Diagnóstico
Porlyusica: Las heridas del joven son graves. Aún no sé que pasará, pero es muy probable que este accidente tenga secuelas.
Todos la quedamos mirando un poco asustados de lo que podría venir. Sin embargo, todos guardaron silencio para seguir oyendo las instruccions de la curandera
Porlyusica: Por el momento no hay nada que hacer, sólo esperar a que despierte. Aunque debo advertirles que tiene que estar bajo vigilancia
Creo que por instinto todos miramos a Happy, que estaba sentado con la cabeza baja, y supimos que el no podía cargar ese peso. Yo ya tenía dos meses de renta asegurados, así que levanté la mano con desición
Lucy: Yo lo cuidaré en mi casa. Es lo único que puedo hacer
Porlyusica me miró de reojo y asintió. Llevamos a Natsu a mi casa, recostándolo en mi cama. Los del gremio se quedaron hasta tarde en mi casa, hasta que la noche cayó sobre Magnolia y se debieron marchar. Me preparé café, sabiendo que esa noche no dormiría.
Así pasó una semana y Natsu aún no despertaba. Estaba muy preocupada, y destruida por dentro. Era tan raro estar en casa con Natsu y al mismo en silencio, que me lamenté todas las veces que lo saqué a patadas.
Natsu: Mmh... -escuché-
Rápidamente me di vuelta y efectivamente había emitido un sonido extraño. Estaba moviéndose, por primera vez desde que entró a mi casa.
Lucy: Natsu... -tomé su cara entre mis manos-
Pude ver como abrió los ojos lentamente, pero para mí fue tan emocionante que sentí como si estuviera despertando luego de un sueño de cien años. Pero al instante después me di cuenta de que algo andaba mal. Lo solté y el se sentó en la cama. Abriendo y cerrando los ojos rápido, moviendo la cabeza para todos lados.
Natsu: ¿Dónde estoy...? -dijo desconcertado-
Lo único que pude pensar fue en que podría haber perdido la memoria luego de tan fuerte golpe en la cabeza.
Lucy: ¿N-No lo reconoces...? Estás en mi casa Natsu
De nuevo comenzó a abrir y cerrar los ojos con rapidez. Luego estiró los brazos como intentando tocar algo, hasta que su palma chocó con mi mejilla
Natsu: Lucy -comenzando a llorar- Lucy, no... No te veo, no veo nada. ¡Ayúdame, L-Lucy!
Las lágrimas que me había aguantado desde el día del accidente esta vez no se detuvieron. Por instinto lo abracé como intento de tranquilizarlo
Lucy: Cálmate, Natsu, por favor. Iré a buscar a los demás no te muevas de aquí, ¿bien?
Salí corriendo de la habitación alcanzando a oír un grito de impotencia por parte de Natsu. Abrí la puerta de mi casa y corrí, corrí tan fuerte como pude mientras mis lágrimas se las llevaba el viento. Empujé la puerta del gremio, y caí de golpe al suelo. Sentí los pasos venir hacia mí, preguntándome qué me sucedía. Esperé a que la mayoría se posase a mi alredor y con todo el dolor de mi alma me preparé para decirlo
Lucy: N-Natsu... No puede ver...
El día terminó con la visita de Porlyusica a mi casa. Ahora la tensión era más alta, por que al salir de la habitación tendríamos un diagnóstico que problablemente afectaría la vida de Natsu para siempre. Nos hicieron pasar a la habitación a Gray, Erza y a mí. Supusimos que la respuesta de ella sería negativa, ya que nos dijo que nos quedásemos para acompañar a Natsu mientras nos daba la noticia. Tomé una de las manos de Natsu que estaba apoyada en la cama y pude sentir lo fuerte que la apretaba
Porlyusica: Tú no podrás volver a ver.
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