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Capítulo 08- Primera Fiesta- Parte II


Pd: ¿Alguien quiere ser lector Beta de esto? La actual me esta fallando y subo esto sin su critica.

Capítulo 08- Mark y Valentina

...

-¿Joseph, estas bien? Te ves algo agitado- puso si mano en mi hombro y me dijo que me relajara- somo amigos, no tienes que ponerte así.

-Si... somos amigos- dije algo desanimado desviando la mirada. Ella noto aquello y quiso hablar, pero ya debíamos bajar-. Ya es tarde, deberíamos ir a casa- le ofreció mi mano y ella la tomo.

Tenia algo de sed, le pedi a Valentina que esperase en una banca, que volvería pronto con unas bebidas. Compre un par y me dirigía donde ella, pero la torpeza de alguien me hizo tumbarlas.

-¡Maldicion! en serio lo lamento, no fue mi intención botar tus... - se disculpaba mientras trataba de limpiar parte del jugo que cayo en mi camisa.

-Fue un accidente, suele pasar- dije sin ánimos, estaba molesto, tenia sed y hacer otra fila no era de mi agrado. Ella frotaba unos pañuelos en mi dorso tratando de secar parte del jugo pero la detube porque la gente me miraba y la forma en la que lo hacia no se veia nada bien.

Ella al notar todo eso, me agarro de las muñecas y me llevo atras de todo, donde no habia nadie y comenzó a limpiar aunque le dije que pare. Su pelo amarrado y los anteojos, era una chica dedicada, eso lo supuse a simple vista, pero cambio la imagen que tenia cuando dijo mi nombre.

-¿Me conoces?- pregunte mientras di unos pasos atrás.

-Me sorprendes, creí que te darías cuenta, digo, yo te reconoci al instante- se desato el pelo y se saco los lentes-. Soy yo, Vania.

Estaba algo nervioso con la situación y solo se me ocurrió una manera de salirme.

-Gracias por saludar, pero alguien me espera- dije mientras me intenteba ir a donde estaba Valentina esperándome.

-¿Quien? ¿Ella?- apunto a una dirección en donde pude apreciar a Valentina junto a Marc en uno de los juego, donde él le daba uno de los premios mayores-. Lamento que hayas tenido que ver eso, pero ¿sabes? aun podemos hacer algo si aun quieres irte- propuso una maquina de fotos cerca de la salida. Sin ánimos accedí.

Una vez adentro ella me pidió que que haga gestos graciosos, no lo hice. Después de dos sesiones, ella molesta comenzó a hacerlo sola y con algo de culpa igual lo hice. Al vernos con esas caras reímos e hicimos las fotos mas agraciadas para ambos. Termino bien, recogimos las fotos y ella pago.

-Las conservare, te daré tus copias otro día- dijo mientras se guardaba las demás copias en su cartera.

-¿No crees que seria mejor darme lo ahora?- sugerí. Ella negó agraciadamente con la cabeza y seguimos nuestro camino.

Al casi salir del limite de la feria, un grito me saco de mi trance.

-¡Joseph! ¿A donde vas?- cuestiono. La mire unos segundo y luego respondi.

-Me voy a casa, te dije que era algo tarde- ella estaba por hablar y venir hacia mi, pero la detuve-. No es necesario, sigue divirtiéndote, quizas puedas ganar mas premios- dije mirando el peluche que traía en manos-. Te veo mañana.

Al momento de darme la vuelta, sentí un golpe de algo suave en mi espalda, era el impacto de un peluche.

-¡Eres increíble Joseph! No puedo creer que te conportes asi solo por toparme con Marc, ademas, tu tampoco estas mal acompañado- apunto a Vania-. Tu tambien puedes ir a divertirte si quieres con tu nueva amiga, nl te preocupes por mi, Marc me llevara a casa- dio vuelta en su eje y se fue con Marc a un lado.

Suspire, mire a mi lado y ahi estaba ella, aquella chica del problema, aunque no era su culpa, ella solo apareció de casualidad. Mire otra vez a los que se alejaban por unos segundos para luego irme a casa, me despedi de Vania y eso fue todo.

...

