Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 16

Me quedo paralizada en la cama, apenas parpadeando, mientras Hannah me ve con ojos llorosos. Puedo notar desde donde estoy su temblor, todos los temores que intenta ocultar.

No era mi intención que se enterara de esta forma, pero ahora que ya lo sabía, no había más que hacer.

—Hannah, ven aquí —abrí mis brazos.

No tardó ni dos segundos en llegar hasta a mí y abrazarme con fuerza. Hannah era toda una adulta, pero a veces, seguía siendo la pequeña niña que corría hacia nosotras cada vez que jugábamos. ¿Así sentiría Ethan a mi lado? ¿Me seguiría viendo como la mocosa que lo perseguía hasta el cansancio?

Sentí mis propias lágrimas arder en mis ojos, luchando por salir.

Sin embargo, me prometí a mí misma ser más fuerte. Si iba a tener al pequeño bebé en mi vientre, entonces necesitaba tener la fortaleza para ello.

—No me digas que es lo que estoy pensando —lloró amargamente.

Quizás Hannah lloraba porque ya sabía lo que implicaba ser una madre. Todo el esfuerzo y dedicación.

Muchos creían que bastaba con traer al bebé al mundo y ya ahí acababa el trabajo. Cuando era todo lo contrario.

Estábamos hablando de la crianza de un nuevo ser humano, que podría sanar o destruir, dependiendo en gran medida de ti.

Hannah estuvo segura desde el primer instante. Ella amó a Amy desde su primer latido, quizás incluso antes. Una maternidad deseada, aunque inesperada.

Todo lo contrario para mí.

—Estoy bien —fue lo único que respondí.

—No, no lo estás. Pudiste hablar conmigo antes, Mel. Yo hubiera estado allí para ti.

—Lo sé —puse una mano en su mejilla, sonriéndole—. Eres una gran amiga, Hannah. Pero no te preocupes, estoy bien.

—¿Quieres tenerlo?

Su pregunta no me tomó por sorpresa. Y es que, aunque la palabra aborto era un tema delicado en esta familia, la verdad es que ambos hermanos compartían más pensamientos de los que creía.

—No lo sé —fui honesta.

Ella asintió, como si lo entendiera. Y probablemente lo hiciera.

—Estaré contigo en cada paso —prometió—. Tanto en el sí como en el no. Tú estuviste ahí cuando estaba embarazada, así que no dudes en preguntarme cualquier cosa.

No logré contener las ganas de llorar, rompiendo en un llanto desgarrador. Ethan se alejó cuando Amy pidió la atención de su madre y supe que en realidad también se marchaba porque le costaba lidiar con los sentimientos.

No estábamos en una buena situación.

—¿Estás segura de que quieres una relación nueva en este momento? —pregunto, siguiendo mi mirada.

—Se siente correcto —respondí con voz rota—. Estar con él es todo lo que siempre soñé y más. Quizás no sea el momento. Estoy a punto de divorciarme y además embarazada, no podría haber peor momento que este, pero quiero estar con él. Si él llegara a soltar mi mano yo...

—¿Qué? —inquirió al ver que me costaba terminar mi frase.

—Yo no creo ser capaz de salir adelante.

Y aunque había mucho más de los que mis palabras expresaban, ella parecía entenderme bien. Después de todo, su embarazo fue caótico y complicado, con situaciones extenuantes a cada segundo.

—Cuídate, Mel —aconsejó—. Ethan no va a dejarte caer, pero recuerda que tienes tus propias alas. No necesitas de nadie para volar.

Acepté su consejo porque era comprensible que cayera en la dependencia si seguía por el camino que iba.

Sin embargo, con Ethan no sentía la necesidad de estar con él, solo el deseo de hacerlo.

Sí, podía vivir sin él. Pero no quería.

¿Estaba eso mal? Quizás un poco.

—Descansa un poco más —ordenó con cuidado—. Vas a estar bien, Mel. Estás rodeada de personas que te aman y que darían todo por ti. Cualquier cosa que desees, solo necesitas decirlo. ¿Quieres un unicornio? Te consigo uno. Solo concéntrate en recuperarte y déjanos a nosotros lo demás. Nosotros nos encargamos.

Le agradecí sus palabras con una sonrisa, sintiéndome dichosa. Ella tenía razón, estaba rodeada de personas increíbles y todas parecían esforzarse por mi bienestar. Tenía una familia, incluso si no compartíamos sangre.

Por alguna razón, Hannah quiso quedarse a dormir conmigo, por lo que Ethan durmió en su habitación.

El día fue tan pesado que apenas cerré los ojos, caí en el aterrador mundo de los sueños. No me sorprendió despertar varias veces en la noche, siempre en los brazos de Hannah, quien susurraba palabras tiernas y calmantes hacia mí.

No se quejó ni una sola vez, al contrario, se mantuvo conmigo hasta que logré conciliar el sueño y pasar la noche.

—¿Cómo te sientes? —Fue la primera pregunta que me hicieron al día siguiente.

Adam estaba de pie frente a mí, limpiando mis heridas. Se mostraba tranquilo, como alguien que tenía experiencia en ese tipo de casos.

Y es que la tenía. Como doctor, Adam muchas veces trató heridas incluso peores que las mías. Por eso me trataba con calma y dulzura, como si temiera asustarme.

No le tenía miedo a los hombres, solo a Rupert.

Y no solo me generaba miedo, también asco, repulsión y repudio.

—Como si me doliera cada músculo del cuerpo —sonreí.

—Puedo imaginarlo.

