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Capítulo 7

Lunes, todos permanecían dentro de sus salones escuchando con atención a su maestro, o al menos eso es lo que aparentaba hacer la mayoría. Desde el incidente del beso, Sasuke no había recibido ni un solo mensaje de la Haruno, eso lo aliviaba un poco, pero por otro lado le extrañaba que hubiese sido tan fácil. Cuando entró al salón, ni siquiera le había dirigido la palabra, aunque no pasó por alto que su grupito de amigas sí lo miraban, y murmuraban cosas entre ellas. Solo las ignoró.

Naruto permanecía hacía unos minutos con el ceño fruncido, golpeaba su lápiz contra el cuaderno repetidas veces. Esa mañana, una compañera del salón, la reconoció por ser amiga de Sakura, se le había acercado por los pasillos queriendo confirmar si él y Sasuke tienen una relación. No dijo sí o no, solamente "voy tarde a clases", vamos, él no era de preocuparse si llegaba muy tarde o no, ¡menos un lunes!

Le preocupaba que su supuesto noviazgo se regara por la institución, ¿cómo se lo tomarían? Aunque, cuando ingresó al salón, Sakura lo había mirado con enojo. También, las palabras entre Sasuke y él fueron muy pocas, pensaba que quizá el Uchiha rechazaba por completo la mínima idea de tener algo con un hombre, ¿será homofóbico? Bueno, le da igual.

Al sonar el timbre, el rubio tomó sus cosas y salió del salón. Cuando el profesor había entrado al ser las siete, les notificó, antes de iniciar la lección, que tendrían libre la siguiente clase, a causa de la ausencia del profesor de historia. Quería ir a pasar los ochenta minutos a la azotea, si era posible, solo.

Al abrir la puerta, se percató que casi nadie llegaba ahí, estaba algo oxidada por la falta de uso, por lo que le había costado moverla. Se acercó a la malla, podía observar varios edificios desde ahí gracias a la altura de la institución. Tiró su bulto a un lado, y optó por sentarse en el suelo.

Buscó en su maletín su celular y audífonos, en momentos donde no había nada que ser, suele escuchar música y dejar que el tiempo transcurra. El chirrido de la puerta no se perdió entre la melodía de una de sus canciones favorita a un volumen alto, se quitó los audífonos, no sabía qué estaba haciendo Sakura ahí.

—Entonces novios, ¿eh? —la muchacha se había acercado lo suficiente, apoyó la mitad de su cuerpo en la malla, cruzando sus brazos. —Si lo son, ¿por qué no estás con él?

—¿Quién dice que porque seamos novios tenemos que andar pegados todo el día? Tenemos nuestro espacio, ¿sabes. —quiso volver a su música.

—Estoy segura de que estás mintiendo, pero aún así, te haré la advertencia. —ya no hablaba con dulzura, ya pensaba Naruto que la Haruno tenía una intención de estar ahí. —Aléjate de él si no quieres tener problemas, no voy a permitir que me quites el amor de Sasuke, es mío.

—¿Cómo te voy a quitar algo que no tienes? Además, Sasuke no es ningún objeto como para que te expreses así, nadie es dueño de él, ¿entiendes? —ya no se sentía a gusto, tomó sus cosas y caminó a un lado de ella, buscaría otro lugar para estar en paz.

—Eso ya lo veremos, ¡no sabes con quién te estás metiendo, Uzumaki!

—¿Con una niña caprichosa que cree que puede tener todo lo que quiere? Créeme, he lidiado con peores. —se volteó, apenas para mirarla con una sonrisa. —Tampoco sabes con quién estás tratando. Podrás intimidar a más de una persona con ese carácter tan pesado, ¿pero a mí? No lo creo. Ahí nos vemos. —se despidió con un gesto de mano, podía escucharla quejarse e insultarlo, solo rodó los ojos y salió de la azotea.

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Quizá, solo quizá, no había sido tan buena idea enfrentarla. Esa muchacha sabía cómo convertir los días de cualquiera en una pesadilla. Desde ese día, recibía cualquier tipo de mensajes, en sobres, dentro de su casillero, la gran mayoría era con insultos, otros era amenazándolo. En otra ocasión, su pupitre tenía una sustancia pegajosa en su asiento. Había encontrado uno de sus cuadernos totalmente echado a perder, tenía rayones en todas las hojas. Y no era solo Sakura, las bromas provenían de más de uno, todos convencidos por ella. Lo mantenía en secreto, simplemente se limitaba a ignorarlos, durante 3 semanas. Cada día que avanzaba, recibía una broma cada vez más pesada. Solo Hinata se había percatado de ello, le insistía que fuese a dirección, sin embargo, no lo hacía.

