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capitulo 3

Las estrellas parecían parpadear con un conocimiento secreto, observando desde la inmensidad del espacio mientras Taehyung se movía entre las sombras, un fantasma entre los mortales. Su misión, simple en palabras pero compleja en significado, era proteger a Jungkook, una tarea que había comenzado como un deber y se había convertido en un acto de devoción silenciosa.

Pero en el corazón de Taehyung, una tormenta se estaba gestando. Emociones desconocidas habían comenzado a asaltar su mente disciplinada, emociones que no podía ni debía albergar. Cada vez que Jungkook sonreía, cada vez que se esforzaba por ayudar a los demás, cada vez que mostraba su genuino cariño por el mundo, Taehyung se encontraba luchando contra un enemigo interno el nacimiento de un afecto profundo y perturbador.

Noche tras noche, Taehyung se repetía a sí mismo que debía permanecer en las sombras, que su vida como ninja no le permitía la libertad de los sentimientos que empezaban a florecer en su interior. Era un vigilante, un protector, y nada más. No podía arriesgar la seguridad de Jungkook por caprichos personales.

En esta noche en particular, mientras la luna colgaba baja y audaz en el cielo, Taehyung seguía a Jungkook desde las alturas mientras este caminaba por un callejón solitario. El ninja estaba listo para intervenir en cualquier momento, sus sentidos agudizados, su cuerpo tenso y preparado.

De repente, un grupo de figuras emergió de las sombras, bloqueando el camino de Jungkook. Taehyung sintió cómo su pulso se aceleraba, no por temor a la confrontación, sino por la preocupación que invadía su ser. Esta era la prueba de fuego, el momento en que debía elegir entre su corazón y su deber.

Sin una pizca de duda, Taehyung descendió en un silencioso salto, su figura apenas visible en la oscuridad. Los atacantes apenas tuvieron tiempo de reaccionar antes de ser neutralizados con una precisión quirúrgica. Taehyung se movía con una gracia letal, cada golpe un susurro mortal que los dejaba incapacitados en el suelo.

Jungkook, sorprendido pero ileso, buscó a su salvador con la mirada, pero Taehyung ya se había desvanecido en la oscuridad, como si nunca hubiera estado allí. Respirando hondo para calmar su corazón acelerado, el ninja se reprendió por la turbación que había sentido. No podía permitirse tales distracciones.

Esa noche, Taehyung tomó una decisión firme. Aunque su corazón anhelara la luz que Jungkook representaba, su camino era el de la sombra y el silencio. No habría más vacilaciones, no habría más dudas. Su rol era ser el escudo en la oscuridad, la presencia invisible que garantizaba la seguridad de Jungkook.

Taehyung ascendió a los tejados una vez más, su figura se fundió con la noche. Mientras las estrellas continuaban su vigilancia eterna, el ninja se comprometió a seguir su deber, dejando sus emociones dispersas en la brisa nocturna, un sacrificio necesario para el camino que había elegido. La protección de Jungkook estaba por encima de todo, y así sería hasta el final de sus días.

.......

Taehyung se movía por los tejados de Seúl con la gracia y el silencio de una sombra viva. Su mente, usualmente un santuario de concentración y calma, estaba revuelta por la tormenta de sentimientos que se había prometido ignorar. Sin embargo, cada suspiro de la noche le recordaba a Jungkook, y cada latido de su corazón le señalaba el peso de sus cadenas autoimpuestas.

A pesar de la resolución de Taehyung de mantenerse alejado de los sentimientos que lo ataban a Jungkook, su tarea de protegerlo no había dejado de acercarlo al joven. Era un ciclo interminable cuanto más se esforzaba por ser indiferente, más se daba cuenta de cuánto significaba Jungkook para él. Pero en el código no escrito de los ninjas, el deber prevalecía sobre el deseo, y el honor sobre el corazón.

Una noche, mientras la ciudad zumbaba con la vida de la medianoche, una llamada de auxilio llegó a los oídos de Taehyung. No era una súplica audible, sino una perturbación en el equilibrio que él había aprendido a detectar. Jungkook estaba en peligro.

Sin un segundo pensamiento, Taehyung se lanzó hacia la fuente del disturbio. Llegó justo a tiempo para ver a Jungkook luchando contra las garras de un peligro que era demasiado para un hombre común. Con la velocidad de un rayo, Taehyung se unió a la refriega, su presencia apenas un destello en la periferia de la visión de Jungkook.

La batalla fue breve y silenciosa, con Taehyung manejando el combate con una letalidad fría y calculada. Los atacantes cayeron uno a uno, hasta que solo quedaron Jungkook y su guardián en la penumbra. Respirando con dificultad, Jungkook intentó agradecer a su salvador, pero Taehyung ya estaba retrocediendo hacia las sombras, su corazón latiendo en un duelo entre la necesidad de marcharse y el deseo de quedarse.

–¿Por qué te vas ?–preguntó Jungkook, su voz resonando con una mezcla de gratitud y confusión.

Taehyung se detuvo, pero no se volvió.

–Lo siento,– dijo con su voz oculta bajo la capa de la noche. –Solo hago mi trabajo

–Espera,–insistió Jungkook, y por primera vez, Taehyung sintió una verdadera vacilación.

–Tu camino es seguro ahora,–fue todo lo que Taehyung permitió antes de desaparecer completamente.

A medida que las noches pasaban, la presencia de Taehyung se convertía en un susurro, una leyenda urbana que los ciudadanos de Seúl empezaron a susurrar con reverencia. Para Jungkook, se había convertido en un ángel guardián, un protector que siempre parecía estar cerca cuando la necesidad lo llamaba.

Para Taehyung, el alejamiento era una prueba de fuego constante. Su deber como ninja había sido claro desde el principio, pero nunca había contado con que su corazón se volviera un campo de batalla. Al final de cada noche, cuando se retiraba a la soledad de su existencia, se permitía un momento para dejar salir el aliento que había estado conteniendo, permitiendo que sus emociones se desvanecieran en el aire frío.

El guardián de Jungkook había hecho su elección seguiría protegiéndolo desde las sombras, manteniendo su corazón encadenado por el bien mayor. Era el precio de ser un ninja, el costo de un amor que nunca podría ser expresado. Y así, en el silencio de la noche, Taehyung continuaba su eterno vigilar, la sombra que amaba desde lejos.




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Les dejo un nuevo capítulo
Mis bellas lectoras 🥰🥰

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