El sonido era la dueña del lugar, mire aquella casa desde la entrada, había mas gente de la que pensé ya que me habían dicho que seria solo la clase, pero era de las otras también.

-Oye, tú- grito alguien llamándome-. ¿Vas entrar o solo miraras?- era Eric.

Entre sin dudar y fui recibido por el que me pide tareas.

-Me alegra que vinieras, ya todos estamos aquí, es hora de crear recuerdos para el futuro, pronto no nos volveremos a ver- puso su brazo en mi hombro y me llevo hasta el centro de la sala.

-No están todos, de hecho fui a la casa de Valentina para que vinieramos, pero su madre me dijo que ella se fue a...- me trague mis palabras. Mire al sofá que estaba en el loby donde estaba ella, aquella chica que se supone debería estar donde su amiga haciendo la tarea. Oh claro, aun lado estaba esa amiga.

-La mayoría de aquí vino con excusas, no todos somos chicos santos como tú para que nuestra mami nos de permiso de venir a este tipo de lugares- dijo en broma mientras ponía cara boba.

En parte tenia razón, yo vine con permiso de ella, aunque no fue fácil de ganarmelo.
Miraba como todos se movían de aquí para haya, como algunos chicos trataban de ligar a una chica con sus platicas y su ropa de marca. Yo solo estaba ahi, sentado sin hacer nada, me ofrecieron bebidas alcohólicas pero preferi no aceptar, aun no quería.

Se preguntaran del porque nadie me mira raro por mi pelo, ¿no? Es simple. Al día siguiente al salir de mi habitación, mi madre dio un grito por lo mal que estaba mi cabello y me obligó a ir a una barbería donde me arreglaron el cabello dejándolo decente e incluso algo genial para la ocasión, arreglo mi desastre.

Estaba en mi lugar tomando un baso de gaseosa, sin decir ni mirar a nadie como si estuviera en mi propio sofa mirando tv. El chico del lado se levanto con una chica y se fue a bailar un rato a la parte de atras, estaba por levantarme a servirme mas de gaseosa, pero alguien apareció.

-Hola...-estaba por continuar, pero fue interrumpida.

-¡Joseph! Si viniste, que alegría- dijo mientras me abrazaba por detrás.

-Hola, Vania- salude y luego dirigi mi mirada al frente para notar que Valentina ya no estaba.

Mi vista se movía a los alrededores, la estaba buscando hasta que la vi en la mesa de tragos, se estaba sirviendo un vodka y se lo tomaba con su amiga.

-¿Qué buscas? -me pregunto. No le responde y solo me levante para servirme algo de gaseosa en la barra.

Me movía entre los chicos mientras dejaba a mi atrás a una posible enojada Vania. Estando a solo unos pasos, mire a aquella chica que hablaba con su amiga, decidido me dirigía hacia ella, pero choque con alguien que iba en la misma dirección. Nuestras miradas se cruzaron unos segundos, después de eso, puso una sonrisa boba y me dije acercándose a mi oído.

-Mira nada mas, ¿quieres apegarte a ella como el parásito que erer? ¿he?- me calle. Se alejo lo suficiente y otra vez hablo- Ya que estas aquí, disfruta de la fiesta, demuestra que no eres lo que pienso.

Sin decir una palabra me servi mi trago y me aleje de ahí, voltee un rato solo para ver como ella soltaba una carcajada con Marc a un lado. Me resigne y para colmo mi lugar fue ocupado.

-¡Aquí estas! ¿Porque te pierdes? Ven, vamos a jugar- anuncio mientras se movía conmigo a su par.

A partir de ese punto, comencé a divertirme. La música aumentaba pero aun así se podía hablar. Ella me llevo a una mesa en donde estaban jugando con vasos y una pelotita.

-Anímate, lo lograras- dijo Vania.

Acepte y comencé a jugar contra ella, me gano. ¿Irónico no?
Me dieron dos vasos con algo de cerveza en ellos, les dije "no, gracias" pero no fue suficiente, todos en la mesa comenzaron a decir mi nombre una y otra vez, hasta que en un punto toda la casa decía mi nombre.
Levante los vasos en alto y uno por uno me los tome como si tuviera una sed insaciable, todos aplaudieron y una obasión se vino en mis oídos. Me sentia raro.

