
el funeral de qui gon jinn
Después de la victoria en la batalla de Naboo, Naboo estaba en medio de una celebración festiva en honor a su éxito sobre la Federación de Comercio. En el corazón del palacio, mientras la música y las risas llenaban el aire, Obi-Wan Kenobi y Yoda se encontraban en una habitación privada, sumidos en una conversación seria.
Yoda, con su sabiduría milenaria, miraba a Obi-Wan con una expresión de preocupación mientras hablaban sobre el destino de Anakin Skywalker.
Yoda: Por tus hazañas valientes, el Consejo Jedi ha decidido otorgarte el rango de Caballero Jedi, Obi-Wan Kenobi.
Obi-Wan asintió con gratitud, pero sabía que la verdadera razón de su conversación era otro asunto importante.
Obi-Wan: Maestro Yoda, vine aquí para hablar sobre Anakin Skywalker.
La expresión de Yoda se volvió aún más seria, reflejando la profundidad de sus preocupaciones.
Yoda: Ah, el joven Anakin. Tememos por su futuro, Obi-Wan. Su destino es incierto, y sus habilidades podrían llevarlo por un camino peligroso.
La determinación ardiente brillaba en los ojos de Obi-Wan mientras respondía con firmeza.
Obi-Wan: Maestro Yoda, Qui-Gon Jinn me encomendó entrenar a Anakin antes de su muerte. Fue su última voluntad, y estoy decidido a cumplirla.
La ira destelló en los ojos de Yoda, pero fue rápidamente reemplazada por una expresión de resignación.
Yoda: Comprendo tu deseo, Obi-Wan, pero debes entender los riesgos. El futuro de Anakin es turbio y lleno de sombras.
Obi-Wan no vaciló en su determinación, haciendo una declaración audaz.
Obi-Wan: Si Anakin no es aceptado como mi aprendiz, dejaré la Orden Jedi y lo entrenaré por mi cuenta. Esa es mi decisión, Maestro Yoda.
Yoda suspiró profundamente, comprendiendo la firmeza de la determinación de Obi-Wan.
Yoda: Muy bien, Obi-Wan Kenobi. Por la voluntad de Qui-Gon Jinn y tu determinación, se permitirá que entrenes a Anakin Skywalker.
Un sentido de alivio se apoderó de Obi-Wan mientras recibía la aprobación de Yoda. Sabía que el camino por delante sería difícil, pero estaba decidido a guiar a Anakin por el camino de la luz, sin importar los desafíos que enfrentaran juntos.
En medio de la solemne ceremonia funeraria de Qui-Gon Jinn, las llamas consumían su cuerpo, iluminando la oscuridad de la noche. Entre la multitud reunida para rendir homenaje al valiente maestro Jedi, figuras destacadas como Padmé Amidala, el Canciller Palpatine, Yoda y Mace Windu compartían un momento de recogimiento.
Anakin, visiblemente afectado por la pérdida de su mentor, se acercó a Obi-Wan con una pregunta en su mirada.
Anakin: ¿Qué pasará ahora, Obi-Wan?
Obi-Wan, con una mezcla de seriedad y compasión en su rostro, respondió con voz suave pero firme.
Obi-Wan: El Consejo ha aceptado que te entrenaré, Anakin. Serás mi aprendiz.
Una chispa de alegría brilló en los ojos de Anakin ante la noticia, pero también una sombra de inquietud se dibujó en su rostro.
Anakin: ¿Y la promesa que me hiciste, maestro Obi-Wan?
Obi-Wan se inclinó hacia Anakin y le susurró al oído con determinación.
Obi-Wan: No la he olvidado, Anakin. Pero debemos tener paciencia.
Mientras tanto, cerca de ellos, Yoda y Mace Windu compartían una conversación en voz baja, discutiendo el misterio detrás del atacante de Qui-Gon.
Mace: No hay ninguna duda. El misterioso guerrero era un Sith.
Yoda asintió con solemnidad, agregando su sabiduría milenaria a la conversación.
Yoda: Siempre dos hay. Ni más, ni menos. Un maestro y un aprendiz.
Mace frunció el ceño, reflexionando sobre las palabras del Gran Maestro.
Mace: Pero, ¿Pero cuál ha sido destruido, el maestro, o el aprendiz?
Mientras escuchaba la conversación, Obi-Wan reflexionaba en silencio. Sabía que si maul hubiera sido el maestro él no estaría allí, en el funeral de su mentor. si no que mas bien estaria a su lado sin vida en su funeral La realidad de su nueva responsabilidad como maestro Jedi comenzaba a hundirse en su mente, junto con el peso de la pérdida de Qui-Gon Jinn.
El silencio envolvía la habitación de Obi-Wan Kenobi en Coruscant mientras se encontraba sentado en meditación. Las semanas posteriores a la batalla de Naboo habían sido tumultuosas, llenas de reflexión y autodescubrimiento para el joven caballero Jedi. En la quietud de su retiro, Obi-Wan reflexionaba sobre el peso de su nueva responsabilidad y el legado que llevaba sobre sus hombros.
Obi-Wan: Esta es mi misión. No fallarle a Anakin. No fallarle a la Orden Jedi. Y sobre todo, no fallarle al verdadero Obi-Wan, donde sea que se encuentre.
El eco de estas palabras resonaba en su mente mientras se levantaba de su meditación. Con pasos decididos, se dirigió hacia la puerta de su habitación. Antes de que pudiera alcanzar el pomo, la puerta se abrió de par en par, revelando la figura de Anakin Skywalker, su nuevo padawan.
Una sonrisa iluminó el rostro de Obi-Wan al ver a su joven aprendiz.
Obi-Wan: Esta es mi misión. No puedo fallarle a Anakin.
Anakin: ¿Maestro Obi-Wan, estamos listos para comenzar nuestro entrenamiento?
Obi-Wan asintió con seriedad, pero también con un toque de ternura en su expresión.
Obi-Wan: Sí, Anakin. Estamos listos. Pero recuerda, el camino de un Jedi es uno de disciplina, dedicación y sabiduría. Debes estar preparado para enfrentar los desafíos que se presenten.
Anakin asintió con determinación, sus ojos brillando con ansias de aprender y crecer bajo la tutela de Obi-Wan.
Anakin: Entiendo, maestro. Haré todo lo posible para estar a la altura de tus expectativas.
Obi-Wan sonrió con orgullo ante la determinación de su joven aprendiz.
Obi-Wan: Sé que lo harás, Anakin. Pero recuerda, también debes confiar en ti mismo y en tus instintos. La Fuerza estará contigo siempre que la necesites.
Con estas palabras de aliento, Obi-Wan y Anakin se dirigieron juntos hacia la sala de entrenamiento, listos para comenzar una nueva etapa en su viaje como maestro y aprendiz.
Mientras caminaban por los pasillos del Templo Jedi, Obi-Wan se comprometió una vez más a seguir el camino de la rectitud y la integridad, prometiendo honrar el legado de su maestro caído y asegurarse de que el espíritu de Obi-Wan Kenobi viviera a través de él. Con cada paso que daba, reafirmaba su determinación de ser un faro de luz en la oscuridad y un defensor de la paz y la justicia en la galaxia.
El futuro era incierto, pero con Anakin a su lado y el poder de la Fuerza como su guía, Obi-Wan estaba listo para enfrentar cualquier desafío que se interpusiera en su camino. Juntos, maestro y aprendiz, caminarían hacia el futuro con valentía y determinación, listos para enfrentar lo que el destino tenía reservado para ellos.
Mientras en la lejanía de la galaxia, en un rincón apartado del espacio donde las estrellas danzaban en su eterno ballet cósmico, se encontraba Renaceruis, una entidad de sabiduría ancestral, junto al verdadero Obi-Wan Kenobi. La conversación entre ambos fluía en armonía, como las corrientes de la Fuerza que los envolvían.
Obi-Wan(verdadero): ¿De verdad crees que Ramiro podrá cambiar las cosas?
Renaceruis: Sí, lo creo. Ramiro es más que un simple individuo. Aunque en su origen no elegiría ser Obi-Wan, hay una razón más profunda detrás de su llegada a esta galaxia. Ha mostrado valentía y determinación, y tiene el potencial para influir en el curso de los acontecimientos.
Con una sonrisa serena, Renaceruis expresó su confianza en las capacidades de Ramiro. Sabía que el viaje de Ramiro no era una coincidencia, sino un destino cuidadosamente trazado por las fuerzas del universo.
Renaceruis: No eligió ser Obi-Wan sin razón alguna. Su presencia aquí es parte de una misión más grande, una que desafiará sus límites y lo llevará a descubrir su verdadero propósito.
Obi-Wan reflexionó sobre las palabras de Renaceruis. Sabía que Ramiro había llegado a esta galaxia por una razón, pero aún se preguntaba si estaba preparado para asumir el peso de su papel como Obi-Wan Kenobi. La responsabilidad de ser un Jedi era una carga formidable, y no todos estaban destinados a llevarla.
Obi-Wan(verdadero): Espero que estés en lo correcto, Renaceruis. La galaxia depende de que Ramiro pueda hacer lo que yo no pude.
Renaceruis asintió con comprensión, su mirada tranquila irradiaba confianza en el potencial de Ramiro.
Renaceruis: Confía en él, Obi-Wan. Ramiro es más fuerte de lo que crees. A veces, las almas más improbables son las que pueden cambiar el curso de la historia.
La conversación entre Renaceruis y Obi-Wan continuó durante horas, explorando los misterios del universo y reflexionando sobre el destino de Ramiro. A medida que las estrellas parpadeaban en el firmamento, ambos se sumergieron en la quietud del espacio, unidos por el vínculo de la Fuerza y la esperanza en un futuro mejor.
En la vastedad del cosmos, el viaje de Ramiro estaba lejos de terminar. Con cada paso que daba en su nueva vida como Obi-Wan Kenobi, se acercaba más a su destino final. Y aunque los desafíos que enfrentaría serían grandes, también lo sería su determinación para triunfar. Con el apoyo de aquellos que creían en él, Ramiro estaba listo para enfrentar cualquier adversidad que se interpusiera en su camino y forjar su propio camino en la historia de la galaxia.
espero que les haya gustado
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bueno ahora si me tomare el descanso
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