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Capítulo 1

Sasuke Uchiha, un muchacho como cualquier otro de su generación, asiste al Instituto Konoha. Tiene 17 años, no suele ser muy sociable, desde pequeño siempre se caracterizó por ser muy reservado. Actualmente, está solo en casa, sus padres están de viaje y su hermano hace más de un año que no vive con ellos. Lo único que lo reconfortaba en esa soledad, era que ese mismo día iniciaba un nuevo curso lectivo.

No le gustaba llegar tarde a ningún lugar, por lo que la mañana del lunes ya estaba listo para salir de su casa; contaba con media hora para llegar al instituto, no tendría que caminar con prisa. Apenas llevaba un cuaderno en su mochila, por ser el primer día de clases ningún maestro les daba materia, solo se presentaban y hacían alguna pequeña actividad para "romper el hielo", como suelen decir. Se puso sus audífonos, disfrutaba más del trayecto escuchando alguna canción de su agrado, prefería eso a escuchar el bullicio de las personas o los autos.

Con forme avanzaba, aparecían más personas con el uniforme escolar. Iban en pequeños grupos, hablando probablemente de sus vacaciones. Otras iban solas, justo como él. Al frente suyo caminaba un estudiante de cabello rubio, observaba todo a su paso, además de que caminaba relajadamente. De pronto se detiene, y murmura algo a la vez que se voltea violentamente, chocando así contra el Uchiha.

—Auch... —se queja este tocando su frente, no tenían mucha diferencia de estatura, pero sí que se había golpeado. —Lo siento.

—Solo fíjate por donde caminas. —el pelinegro lo miraba con molestia, el otro también frunció el ceño al notar que no era un chico muy amistoso.

—Claro...

Pasó a un lado de él, yendo en dirección contraria al instituto. No le tomó importancia, solo se limitó a seguir su camino. Aquel muchacho tenía una curiosas orejitas rubias, al igual que su cola, las de él era negras.

La entrada estaba llena, entraban cada vez más personas. Sasuke esquivó a unas cuantas para poder caminar hasta la pizarrón que tenía anotado su salón de clases, estaría en el tercer piso, normalmente a los de mayor grado los alejaban de los primeros ingresos. Varias chicas lo saludaban en el trayecto por los pasillos, cuando él pasaba, ellas reían con timidez junto a sus amigas. Solo rodó los ojos, sintió alivio al ver la puerta de su salón.

Las personas estaban regadas por todo el salón, habían unas pocas sentadas en los pupitres, otras de pie y eran muy mínimas las que usaban las sillas. Había un asiento libre al final de la fila que estaba al lado de la ventana, se apresuró antes de que alguien decidiera quitarle el lugar. Al sentarse, notó que alguien estaba delante suyo, levantó su mirada.

—Hola, Sasuke. —apoyó sus manos sobre el pupitre del mencionado, este apoyó su espalda en el respaldo de la silla, alejando sus manos de las de ella. —Me alegré cuando vi que estaríamos en el mismo salón, me hiciste mucha falta durante las vacaciones.

Desvió su mirada a la ventana, ella era la única persona que lograba sacarlo de sus casilla con el simple hecho que le hablara. La conocía desde estuvo en primer año, nunca le agradó su compañía. Por más que la ignoraba, ella siempre volvía y trataba de coquetear.

Como salvación, el profesor entró, pidiendo que todos tomaran asiento. La muchacha se sentó delante de él, no sin antes haberle dirigido una sonrisa coqueta. 

—Buenos días a todos, mi nombre es Kakashi Hatake, seré su profesor de literatura durante todo el año, así también como seré su profesor guía. Es un gusto tenerlos a todos aquí.

Ya había escuchado de ese profesor, se veía despreocupado, pero de ninguna manera había que tomar su clase a la ligera. También tenía fama de siempre llegar tarde, quizá hoy era una excepción por ser el primer día.

—Bien, ahora quisiera que...

—¡Llegué! —la mirada de todos se dirigió al marco de la puerta, un alumno se apoyaba de esta mientras respiraba con dificultad. —Lamento llegar... tarde.

—Pasaré por alto que llegaras tarde, pero que no se vuelva a repetir. —sentenció el de cabello plateado. —Bien, como decía, quisiera que se presentaran. Comienzas tú. —dijo mirando al rubio.

