Capitulo 1
La luz de los reflectores iluminaba su rostro mientras Jeon Jungkook, ídolo del K-Pop, culminaba otra actuación perfecta. El rugido de la multitud era una sinfonía a la que estaba acostumbrado, una melodía que le recordaba constantemente su éxito y su fama. Pero detrás de la euforia y los aplausos, una sombra se había posado sobre su vida cotidiana, una sombra que crecía más oscura y amenazante con cada carta, cada regalo no solicitado, cada propuesta de amor que cruzaba la línea de la admiración a la obsesión.
Había llegado al punto en que cada paso fuera de su hogar se sentía como un riesgo calculado, cada sonrisa a la cámara podía ser interpretada como una señal por alguien con intenciones erróneas. El miedo se había infiltrado en su corazón, un miedo que no podía sacudirse, no importaba cuántas veces su manager, Kim Namjoon, le asegurara que estaba a salvo.
Namjoon, conocido por su inteligencia y su capacidad para manejar situaciones difíciles, había tomado la decisión. No podía permitir que la estrella de su compañía, el ídolo que había ayudado a construir, se desmoronara bajo la presión de una amenaza invisible. Era hora de actuar, y para ello, recurrió a los más capaces, a aquellos cuya existencia misma era un rumor, susurrado en las sombras de la industria.
El cuartel de ninjas, conocido solo por unos pocos elegidos, era dirigido por un hombre de habilidades legendarias, Kim Taehyung. Taehyung, con su aura enigmática y su mirada penetrante, era una figura que inspiraba tanto respeto como temor. Pocos conocían su rostro, y menos aún podían afirmar haber trabajado con él. Pero su reputación lo precedía, y Namjoon sabía que si alguien podía proteger a Jungkook, era el líder de los ninjas.
Tras una reunión clandestina, donde las sombras parecían escuchar y los silencios hablaban, Namjoon y Taehyung llegaron a un acuerdo. Taehyung y sus hombres se convertirían en los guardianes indetectables de Jungkook, protegiéndolo de aquellos que no entendían que el amor podía ser tan destructivo como cualquier arma.
La primera vez que Jungkook y Taehyung se encontraron, fue bajo la falsa luz del atardecer, en los jardines privados de la residencia del ídolo. Taehyung se materializó como un susurro del viento, su presencia era casi imperceptible.
–Jeon Jungkook,–comenzó Taehyung, su voz era suave pero portaba una firmeza que capturó la atención del joven inmediatamente.
–Soy Kim Taehyung. A partir de este momento, mi equipo y yo velaremos por tu seguridad. No conocerás nuestros rostros, ni nuestros movimientos. Seremos sombras en la periferia de tu visión, pero te aseguro que estarás protegido.
Jungkook, aunque inicialmente desconcertado por la necesidad de tales medidas, encontró un extraño consuelo en la confianza que emanaba Taehyung. Por primera vez en meses, se permitió relajarse, aunque fuera un poco.
Los días pasaron, y la presencia de Taehyung y su equipo era tan discreta que Jungkook a veces se preguntaba si realmente estaban allí. Pero pequeños indicios, una puerta cerrada que antes estaba abierta, una brisa extraña en un pasillo sin corriente de aire, le recordaban que sus guardianes estaban siempre cerca, siempre vigilantes.
Sin embargo, lo que Jungkook no sabía era que Taehyung había tomado una decisión sin precedentes. En lugar de delegar la tarea a su equipo, había decidido personalmente asumir el papel del protector más cercano a Jungkook. Taehyung sentía una extraña conexión con el joven ídolo, una sensación de que sus destinos estaban entrelazados de alguna manera que no podía explicar.
Con el tiempo, Jungkook comenzó a sentir la presencia de Taehyung, aunque invisible a los ojos, como un constante consuelo. Cada mirada al vacío, cada palabra al aire, cada suspiro en la soledad de su habitación, parecía ser escuchado y comprendido por su silencioso protector.