Sabía que la Harumo buscaba que él se alejase de Sasuke, pero claramente no lo haría, son amigos. O al menos eso creía, así considera al pelinegro, de parte de él lo desconocía.

Esa vez, extrañamente, no había ocurrido nada. Todo estaba en orden, ninguna de las chicas lo volteaba a ver. En esa ocasión, no sabía si era buena o mala su indiferencia. Sasuke se había ausentado de la última clase, alegaba sentirse mal, por lo que le permitieron retirarse. Volvería solo a la habitación, últimamente se iban juntos.

Al salir del instituto, los murmullos de las personas comenzaron a escucharse, todos los veían a él, mientras su cuerpo había quedado estático. Hinata, que había caminado a su lado, lo miraba sin poder creer lo que había sucedido. Estaba empapado de pintura negra, todo el suelo quedó hecho un desastre. Escuchó las risas de aquellas muchachas, en las ventanas que estaban en el segundo piso. Al mirarlas, se percató de la cubeta manchada que sostenían, y a Sakura sonriéndole con malicia. No dijo nada, ni siquiera ante la risa de los demás, solo caminó hacia su habitación.

Dejaba gotas de pintura por donde fuera que caminara, esto había sido el colmo. No le había hecho nada de gravedad a esa mujer como para que respondiera de esa forma, pensaba en tomarle la palabra a Hinata y frenar los ataques. Cuando abrió la puerta, hizo contacto visual con el Uchiha, este lo miraba de arriba a abajo.

—¿Qué te...?

—Tomaré una ducha.

Dejó su mochila en el suelo, ya después se encargaría de limpiar todo. Sasuke trató de insistirle en hablar, pero Naruto se negaba a abrir la puerta del baño. Escuchó golpes en la principal, era Hinata, llamaba al rubio con preocupación. Le abrió sin pensarlo.

—¿Dónde está Naruto? —preguntó sin más.

—Está bañándose, ¿qué fue lo que pasó?

—¿Acaso no te haz dado cuenta?

—¿Cuenta de qué? ¿Quién le hizo eso? —miró hacia la puerta del baño, escuchaba el agua cayendo, por lo que salió junto a la muchacha.

—Es Sakura, no deja de hacerle bromas, ¡y no sé porqué lo hace! He intentado hablar con Naruto, pero insiste en no querer hablar del tema. —bajó la mirada con tristeza.

—Esa... —contuvo su enojo. —Trataré de hablarlo con él.

—Por favor, avísame cualquier cosa, no quiero ver que esto siga.

La Hyuga se fue, probablemente a su habitación, Sasuke volvió a entrar. Naruto aún permanecía dentro de la ducha, su mochila estaba en el suelo, goteando en alguna partes. Su ceño se frunció, tenían que darle una verdadera razón para que el Uzumaki estuviese pasando por eso, y estaba seguro que nada tendría el suficiente peso para ello. Agarró el bulto negro, primero sacaría las cosas, después lo lavaría. Allí les ofrecían servicio de lavandería, era apenas un cuarto pequeño, pero suficiente.

Sus cuadernos no fueron tan afectados por la pintura, pero un sobre le llamó la atención. Tenía el nombre del rubio, de ninguna manera parecía ser una carta de amor o algo similar, los trazos eran algo grotescos. Decidió leerla.

"Me estás colmando la paciencia, termina tu relación con Sasuke o te irá peor."

Arrugó el pedazo de papel y lo lanzó al bote de basura. La puerta del baño se abrió, Naruto salía tratando de secar su cabello con una toalla.

—¿Por qué revisas mis cosas?

—Explícame por qué te están haciendo esto, ¿de verdad es Sakura? —lo vio bajar la mirada, después le sonrió y caminó hasta su cama.

—No es nada importante, solo fue una bromita.

—¡¿Una bromita?! ¡Te llenaron de pintura, eso no lo puedo considerar una simple "bromita"! —se sentó en su cama, mirando al rubio de frente. —Dime, ¿es porque le dijiste que somos "novios"?

Naruto soltó un suspiro, no pensaba hablarlo, hasta el momento, con alguien. Pensaba que si la ignoraba, algún día se detendría. Temía que también comenzaran a atacar al Uchiha, o a alguno de sus amigos. Pero ante la mirada de Sasuke...