Volvi a jugar, pero esta vez gane y solo me dieron un vaso, igual lo tome.
La intensidad de la música en el ambiente se me hacia mas animada mientras mas pasaban los minutos, algunos bailaron en la sala y en lobby.

-¿Quieres bailar?- pregunto mientras llegaba por atrás. Cruzamos miradas y la vi a aquella chica.

-Eh... claro, no veo el porque no hacerlo- respondí. Ella me agarro del brazo y me a donde estaban la mayoria de los que bailaban, me dio un vaso con cerveza y solo acepte con animos.

Vania se movia como si fuera cosa facil, una cosa sencilla; movimientos hacia mí que, opacaban a las demás chicas y atraía la mirada de los otros muchachos. Disfrutaba de lo que hacía, aunque en mayor parte se debe a todo el alcohol que tome.
La cabeza poco a poco sucumbió a los efectos de ese dulce néctar de la vida, Vania empezo a notar aquello y agarro mi cabeza haciendo que nos miremos fijamente mientras ella balbuceaba algunas palabras "Somos tú y yo" dijo. No respondi.

Mi mente su nublaba conforme ella se acercaba y los sonidos poco a poco se hacian en un silencio que al rato seria pasajero. Me perdí.

...
La rutina volvió. Ahí estaba yo, entrando a la escuela con mi cara desganada, no quería estar acompañado.
Toda la escuela comenzó a hablar de mi, de lo patético que fui aquella noche. ¿Quieren saber? Pues no sera por ahora.
Entre los pasillos camino a mi aula se escuchaban murmullos y risas de los otros tras cada paso que daba, uno que otro me llamaba perdedor o me hacia tropezar, me volví un blanco fácil, uno vulnerable... otra vez.
Aquella escena se hizo viral en Internet, aunque no quise verla, porque ya lo sabia de primera mano.

-Conque nunca te alejarías, ¿eh?- murmure mientras miraba el resto de mi salón-. Estúpidas palabras, vacías- procedí a sentarme e ignorar mi alrededor.

En la hora del almuerzo, hubo unas almas caritativas que me dieron ánimos, que no fue toda culpa mía sino en parte del alcohol; "No es la única" "No te merece, ella te pierde" fueron una de muchas palabras, aunque no fueron mas que las de burla. El bateado, perdedor, el parásito, fueron los que mas resaltaron este día, aunque no se comparan a lo que veían mis ojos.

Risas y coqueteo, eso era lo que veía, no tenia cara para mirarlos directamente, así que mientras ellos se acercaban, yo me fui de ese lugar.
No vi a Vania todo el día, quizás se quedo en casa con resaca por lo de anoche, quizás ella hubiera estado a mi lado.

Los días pasaron y poco a poco esas cosas se hicieron un simple rumor o cuento pasajero, ya no era la burla, solo quede en el pasado pero, las cosas ya estaban hechas y arruine algo que había formado por varios meses, algo que nunca había tenido fuera de casa; cariño.
Marc y Valentina era la voz de todo, un chico de los populares con una chica como ella, no lo culpo, ella es genial, pero aun así nunca se los diré, no tendría el valor.
En la salida, todas las tardes veia como aquella chica que me hablo a principio de año, se marchaba en una motocicleta con su pretendiente, en palabras de ella, casi perfecto.
Mi mente estaba dividida, mis sentimientos... rotos. Creia que era un mal sueño, pero las punzadas y la dificultad de respirar me recordaban que estaba vivo, que estaba viviendo mi realidad.

Los viajes por alguna razón se hicieron mas silenciosos y largos, ya sabia el porque, pero no quería aceptar ese hecho por aquellas palabras que me dijo, no la culpo, todos decían lo mismo, pero al final se vio su verdadera cara, el otro lado de la moneda.

...

-Oh, disculpa, no quise empujar...te- se disculpo hasta que cruzamos miradas-. Joseph- murmuró ella.

-¿Si?- respondí. Nos miramos unos segundo y ninguno dijo nada. Mire a su lado y estaba Marc tratando de interferir. Lo logro.

