Apesadumbrado,
asustado y acorralado.
Así me percibo
cuando evito mirar el reflejo
de mi espejo distorsionado.

Cruel y absurdo
muñeco de trapo,
me desarman y me cosen,
cada entraña, cada trazo.

Sangrando por partes
cuando el juego sobrepasa
todas y cada una
de mis fatídicas verdades.

Tus más oscuros pesares
y mis frases enterradas
en un sótano de ira
repleto de gases.

¿De qué modo
puedo no ser cobarde?
Solo sé que así se nace,
se vive, se muere, se hace...

Escondido en el delirio
de mis versos que gritan frases
repletas de odio en sí mismo
y otro parvo, en desatino.

¿Acaso el destino,
quiere vernos
cometer tal delirio?

Amante ciego
y amor aborrecido.
Me entregas tu sangre,
y con ella, me hago río.

Sí, a ti te digo,
impregno
cada una de tus paredes
con aborrecimiento mío.

Gritando, sin emitir sonidos,
en cuanto me arranco los ojos
y con ellos,
escribo un "auxilio"