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Menú infantil para muertos. Viejas amistades

Percy al menos se merecía dormir bien una noche3 antes de emprender la búsqueda, ¿Verdad?. Pues no, los destino aman joderlo de cualquier forma posible.

Aquella noche Percy soñó en el camarote principal del Princesa Andrómeda. Las ventanas estaban abiertas y se veía el mar iluminado por la luna. Un viento frío agitaba las cortinas de terciopelo.

Una chica se hallaba sentada sobre una alfombra persa frente al sarcófago de oro de Cronos. El resplandor de la luna teñía de blanco su pelo rubio. Iba con una antigua túnica griega llamada chiton y con un himation, una especie de capa que le caía por la espalda. Esas vestiduras blancas le daban un aire intemporal y belleza, casi irreal, como si fuese uno de las diosas menores del monte Olimpo. Se le hacia conocida la mujer.

Chica: Según informan nuestros espías, hemos tenido éxito, mi señor. El Campamento Mestizo está a punto de envirar un grupo de búsqueda, tal como habíais previsto. Y nosotros casi hemos cumplido con nuestra parte del trato.

Cronos: Excelente. Una vez que tengamos los medios para orientarnos por el laberinto, yo mismo  guiaré a la vanguardia del ejército.

En eso una chica de pelo blanco apareció, a la vez que Cronos mostro sus respeto ante ella.

Cronos: Señora Nueve colas, es un placer verla de nuevo-nervioso-

Zorro: Eso lo hare yo...-mira en dirección a Percy-. Parece que tenemos un pequeño observador-murmurando-.

El cuerpo de Percy tembló al verla, no sabia si era de emoción o de miedo.

Chica: Mi señor  y señora, quizás sea demasiado pronto. Tal vez Críos o Hiperión deberán encabezar la marcha.

Zorro: No. Yo guiare el ejército. Yo me uniré a su causa y con eso bastara. Por fin tendré mi revancha con el.

Chica: Pero la forma, mi señora-con nerviosismo-.

Cronos: No contradigas a la señora Luke, ella tiene toda la razón

Percy se quedo helado al saber que esa hermosa mujer rubia era Luke, no entendía como es que paso eso.

Cronos: Te he dicho que no contradigas a nuestra señora, ahora muéstrame tu espada, Luke Castellan.

Luke saco su espada. El  doble filo de Backbiter <<la mitad de acero, la mitad de bronce celestial>> tenía un fulgor malvado. Era un arma perversa, capaz de matar con igual a monstruos y humanos.

Cronos: Te entregas a mí por entero. Tomaste esa espada en prueba de tu juramento.

Luke: Sí, mi señor. Es sólo...

Zorro: Querías poder. Te lo dieron. Ahora estás más allá de todo daño, normal. No me importa si gobiernas el mundo de los dioses o el de los mortales, ni siquiera tu venganza o lo que planeas. Yo solo deseo una revancha con aquel mono.

Un escalofrío recorrió el cuerpo de Luke y de Percy.

Luke: Sí.

El ataúd emitía un resplandor y su luz dorada inundaba la habitación.

Cronos: Entonces prepara la fuerza de asalta para nuestra señora. En cuanto se cierre el trato, nos pondremos en marcha. Primero reduciremos a cenizas el Campamento Mestizo. Y una vez eliminados esos héroes engorroso, marcharemos hacia el Olimpo.

En eso alguien llamo a las puertas del camarote principal. El resplandor del ataúd se desvanecía. Luke se incorporaba, envainaba su espada, se arreglaba sus blancos ropajes y respiro hondo.

Luke: Adelante.

Las puertas se abrieron de golpe. Dos dracoenae<< mujeres-reptil con doble cola de serpiente en lugar de piernas>> se deslizaban en el interior del camarote. Entre ambas estaba Kelli, la empusa y animadora de la escuela Goode.

Kelli: Hola, Luke.

Kelli iba con un vestido rojo y tenía un aspecto impresionante, pero Percy no se sorprendió, ya conocía su forma su verdadera forma.

Luke: ¿Qué quieres, demonio? Te eh dicho que no me molestaras.

Kelli: Qué poco amable. Pareces muy tensa. ¿Qué te parecería un buen masaje en las tetas, digo hombros?

 Luke: Si tienes que informar de algo, suéltalo ya. ¡Y si no, fuera!