Ethan se encontraba a un lado, como si estuviera vigilando. Si antes era desconfiado, ahora parecía no querer sacarme los ojos de encima. Había notado que entraba en la habitación en medio de la noche, al menos una vez cada dos horas, verificaba que estuviera bien y luego se iba en silencio.

—Estoy bien —insistí.

Nadie dijo nada, pero supe que ninguno de los me creyó.

—Tengo que ir a la cafetería hoy —informé hacia Ethan, siseando por el ardor.

No quería hacerlo, pero Hannah no podía ir hoy y a mí no me gustaba dejar todo a cargo de Jenna, una adolescente que llevaba un par de años ayudándome en la cafetería.

Bueno, ya no era una adolescente, pero seguía viéndose pequeña a mis ojos.

—Debes estar de reposo —refutó.

—Tengo muchos días lejos. Debo al menos asomar mi cara por ahí.

Adam se mantuvo en silencio, vendándome y cubriendo cada herida.

Y aunque me veía mejor que ayer, era casi irreconocible por los hematomas y la hinchazón de mi rostro.

—En la cafetería tengo los papeles de todo —terminé por confesar—. Es el único sitio que podía considerar mío, así que todo lo guardé allí.

—Bien, dime dónde y yo los traigo.

Intenté fruncir el ceño hacia él, enfadada. Podía entender su preocupación, pero no iba a permitir que me dejara a un lado. Quería ir a la cafetería y no iba a impedírmelo.

—Tu ganas —levantó las manos en un gesto inocente—. Voy contigo.

—Nunca creí lo contrario —confesé.

Poco después de desayunar y tomar una ducha, nos subimos a su auto rumbo a la cafetería. Ethan se encontraba casi tan tenso como ayer, lo que me resultó curioso.

—¿Qué ocurre?

—No pasa nada —respondió mientras manejaba.

—Sabes que puedes hablar conmigo.

Suspiró al escucharme. Esperó a encontrarse con un semáforo en rojo y tomó mi mano entre las suyas. Percibí su temblor, la forma en la que se aferraba a mí.

—No puedo dejar de pensar en lo que ocurrió. No dejo de pensar en que lo dejé escapar.

—Por mi seguridad.

—Lo sé.

—No, no lo sabes —la luz se puso en verde—. El hecho de que ignoraras tus propios sentimientos solo para priorizar mi salud y seguridad significa todo para mí. Cualquiera puede ir y golpear a un abusador. ¿Pero quedarse y cuidar de esa forma a la víctima? No todo el mundo lo hace, Ethan.

—Te había prometido que estarías a salvo.

—Estoy a salvo.

—No, no lo estás.

Llegamos a la cafetería antes de que pudiera responderle. Era complicado, pues después de todo Ethan tenía un gran sentido de responsabilidad y ahora creía que había fallado.

Intenté hablarle una vez más, pero se bajó del auto con una expresión tensa y luego me ayudó a bajar, apoyándome para que pudiera caminar.

—¡Oh, por Dios! —escuché la exclamación sorprendida de Jenna apenas entré—. ¿Qué te ocurrió? ¿Estás bien?

—Solo fue un pequeño accidente —mentí con naturalidad—. ¿Está todo bien por aquí?

Jenna procedió a contarme todo lo que había ocurrido en la cafetería desde que yo me marché. Desde la incómoda visita de Rupert en los días anteriores hasta los chismes locales. Al parecer, Rupert había hecho un escándalo cuando regresó de viaje y no me encontró por ningún lado. Jenna tuvo que amenazarlo con llamar a la policía, sin embargo, los rumores de mi fuga con un amante no tardaron en esparcirse.

Ethan se mantuvo a mi lado todo el tiempo. Lo miré de reojo, verificando que no estuviera enfadado por perder el tiempo, pero se veía tranquilo, recostado contra el mostrador.

Después de hablar por un rato, me fui hasta mi despacho en la cafetería, aquella oficina que en más de una ocasión me sirvió de hogar y consuelo.

Saqué la carpeta en la que tenía mis papeles guardados, revisando que todo estuviera en orden. Me tomé unos minutos verificando cada uno de mis documentos. Desde la más pequeña factura hasta los papeles del registro.

Fue entonces cuando escuché un ajetreo en la cafetería. Alguien gritaba, mientras escuchaba la voz de Jenna intentando calmar a quien fuera que estuviera ahí. Crucé miradas con Ethan, antes de salir disparada hacia la el recibidor.

—No puede pasar, señora —Jenna le impedía el paso, con firmeza.

Se veía bastante seria, casi enfadada. Jenna no era una chica que se enfadara con facilidad, pero tampoco se dejaba intimidar por nadie.

—Solo quiero hablar con Melissa.

—Pues espere aquí y yo la llamo.

—No hace falta —sonreí, haciéndole un gesto a Jenna de que podía retirarse.

Un rostro que conocía tanto como el de mi propia madre quedó frente a mí. Se mostró horrorizada al verme, como si no se esperara que yo luciera como una obra a causa de los moratones en mi rostro.

Se llevó las manos a la cara, cubriendo su boca. Parecía demasiado sorprendida.

—¿En qué puedo ayudarla, señora Smith? —pregunté con fingida amabilidad.

—Melissa —exclamó con horror—. Oh, mi niña. ¿Pero qué te pasó?

—Su hijo, señora —respondí, antes de siquiera pensar en que estaba en una cafetería repleta de personas—. Su hijo me pasó.




¡Hola, mis amores! Les dije que no me iba a desaparecer por años de nuevo.

¿Qué tal? ¿Les gustó el capítulo? 

¡Espero que nos leamos muy pronto!

Los amooooo.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro