Capitulo 6
Un día soleado en Seúl, Jungkook se preparaba para un fanmeeting especial con campanitas, emocionado por encontrarse con sus admiradores y compartir un momento único con ellos. El ambiente estaba lleno de energía y alegría mientras saludaba a sus fans, firmando autógrafos y tomándose fotos.
Sin embargo, en medio de la multitud entusiasta, Jungkook percibió un destello de peligro en la mirada de un hombre que se acercaba a él de manera sospechosa. Una sensación de alerta se apoderó de él, y supo en ese instante que algo no estaba bien.
En ese preciso momento, Taehyung, que había estado vigilando desde las sombras como siempre, notó la tensión en el rostro de Jungkook y supo que algo andaba mal. Sin dudarlo, salió de su escondite, cubriendo su rostro con una mascarilla para no ser reconocido, y se acercó sigilosamente al hombre que parecía representar una amenaza.
Antes de que el individuo pudiera hacer ningún movimiento, Taehyung actuó con rapidez y precisión. Con un movimiento experto, neutralizó al intruso, dejándolo inconsciente en el suelo antes de que pudiera causar daño alguno a Jungkook.
Jungkook, sorprendido por la rapidez con la que todo había sucedido, miró a su alrededor buscando a su salvador. En ese momento, vio a Taehyung entre la multitud, con una mirada determinada pero tranquila en sus ojos.
–¡Tae!, –exclamó Jungkook, sorprendido y agradecido al mismo tiempo.
Taehyung asintió levemente, indicándole a Jungkook que todo estaba bajo control. Sin decir una palabra, volvió a desaparecer entre las sombras, dejando a Jungkook y a los fans atónitos y agradecidos por su intervención oportuna.
....
Después del incidente, Jungkook se acercó a sus fans, agradeciéndoles por su apoyo y asegurándoles que estaba bien. Sin embargo, en su corazón, sabía que debía expresar su gratitud de manera especial a la persona que siempre estaba dispuesta a protegerlo, incluso en las sombras.
Esa noche, Jungkook encontró a Taehyung en un rincón tranquilo, lejos de las miradas curiosas. Sin decir una palabra, se acercó a él y lo abrazó con fuerza, dejando que el gesto transmitiera toda la gratitud y la confianza que sentía hacia su protector.
Taehyung aceptó el abrazo con calidez, sintiendo en su corazón la importancia de su papel como protector de Jungkook. A pesar de las emociones encontradas que lo habían atormentado, sabía que su amistad con Jungkook era algo invaluable, algo que estaba más allá de las palabras.
Después del abrazo, Jungkook y Taehyung se sentaron juntos, compartiendo un momento de silencio cómodo y significativo. No necesitaban palabras para entenderse; su conexión era tan profunda que podían comunicarse sin siquiera hablar.
Finalmente, Jungkook rompió el silencio.
–Gracias, Tae. Por siempre estar ahí para protegerme, por ser mi guardián en las sombras.
Taehyung asintió con una sonrisa suave en los labios.
–Siempre estaré ahí para ti, Jungkook. Esa es mi promesa. Yo te protegeré
Ambos sabían que su amistad era algo especial, algo que trascendió obstáculos y desafíos. Se miraron a los ojos, compartiendo un entendimiento profundo que les daba fuerzas para seguir adelante, juntos.
Luego de ese momento Tae se fue a verificar si todo seguía en orden.
....
Esa misma noche, la luna llena iluminaba el cielo de Seúl con una claridad mágica. Jungkook se encontraba en la azotea del edificio de la compañía, buscando un momento de paz y reflexión. El viento fresco acariciaba su rostro, y su mente no podía dejar de pensar en Tae.
No pasó mucho tiempo antes de que Tae apareciera en la azotea, su silueta alta y esbelta destacándose contra el cielo nocturno. Jungkook lo miró, sus ojos reflejando una mezcla de gratitud y algo más profundo, algo que no podía identificar del todo.
–Tae, quería agradecerte otra vez por lo que hiciste hoy,– dijo Jungkook, su voz suave pero firme. –Si no hubieras estado allí...
–No necesitas agradecerme, Jungkook,–interrumpió Tae, acercándose despacio.– Siempre estaré allí para ti. Sabes que eres muy importante para mí.
Los dos se quedaron en silencio por un momento, solo el sonido del viento y los ruidos lejanos de la ciudad llenando el espacio entre ellos. Tae finalmente rompió el silencio, su voz teñida de una emoción que Jungkook no había escuchado antes.
–Jungkook, hay algo que he querido decirte desde hace hace un tiempo,comenzó Tae, sus ojos brillando con una intensidad inusual.
–No solo soy tu cuidador ninja. No solo soy tu amigo.
Jungkook sintió su corazón latir más rápido, una mezcla de anticipación y nerviosismo llenando su pecho.
–¿Qué es, Tae? Puedes decirme lo que sea.
Tae dio un paso más hacia él, cerrando la distancia entre ellos. Sus manos temblaban ligeramente mientras las levantaba para tomar las de Jungkook.