Kelli: No entiendo por qué estas tan enojada últimamente. Antes eras más divertida, no será por ella-señalando a la chica zorro-

La señora con características de zorro estaba sosteniendo una fotografía de Percy, la cual estaba sujeta aun muñeco hecho de paja, mientras le clavabas sus uñas a la foto..

Luke: Eso no es asunto, fue antes de ver lo que hiciste a ese chico en Seattle.

Kelli: Pero él no significaba nada para mí. Sólo era un aperitivo. Tú sabes que mi corazón te pertenece, Luke.

Luke: Gracias, pero no. Muchas gracias. Ahora, informa o lárgate.

Kelli: Muy bien. La avanzadilla está lista, tal como ordenaste. Ya podemos partir...

Luke: ¿Qué pasa?

Kelli: Una presencia. Se te han embotado los sentido Luke. Nos están observando.

Zorro: Te tardaste en darte cuenta-siguiendo apuñalando el muñeco parecido a Percy para después lamerlo-. Pronto nos volveremos encontrar mono.

La empusa ignoro lo que hizo la señora, y se puso a recorrer el camarote con la vista. Sus ojos enfocaron a Percy; su cara se arrugaba hasta convertirse en la de una bruja. Mostraba sus colmillos y se abalanzo en contra de Percy, solo para que fuera convertida en polvo por la señora zorro.

Zorro: Él es mi presa, no dejare que nadie más le de caza.

La mujer se puso enfrente de Percy, mirándolo fijamente... bueno, Percy tenia dos cosas que bloqueaban su visión. 

Zorro: Yo seré el que te de caza, así que procura sobrevivir hasta ese momento.

La señora Zorro intento agarrar a Percy del cuello. En ese momento Percy se despertó de golpe con el corazón palpitante. Agarrándose el cuello, se dio cuenta que tenia una marca de mano en su cuello.

Tyson roncaba en la litera de al lado. Ese sonido calmo un poco.

Percy no entendía cómo esa chica pudo haberlo percibido su presencia en un sueño y más aun hacerle daño, pero dejando eso de lado, ya había oído más de lo que deseaba saber. Habían preparado un ejército que encabezaría esa misteriosa chica que le daba escalofríos por todo el cuerpo. Lo único que les falta para poder invadir y destruir el Campamento Mestizo era un sistema de orientación en el laberinto y, al parecer, Luke creía que dispondrían de él muy pronto.

Percy se dio cuenta que había en la habitación más luz de la que tendía que haber a esa hora. De la fuente de agua salda se elevaba un fulgor verde azulado que parecía más intenso y acuciante que la noche anterior. Casi como si el agua estuviera hirviendo.

Percy se levanto de la cama y se acerco a la luz.

Esta vez no salió del agua ninguna voz pidiéndole una moneda. Daba la sensación de que la fuente esperaba de que Percy diera el primer paso.

Percy se quedo pensando en lo que había visto la noche anterior: aquella imagen de Nicol en la orilla del río Estigo.

Percy: Estas tratando de decirme algo.

No salió ninguna respuesta de la fuente.

Percy: Muy bien. Muéstrame a Nicol di Ángelo.

Ni siquiera Percy tuvo que arrojar una moneda. Era como sí, aparte de Iris, la diosa mensajera, hubiera otra fuerza que dominase la fuente. El agua tembló y enseguida surgió la imagen de Nicol. Ya no estaba en el inframundo, sino en un cementerio bajo el cielo estrellado. Unos sauces gigantescos se alzaban a su alrededor.

Nicol miraba trabajar a unos sepultureros. Escuchando el ruido de las palas. Percy vio que la tierra que salía despedida de una fosa. Ella iba con una capa negra. La noche era brumosa, húmeda y cálida; las ranas croaban sin parar. A los pies de Nicol reposaba una bolsa enorme de Walmart.

Nicol: ¿Ya es bastante hondo? -irritada-

Fantasma de la otra vez: Casi, mi señora. Pero le digo que esto no es necesario, mi señora. Ya me tenéis a mí para buscar consejo.

Nicol: ¡Quiero una segunda opinión!

Nicol chasqueo los dedos y el ruido de las palas se detuvo. Dos figuras emergieron de la fosa. No eran personas, sino esqueletos vestidos con harapos.

Nicol: Retírense. Y gracias.

Los esqueletos se desmoronaron y quedaron convertidos en una pila de huesos.

Fantasma: Sería lo mismo darles las gracias a las palas. No tienen más juicio unos que otras.

Nicol hizo caso omiso. Hurgó en la bolsa de Walmart y sacó un paquete de doce latas de Coca-Cola. Entonces abrió una con un chasquido y, en lugar de bebérsela, la vertió en la fosa.