—¡Sí, claro! Me llamo Naruto Uzumaki. —ya con sus pulmones más repuestos, se paró derecho, mientras mostraba una sonrisa.

—Toma asiento. Ahora tú.

Cada alumno se fue levantando de su asiento para presentarse. Naruto había dado una mirada rápida al salón, solo había encontrado un lugar vacío al lado de la pared, justo al frente de una muchacha de cabello azulado. Ella parecía estar concentrada en su celular, sus mejillas estaban sonrosadas, a la vez que reía a voz baja.

—Siguiente. —los alumnos poco a poco volteaban a mirarla, ella seguía sumida en lo que fuese que tuviera en su celular. —Señorita.

—Oye. —susurró el Uzumaki logrando llamar la atención de la muchacha, ella levantó la mirada notando que todos la miraban. —Sigues tú.

—¡Ah, sí! —se levantó, dejando caer su celular dentro de su mochila. —Me llamo Hinata Hyuga.

Ella volvió a tomar asiento, susurró un "gracias" apenas audible para Naruto.

Las presentaciones continuaron, fue hasta que el último del salón se presentó que Naruto prestó atención. Era el mismo muchacho que había topado antes de entrar, se veía tan amargado que solo volteó la mirada. La clase transcurrió normal, el mismo maestro les había indicado que la mejor manera para que se conocieran, era dejando que hablaran con libertad, con la única condición de que no hicieran alboroto. Naruto sintió unos toques en su espalda, por lo que volteó.

—Hola. —saludó la muchacha con una sonrisa. —Es la primera vez que te veo por aquí, ¿eres nuevo?

—¿Eh? No, ingresé a este instituto el año pasado. 

—Ya decía yo. —se apoyó en el respaldo. —Conozco a casi todos los de la generación, por eso me extrañó verte.

—Lo mismo digo. —giró su silla, apoyando sus brazos en el pupitre de la muchacha. —¿Qué era lo que veías en el celular? Estabas toda roja y te reías, dabas miedo.

—¿Tanto se notaba? Necesito disimular más. —tocó sus mejillas con vergüenza. —Respecto a lo que leía, no creo que quieras saber.

—¡Oh, vamos! 

—¿Sabes qué es yaoi?

—Ahm... no.

—Entonces no quieres saber. 

Por la mirada de la Hyuga, decidió no preguntar más respecto al tema. Una rubia se acercó a ambos, su silla la colocó al lado del pupitre de Hinata.

—¡Hola! —saludó con una sonrisa y bastante energía.

—¡Ino! No sabía que estabas en el salón. 

—¿Cómo te vas a dar cuenta? Entraste al salón viendo tu celular, ¿tanto te gustó la historia que te pasé?

—Es perfecta. —apoyó su mentón sobre la palma de su mano, mirando quien sabe qué.

—Ahorita regresa con nosotros. —dijo quitándole importancia. —Soy Ino Yamanaka. Es un gusto, Naruto. —lo miraba con atención, este esbozó una leve sonrisa. 

—Igualmente. ¿Qué es lo que le sucede?

—Eso, cariño, es lo que sucede cuando le enseñas yaoi a una persona... y le termina gustando. —pasó su mano por frente las mirada de la muchacha, probablemente estaría imaginando cosas. —Ella era tan pura mentalmente, la corrompí. —apoyó su frente sobre el pupitre.

Si algo llamado "yaoi" había dejado a Hinata así, lo mejor era no preguntar, ¡definitivamente!

Los tres continuaron conversando, hasta que Kakashi los volvió a interrumpir.

—Está por terminar la clase, saben que desde el año pasado se les había ofrecido a los de último año hospedaje en el instituto, ya que tendrán menos tiempo libre y se les facilitará permanecer en el campus. Por lo que decidimos darles una habitación en parejas, presten atención, porque no pienso repetir. Sakura Haruno, con Hinata Hyuga. —algunos se exaltaron ante el golpe que se escuchó en el pupitre de la última mencionada, esta había golpeado su frente contra la madera a modo de frustración. 

—¿Qué estoy pagando? —Ino le acariciaba la cabeza como consuelo.

—¿No te agrada? —le preguntó el rubio en voz baja. —Se ve que es agradable.

—¡Que no te engañe! Es una arpía. —le respondió levantando la cara, miraba hacia la pelirosa con el ceño fruncido.