.....
Mientras tanto, Taehyung observaba desde las sombras, estudiando a Jungkook con una intensidad que iba más allá del deber. Veía cómo el ídolo manejaba su fama con humildad, cómo sonreía con sinceridad a cada miembro del personal que trabajaba detrás del escenario, cómo dedicaba horas de práctica a perfeccionar cada movimiento, cada nota de su música. Taehyung empezó a entender que Jungkook no era solo un ídolo, era un artista apasionado, y esa pasión era la que atraía a tantos, incluido él mismo.
El trabajo de Taehyung era invisible, pero su impacto era palpable. Las cartas perturbadoras cesaron, los regalos no deseados ya no aparecían en la puerta de Jungkook. La paz regresó a la vida del ídolo, aunque el misterio de quién o qué había estado detrás de esa obsesión seguía sin resolverse.
Namjoon observaba los cambios con aprobación, pero también con curiosidad. Taehyung había prometido eficacia, pero había entregado algo más, algo que había devuelto la luz a los ojos de Jungkook. Namjoon no podía dejar de preguntarse qué clase de magia estaba trabajando el elusivo líder de los ninjas.
Un día, durante una sesión de fotos nocturna en un antiguo palacio coreano, la realidad de la amenaza volvió a golpear. Un individuo, cegado por una obsesión enfermiza, había logrado burlar la seguridad y se encontraba escondido entre las sombras, esperando el momento para acercarse a Jungkook.
El equipo de seguridad estaba en alerta máxima, pero fue Taehyung quien detectó la presencia del intruso, moviéndose con una velocidad sobrehumana, una sombra entre sombras, hasta que el peligro fue neutralizado, y el individuo estaba bajo control, atado y amordazado, antes de que Jungkook siquiera notara que algo estaba mal.
A pesar del peligro, Jungkook nunca vio el rostro de su salvador. Todo lo que sintió fue una brisa fría y la débil sensación de que alguien, en algún lugar, había estado increíblemente cerca. El incidente pasó sin que Jungkook se diera cuenta de la gravedad de la situación, protegido por la eficiencia de Taehyung y su equipo.
La noche después del incidente, Taehyung se presentó ante Jungkook, una figura oscura contra el paisaje nocturno de Seúl.
–Estás seguro, Jungkook. Siempre lo estarás mientras yo esté aquí,– dijo Taehyung, su voz apenas más que un murmullo.
Jungkook, sintiendo una conexión inexplicable, respondió,
–¿Quién eres realmente, Taehyung? ¿Por qué siento que te conozco, a pesar de que nunca veo tu rostro?
Taehyung se acercó, permitiendo que la luz de la luna revelara su rostro por primera vez.
–Soy alguien que entiende lo que es vivir con una máscara. Alguien que ve la verdad detrás de tu sonrisa. Alguien que, desde las sombras, te protegerá.
Jungkook miró a Taehyung, viendo no solo al ninja, sino al hombre, y sintiendo una profunda gratitud y una complicada maraña de emociones que no podía desenredar.
–Gracias, Taehyung. Por todo.
Taehyung asintió, su expresión era inescrutable, pero sus ojos revelaban una calidez que contradecía su apariencia fría.
–Es mi deber, y mi honor,–respondió, antes de desaparecer una vez más en la noche.
Mientras los días se convertían en semanas, y las semanas en meses, la presencia de Taehyung se convirtió en un faro constante en la vida de Jungkook, un recordatorio silencioso de que, incluso en un mundo donde era amado por millones, había alguien que velaba por él no por su fama, sino por su bienestar.
Y aunque cada uno volvía a sus responsabilidades, el vínculo entre ellos se tejía más fuerte con cada encuentro fugaz, con cada mirada que cruzaban, con cada palabra no dicha.
.....
Les dejo un nuevo capítulo de esta nueva historia
Espero que les guste 🥰💞
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