Nicol: Que los muertos sientan otra vez l sabor de la vida. Que se alcen y acepten esta ofrenda. Que recuerden de nuevo.

Vertiendo el contenido de las demás latas en la tumba y sacando una bolsa blanca de papel adornada con tiras cómicas. Era un menú infantil de McDonald's.

Le dio la vuelta y la sacudió hasta que las patatas fritas y la hamburguesa cayeron en l fosa.

Fantasma: En mis tiempos usábamos sangre animal-murmurando-. Pero con esto es más que suficiente. Tampoco notan la diferencia.

Nicol: Voy a tratarlos con respeto.

Fantasma: Al menos deja que me quede el muñeco.

Nicol: ¡Silencio!

Nicol vació otro paquete de doce latas de soda y tres menús infantiles más, y luego empezó a cantar en griego antiguo. Percy solo capto alguna que otra palabra sobre los muertos, la memoria y volver de la tumba.

La fosa empezó a borbotear. Un líquido pardusco y espumoso asomó por los bordes como si el agujero entero se hubiese llenado de soda. La espuma se espesó y las ranas dejaron de croar. Entre las tumbas empezaron a aparecer docenas de figuras: formas azuladas vagamente humanas. Nicol había invocado a los muertos con Coca-Cola y hamburguesas con queso.

Fantasmas: Hay demasiados. No eres consiente de tus propios poderes.

Nicol: Lo tengo controlado.

Nicol saco una espada, la cual tenia una hoja corta de metal negro macizo. No era acero ni bronce celestial. La multitud de sombras retrocedió al verla.

Nicol: De uno en uno.

Una figura avanzó flotando, se arrodilló junto a la fosa y se puso a beber, sorbiendo ruidosamente. Sus manos fantasmales tomaban patatas fritas de aquel estanque de soda. Cuando se incorporó de nuevo, Percy lo vio con más claridad. Era un adolescente con armadura griega. Tenía los ojos verdes y el pelo rizado. lucía en su capa un broche en forma de caparazón marino.

Nicol: ¿Quién eres? Habla.

El joven frunció el ceño como haciendo un esfuerzo para recordar. Luego habló con una voz tan áspera como papel de lija.

???: Soy Teseo 

Nicol: ¿Cómo puedo recuperar a mi hermana?

Los ojos de Teseo estaban tan desprovistos de vida como un cristal.

Teseo: Ni lo intentes. Es una locura.

Nicol: ¡Dímelo!

Teseo: Mi padrastro murió. Se arrojó porque pensaba que yo había muerto en el laberinto. Intenté traerlo de vuelta, pero no lo logré


El fantasma que acompañaba a Nico soltó un silbido.

Fantasma: ¡El intercambio de almas, mi señor! ¡Pregúntale!

Teseo frunció el ceño.

Teseo: Esa voz. Conozco esa voz.

Fantasma: ¡No la conoces, idiota! ¡Limítate a responder a las preguntas de mi señora y nada más!

Teseo: Te conozco.

Nicol: Quiero que me hables de mi hermana. ¿Esa búsqueda por el laberinto me ayudará a recuperarla?

Teseo buscaba al fantasma pero al parecer no lograba verlo. Lentamente volvió su mirada hacia Nicol

Teseo: El laberinto es traicionero. Sólo una cosa me ayudó: el amor de una joven mortal. El hilo no fue más que una parte de la solución. Era la princesa quien me guiaba.

Fantasma: No necesitamos nada de eso. Yo os guiaré, mi señora. Preguntadle si es cierto lo del intercambio de almas. Él os la contará.

Nicol: Un alma por otra alma. ¿Es posible?

Teseo: Yo... debo decir que sí. Pero el espectro...

Fantasma: ¡Limítate a contestar, bribón! 

De repente, los demás muertos empezaron a agitarse en torno al estanque. Se removían y murmuraban con nerviosismo.

Nicol: ¡Quiero ver a mi hermana! ¿Dónde está?

Teseo: Él viene. Ha percibido tus invocaciones. Viene hacia aquí.

Nicol: ¿Quién?

Teseo: Viene para descubrir la fuente de este poder. ¡Has de liberarnos!

El agua de la fuente de Percy se puso a temblara y burbujear con fuerza. Notando que la cabaña entera vibrara. El ruido aumentó de volumen. La imagen de Nicol en el cementerio se fue iluminando con un intenso resplandor que deslumbro la habitación.

