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📀✨Disco✨📀

La música retumbaba en las paredes, los colores de las luces giraban en una explosión vibrante de neón, y los cuerpos en la pista de baile se movían al ritmo de la música disco, vestidos con pantalones acampanados, camisas de seda y chaquetas brillantes. La disco, llena de humo y energía, era el lugar perfecto para perderse en el ambiente.

NamJoon miraba a su alrededor, sintiendo el peso de la música en su pecho. Sus hombros se movían al compás, sus ojos buscando entre la multitud a SeokJin, quien, como siempre, lograba destacarse incluso en un lugar tan caótico. NamJoon sintió que su corazón latía un poco más rápido al verlo: SeokJin estaba a la entrada del lugar, con sus amigos, mientras irradiaba su belleza sin el más mínimo esfuerzo.

-Ey...-saludó NamJoon con una sonrisa radiante una vez que se encontró frente a SeokJin. Sus hoyuelos se asomaron al momento de sonreír, provocando que SeokJin sintiera

-Ey...-respondió SeokJin, sonriendo radiante, al mismo tiempo que jugaba con nerviosismo con sus dedos.

Ambos sentían las mariposas revolotear en sus estómagos con el simple hecho de mirarse, justo como había sucedido desde el primer momento en que se habían visto...

SeokJin finalmente notó la mirada de NamJoon y le sonrió, con ese brillo travieso que siempre lograba desarmarlo. Sin pensarlo dos veces, se acercó a él y le tendió la mano.

-¿Vienes a bailar o te quedarás ahí observándome toda la noche? -dijo, con una mezcla de provocación y encanto en su tono.

NamJoon sintió el rubor subir a sus mejillas, pero no pudo resistirse. Tomó la mano de SeokJin y lo siguió al centro de la pista. La música envolvía sus sentidos, y en ese momento, con SeokJin tan cerca, todo lo demás dejó de importar. Se movían al ritmo, sus cuerpos sincronizados casi por instinto, la tensión entre ellos palpitante y tangible.

A medida que la noche avanzaba, los pasos de baile se volvieron más cercanos, sus miradas más intensas. Los roces de sus manos parecían prolongarse unos segundos más de lo necesario, y cada sonrisa, cada intercambio de miradas, añadía más electricidad al ambiente.

En un momento, cuando la canción cambió a un ritmo más suave y sensual, SeokJin apoyó una mano en el hombro de NamJoon, acercándose aún más. Sus ojos se encontraron, y en ese instante, ambos supieron lo que había estado creciendo entre ellos desde el primer día que se conocieron. Las palabras sobraban.

-Eres un buen bailarín, NamJoon -susurró SeokJin, su voz baja y llena de un matiz que lo hizo estremecerse.

NamJoon sonrió, nervioso, pero decidido. -Creo que es tu compañía -respondió, casi sin poder sostenerle la mirada, pero sin apartarse.

El espacio entre ellos se redujo aún más, y antes de darse cuenta, NamJoon inclinó ligeramente la cabeza. SeokJin le sostuvo la mirada, acercándose, y en un suspiro, sus labios se encontraron. Fue un beso suave al principio, lleno de esa tensión acumulada y de un sentimiento que ninguno había admitido hasta ahora. Pero en segundos, el beso se profundizó, sus brazos envolviéndose mutuamente mientras el mundo a su alrededor desaparecía.

La música seguía sonando, pero para ellos, la noche acababa de detenerse...

La gente en la disco estaba demasiado distraída disfrutando del rato como para percatarse que dos hombres se encontraban besándose en medio de la pista. A excepción de una persona que los observaba desde las sombras...

Después de cinco canciones, sus cuerpos exhaustos se dirigieron hacia la barra de la disco en busca de alguna bebida que pudiera calmar su intensa sed.

-¿Puedes creer que nos acabamos de conocer hoy?-mencionó NamJoon incrédulo.