-Valentina, ¿Vamos por otro trago?- ella se volteo y rechazo la oferta, me jalo del brazo y me llevo al patio de atrás.

Mientras me jalaba ella no volteo para verme, solo siguió abriéndose paso sin aflorar mi agarre.
Una vez estando ahí y algo lejos de la multitud, ella solo estaba de espalda mientras tenia sus dedos indices en su sien, frotandolos como si quisiera aplastar algo.

-¡¿Qué haces aquí?!- demando respuestas-. No no no no... ¡NO! Ya dime de una vez, ¿Qué haces aquí? Desde hace rato que me viste y no hiciste nada, ¡¿No te importo?! Ni siquiera trataste de enmendar las cosas antes.

Estaba confuso, algunas tenia razón, pero en algunas, era injusta conmigo.

-¡¿Que qué hago aquí?! ¡También fui invitado a esta fiesta, genio! ¡Yo! Debería hacer esa pregunta, pase por tu casa y me dijeron que estabas en otro lugar. ¡PuM! Sorpresa, estas aquí. ¿Yo no intente enmendar las cosas? Lo intente, ¿pero que paso? La señorita me ignoro- respindi agresivo, estaba molesto por sus palabras.

Ella se contuvo, respiero profundamente tratando de calmarse, me miro a los ojos y... me abrazo.
El tiempo paso en cámara lenta frente a mis ojos, aun podía ver como su liso cabello se movía en el aire tras la velocidad con la que se abalanzó a mi. Caímos al piso, yo con ella encima.

-No seas tonto, Joseph- me susurro al oído, se despego del abrazo y me miro nuevamente-. Nunca te rindas a la primera, recuerda que no puedes caer al primer intento- sonrió con la ojos entrecerrados soltando una carcajada, podía sentir su aliento a alcohol.

Ella se levanto y se alejo de mi, tras que dio unos pasos se volteo y me dijo:

-Enseguida vuelvo- me guiño el ojo.

Tras un par de minutos, ella apareció con unas dos sillas y una botella en mano.
Me hizo sentar y ahí, comenzamos a aclarar las cosas. Me comento que se sintió mal que la haya dejado, pero que igual la paso bien mientras duramos ahi, al igual que yo.
Llego la media noche y esta aun era joven para ambos, miramos al cielo en un momento de silencio entre ambos solo para observar el firmamento nocturno, la música era menos fuerte y no tan vulgar por lo que ayudo al ambiente. Al bajar mi mirada me sorprendió al tenerla algo cerca de mi rostro, estaba con una sonrisa embobada mientras me miraba con aquellos ojos.

-Eh... ¿Valentina?- dije mientras ella se acercaba lentamente mas hacia mi. Estando a centímetros ella dijo: relájate. Cerré mis ojos y entreabri mis labios. Escuche algo.

¿Risas? Abrí los ojos solo para ver a la ebria de Valentina riéndose a carcajadas mientras trataba de recuperar el aliento. No entendía.

-Mira solo como te haz puesto. Solo bromeaba, no te pongas así- le segui la corriente y me reí con ella, agradeci que no se diera cuenta de lo falsa que era la mía.

Duro unos segundo y mi sonrisa falsa se borro dejando una cara seria cabizbaja que ella no tardo en notarlo.

-¿Joseph, estas bien?- pregunto mientras ponía su mano en mi pierna.

Agarre su mano que estaba en mi pierna, la jale haciendo que ella se parase. La tenia agarrada de la cintura, mi respiración se hizo agitada y solo nos vimos unos segundos.

-¡Valetina! Venga, vamos adentro- llamo su amiga. Ella desvío su mirada de la mía, se quedo ahí unos instantes y luego volvió su mirada a mi.

-Vamos adentro, ¿vale?- extendió su mano y por unos momentos dude en agarrarla, no sabia que iba a hacer hace poco, pero me sentía mal de pensarlo-. ¿Joseph?- lentamente le di mi mano, ella con una sonrisa me estiro y me llevo adentro, mas especifico a la barra donde estaban las botellas de licor.