La imagen cambio a una joven pareja con un tipo de perro extraño. La pareja miro a Percy.

???: Por fin te encontramos. No lo crees Mira.

Mira: Sí, lo encontramos Daewi.

Daewi: Sí, Haetae, ve y cuídalo.

Haetae: Wof

Percy: ¿Qué?

El perro lamio a Daewi y a Mira, solo para dirigirse a donde estaba Percy. La fuente empezó a resquebrajarse. Tyson murmuró en sueños y se dio la vuelta. Una luz azul empezó a emitirse de la fuente. Con un resplandor más una niña apareció enfrente de Percy.

Niña: Haetae reportándose ante mi tío.

Percy: ¿Qué?

Tyson encontró a Percy en la mañana, mirando a la niña que estaba abrazando a Percy mientras repetía la palabra tío.

Al romper el alba, los integrantes del grupo de búsqueda se reunieron en el Puño de Zeus. Todos habían preparado una mochila con un termo de néctar, una bolsita de ambrosía, un petate, cuerda, ropa, linternas y un montón de pilas de repuesto. Percy traía en frente en una cangurera para bebes, en el cual carga a la niña, tanto Percy como la niña traían puesto unos lentes de sol.

Imagen de referencia.

Era una mañana despejada. La niebla había desaparecido y el cielo, volando en Pegaso practicado el arco y escalando la pared de lava. En cambio Percy y los demás se encontrarían bajo tierra. Todos los campistas miraban raro a Percy por cargar a la niña y llevarla a la misión.

Enebro y Grover se habían apartado un poco del grupo. Ella había estado llorando, pero ahora procuraba dominarse para no entristecer a Grover. No paraba de arreglarle la ropa, de colocarle bien el gorro rasta y sacudirle los pelos de cabra de la camisa. Como no sabían que se podrían encontrar se Grover se había vestido como un humano, con la gorra para ocultar los cuernos, con unos vaqueros y unas zapatillas con relleno para esconder sus pezuñas de cabra.

Quirón, Quintus y la Señorita O'Leary permanecían juntos a los campistas que habían acudido a desearle buena suerte. Quirón regaño a Percy por traer a una niña, pero la niña solo hizo una burbuja de agua en la cual encerró a Quirón para después por ordenes de Percy soltarlo. Pero reinaba demasiado ajetreo para que resultase una despedida feliz. Habían levantado un par de tiendas junto a las rocas para hacer turnos de vigilancia. Beckendorf y sus hermanos estaban construyendo una línea defensiva de estacas y trincheras. Quirón había decidido que era necesario vigilar la entrada del laberinto las veinticuatro horas. Por si acaso, volviendo aun así regañar a Percy por su imprudencia. 

Annabeth estaba revisando su mochila por última vez. Cuando Tyson, Percy y Haetae fueron a su encuentro, frunció el ceño al ver a Percy con Haetae.

Annabeth: Tienes una pinta horrible, Percy.

Percy / Haetae: Se llama estilo-colocándose unos lentes de sol encima de los lentes de sol-

Tyson: Ha matado la fuente esta noche y cuidado esa niña-susurrando a Annabeth- 

Annabeth: ¿Qué?

Antes de que Percy pudiera explicárselo, Quirón se acercó al trote.

Quirón: Bueno... parece que ya están preparados... la mayoría-observando a Percy-

Quirón procuraba parecer optimista, aunque Percy y Haetae se dieron cuenta de eso. Por lo que para no asustarlo más, decidieron sacar una paleta azul de quien sabe donde y se la dieron.

Percy: Quirón, ¿Podrías hacerme un favor mientras estoy fuera?

Quirón: Claro, muchacho-observando a la niña-

Percy dejo a la niña con Tyson mientras le indicaba a Quirón al bosque. Aunque arqueando una ceja, siguió a Percy hasta un rincón discreto.

Percy: Anoche soñé con Luke y Cronos.

Percy comenzó a relatar sus sueño con detalle, omitiendo lo de la chica zorro y el echo de que Luke era mujer, al también cambiar de quien iba a dirigir el ejercito. Escuchar todo eso pareció ponerle un peso encima a Quirón.

Quirón: Me lo temía. Contra mi padre, Cronos, no tendríamos la menor posibilidad en una batalla.

Quirón raramente se refería a Cronos como su padre.

Percy: ¿Se te ocurre a qué podía referente cuando habló de un "trato"?

