Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 3

Rayos.

No sabía muy bien que estaba pasando, pero había aceptado algo realmente peligroso.

Ethan quería enamorarme... A mí.

¿Por qué? Aún no lo tenía claro. Sin embargo, no podía evitar pensar cómo resistirme a él. Era el amor de mi vida, el chico de mis sueños, mi primer amor. ¿Cómo podría negarle algo? ¿Cómo podría mantenerme fiel a mi promesa?

No era el mejor momento en mi vida para escapadas románticas, no sabía cómo haría con la cafetería, pero bastaba con mandarle algún mensaje a Hannah para que se encargara. Necesitaba un poco de espacio, un poco de tiempo. Mis heridas dolían, pero más me dolía el corazón.

Estaba frente a la chimenea, intentando calmar aquel dolor que se había alojado en mi costilla. Lo mejor sería que viera a un doctor, pero las heridas eran demasiado obvias. Muchas veces Rupert me mandó a un hospital, pero siempre podía inventar alguna excusa. No esta vez.

—¿Te sientes mejor? —preguntó, saliendo de la cocina con una bandeja, cargando dos copas de vino y algunas frutas. Asentí en respuesta, no me sentía capaz de hablar en ese momento—. Mañana iremos a comprar algunos víveres, por el momento, tendremos que sobrevivir con esto.

—Está bien, la verdad es que está más que bien para mí.

Esa mansión era mágica, era como si pudiera dejar todos mis problemas atrás, disfrutar solo de aquel cálido ambiente. Todo era de madera, pero eso no quitaba lo lujoso de la cabaña. Claro, había sido decorada por Charlotte Hart.

Ethan se sentó junto a mí y me tendió una de las copas. Le di un sorbo corto, no era muy fanática del alcohol, aunque admitía que una copa no me vendría mal.

—¿Por qué te casaste con él? —preguntó, pero no estaba juzgándome, de hecho, parecía curioso.

¿Le contaría todo? Los seres humanos siempre necesitábamos desahogarnos, para así aligerar la carga que llevábamos encima. Era un instinto, una necesidad. Todos necesitábamos un hombro para llorar de vez en cuando.

—Estuvimos saliendo durante unos seis meses —comencé, sin verlo a la cara—. Él era una buena persona con todo el mundo, me gustaba su amabilidad, su forma de ver la vida. Todo el mundo creía que me casé con él por el dinero, pero en realidad fue todo lo contrario. Me gustaba su simpleza, no era uno de esos snobs, era sólo Rupert.

Él me escuchaba atentamente, sin interrumpirme. No parecía estar juzgándome, que eso era lo que yo más temía.

—Sigue —pidió, recostándose en la alfombra frente a la chimenea.

—Mi mamá enfermó en ese tiempo —Las palabras no querían salir de mi boca, pero lo mejor era soltarlas de una vez por todas—. La cafetería iba muy bien, pero no nos alcanzaba para todos los exámenes, mucho menos para los tratamientos. Rupert me chantajeó —confesé en un susurro—. Dijo que, si me casaba con él, entonces no tendría que preocuparme por los costos del hospital. En ese entonces veía a mi mamá apagarse cada vez más, no tuve más opción que aceptar su propuesta.

—Pudiste decirle a Alissa —dijo, un poco molesto—. O Hannah. Incluso pudiste decírmelo a mí, Mel.

—No quería molestarlos con mis problemas. En ese momento Hannah estaba embarazada, Alissa no recordaba nada y aún no podía hablarte sin morir de la vergüenza. ¿A quién le diría? —susurré.

Él envolvió sus brazos en mi cuerpo una vez más, atrayéndome a su pecho. Era tan cálido, tan fuerte. Me hacía sentir a salvo, como si nada jamás pudiera dañarme.

En un mal movimiento de mi parte, aquel golpe en mi costilla me hizo jadear, quizás estuviera rota, jamás me había dolido tanto el cuerpo.

—¿Estás bien? —preguntó con preocupación, intentado ver en donde me dolía.

—¿Cuántas veces vas a preguntar eso, Ethan? —reí un poco, aunque sólo quería llorar.

—Todas las veces que sean necesarias, hasta que te mejores.

¿Por qué tenía que ser tan hermoso? ¡Diablos! Tenía tantas ganas de besarlo, pero no podía. Estaba casada con un monstruo, sí, pero seguía casada.

—Ven, te prepararé un baño de burbujas, quizás con eso logres sentirte mejor. Luego, puedo darte un pequeño masaje, si así lo quieres.

Me imaginé la escena.

Yo, saliendo del baño con una bata que apenas cubría lo esencial, encontrándome con un sexy Ethan en la cama, dispuesto a acariciar todo mi cuerpo.

La sola idea lograba que me calentara. Era una escena demasiado erótica.

Me tendió la mano y me llevó hacia la habitación principal. Me dejó en la cama mientras él preparaba el baño.

Estaba un poco nerviosa, pero no de una mala manera. No sabía cuál sería el resultado de todo esto, sin embargo, ansiaba conocerlo. Ansiaba ver hasta dónde seríamos capaces de llevar aquella atracción que siempre estuvo entre nosotros.

Pasado unos minutos me notificó que todo estaba listo.

La cabaña Hart era simplemente maravillosa. Todo era de madera, desde la tina hasta el lavabo. Iluminado por docenas de velas que le daban un toque mágico. La bañera estaba a rebosar de burbujas, mientras una suave música se escuchaba desde el estéreo.

—Estaré afuera, si necesitas cualquier cosa, sólo avísame —ofreció, cerrando la puerta.

Veía todo a mi alrededor, cautivada. Para Ethan esto posiblemente no fuera la gran cosa, pero para mí, era un sueño hecho realidad. Siempre fui una amante de los cuentos de hadas, aunque el mío terminó siendo uno de terror. Ahora Ethan lograba que volvieran a nacer aquellos sueños y fantasías.

Me hacía amar los pequeños detalles, lo verdaderamente importante en los cuentos de hadas. Cenicienta se enamoró del príncipe luego de que este la buscara por todo el pueblo, teniendo de pista sólo su zapatilla. Bella se enamoró de la Bestia cuando este escuchó lo que le gustaba y le ofreció todo un mundo de libros. No se trataba de que fueran príncipes (aunque posiblemente eso influyera). Se trataba de los románticos gestos que ellos estaban dispuestos a hacer, por ellas.

El agua estaba en la temperatura exacta, mis músculos se relajaban con el paso del tiempo. Era justo lo que necesitaba. Poco a poco fui relajándome, quizás demasiado, puesto que me quedé dormida en la bañera.

—¿Mel? —escuché tras la puerta—. ¿Está todo bien?

—Uhm—respondí, aún en el mundo de los sueños.

—Voy a pasar.

No entendía quién hablaba, mucho menos que estaba pasando. Yo sólo flotaba, en un delicioso mar de algodón. ¿Esa era la voz de Ethan? De seguro estaba soñando con él de nuevo. Siempre soñaba con él.

Sentí un cambio de temperatura, pero no abrí los ojos. Allí, en los brazos de Morfeo, no existía el dolor, mucho menos los sapos y hechiceros malvados. Todo era colorido y suave.

—Tan hermosa —escuché su voz de nuevo, por lo que me acurruqué hacia la fuente de calor más cercano.

Sentí una mano acariciar mi pierna desnuda, arriba y abajo, suavemente. Era tan suave que casi no la percibía, sin embargo, llamó mi atención. Rupert jamás haría algo tan delicado conmigo.

Abrí los ojos repentinamente, encontrándome con el usual rostro serio de Ethan. Pegué un brinco sólo para descubrir que lo único que cubría mi cuerpo era una bata.