Naruto volvió a mirar a la otra muchacha, tenía expresión seria, pero tampoco es como que aparentara ser una "arpía". Cuando escuchó su nombre, miró al frente.

—Te toca con Sasuke Uchiha. —hizo un puchero con desagrado, sus ojos se enfocaron en el pelinegro, ambos se fruncían el ceño, dejando en claro su disconformidad.

Cuando las parejas fueron formadas, todos tomaron sus cosas para ir rumbo a sus hogares. Debían de alistar sus cosas para trasladarse al siguiente día. No todos los alumnos de último año habían pedido una habitación, quizá porque vivían cerca, u otra razón por la cual no se les hacía necesario. 

El rubio salió en compañía de las dos muchachas, ya presentía que iban a llevarse bien. Su camino fue risas, ambas tenían al rubio sometido a un interrogatorio, todo con tal de conocerlo mejor. Este solo contestaba con algo de nervios. 

—Tienes suerte que te tocara con Sasuke, no tendrás ningún problema con él.

—Pues eso espero. —miró al frente con fastidio después del comentario de Ino. —No vaya a ser que me contagie su mala cara.

—¡Oh, vamos! Date la oportunidad de conocerlo, quizá y te termina agradando. —le picó un costado con el codo. —¡Bien! Aquí me despido, nos vemos mañana.

La rubia tomó desvío en una calle, los otros dos continuaron caminando juntos. Naruto notó una mirada en Hinata cuando la vio alejarse. Ella caminaba viendo el suelo, luego soltó un suspiro.

—¿Por qué no se lo dices?

—¿Eh? ¿Decirle qué?

—No te hagas, ella te gusta. Mínimo te atrae. —rió ante el notorio sonrojo de la Hyuga, miraba al frente con bastantes nervios. 

—No podría, es mi mejor amiga, jamás permitiría perderle por algo así. Ni siquiera sé qué pensará ella. —bajó la mirada.

—¿Desde hace cuanto fue?

—Bueno... hace como año y medio. Empecé a notar que me daban celos cuando se acercaban a ella para coquetearle, pero pensé que eran celos de "amiga", hasta que un día me sentí muy triste cuando me contó que tiene novio. Por eso prefiero dejar las cosas como están. —lo miró intentando sonreír. —Yo me voy por acá, nos vemos mañana.

Siguió su rumbo a casa, pensando en esas dos.

Sasuke, por su lado, tenía poco rato de haber llegado. Tenía toda la tarde libre, así que decidió preparar las cosas que se llevaría mañana, apenas lo esencial, quizá después volvería en busca de más cosas. Había dejado su celular olvidado sobre la cama, al menos hasta que la pantalla se iluminó, y emitió el único sonido que le indicaba que tenía un mensaje nuevo. Se acercó para leerlo.

Hola, Sasuke
[15:24]
¿Cómo estas?
[15:24]
¿Sabes?, me entristece no poder estar en la misma habitación que tú.
[15:24]
Estarás con ese tal Naruto, se ve que es un idiota. Espero no te cause problemas. 
[15:25]
Bueno, dejando eso de lado, me gustaría un día... no sé... ir al parque contigo o hacer algo juntos.
[15:25]
¡Espero tu respuesta♡!
[15:26]

Volvió a lanzar el celular sobre la cama, a veces se preguntaba cómo es que ella no se cansaba de insistirle. Ya la había rechazado varias veces, de verdad que no la entendía, ¿qué tenía él de especial para que ande detrás suyo? Ni siquiera tenía agregado su número. La primera vez que a un imbécil se le ocurrió que todos formaran un grupo para hablar entre todos, fue que tuvo que brindar su número telefónico, no dudaba que ella lo hubiese obtenido de allí.

De verdad prefería verle todos los días la cara a ese rubio, a tener que soportarla a ella. El Uzumaki había demostrado el mismo desagrado que él, quizá se llevarían bien, claro, teniendo en cuenta que probablemente ninguno planeaba dirigirse la palabra.

Naruto cayó de espalda sobre su cama, contemplaba el techo con pereza. Tenía lista una mochila al lado de su cama, su casa, como siempre, estaba silenciosa. Al menos tendría alguien con quien compartir habitación, ya no pasaría las noches solo.

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