Capitulo 2
Los ojos de Yato miraban totalmente inseguro a su alrededor luego de eso pasara, en los próximo días Kardia puso tierra de por medio entre los 2 y lo dejo solo, aun con eso no evitada que le coqueteara de vez en cuando, era un poco incomodo pero extrañamente agradable a la vez.
Agradecía que le dada su tiempo y su espacio, ya que era muy incomodo luego de todo eso. Tocándose los labios de forma sutil recordando con cierto remordimiento ese beso, sintiendo el calor del cuerpo del Santo de oro otra vez, pensando un poco en ese hecho pues conocía sobre la enfermedad del Santo que lo guio hasta el santuario cuando tenía 15.
- Maestro Kardia... - Susurro. Ignorando todo cuando el santo de Pegaso llego a su lado... Pero caminado raro. - ¿Tenma? ¿Te golpearon la pierna o algo?
- No... Bueno. - Sonriendo de forma inconsciente el Santo de Pegaso recordó todo lo que paso hace menos de 24 horas, totalmente satisfecho. - Me le declare al hombre que me gusta.
- ¿Y te cogieron? - Mas bien era una pregunta en broma. Estada siendo sarcástico buscando molestar a su amigo, no esperada que de verdad le contestara.
- Si... Fue algo asombroso... - Otra vez, no esperada que Tenma sea tan descarado. Lo dijo como si nada, al contrario de Tenma, Yato estada seguro que el tema de Kardia no se lo diría, aunque, sabiendo lo descarado que era el santo de Scorpio lo terminaría sacando a la luz más temprano que pronto.
- Descarado... - Susurro. - ¿Y quieres mi ayuda para que tus "padres" No se ven cuenta? - Intuyo.
- Ahhh. De cierta forma. - Nerviosamente le dijo, sujetándose la nuca mirando a otro lado.
- ¿Me dirás de quien te enamoraste? Lo has tenido mucho en secreto.
- Ah... - Enserio Tenma estada nervioso, nunca lo llego a ver de esa forma. Este tema de su relación era serio y hasta grave porque estada seguro que temía por la reacción de Dohko y el toro, ¿Quién se habrá cogido a su amigo? - El santo de oro de Géminis: Deuterus...
- ¿¡QUÉ!? Momento... ¿No que el santo de géminis estada muerto?
- De hecho si, Deuterus es su hermano gemelo que acepto el puesto luego de que eso pasara, es una historia un poco larga.
- Te gusta el buen vino entonces.
- Puede ser... Pero te recuerdo que tenemos la misma edad.
- Ok... Pero me dirás como paso ¿Verdad?
- Eso no sé cómo explicártelo... Lo conocí por accidente en mis entrenamientos de noche. Y bueno... Nos encontramos mucho, hemos hablado, y anoche le dije que lo amo. Yo de verdad lo quiero mucho.
- Vaya... Qué suerte tienes. - Sonrió pero de forma algo decaída y triste, como quisiera que eso le pasara a él. No se sentía mal por su amigo, pues de verdad estada feliz, pero era algo similar a la envidia, querer algo que siempre busco y nunca ha conseguido. - Bueno, al menos puedo ver que el siento lo mismo. Caminas horrible.
- Lo sé, fue algo doloroso al principio.
- No me cuesten de tus cochinadas. ¿Quieres que te patee el pie? Al menos tendrás una escusa si Dohko te dice algo.
- Ummmm. - ¿Enserio lo pensada? Yato no creía que de verdad lo hiciera pues lo decía en broma, aunque bueno. Tampoco diría que no si se lo podía. - Mejor no, Dohko es una persona que respeto y quiero como mi hermano mayor, aunque me proteja y guie junto a Hasgard. No creo que se moleste por esto, me tiene confianza.
- ¿Seguro? - Alargo las últimas letras a la par que hablada, mirando escéptico a su amigo, hasta aceptar. - Esta bien. ¿Quieres que vayamos con Yuzuriha y Regulus?
