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Capitulo 15.

Para @lnx349

Gracias por el apoyo al fanfiction 

y por decidir quedarte en cada capítulo 

alentándome con los votos y comentarios.


«El caballero vs el esclavo»

Miró al espejo que reflejó su expresión seria en el rostro, sintió mucha confianza en ese momento ganando fuerza de flaqueza armándose de valor inhalando grandes cantidades de oxígeno hinchando sus pulmones, cerró los dedos en las palmas de sus manos hasta concentrarlos en puños. Los latidos de su corazón aumentaron al igual que la adrenalina. Cerró los ojos y visualizó a su padre entrar al gran salón seguido de los lacayos yendo en busca de su madre para conversar los asuntos que lo obligaron a salir. Sabía que no querían interrupciones cuando se encerraban en el despacho para platicar a excepción de que sea un caso de emergencia.

"Tú puedes, no seas cobarde" .

Hinchó sus pulmones de aire una última vez abriendo sus manos al igual que los ojos. Miró hacia la ventana centrando su vista en la pequeña abertura entre las cortinas alcanzando a ver la cúspide de la torre donde tenían prisionero a su nuevo guardaespaldas y agudizó el oído logrando escuchar a los caballos. Tomó su abrigo que estaba al pie de la cama y salió a paso firme de la habitación caminando por todo el largo del pasillo concentrando toda su atención en las palabras que usaría con la mente fija en su objetivo. Las velas de cera de abejas colocadas en los candelabros para la iluminación se estaban consumiendo y algunas fueron apagándose con el paso certero de Elise levándose la larga falda del vestido al caminar. La mirada desafiante que sostenía la hizo abrirse paso en medio de algunos guardias con los que se topaban y que vigilaban la mansión quienes fueron obligados a hacerse a un lado sin que ella diga una sola palabra. Dobló la esquina a paso apresurado logrando que la falda tomara vuelo, visualizó a lo lejos el despacho de su padre. Solo unos minutos más le tomaría llegar a la puerta, un poco más, un poco más cuando estuvo a punto de llegar alguien se cruzó en su camino saliendo del cruce con otro pasillo chocando con esa persona topándose con alguien inesperado.

 —Auch... —se quejó sujetando la punta de su nariz con el dedo pulgar y el índice cerrando los ojos sintiendo el dolor recorrer el puente —No aparezca así —dijo frotándose.

 —Entonces debería mejorar mi entrada, hermanita...

La voz la reconoció al instante poniéndola en guardia e inmediatamente abrió los ojos encontrándose con Jéremie, su galante hermano mayor que vestía como todo un caballero usando una camisa de seda bordada de manga larga con cuello alto acompañado de una chaqueta de brocado estrecha en la cintura y amplia en la cadera  combinándolo con un pantalón ajustado hasta las rodillas, medias de seda y un calzado que eran un par de botas largas hasta debajo de la rodilla de tacó bajo con broche y hebillas. No era necesario que usara tacones pues era tan alto como Katsumoto, de cabellos rubios y de facciones finas como su madre. Muy apuesto.

 —Cuánto tiempo, hermanita—sonrió el mencionado mirando a Elise con agrado —Sigues actuando descuidadamente.

 —¡Volviste! —ensanchó una gran sonrisa y se arrojó a su hermano que la recibió con los brazos abiertos girando su cuerpo. La risa de ambos se mezcló y antes de que ella se mareara se detuvo bajándola con cuidado —Pero...Pero nuestro padre dijo que no volverías hasta la semana próxima. ¿C-Cómo conseguiste regresar con este clima?

 —Uhm, bueno quise darles una sorpresa—respondió Jéremie acariciando la mejilla de su hermana con el pulgar mirándola con cariño—Tengo mis métodos, Elise.

 —¿Y conseguiste alguna afortunada en Japón? —provocándole una sonrisa por las muestras de afecto dándole pequeños codazos en el pecho de su este.

 —Eh, la verdad no —dice—. Pero traje a alguien muy interesante, Elise.

 —Ah, ¿Sí? —contesta balanceando su cuerpo de un lado a otro mordiéndose el labio inferior por la intriga —¿Puedo saber quién es?

 —Pronto, hermanita —dice Jéremie ahuecando el hombro de su hermana con la palma de la mano pasando de ella —. Ahora debo ir con nuestros padres para ponerlos al tanto de todo —comentó cambiando su aptitud a uno más serio.

El cambio en su hermano llenó de intriga y recordó que ella también quería verlos.

 —Entraré contigo —contesta adelantándose para colocarse frente a su Jéremie.

 —¿Hablas en serio, Elise? —cuestiona notando un cambio en ella, pues su hermana jamás se involucraba en estos asuntos.

 —En mis manos está la vida de alguien —responde levantando la barbilla mirándolo con absoluta seriedad —Tengo la responsabilidad de protegerlo.

Los intensos ojos verdes de Jéremie observaron a Elise con admiración inclinando su cabeza hacia un lado.

 —Estas madurando, pequeña...

 —Gracias. —responde con una sonrisa.

 —Bien... —suspiró Jéremie con fuerza revolviendo su cabello rubio con la mano —Entremos.

Su hermano cubrió el pomo de la puerta con la mano girándola abriéndola con un chillido y extendió el brazo invitando a pasar primero a Elise quien le dio una mirada que reflejaba ansiedad en sus ojos.

"No te acobardes".

—Estoy contigo—susurró su hermano guiándole el ojo sonriendo.

Elise asintió con un movimiento suave de cabeza y cruzó el marco de la puerta seguida de su hermano.

—¡Jéremie! —exclamó su madre con sorpresa alegrándose al instante levantándose del asiento que ocupaba— Que alegría, hijo. Ven siéntate con nosotros—lo recibió con los brazos abiertos para darle un cálido abrazo y un beso en la mejilla— ¡Pero que guapo te pusiste!

—Hijo...—interrumpió el conde Eduardo levantándose de su asiento mirándolo a los ojos con intención de ir directo al grano.

—Ya sé padre—responde tomando asiento a lado de su madre que estaba frente al escritorio de su padre y Elise ocupó el asiento que estaba libre a lado de Jéremie.

—Está casi hecho—dice Jéremie.

—¿Casi? —pregunta la condesa Eleonor entrecerrando los ojos frunciendo levemente el ceño mirando a su hijo y luego a su esposo.

—Quieren garantías—contesta él sin dejar de mirar a su padre—Pusieron condiciones.

—¿Cuáles? —pregunta el conde apoyando el peso de sus brazos sobre el escritorio inclinándose muy interesado en este giro que tomaron sus asuntos—. ¿Qué desean?

—Reforzar la alianza que hiciste con ellos hace años.

—¿Reforzar? —entrecerró los ojos mirando a su hijo

Elise miraba a su padre y a Jéremie interesada en el tema al igual que su madre.

—Si, padre—dice y cierra los ojos preparándose para lo que sigue—Hablo de matrimonio.

La expresión de los condes cambió  totalmente notándose su desaprobación.

—¿Matrimonio?—preguntó la condesa Eleonor ajustándose en la silla— ¿Y quién ofreció a su heredero para esa unión? ¿A quién eligieron como cónyuge?

 —El clan Gojo quiere que se case su heredero—contestó jéremie abriendo los ojos para mirar a su madre.

—¿Con quién? —se impacientó Eleonor buscando la respuesta en los ojos de su hijo.

La mirada de Jéremie pasó de su madre a su hermana.

—Ellos quieren a Elise.

Los tres le dirigieron miradas a la doncella cada uno reaccionando de forma distinta, pero todos preocupados por la repentina pedida de mano.

***

El constante sonido de las gotas golpeando el suelo haciendo eco en la prisión le daban una sensación de calma. Mantenía los ojos cerrados concentrado en escuchar atentamente los pasos de los guardias calculando la distancia que podría tener aquel largo pasillo tejiendo un plan para poder huir.  

Debía ser cauteloso y prudente, nadie a excepción de los condes sabían de la existencia de los hechiceros. Exponerlos iba a ser contraproducente y tal vez causaría un problema aún mayor afectando indirectamente a su gente.

"Hay quince guardias custodiando la entrada y por el número de pisadas que contabilicé el pasillo es bastante amplio. Debo ser cuidadoso", pensó reconstruyendo en su cabeza los interiores de la torre buscando puntos flacos donde pueda escabullirse sin problemas.

