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Capítulo 17

Cinco meses después.

-¿A dónde te vas ahora? -preguntó el pelinegro mientras cambiaba desinteresadamente los canales de la televisión, tras haber visto de reojo como ella se ponía su viejo abrigo.

-A estudiar, ¿a dónde crees? -respondió desganada. Él frunció el seño, odiaba que le contestara de esa forma.

-No vuelvas tarde -le ordenó-. Los demás nos esperan en la cabaña a medianoche.

-Bien -se limitó a decir tras girar el picaporte de la puerta principal.

-Te amo -oyó.

-Tambien yo -respondió casi indiferente, tiempo atrás hasta se hubiese estremecido por esa confesión.

Finalmente abandonó la casa. El frío del exterior podía penetrar su piel y llegar hasta sus huesos, amaba el frío, pero a veces simplemente deseaba saltearse las clases y quedarse en cama bebiendo algo caliente. Aunque últimamente nada lograba hacerla feliz.

Al fin y al cabo nada resultó como ella quería.

Amó a Jeff desde el momento en que lo invocó, esa parte de la historia si había sido cierta. Y no había cosa que anhelara más que convertiste en su compañera de aventuras nocturnas; pero para eso tuvo que pagar un precio, uno muy caro.

Y a día de hoy no siente haber hecho lo correcto. Pasó sus dedos por sus cabellos enredados, no había tenido tiempo de peinarse esta mañana.

-Soy un desastre -se dijo a si misma.
Sintió un escalofrío al recordar el momento en que todo se arruinó. Sus ojos comenzaban a humedecerse, sin embargo, algo logró sacarla de sus pensamientos.

-No me gusta pasar por esta calle -oyó un susurro trás ella, sin embargo no tuvo el valor suficiente para voltear a ver- por aquí cerca es dónde me mataron hace nueve meses.

Aquella sensación volvió a invadir todo su cuerpo nublando su mente haciéndola tiritar del miedo, desde hace tiempo no se había sentido de aquella forma. Su cuerpo se tensó por completo, quería salir corriendo de allí sin mirar atrás, pero algo se lo impedía de manera rotunda, curiosidad, tal vez.

-Ah, no mames -rió divertido-, me equivoqué de calle, era la siguiente.

Automáticamente ella se dió la vuelta tras sospechar que aquella insoportable voz se le hacía miserablemente familiar. Sus ojos cafés conectaron perfectamente con los suyos violáceos, de nuevo sintió aquella complicidad, la magia que sorprendentemente aún seguía intacta entre ambos. Aunque no tardó en sentir arrepentimiento por tomar la decisión de voltear a mirar.

-Tu... -murmuró impresionada- ¿¡pero qué chingados haces aquí!? ¡se supone que estabas muerto!

-¡Muerta está tu jeta! -revatió y sujetó con fuerzas la muñeca de ella para arrastrarla a un callejón cercano.

-¡Suéltame antes de que comience a gritar!

-Pf, que apretada -respondió a su amenaza sin darle ningún tipo de importancia- ¡Ahora más te vale que abras el pinche hocico!

-¿¡Qué vergas es lo que quieres!? -cuestionó acelerada, sentía como si su corazón estuviese a punto de salirse de su lugar. No podía creer que estuviera mirándolo a los ojos, estaba tan feliz de verle de nuevo, que por un segundo se había olvidado por completo de la situación en la que se encontraba.

-A ver pedazo de porquería, ¡No te me hagas la que no estás al tanto! ¡Habla de una puta vez!

-¿E-estar al tanto de qué? -tartamudea. Le sorprendió gratamente la forma en la que él se dirigía a ella, nunca le había gritado de esa manera antes.

Aunque después de todo quizás se lo mereciera un poco.

-No se si recuerdes cuando me pinches disparaste en medio del puto bosque, ¡que por poco me das en el puto corazón y casi me matas! -de inmediato agachó su cabeza totalmente apenada y arrepentida, ¿Cómo podría olvidar aquél día?- Esa puta noche en la que me dejaste tirado como un perro se llevaron a Mecoboy.

-¿¡Qué!? -levantó su mirada sorprendida.

-Ajá, sí, no te hagas estúpida. Tus amiguitos de porquería se lo llevaron, así que tú vas a decirme dónde está, ¡Por las buenas o las malas! -increpó desafiante.

-Darkar... -el solo hecho de pronunciar su nombre hacía que se le pusiera la piel de gallina- no tengo idea de donde pueda estar Mecoboy, así que si me disculpas, estoy llegando tarde a clas-

-¡Me importa una mierda que se te haga tarde! -interceptó antes que pudiera terminar su oración- ¡Vas a decirme dónde lo tienen o si no-

-¿¡Si no qué!? -interceptó desafiante.

-Un día te dije que hasta hice volar a la chingada a una viejita que cruzaba por la acera, y de momento no me importaría tener que hacerlo contigo. Por tu culpa y por estarte cuidando hasta deje de jugar con mis explosivos, ¡Así que abre tu puta jeta ya!

-Perdóname -musitó ella cabizbaja.

-¡No te me vengas a hacer la víctima ahora!

-¡En serio perdóname! -l- ¡No lo digo para escapar de esta situación! -suspira- No te das una idea del infierno que ha sido mí vida después de aquello.

-¿Te hizo algo ese estúpido? -preguntó con voz ronca, parecía estar preocupado.

-No es eso -se sonrojó-. Jeff se ha estado portando muy amable. Pero no tienes idea de lo difícil que fue tomar el control de todo después de todo lo que te hice. Y perderte a ti...

-El mundo no gira en torno a ti. O qué -rió cínico- ¿Piensas que a mí no me dolió? ¿Que fuiste la única que sufrió por eso? Fue a mí a quien traicionaste, no fue al revés.

-Sólo quería que supieras -sollozó-, que estoy muy arrepentida de lo que hice -cubrió su rostro con sus manos en un acto desesperado por que Darkar no la viera llorar- ¡Si pudiera volver el tiempo atrás-

-Si pudiera devolver el tiempo, no me atrevería a confiar en ti otra vez -revatió, ella sintió como si le clavaran una daga justo en el corazón, él sintió lo mismo tras soltar esas palabras-, y si no tienes idea de dónde está Mecoboy entonces no tengo nada que hacer aquí. -Dispuesto a marcharse se dió la vuelta para abandonar el callejón.

-¡Espera! -vociferó a más no poder, sujetando su muñeca con fuerzas.

-Suéltame antes de que comience a gritar -comentó a modo de burla liberándose de su agarre.

-Voy a ayudarte -soltó sin pensarlo dos veces.

-¿Cómo? -cuestionó.

-Nos reuniremos hoy en la cabaña del bosque, quizás encontremos pistas allí.

-¿Cómo se que no vas a volver a dejarme medio muerto como la última vez?

-Darkar -suspiró- se que lo que voy a pedirte es muy difícil, pero confía, por favor.

Él se detuvo a pensarlo un momento, todos los acontecimientos anteriores apuntaban a que debía negarse, pero después de todo no tenía más opción.

-Si intentas algo estúpido te mueres, ¿Entendiste estúpida?

-N-nos reuniremos a medianoche -informó evadiendo por completo su anterior comentario.

-Órale pues, nos vemos en la noche.

Ella se quedó allí de pié, observando como él se marchaba hacia quién sabe dónde. Realmente no tenía idea de donde podría estar Mecoboy, el asunto le había dejado muy preocupada. Jeff en ningún momento había mencionado algo sobre un secuestro ni nada por el estilo.

Eso le dió en que pensar. Lo que si sabe es que si le está escondiendo algo tan importante como la vida de uno de sus amigos, el asesino la pagaría muy caro.

-Otra vez llegando tarde a clases -suspiró.


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