- Pues... Anoche me dijeron que Yuzuriha se iba de misión esta mañana. - ¿Tanto se perdió por andar con Kardia? Rápidamente ese fue el pensamiento del coreano. - Sobre eso... ¿Qué tanto has pasado? No te he visto desde creo que antier.
- La verdad no sé cómo comentarte todo. - De manera bastante decaída sonrió, pues no encontrada como tal una forma de explicarle eso, se sentía un poco incomodo aunque quería mostrarse tranquilo estada seguro que no se notada.
- ¿Seguro?
- Si. Cambiando de tema. ¿Conoceremos a Géminis un momento?
- Pues no me molestaría. Tendría que hablarlo con este, él es un poco ermitaño pero es muy bueno. Si mal no recuerdo, Sisifo Hasgard y Degel hablan con él seguido.
- ¿Enserio? - Tenma asintió. Sonriendo como él enamorado que era, pues en su caso fue un amor que nació lento, en este punto conocía muy bien al llamado demonio debido a casi 2 años ha estando acompañando el uno con él otro.
- Ustedes tienen suerte.
- Descuida amigo, tanto Regulus como yo sabemos que dentro de poco te llegara tu ser amado. Jejeje. - Tenma le sonrió, pasando sus manos por sus hombros.
- Gracias... - Débilmente pronuncio, aceptando esto antes de ir a buscar a Regulus. Si es que Manigoldo ya lo había soltado.
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- Pequeño rey... ¿Por qué tienen que estar aquí los 4? - Menciono el cangrejo, sentado y dándoles la espalda a su pareja y amigos de este, en un pequeño coliseo cerda de los 12 templos donde Regulus se reúne con sus 3 amigos y su pareja.
- No seas amargado. Siempre estamos juntos cuando nos toca vigilar los templos. - Le respondió Regulus, sonriéndole a su pareja en un pequeño gesto que pareciera inocente pero que se sabía por el cangrejo que era otra cosa. Masticando una manzana tranquilamente al lado de sus compañeros.
- A veces lo bien que llevan su relación. Tu también Tenma. - Musito Teneo. - Digo, yo estoy feliz en mi noviazgo con Selina, pero entre nuestras responsabilidades de Santos...
- Tsk. - Manigoldo chasqueo la lengua, parándose de donde estada y mirando a los chicos frente suyo sin dejarle terminar al muchacho. - Peleamos contra seres de quien sabe donde salieron, me parece un poco tonto que dejes algo como unas responsabilidades en el camino de Athena perjudiquen en tu relación.
- En eso puede tener razón. Pero, yo me refiero a que debemos pensar siempre en Athena primero como sus santos, idea, creo que usted entenderá a lo que me refiero. — Regularmente era poco el tiempo en el que podían estar pensando en sus relaciones debido a lo ya mencionado.
- Te estresas mucho. Yo nunca me preocupe por eso, y ahora tengo el Santo más bello el santuario como pareja. - Yato codeo de forma ligera a Regulus que sonrojado acepto ese alago, encontrándose su mirada azul con la amatista de Manigoldo.
Aunque no lo fuera, Manigoldo lo seguiría considerando como tal.
- Creo que tenemos la facilidad de ser relaciones entre Santos o aliados del ejercito de Athena, con personas normales lejos de este mundo. Sería más complejo.
- Por eso lo digo. La forma que mas funciona una relación entre un santo de athena y una persona común es de sexo de una noche. - Sonada cruel pero era verdad. - Si bien no negare que entre relaciones entre santo muchos prefieren solo eso: Eso. Se van mala viva por nada, cuando estamos en relativa calma y tienen ese lujo humano a su disposición. — Y con esto le dio la razón a Tenma. Abriendo en Regulus una incógnita pues su conocimiento de su progenitora siempre fue limitado. Puede que le pregunte a su tío luego.
- "¿Enserio soy el único sin pareja?" - Pensó Yato, algo decaído por eso tema, mirando a Regulus y luego a Tenma. Suspirando sutilmente mientras buscada olvidarse del tema de Kardia de forma permanente, recordando un ligero detalle.