Abrió los ojos sintiéndose a gusto inmediatamente por la oscuridad que gobernaba la habitación esperando el momento correcto para atacar. Toda su concentración se redireccionó al oír pasos acercándose a la puerta.

El sonido de un manojo de llaves, el de un candado cayendo al suelo y la luz que se extendía por debajo de la puerta siendo opacada por la sombra de alguien lo pusieron en alerta. 

Ahuecó los bordes de la cama con las manos y entrecerró los ojos esperando que ver quien estaba detrás listo para un posible ataque. 

Un par de botas de color café se hicieron notar gracias a la luz que entraba del pasillo y el misterioso hombre se adentró a la prisión encendiendo cerillos para colocar unas nuevas velas de cera en el candelabro. El destello de luz dejó ver a un hombre elegante de cabello rubio y ojos verdes que se aproximó a la silla para ocuparla poniéndose frente a él.

—Me da gusto volver a verte, Katsumoto —saluda con una sonrisa amable cerrando los ojos inclinando la cabeza hacia un costado—. ¿Me recuerdas? Soy ...

—Jéremie —lo corta endureciendo su rostro al instante con una mirada despectiva.

El mencionado deja escapar una pequeña risa cerrando los ojos por un momento. Se ajusta en la silla, levanta la barbilla enderezando su postura dispuesto a hablar y ser escuchado por este rebelde.

—Lamento lo que ocurrió con tu pueblo, pero estoy dispuesto a ...

—¿¡Dónde está Yoshino!? —insiste Katsumoto usando un tono de voz profundo con una mirada amenazante.

—Calma—dice haciendo un gesto con las manos para tranquilizarlo—. Ella está bien.

—¿A dónde la dejaste? ¿También van a deshacerse de ella como lo hicieron con mi pueblo? ¿Eh?

—No voy a destruir tu pueblo ni tu nación. Simplemente...

—Buscas algún beneficio reteniéndome enviándome aquí—lo intercepta con su respuesta sosteniendo la mirada, pero ahora sus ojos tienen una frialdad casi glacial.

—Ella está aquí—responde Jéremie tomando por sorpresa a Katsumoto que reacciona sorprendido.

—¿Qué...—traga con fuerza—Qué quieres decir?

—La saqué de ese lugar y la traje conmigo—responde—. No te preocupes, tu prometida está a salvo.

El corazón de Katsumoto se agita violentamente, pero trata de sostener su fachada de calma y frialdad,

—¿En dónde la tienes?

—Está en la mansión, la preparan para un baño—responde Jéremie levantándose de la silla sin apartar la mirada de él—. Como te podrás dar cuenta cumplí con mi promesa. ¡Ahora cumple la tuya!

—Nunca me dijiste que tenías a una rebelde por hermana.

Jéremie sonrió moviendo lentamente su cabeza lado a lado y gira sobre sus talones dándole la espalda.

—¿Tan rápido te dio el portazo?

—Cuida tus palabras, Jéremie —advirtió—. Si no te considero un "mono" es por tu influencia dentro de los tres clanes y el favor que te debo por sacarnos de ese infierno.

—Y tu no olvides...—dijo girando hacia él con una expresión de absoluta seriedad—que aceptaste ser el guardaespaldas de mi hermana.

—Por supuesto—respondió con una sonrisa maliciosa mostrando su verdadera cara y apretó su agarre del borde de la cama—."Ayudar al prójimo", es mi filosofía de vida.

—No actúes con engaños—respondió con firmeza reduciendo la distancia entre ellos dos—. El linaje de los Vallezoren no debe extinguirse o la ayuda y provisiones que les proporcionamos a ustedes dejará de darse para beneficiar a los hechiceros de Europa.

La sonrisa de Katsumoto se fue borrando lentamente cambiando su expresión a una de frialdad.

—No tienes por qué recordármelo.

—Pues es la única manera que hables con la verdad.

Esta vez Katsumoto no respondió y solo miró directamente los ojos de Jéremie.

—Le enseñarás a usar una herramienta para que se defienda en caso de que el brujo al que todos ustedes temen decida aparecer.

—Sabes que no será suficiente.