–Jungkook, te amo. No solo como amigo, no solo como alguien a quien quiero proteger. Te amo de una manera que va más allá de todo eso.
El tiempo pareció detenerse. Jungkook sintió una ola de emociones abrumadoras, y antes de que pudiera procesarlas del todo, Tae se inclinó hacia él y lo besó. Fue un beso suave, lleno de ternura y sinceridad, como si Tae estuviera poniendo todo su corazón en ese único gesto.
Jungkook cerró los ojos y devolvió el beso, sintiendo que cada barrera entre ellos se desmoronaba. Cuando finalmente se separaron, ambos estaban respirando pesadamente, sus frentes tocándose mientras mantenían los ojos cerrados.
–Tae,– susurró Jungkook, con una sonrisa tímida dibujándose en sus labios. –.Yo también te amo. Siempre lo he hecho, solo que no sabía cómo decírtelo.
Tae sonrió, una mezcla de alivio y felicidad pura reflejada en su rostro.
–Entonces, vamos a amarnos sin reservas, sin miedo. Porque eso es lo que siempre hemos querido, ¿verdad?
Jungkook asintió, sus manos aún entrelazadas con las de Tae.
–Sí, eso es lo que siempre hemos querido.
Bajo la luz de la luna, se abrazaron, sintiendo que finalmente habían encontrado su lugar en el mundo, el uno en el otro. Y en ese momento, supieron que, pase lo que pase, enfrentarían el futuro juntos.
.....
Días después de la confesión bajo la luna, la vida cotidiana de Jungkook y Tae continuó con la misma rutina de siempre, al menos en la superficie. En el corazón de cada día, sin embargo, había una nueva y palpable conexión entre ellos, una corriente de amor y comprensión que los unía de manera invisible pero inquebrantable.
Tae seguía siendo el cuidador ninja de Jungkook, su protector incondicional. Durante las prácticas, los conciertos y las entrevistas, Tae permanecía en las sombras, vigilante y alerta. Su entrenamiento y su dedicación al trabajo no habían disminuido; si acaso, su determinación se había intensificado con la nueva profundidad de sus sentimientos.
Una noche, después de una larga sesión de grabación en el estudio, Jungkook se dirigió al gimnasio de la compañía para liberar un poco de estrés. Tae, como siempre, lo siguió desde una distancia prudente, asegurándose de que estuviera a salvo. Aunque ambos sabían que su relación había cambiado, Tae se mantenía profesional, cumpliendo su deber con la misma seriedad de siempre.
Mientras Jungkook levantaba pesas, Tae observaba desde una esquina oscura, su presencia casi imperceptible. Pero Jungkook sabía que estaba allí. Podía sentir la mirada atenta de Tae, lo que le daba una sensación de seguridad y bienestar que iba más allá de lo físico.
Después de terminar su rutina de ejercicios, Jungkook se dirigió a la ducha y luego volvió a la sala de entrenamiento. Se sentó en un banco, secándose el sudor y respirando profundamente. Sabía que Tae emergería de las sombras en cualquier momento.
Y así fue. Sin hacer ruido, Tae se acercó y se sentó a su lado.
–¿Cómo te sientes?– preguntó con una sonrisa suave.
–Mejor, –respondió Jungkook, devolviéndole la sonrisa.– Gracias por estar siempre aquí, Tae. Sé que tu trabajo es protegerme, pero siento que haces mucho más que eso.
Tae asintió, sus ojos reflejando una mezcla de amor y preocupación.
–Siempre estaré aquí para ti, Jungkook. No solo porque es mi trabajo, sino porque te amo. Quiero asegurarme de que siempre estés bien, en todos los sentidos.
Jungkook extendió una mano y tomó la de Tae, apretándola con firmeza.
–Lo sé. Y eso significa más para mí de lo que puedes imaginar. Pero quiero que sepas que también quiero cuidarte. No quiero que siempre sientas que llevas todo el peso tú solo.
Tae sonrió, una calidez emanando de sus ojos.
–Lo sé, y eso me hace feliz, Jungkook. Pero por ahora, déjame hacer mi trabajo. Déjame cuidarte como siempre lo he hecho. Porque eso también me da paz.
Jungkook asintió, aceptando las palabras de Tae. Sabía que había verdad en ellas, y que su relación, aunque más profunda ahora, seguía siendo un equilibrio entre su amor y las responsabilidades que cada uno tenía.
–Está bien, Tae. Pero recuerda que no estás solo. Estoy aquí para ti, siempre.
Se quedaron en silencio, disfrutando de la compañía mutua. La noche avanzaba, pero para ellos, el tiempo parecía detenerse. Sabían que el camino por delante no sería fácil, pero estaban dispuestos a enfrentarlo juntos. Tae seguiría siendo el vigilante en las sombras, y Jungkook, su razón para seguir adelante.
Con una última mirada llena de promesas y comprensión, se levantaron y salieron del gimnasio.
.....
Les dejo un nuevo capítulo
Mis bell@s lectores🥰🥰
Por fin lo que tanto querían 🤭
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