Quirón: No estoy seguro, aunque me temo que querrán llegar a un acuerdo con Dédalo. Si el viejo inventor está vivo de verdad, si no se ha vuelto loco de remate después de tantos milenios en el laberinto... bueno, Cronos sabe cómo doblegar la voluntad de cualquiera.

Percy: De cualquiera, no.

Quirón acertó a sonreír.

Quirón: No. Tal vez no de cualquiera. Pero ve con cuidado, Percy. Llevo un tiempo preocupado con la idea de que Cronos pueda estar buscando a Dédalo por otro motivo, no solamente para orientarse en laberinto.

Percy: ¿Qué otra cosa podría querer?

Quirón: Es algo que Annabeth y yo hemos estado hablando. ¿Te acuerdas de lo que me contaste después de subir por primera vez al Princesa Andrómeda y ver el ataúd dorado?

Percy: Luke hablaba de rescatar a Cronos del fondo del Tártaro y dijo que, cada vez que alguien se unía a su causa, se añadía en el interior del ataúd un trocito de su cuerpo.

Quirón: ¿Y qué dijo que harían cuando Cronos se hubiera alzado por completo?

Percy: Que le harían un cuerpo nuevo digno de las fraguas de Hefesto.

Quirón: En efecto. Dédalo era el inventor más grande del mundo. Creó el Laberinto, pero también muchas cosas. Autómatas, máquinas de pensar... ¿Y si Cronos quiere que Dédalo construya su nueva forma?

Percy: Entonces, tenemos que encontrar a Dédalo antes que ellos y convencerlo para que no se preste a los deseos de Cronos.

Quirón desvió la mirado hacia los árboles.

Quirón: Otra cosa que no entiendo... es cuando habla de una última alma que se unirá a su causa. Eso no presagia nada bueno.

Percy mantuvo la boca cerrada, se sentía un poco culpable. Había tomado la decisión de no contarle a Quirón que Nicol era hijo de Hades. Sin embargo, aquella alusión a las almas. Percy tenia que encontrar a Nicol por si mismo. Debía explicarles cual era la situación y lograr que lo escuchara.

Percy: No lo sé. Pero, humm... hay una cosa que me ha contado Enebro que quizá debieras saber.

Percy le conto lo que la ninfa había visto a Quintus merodeando entre las rocas. Quirón tensó la mandíbula.

Quirón: No me sorprende.

Percy: Ya veo... (tal vez haya una relación entre Quintus, el laberinto y Dédalo)

Quirón: Cuando Quintus se presentó en el campamento ofrecido sus servicios... bueno, había que ser idiota para no sospechar.

Percy: Entonces, ¿Por qué dejaste que se quedara?

Quirón: Porque a veces es mejor mantener cerca a una persona de la que note fías. Así puedes vigilarlo. Quizá sea quien afirma ser: un mestizo en busca de un hogar. Desde luego, no ha hecho nada que me haga cuestionar su lealtad. Pero, créeme, permaneceré alerta...

Annabeth se acercó despacito. Con evidente curiosidad de saber el motivo de la tardanza.

Annabeth: ¿Ya estás listo, Percy?

Percy asintió. Deslizando la mano en el bolsillo, donde llevaba el silbato de hielo que Quintus le había regalado. Echo un vistazo y vio que el mencionado lo observaba desde lejos. Percy levanto la mano en señal de despedida.

Quirón: Cuídense. Y buena caza.

Percy: Tú también.

Haetae: Adiós viejo-alzando su manita-

Subieron a las rocas, donde Tyson y Grover lo esperaba. La cangurera de Percy cambio de forma para poder proteger a la niña ante la mirada extraña de los presentes.

Grover: Bueno-nervioso-. Adiós, luz del sol.

Tyson: Hola, rocas.

Y los cinco juntos se adentraron en la oscuridad.

EN ALGUN LUGAR DE COREA.

Mira: Me sorprende que la dejaras ir así de fácil, después de todo es como tu hija-sentada en un sofá leyendo el periódico-

No hubo respuesta alguna.

Mira: ¿Daewi?

El mencionado estaba creando un montón de cosas de seguridad como loca antes de empacarlo.

Mira: ¡Daewi Han, escúchame bien, ella estará bien, es lo suficientemente fuerte para poder cuidarse ella sola!

Daewi: Si no es para ella, es por su él, conociéndolo se va a meter en un problema muy grave.

Mira: ...

Mira empezó ayudar a Daewi a empacar las cosas mientras buscaba un vuelo a Manhattan con prisa.

FIN

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