—Para eso estás tú—responde tomando asiento nuevamente con movimientos elegantes—, eres su guardaespaldas.

—¿Y Yoshino? ¿Qué hará ella en esta pocilga? —dijo con desprecio.

—Será la doncella de mi madre. 

—¿Doncella?

—Le servirá en medida de sus posibilidades. 

Hubo otro silencio.

—¿A...preguntado por mí? —preguntó bajando su tono de voz y suavizando un poco su expresión.

—Cientos de veces.

Un ligero rubor se asomó en las mejillas de Katsumoto que evitó que Jéremie lo notara mirando hacia otro lado.

—Oh...

—Me dio a entregarte esto—dijo hurgando dentro de sus bolsillos del pantalón sacando su mano extendiéndola para darle dos anillos japoneses con grabados impresos alrededor.

Katsumoto tomó el más delgado con extrema delicadeza sujetándolo entre su dedo pulgar y el índice acercándolo a sus labios para besarlo cerrando los ojos.

"Yoshino"

Habitación de Elise

Clap 

Clap 

Clap

Estaba recostada contra la pared, su pie golpeaba el piso enojada, con los brazos cruzados contra el pecho giró los ojos poniéndolos en blanco mientras escuchaba la enhorabuena de su madre agradecida de que el clan Gojo decidiera prometer a su hija en matrimonio con el joven heredero del clan.

—¡Sabía que tu belleza iba a ser de utilidad! ¡Por algo Dios te hizo tan bella! ¡Qué día más feliz! —exclamó la condesa Eleonor sacando el guardarropa de su hija para escoger cuál sería el vestido correcto para el baile que se llevará a cabo dejándolos en la cama.

"No me casarán en contra de mi voluntad", pensó Elise frunciendo el ceño siguiendo con la mirada a su madre que iba y venía entre el armario y la cama. Entonces se le ocurrió algo para insinuarle.

—¿Qué tal si no le gusto? ¿O si está enamorado de otra? 

—No tontees, Elise —dijo su madre—. El líder del clan Gojo es un hombre sensato, te ha escogido pasando por encima de las señoritas casaderas de su país—comentó entusiasmada y buscó más vestidos en el guardarropa.

—Podría buscar otros pretendientes—Elise intentó persuadirla dando unos pasos hacia ella con la intensión de convencer a su madre de que era un error comprometerla con alguien que no conoce— ¿Y si me enamoro de otro caballero respetable?—sugirió con una sonrisa.

—No lo creo. —respondió la condesa extendiendo un bonito vestido color melocotón—rechazaste a muchos de aquí.

—¡Porque no me parecen interesantes!

—Creo que mejor encargaré un vestido al sastre—murmuró tocándose la barbilla con los dedos pensando.

—¡Quiero conocer más caballeros! ¡Hacer amigos!

—Uhm... ¿Qué color le quedaría mejor? ¿Tonos cálidos o fríos?—siguió su madre sin prestarle atención.

—¿Y si me enamoro de alguien más?

—Los tonos cálidos son lindos, pero definitivamente le van los fríos por su tono de piel.

—¡Mamá! —gritó harta de sus comentarios con la intensión de capturar su atención.

—¡Elise, por favor no grites!

—No voy a casarme—dijo mirándola con firmeza directo a los ojos.

—¿Qué acabas de decir?—dejó el vestido sobre la cama acercándose a ella entrecerrando los ojos claramente molesta.

—No. Voy. A. Casarme.—repitió pausadamente apretando la mandíbula.

—¿Por qué? —preguntó imitándola deteniéndose a cierta distancia de su hija.

 "Porque me gusta alguien".

.

.

.

***

N.A:/ ¡FINAL DEL CAPÍTULO!

Quiero agradecer a todos aquellos que se han animado esta semana a guardar esta historia en su lista. :D

Gracias a su apoyo y el fanfiction estuvo dentro del ranking 10 en la categoría Shoujo.

@lnx349: ¡Muchísimas gracias por estar al día con la historia! Desde que empezaste a dejar tus comentarios siempre espero encontrar el tuyo. 

La historia aún no es muy conocida, pero espero que pueda llegar a más lectores y no se preocupen por los errores de escritura o narración; estaré reeditando los capítulos en estos días.

¡Besos!

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