
Raph: -lo mira un momento- no es obvio, para cuidarte, sabes bien que no puedes andar por allí solo
Mikey: oh, ya veo –suspira y sigue caminando-
Ambos caminaban con calma, aunque en un silencio incómodo. Después de un rato el menor decidió volver a casa, lo que no le agrado al mayo, pues aun quería descubrir que sentía realmente. Aun así solo le siguió en silencio.
Al llegar Leonardo les regaño a ambos, pues ya era hora de almorzar y aún no había nada cocinado. Miguel Ángel le vio con gracia mientras aguantaba una pequeña risita, Raphael solo bufo molesto por aquello y le dejo hablando solo, bastante tenía con sus emociones como para apaciguar las de otros, el menor fue tranquilo a la cocina donde cocino algo rápido y delicioso.
Una vez listo llamo a todos, el primero en llegar fue el mayor, quien le dio un pequeño beso en la mejilla con una leve sonrisa, aun no podía sacarse de la mente aquella imagen de ellos dos. Luego llegaron Donatello y Raphael, unos pasos atrás su padre, los cinco comieron con calma, la charla estaba colocada en lo que debían hacer con respecto al Clan del pie y los Kraang. Splinter y Michelangelo escuchaban con calma, ya que no podían interponerse, aunque al menor eso le molesto un poco, pues realmente deseaba ir con ellos.
Al terminar se quedó limpiando, pensando en sus hermanos y en esa misión, algo le decía que sus hermanos estarían en peligro grave, pero no sabía cómo evitarlo, suspiro por enésima vez y al terminar se retiró a su cuarto, necesitaba un poco de descanso. Al entrar vio a su hermano Raphael, echado en la cama, entro y cerro suave por si este dormía, lento se acercó y lo miro detenidamente.
Un pequeño sonrojo se posó en sus mejilla y tímido se acostó a su lado, le abrazo con mucho cariño y lentamente se quedó dormido. A los minutos el mayor se despertó y se sorprendió al verlo allí, mas no le aparto y se abrazó a él. Aun dudaba sobre lo que sentía, pero lo mejor para su hermano era dejarlo en manos de alguien que si lo amara de verdad.
Cerca de las veintitrés horas los tres mayores estaban listos para irse, el menor les mira con preocupación, aún tenía aquella extraña sensación y aunque allá pedido ayuda de los Mutanimales, no se sentía seguro, Splinter apoyo gentil una mano en el hombro de su hijo y luego despidió a los otros tres. Donatello y Raphael salieron animados, Leonardo miro un momento a su hermanito y suave le sonrió, prometiendo volver pronto junto a los otros dos. Aquello de alguna manera calma al menor, quien le regalo una hermosa sonrisa, de esa forma el mayor se marchó junto a los otros tres.
Luego de cuatro horas, los mayores volvieron, curaron las heridas y se retiraron a sus cuartos. Al menos dos de ellos, el de rojo fue al cuarto de su hermano y le miro desde la puerta, entro y cerro, acercándose a él. Suave lo movió y le vio despertarse, sonrió suave para no asustarlo. El menor sonrió y se sentó.
Mikey: recién llegan –bosteza un poco-
Raph: no, pero igual no quisimos molestar –sonríe suave- pero no vine para eso –suspira y lo mira-
Mikey: -lo mira y sonríe suave- dime
Raph: lo estuve pensando y por más que quiera –suspira- no siento nada por ti, si lo siento es por esa esencia que tu cuerpo desprende, es por eso que no quiero que me escojas
Mikey: -aguantando sus ganas de llorar- e-entiendo, gracias por ser sincero y no ilusionarme en vano
Raph: aun así, te estaré cuidando –le abraza- te quiero hermanito y espero que seas feliz
Mikey: gracias –sonríe abrazándole un poco fuerte-
Raph: descansa enano –se separa y retira del cuarto-
Michelangelo suspiro y aun con su corazón destruido trato de volver a dormir. Mañana vería a sus amigos, con ellos podría decidir cuál de los dos sería la mejor opción.
En otra parte, Shredder veía con molestia a sus hombres, nuevamente habían fallado. Necesitaba a esa torpe tortuga. Así que tomaría cartas sobre el asunto, mando a que llamasen a Hun y también a Don Vizioso, aunque este último no le deseaba, necesitaba algo de él.
Saki: pronto te tendré en mis manos –serio viendo hacia la ciudad-
Garra de tigre: mi señor, ya están todos aquí –le informa con cautela-
Saki: perfecto –yendo hasta su trono y tomando su lugar- les tengo un buen trato y una rápida manera para deshacernos de esas estorbosas tortugas
Hun: mh, bueno lo escucho –viéndole serio-
Vizioso: jaja, siempre es un gusto trabajar con usted –sonríe con calma-
Shredder sonrió bajo aquel casco y comenzó a relatar su fabuloso plan.
Okey, aqui esta la continuación.
Gracias por votar y comentar.
Nos vemos ❤
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