-¿Y que ya nos besamos? Ja, créeme que no lo creo-contestó SeokJin con un toque de ironía, logrando hacer reír a NamJoon-. Si esta mañana alguien me hubiera dicho que conocería a un chico sumamente atractivo, que iríamos juntos a la disco y que nos besaríamos antes de la media noche, seguramente me hubiera reído en su cara.

-Ja, ja, créeme que hubiera hecho lo mismo...-opinó el moreno-. ¿Pero sabes que fue lo mejor?-le preguntó a lo que SeokJin respondió con un gesto.

-¿Qué?-le preguntó SeokJin mientras le daba un trago a su cerveza después de que está llegó a la barra.

-Qué nadie me lo contó y que lo estoy viviendo justo ahora...-le respondió, causando un ligero rubor sobre las mejillas de SeokJin.

-Eres un cursi...-se burló, pues era la única manera de esconder su sonrojo ante la personalidad romántica de NamJoon-. Así es como debes de conquistar a las chicas...-bromeó, sin embargo, una parte de él deseaba que NamJoon desmintiera eso, pues de no ser así, no lo soportaría.

-Creo que con lo que acaba de pasar, está más que claro que a ningúno de los dos nos gustan las chicas...-aclaró NamJoon mientras le daba un trago a su cerveza.

-A mí no me gustan los hombres...-aclaró SeokJin de inmediato, a la espera de la reacción del contrario. Por otro lado, NamJoon frunció su ceño con confusión y un poco de dolor ante lo que acaba de escuchar-. De hecho nunca me han llamado la atención-dijo, para luego crear una pausa-. Hasta que te conocí...-aquellas palabras lograron captar la atención de NamJoon de inmediato, quien sin poder evitarlo se inclinó lo suficiente como para quedar a centímetros de distancia del rostro contrario.

-Lo mismo digo, Jin...-le susurró contra sus labios con su voz varonil y sumamente posesiva.

Definitivamente ese no había sido el NamJoon torpe que había conocido en la tienda de discos, sin embargo, le encantaba. Había quedado completamente fascinado con aquellas dos facetas del moreno y se moría por descubrirlas todas...

SeokJin se sentía derretirse ahí mismo y no precisamente por el ambiente caluroso y lleno de euphoria. Sino por el hombre que estaba frente a él y que lo miraba con profundo deseo através de esos lentes.

Estaban a punto de besarse nuevamente, si no hubiese sido por una mano que giró a NamJoon bruscamente de su hombro. Rompiendo con la burbuja de deseo y pasión que habían creado.

-¡¿Qué crees que estás haciendo, maldito homosexual?!-exclamó el contrario, dirigiéndose a NamJoon.

No permitió a NamJoon hablar, pues a los segundos de haber tirado bruscamente de él, le propuso un golpe en la mejilla.

-¡¿KEN?!-SeokJin exclamó sin poder creer lo que sucedía-. ¡Qué mierda estás haciendo!

-Guarda silencio pequeña zorra. Estoy hablando con este marica.

NamJoon no soportó el simple hecho de que se dirigiera de esa manera hacia SeokJin. Podría soportar el hecho de que le dijera marica, porque ahora sabía perfectamente que lo era y no se arrepentía en lo absoluto. Sin embargo, meterse con SeokJin era otra cosa.

Después de aquel golpe, de inmediato se colocó de pie y le regresó el golpe al idiota de chaqueta de cuero. Esta vez se aseguró de hacerlo el doble de fuerte.

Sin embargo, Ken no se quedó con los brazos cruzados. Gracias a su experiencia en peleas callejeras se puso de pie de inmediato y después saltó sobre NamJoon para comenzar a golpearlo.

Y puede que NamJoon no sea parte de una pandilla como lo era Ken, pero había tomado clases de boxeo y gracias a eso supo defenderse de forma exitosa.

SeokJin estaba sufriendo mucho al ver a NamJoon siendo golpeado, sin embargo, los amigos de Ken evitaban que SeokJin se metiera en la pelea, deteniendo su paso.