—Sí, es por eso. Insiste en que termine nuestra "relación", pero simplemente no le quiero dar el gusto. Habla de ti como si fueras un trofeo o algo parecido.

—¿Por qué no me lo dijiste antes? Esto también tiene que ver conmigo, te recuerdo que yo fui el que pidió tu ayuda. —se cambió a la cama del rubio; tomó la toalla, una de sus manos la puso sobre la mejilla izquierda del Uzumaki, con la otra limpiaba una pequeña manchita que quedaba en la derecha. —No es la primera vez que hace eso. Me he llegado a fijar en personas, pero cada vez que se enteraba, les hacía lo mismo que a ti. Esta vez no será así.

—Pero tú y yo...

—Ella no tiene porqué saberlo.

Quedaron mirándose unos segundos, sin decir nada, hasta que el celular del rubio sonó, provocando que ambos se separasen.

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Al día siguiente, todos los alumnos estaban reunidos en el salón, con el profesor ausente. Ya sabían que llegaría tarde, era algo habitual en él.

Naruto y Hinata charlaban, apenas en un volumen apto para ellos. La noche del día anterior, el Uchiha, tal cual lo había prometido, habló con la muchacha, explicando todo lo que estaba sucediendo. Claro, ella hacía de cuentas que no sabía nada. Ambos se percataron de las pequeñas bolas de papel que golpeaban contra la cabeza del rubio, este lo ignoraba, pero Hinata apetraba los puños con fuerza.

—¡Ya basta! —gritó al levantarse de su asiento, mirando con enojo al grupito de chicas que se reían. —¡Es suficiente todas sus burlas hacia Naruto!

Los alumnos comenzaban a verlas con interés, alternando la mirada de una a otra. Sakura, que estaba sentaba en uno de los pupitres, bajó de este con sus manos en su cintura.

—¿Y quién eres tú para decirnos qué hacer y qué no hacer? —preguntó con burla.

—¡Alguien lo suficientemente capaz de ponerte en el lugar que te mereces! —caminó hacia la pelirosa, confrontándola con la mirada.

—Cuidado, Hinata, recuerda lo que hablamos en los baños. Continúa entrometiendote en lo que no importa y...

—¿Y qué? ¿También me empezarás a molestar a mí? Qué madura...

—No, algo mejor. —le sonrió. —¡Escuchen! Tengo una pequeña noticia para todos aquí, quizá sea decepcionante para los hombres, pero... ¿qué se le puede hacer? La señorita, aquí presente, tiene oculto un secretito, principalmente a su mejor amiga.

La Hyuga miró fugazmente a Ino, esta la miraba sin entender.

—Esta... —la señaló. —Es nada más y nada menos que una lesbiana enamorada de su mejor amiga, pero qué pena... ella no es una asquerosa como tú. —se sintió pequeña en ese salón ante las burlas de los demás. Se suponía que solo se lo había dicho a Naruto, y ella, se había enterado por sus medios.

El sonido de una silla moviéndose con violencia, mas el sonoro golpe de una cachetada, dejó al salón en silencio. Miraban con asombro a Ino, quien miraba con furia a Sakura.

—¿Y qué si lo es? —su voz era molesta y fuerte, se había posicionado delante de Hinata. —¿Te afecta en algo? Porque yo creo que no. Escúchame bien, Haruno, ¡no voy a permitir que nadie hable mal de Hinata en mi presencia! Su preferencia sexual no define quién es. Ella es la persona con los sentimientos más puros que he conocido, a diferencia de otras... que tengo en frente, que están podridas por dentro.

—¡¿Cómo te atreves a...?!

—Concuerdo con Ino. —miraron hacia el final de la fila al lado de la ventana.

—Sa-Sasuke...

—Otra cosa, Haruno, atrévete a hacerle otra cosa a Naruto, y juro que te vas a arrepentir. Sí, él y yo estamos saliendo, ¡y nada ni nadie se va a meter en lo que no le importa! ¿Crees que me fijaría en una persona como tú? Por favor, no me hagas reír, eres una persona superficial, envidiosa y totalmente caprichosa. No eres mi tipo, en cambio, él sí.

Naruto no salía de su asombro, jamás pensó que él lo fuera a defender de esa manera, ¡y siguiendo con la mentira! Varios lo miraban, se sentía incómodo, MUY incómodo.

El profesor entró al salón, dando por cerrado aquel enfrentamiento sin saberlo, cada uno tomó asiento.

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