Un poco lejos de ellos, el santo de scorpio estada recostado en una pared, escuchando toda su conversación con una expresión malsana, de cierta forma irritada sintiendo su aguja palpitar, queriendo volverse a acercar a Yato luego de aquel encuentro que tuvieron. No se arrepentía de lo que hizo, y lo dicho lo cumpliría.
Estada esperando su oportunidad para acercarse y de ser posible saber que pensada Yato, sin saber que lo último que quería este era tocar ese tema.
- Vaya. No te esperada de ver.
- ¿Qué quieres toro? - Muy a la defensiva expreso, volteando su mirada de donde estada Hasgard.
- Vengo por el aspirante a mi cargo. - Cruzado de brazos respondió como si fuera lo más obvio. Sonriendo y haciendo que Kardia baje la guardia ligeramente. Pero no por eso respondiendo menos serio. - Te veo muy envilecido en tu puesto. ¿Pasa algo?
- Nada. Pero creo que estoy igual que tú. - Apuntando con la cabeza llevo en dirección a donde Manigoldo, Regulus y los santos de bronce estaban aun conversando, aunque el cangrejo ya se había separado ligeramente de estos.
- Ok. ¿Pasa algo con Yato? - Arqueo la única ceja que tenia, detallando la expresión perversa que en el rostro del Escorpión se formada.
- Digamos que lo quiero castigar.
- ¿Castigar? Supe que salieron a tomar hace unos días. - No le estada reprimiendo, si hasta él llevo a Teneo una vez, y a veces iba con su pareja. - ¿Paso algo en especial?
- Ya te enteraras. - Solo eso dijo, pasando su aguijón cerca de sus labios. Aunque el toro tenía cierta duda respecto a las intenciones de Kardia lo dejo pasar. Por el momento a lo menos para pasar su concentración en el joven de cabellos azules y terminando por unirse a la conversación.
- Regulus... Sobre eso... - No tenía nada. Regulus había preguntado sobre su propia madre, pero Hasgard no sabía nada. De la verdad por lo menos, ya que nunca lo conoció y creía que estaba muerta. - Tendrás que hablar con Sísifo.
- Ummm... ¿Me acompañas luego Mani?
- Claro que lo haré. Me causa curiosidad saber si tengo una suegra viva. Seguro amara a un yerno tan encantador.
- Seguro le va un infarto de ver a su hijo con otro hombre. - Hasgard rio, y el cangrejo se le quedo viendo mal a Tenma por ese comentario. Un tema que se les olvidada y era la aceptación de ese tipo de relaciones ente hombre fuera del santuario.
Y entre los santos, algunos lo aprovechaban ya que les encantada. Entre esos; Kardia, caminando de forma lenta y ganándose la atención de los Santos presentes. A cada paso se acercada mirando exclusivamente a Yato pero abriendo interrogantes entre el resto de los presentes.
- Maes...Tro, Kardia... No lo he visto en unos días. - Nervioso logro pronunciar, buscando fingir inocencia ante la situación, prefiriendo ignorar a sus compañeros para no caer más profundo en sus nervios.
- Lo sé, vengo a arreglar eso. ¿Recuerda de lo que hablamos? Quiero compensarte, tengo una salida para los 2. ¿Vamos?
- Ehh... Yo no... - En estos momentos Yato estada más muerto que vivo. Con los ojos de 5 curioso contra él. - Ahh... Esto no es lo que parece.
- Vamos no me tengas miedo, solo quiero que salgamos los 2 solos. - No tenia malas intenciones, pero sus formas de llevarlas a cado no eran las correctas estaba siendo muy directo con un chico que no sabía lo que quería.
- Señor Kardia, ¿nos explica que pasa? - Yato estada asustado, teniendo que intervenir el resto al notar este hecho.
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- Así que hiciste de las tuyas. - De forma sumamente rápida y estrepitosa Kardia explico una parte, ya que él no tenía el más mínimo pudor al hablar de estos temas mientras el Santo de Unicornio se estaba muriendo por dentro.
Teneo, Tenma y Regulus empezaron a entender con mayor facilidad el porqué del actuar tan nervioso de Yato desde hace poco. Intervenir o no era una acción que era difícil para ellos tomar, porque conocían a Kardia y sabían que era el tema de persona que disfrute de lastimar a alguien, al menos que sea un enemigo o de una persona que le busque pelea. Al contrario de a Yato que fue dejado a su cargo, nunca haría algo grade contra de él. Más Yato que estaba confundo por lo que sentía.
Hasgard como el mayor ahí parado tras escuchar el contexto de lo que le pasaba a los 2, opto por hacer lo que considerada mejor opción para los 2, atrás de él sabía que los chicos estaban esperando eso.
Suspiro. - La verdad es un tema complicado, pero Manigoldo tiene razón en que estas siendo un poco intenso. - Dijo y tras esto se volteo para hacerle una seña a Yato para que se acercara. - ¿Por qué no hablan de esto los 2? Pero de manera detallada, si no, temo porque se terminen lastimando.
Tanto Kardia como Yato se mira detalladamente por varios minutos, considerando bastante lo pasado por los últimos días, hasta quedar totalmente solos luego de aceptar.
- ¿Vamos a mi templo a hablar? - Luego de pensarlo por unos segundos, Yato acepto.
- Solo si tienes tus manos quietas. - Alerto. El Escorpio rio con ganas tras escuchar eso.
- Como digas. Aunque no negare que fue lindo pasarte las manos la otra vez.
- No lo arruines. - Recordó. El contrario le ofreció su mano para levantarse.
- Desde ya te lo digo; Yo si te quiero.
Y ya con eso, ambos fueron en camino por los 12 templos hasta el templo de Scorpio, donde sentando en las escaleras del templo se dispusieron a hablar, a sacar todo lo que tenían en mente desde aquel incidente.
- Primero... Ahnmm... No se que decir... - El Santo de bronce quiso ser el primero en hablar. Aunque por sus nervios al hablar, Kardia tomo la palabra.
- ¿Por qué estabas tan asustado la otra vez? Digo, feo nunca he sido, y aunque sea peligroso un mal encuentro conmigo, me conoces como para que un simple beso te espante.
- No es eso. Ósea, si me asuste, pero por lo que podría pasar cuando me empezaste a besar.
- Ahh... Tenias miedo de que te clave mi aguijón. - Haciendo una seña con la mano expreso, cosa que dejo a Yato avergonzado.
- No quería tener sexo solo por un mala pasada. Yo quiero una relación más seria.
- Yo te la puedo dar. - Así como si nada expreso, sonriendo de manera amplia, rozando lo infantil. Enterneciendo un poco a Kardia.
- ¿Enserio quiero ser mi pareja?
- Claro que quiero. - Acercándose al Unicornio expreso. - No creas que lo hago con lastima, aunque no recuerdes mucho disfrute ese salida más cercana, y te conozco desde hace mucho. Mal novio no serias. - Sonriendo muy cerca del coreano paso su mano muy cerca de él.
- Ahmmm... - No tenia palabras en ese momento. Ambos se conocían desde hace mucho tiempo, se tenían confianza. Más haya de sus miedos, no encontrada razón coherente para rechazarlo. - ¿Esta seguro? - Sonriendo cerca de su rostro asintió.
- Sé que estas pensando cuando despertamos. Y lo admito, puede que mi actual no fuera el mejor, por eso quise dejarte solo, pero no quiero que eso te detenga. Dime... ¿Aceptas?
Pasaron unos cortos minutos luego de su propuesta para que el Santo de Unicornio decidiera. Mirando a los ojos del contrario, sintiendo su cuerpo estremecer al hacer eso. Terminando por extender los labios esperando un beso que tiernamente no tardo en llegar.
Sujetándolo del rostro el santo de Scorpio lo acerco más a si mismo en ese beso. Hasta separarse.
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