No fue hasta que Taehyung, Suga y otras personas más se entrometieron para separarlos y evitar que se fueran a matar. Tanto Ken como NamJoon tenían sangre en sus rostros y puños. Ninguno de los dos había salido ileso y eso es lo que le había dado más coraje a Ken, pues el hecho de que él saliera lastimado no estaba en el plan.

-Me las pagarás, homosexual...-gruñó, al mismo tiempo que lo amenazaba.

NamJoon no mencionó nada, solamente le dio una mirada fulminante al idiota de la chaqueta de cuero, para después tomar a SeokJin de la mano e irse de la disco.

SeokJin quería detenerse y preguntarle a NamJoon por sus heridas, sin embargo este parecía no querer detenerse. Su respiración estaba intranquila y a juzgar por su rápido caminar parecía molesto, solo esperaba que no estuviera molesto con él...

Después de caminar lo suficientemente lejos de la disco se toparon con una pequeña placita, justo dónde había una banca en la cual NamJoon se sentó de inmediato justo antes de que sus piernas comenzaran a fallar.

-N-namJoon, ¿Estás bien?-le preguntó SeokJin con preocupación, al mismo tiempo que tomaba asiento a su lado y trataba de examinar sus heridas-. Ese maldito...-gruñó SeokJin con coraje mientras sufría al ver las heridas que le había dejado el idiota al moreno-. L-lo siento tanto...-susurró SeokJin, para después comenzar a sollozar en silencio.

-Tranquilo, Jinnie. No fue tu culpa...-el mencionado lo miró con sorpresa ante aquel apodo.

-Y-yo...-balbuceó sin saber que decir.

-¿Lo conoces?

-S-sí-asintió, manteniendo su cabeza baja-. Es un vecino del vecindario. Siempre me acosaba y yo siempre le repetía una y otra vez que no me interesaba en lo absoluto. Y al parecer hoy decidió cobrar su venganza...-un suspiro lleno de impotencia escapó de sus labios.

-Tranquilo, no fue tu culpa-repitió NamJoon-. Ese tipo de personas no saben perder e intentan desquitarse con los demás...-le comentó-. ¿Pero sabes algo?-le cuestionó, al mismo tiempo que colocaba su mano sobre la de SeokJin-. Valió completamente la pena...

Mientras las luces tenues de la plaza proyectaban sombras largas sobre el empedrado, NamJoon observaba cómo SeokJin jugaba tímido con una hoja que había caído a sus pies. La risa suave de este último, acompañada del susurro del viento nocturno, parecía llenar cada rincón del lugar con una calidez inusual para aquella hora. NamJoon no pudo evitar sonreír.

-Es tarde -murmuró NamJoon, rompiendo el silencio cómodo que compartían.

SeokJin levantó la vista, con las mejillas ligeramente sonrojadas por el frío, o quizás por algo más.
-Sí, debería irme ya.

NamJoon lo miró fijamente por un instante, como si estuviera debatiendo consigo mismo. Finalmente, se puso de pie y extendió una mano hacia él.
-Te acompaño.

SeokJin lo miró sorprendido, pero no dijo nada. En lugar de eso, aceptó la mano que NamJoon le ofrecía. Sus dedos encajaron con naturalidad, como si aquel contacto hubiera estado destinado a ocurrir desde siempre.

Mientras caminaban por las calles desiertas, el mundo parecía haberse reducido únicamente a ellos dos. No había ojos curiosos, ni juicios silenciosos; solo el suave roce de sus manos y el eco de sus pasos en la noche.

NamJoon se atrevió a hablar, su voz baja y un poco insegura:
-Volveremos a vernos, ¿Verdad?

SeokJin lo miró de reojo, con una sonrisa dulce iluminando su rostro.
-Por supuesto...

Y en ese instante, mientras doblaban una esquina, ambos se dieron cuenta de que aquel pequeño gesto significaba más que cualquier palabra. Caminaban hacia lo desconocido, pero lo hacían juntos, sin miedo. Y esa noche, bajo la mirada cómplice de la luna, parecía que nada más importaba...

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