—¿Qué rayos? —exclamé en voz alta.

—Te quedaste dormida en la bañera —explicó—. No caeré en los detalles de lo peligroso que fue hacer tal cosa, chica irresponsable.

—¿Y cómo es que llegué aquí? —me cubrí un poco más con la bata, sonrojándome. Había visto mi cuerpo desnudo, eso estaba seguro.

—Te traje aquí —resumió.

Oh, Dios. Qué vergüenza.

—No hice nada, no miré nada, si eso es lo que te preocupa. No haría tal cosa, Melissa.

—Lo sé —me apresuré a decir, sabía que Ethan no era esa clase de persona.

—Te traje algunos pijamas de Alissa, por si deseas cambiarte. Mañana temprano iremos por comida y ropa para ambos.

—¿Por cuánto tiempo estaremos aquí? —pregunté con timidez.

—El tiempo que sea necesario.

—No, no podemos tomar tanto tiempo, Ethan. Mi esposo...

Se levantó de la cama con furia, sin decir palabra alguna. Estaba enfadado, pero no me dejó decirle que sólo teníamos una semana antes de que mi esposo se diera cuenta.

Iba a separarme de él, por más que quise atrasarlo, era una realidad, pero no era lo mismo exigirle el divorcio por sus maltratos, a desaparecerme con Ethan y luego llegar como si nada.

—Tu esposo —escupió— Es una basura. No deberías estar pensando en personas tan asquerosas como él.

—Sabes que no soy así. No voy a serle infiel, juré que no lo haría.

—¡Y él juró que jamás te haría daño y mira cómo estás! —perdió los estribos—. Todo tu cuerpo está lastimado. Tienes golpes hasta en tus piernas, Mel.

—¡Dijiste que no habías visto nada! —grité de vuelta.

—¡No lo hice con mala intención, Melissa! Estaba revisando tus heridas, te quejabas dormida.

—¡No me jodas! No te pedí que me trajeras aquí —cuando me enfadaba, siempre terminaba diciendo groserías—. ¡No tenías ningún maldito derecho!

—¡Tengo derecho porque estoy enamorado de ti, maldita sea! —gritó con furia, dejándome pasmada.

—¿Qué? —susurré.

—Estuve enamorado de ti durante años. Cuando te declaraste, ya yo estaba perdido por ti. Te rechacé por todos los problemas que tenía con Charlotte, sabes que ella quería casarme con Maya. Lo único que hice fue protegerte, no quería que tuvieras que enfrentarte a Charlotte.

—¿Estabas enamorado de mí? —tartamudeé.

—Sí. Cuando Alissa volvió y tú comenzaste a hablarme de nuevo, creí que tendría una oportunidad contigo. Estaba intentando ir lento contigo, quería que volvieras a confiar en mí antes de intentar salir contigo. Y luego tú...

—Y luego yo me casé con Rupert —terminé por él, sentándome en el piso, demasiadas emociones en un día para mí.

—Creí que estaba haciendo lo correcto, dejándote ser feliz —bajó la voz, mientras se arrodillaba a mi lado, obligándome a verlo—. Respeté tu decisión, creí que él sabría hacerte feliz. Pero nunca pude olvidarte...

—Debiste decírmelo —susurré mientras lloraba—. Todo hubiera resultado diferente, si me lo decías.

—Fui un cobarde, Mel —confesó, secando mis lágrimas. Sus ojos verdes brillaban a pesar de la poca iluminación de la habitación.

—¿Y ahora qué se supone que haremos?

—Amarnos, como siempre debió ser.

Y me besó. 


¡Hola, hola! Una autora reportandose desde aquí. ¿Cómo les va? ¿Qué les ha parecido el capítulo? Esta historia apenas comienza y las cosas ya están candentes... 

El fuego crece y se extiende entre estos dos. ¿Eso significa que no habrá drama en esta historia? Uhm...

¡Los amo! 


Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro