Desde ahí jungkook comenzó a explicar que al inicio su relación era normal, romántica como un cuento de hadas pero un tiempo después las cosas comenzaron a cambiar pero no para bien ya que comenzó con criticas mínimas, luego con indiferencia, muestras de celos que iniciaron de mínimo hasta el punto de violencia física con golpes, pellizcos, hasta el punto en que los golpes dejaban horribles marcas y traumas psicológicos porque ni siquiera se sentía seguro en su relación hasta el punto de tener ataques de pánicos por mínimos gestos lo único que recuerda de ese día fue que luego de la discusión él se había ido de su departamento y no tuvieron comunicación desde entonces.

Recuerdo con exactitud el día que dejo mi departamento, unos días después de ello sus amigos me escribían para ver si él estaba conmigo, pero les dije que nos habíamos peleado hace días y no hemos tenido contacto desde entonces así que colgué la llamada creí que le había dado fin a nuestra relación y me sentía aliviado, pero luego, comenzaron a suceder cosas raras. Una sombra oscura parecía seguirme a donde fuera, y con cada nuevo amigo o relación, algo extraño sucedía. Mis amigos, colegas, e incluso desconocidos que se acercaban, terminaban enfrentándose a muertes misteriosas.

La primera vez que ocurrió fue con Minwha, un amigo de la infancia. Tras reencontrarnos luego de años, pasamos toda la noche hablando y recordando viejos tiempos. Sin embargo, una semana después, Minwha apareció muerto en circunstancias inexplicables: su cuerpo fue encontrado en un bosque, sin ninguna señal de lo que lo había llevado hasta allí.

Después de ese incidente, trate de ignorar lo sucedido, pensando que era una trágica coincidencia. No obstante, cuando intente empezar a hablar con Jack, todo empeoró. A los pocos días de que entrara a mi vida, comencé a escucharlo y a ver sombras en mi habitación. No decía nada, pero Jack empezó a tener pesadillas cada noche, siempre con la misma figura: una silueta encapuchada que lo observaba desde la esquina de su cuarto. Una semana después, fue encontrado sin vida en su apartamento. Nadie logró explicar la causa de su muerte.

Estaba devastado, pero algo empezó a juntar todo. A cada muerte, me sentía menos asustado y más intrigado. ¿Por qué las personas a mi alrededor sufrían estas extrañas muertes? -Jungkook decidido a descubrir qué sucedía, comenzó a investigar las últimas palabras que sus amigos y conocidos habían dicho, buscando un patrón. Cada uno, en sus últimos días, mencionó un mismo nombre: "el tipo de sonrisa espeluznante".

Buscando respuestas, Jungkook fue a una antigua biblioteca, un lugar en el que pocos se atrevían a entrar. Los libros que encontró relataban historias similares de personas que, al ser asechados por espíritus malignos, quedaban marcadas, llevando consigo una maldición que los convertía en una especie de imán para la tragedia. Al leer esas páginas, sintió un escalofrío; estaba atrapado en algo mucho más oscuro de lo que podía entender.

Desde entonces, comencé a notar que, incluso cuando nadie se acercaba, sentía una presencia tras de mí. Cuando estaba solo, oía susurros y sentía una mirada invisible recorriendo mi espalda. Cada vez que pasaba cerca de alguien, escuchaba sus risas o susurros apagarse abruptamente, como si algo los arrancara del aire.

Finalmente, me canse de todo así que fui con una bruja y me dijo que era el fantasma de hoseok y que para que me dejara en paz debía quemar cosas con su esencia y luego alejarme del departamento para vivir en paz, estaba viajando en mi auto hasta que sentí que me estaban moviendo el volante y choque en el bosque y luego desperté aquí y desde ahí me di cuenta de que el me dé tenía que al parecer algo salió mal.

Ambos detectives escuchaban con claridad toda su narración y solamente se retiraron del lugar dando su declaración.

Unas semanas después siguieron visitándolo en el hospital y lo encontraban teniendo ataques de pánico graves y hasta heridas en su cuerpo y brazos, ya cuando se declaró mejor fue llevado a juicio, el juez le pidió que diera su versión de la historia, pero lo único que escucho fueron según puras tonterías, pero al final creyeron que tenía problemas mentales así qué el juez lo declaro mentalmente inestable así que fue condenado al psiquiátrico por 20 años.

Jungkook fue instalado en su habitación del lugar, pero luego...

Una voz grave rompió el silencio en su cabeza.

—¿Por qué lo hiciste, Conejito? —era la voz de Hobi, clara como siempre, resonando en el rincón más oscuro de su mente.

Jungkook se estremeció, su cuerpo tenso. No sabía si estaba volviéndose loco o si realmente él estaba allí, de algún modo. Se levantó, abrazando sus brazos.

—No te maté... no lo hice —murmuró al aire, su voz temblorosa.

Un susurro helado recorrió la habitación. La presencia de Hoseok, invisible, parecía acercarse.

—¿Entonces por qué me abandonaste esa noche? —preguntó la voz, imperturbable, gélida.

Aterrado solo cerró sus ojos, recordando el miedo que sentía siempre cuando él se enfurecía. Recordaba la manera en que lo controlaba, las veces que había levantado la mano, cómo lo asfixiaba con sus celos. Aquella noche... todo había salido mal.

—Tenías miedo de mí, ¿no es cierto? —continuó Hoseok, su tono cambiando de persuasivo a burlón—. Pero tú siempre volviste. Siempre me amaste. ¿O no?

Jungkook sintió las lágrimas arder en sus ojos. Él nunca lo entendería. No era amor lo que lo hacía volver. Era miedo. Y esa noche, cuando él se abalanzó sobre él, todo se volvió oscuro. La imagen de sus manos empujándolo para que no lo lastimara más, el sonido de su cabeza golpeando el borde de la mesa... Todo estaba tan confuso.

—No quería que esto pasara... —sollozó, tratando de contener el dolor que lo consumía—. Fue un accidente. ¡Yo no quería que te matara!

El aire se volvió pesado, como si algo, o alguien, estuviera más cerca de el de lo que debía. De pronto, un fuerte golpe resonó en la puerta de la habitación. Sobresaltado, comenzó a gritar y los enfermeros lo habían medicado para que fuera más calmado y dócil y luego se retiraron luego de acostarlo en la cama. El cuarto seguía vacío. Pero entonces, un frío glacial envolvió el lugar, como si algo se hubiera materializado en la habitación.

Hoseok apareció ante él, pálido, con las heridas en su cuerpo aún visibles. Sus ojos, sin vida, lo miraban con una mezcla de reproche y algo más... algo que nunca había mostrado en vida. Una sonrisa cruel.

—Si fue un accidente... entonces, ¿por qué sigues vivo y yo no?

Aterrado se quedó viendo al ente sentado sobre su cama. No había escapatoria. El fantasma de Hoseok estaba ahí para atormentarlo por el resto de su vida.

—Me controlabas... me lastimabas —dijo con la voz quebrada—. Esa noche... me defendí. No lo entendiste nunca. Estabas fuera de control.

Él lo observó en silencio por unos segundos que parecieron eternos.

—No era mi culpa que no supieras cómo amarme —susurró, en un tono que era una mezcla de desprecio y amenaza—. Ahora estarás solo por el resto de tu vida. Porque nadie te creerá... que no me mataste.

El frío fue desapareciendo poco a poco, dejando tras de sí un vacío aplastante. Jungkook cayó de rodillas, completamente solo en esa habitación donde viviría los siguientes 20 años de su vida. Sabía que lo que dijo era verdad. Nadie le creería jamás. Para todos, el siempre sería culpable, quien lo había matado.

Y en su corazón, algo se rompió definitivamente. Porque, aunque el ya no estaba, seguiría siendo prisionero de aquel amor retorcido, incluso después de su muerte.

— no Yo lo maté... —susurró entre lágrimas, pero ya no importaba. Ni siquiera para el mismo.

El frío silencio que quedó en la habitación fue tan intenso como la verdad que ahora flotaba entre ellos. Hoseok, el hombre al que tanto había amado alguna vez no solo era una víctima de un crimen pasional; había sido, en parte, el responsable de su propia tragedia.

Jamás lo abandonaría seria su única compañía.