En un punto de la noche, entre las bebidas que tomamos, pude sentir que alguien me miraba, trate de buscar quien era pero eso solo enojo a Valentina que me dijo que no le prestaba atencion.
Una música comenzó a sonar y de un salto ya era arrastrado a la pista, paso a paso me acomodaba al de ella quien parecía reírse de lo torpe que era, una linda bachata que no podia desaprovechar. Bailábamos mejor que los otros, quizás por estar no tan ebrios, aun así puedo decir que terminamos bien. En un movimiento termine pegado a ella, de repente me abrazo.

-No te alejes y hare lo mismo- susurro. Hundió su cabeza entre mis hombros mientras aferraba mas su agarre-. Prometo no dejarte, si prometes lo mismo.

En ese instante sentí mi corazón algo diferente, no sabia como explicarlo, solo estaba ahí, sintiendo ese sentimiento que una vez me cuestione; Amor.
Entre su agarre le respondi:

-Lo... lo prometo- la música cambio y con ella nuestra charla y estado de animo.

Paso un rato, su amiga se nos unio a la charla y nos hizo preguntas un poco raras e irracionales, estaba muy tomada.
Poco a poco el ambiente se apagaba, mire a Valentina que igual estaba por caer rendida.

-Creo que esto termino- dije. Me levante y con algo de tropiezos me dirigi al baño a hacer mis necesidades de la tomada.

Al salir no vi a Valentina por ningún lado, empecé a buscarla por los lados de la casa, no la encontraba, me desespere.

-¡Valentina!- grite repetidas veces.

Los que quedaban solo me miraban y se hacían a un lado mientras la buscaba a ella, a sus ojos, yo solo era un tipo borracho en busca de alguien, en simpleza, patético.
Empezaron a murmurar mientras yo seguía caminando, hasta que uno me señalo el patio de atrás a modo de que me callara.

Estaba algo tranquilo, a paso calmado me dirigía aquel lugar, solo tenia que decirle que nos íbamos y ya.
Escuche su risa antes de que pudiera salir de la casa, al igual que oí otra voz al lado de ella. Me quede apoyado en la pared a esperar que terminen su charla.

-Deja que te lleve a casa, vamos que ya es tarde- insistía el chico.

-No, ya tengo a mi guía de camino a casa, no te molestes- respondió ella algo tímida.

-¿Ustedes dos son muy cercanos no? Hasta se podría decir que son... algo mas- inmiscuyo.

Me asome para ver, algo no me gustaba de lo que mis oídos escuchaban.

-Sabes, tu amiga me dijo tus intenciones, no tienes que fingir conmigo, se como eres... y lo que quieres.

Valentina se quedo callada, Marc solo sonrió ante ello y poco a poco se acerco a ella. Abrí mis ojos completamente ante lo que vi, no lo podía creer.

Ya vi demasiado, me aleje de ese sitio lo mas que pude, no sabia que sentir o hacer, pero de algo si estaba seguro; Esto dolía.
Me tope con Eric quien al igual que yo vio la escena, luego volteo su mirada hacia mi y dijo:

-En serio Lo siento viejo, yo no tenia idea de... -no lo deje terminar. Tras el golpe que le di el solo se hizo a un lado. No se porque lo hice, no se el porque relaciones así. Todos me miraban y yo ya no soportaba esas miradas acusadoras, salí de la casa lo mas rápido que pude solo para ver en la salida como Marc y Valentina se iban, ella abrazando a Marc por la espalda en su moto.

Mi cara vacía, no mostré expresión alguna, una pequeña lagrima expreso todo lo que sentía en aquel momento. Mire a mi atras a la casa que aun seguía con los que quedaban... decidí irme.
Al llegar a casa y mirarme al espejo pude notar algo; no reconocía mi rostro y las lagrimas, no tenia idea en que momento salieron, pero al igual que ellas, mis ojos rojos eran prueba de que sí eran mías.
Sonreí mientras ponía mi mano en mi pecho y volví a mirar mi reflejo en el espejo y respondí una duda que tenia de tiempo.

-Asi que... así es como se siente- susurre mientras apretaba mi mano en mi pecho arrugando mi ropa-. No sabia que alguien podría darme dos cosas en un día, pero... tú, lo lograste, Valentina.

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