Descubriendo verdades/ El inicio de los problemas
Cuando escucho la perilla de la puerta del salón moverse, rápidamente sale de donde esta y corrió a esconderse a una esquina del pasillo, para que no la descubran.
Asomando la cabeza vio salir al chico e irse corriendo derechito hacia el patio de la escuela.
Katie lo siguió, a distancia sin ser notada por nadie, si era cierto lo que pensaba, tenía que tener cuidado de no ser vista por un yo kai, no podía verlos, pero ellos sí y podían decirle al chico de su presencia.
Al llegar, se esconde tras un árbol y ve al chico hablar a la nada, como si es ese lugar hubiera alguien más, al pasar un rato así, vio como si esquivara algo y para su sorpresa vio como polvo se alzaba como si alguien que está ahí, la moviera.
¡Esto debe ser una broma! De todas las personas de esta escuela ¿porque tiene que ser precisamente el niño con la que estoy molesta? - Se dijo a sí misma la joven castaña, al mirar como el chico que seguía discutiendo con la nada, pero sabía que ahora el chico no estaba loco, como otros pensaban de él, ya que sabía que era verdad que él podía ver a los yo kais.
¿Pero, cómo? - Se preguntaba Katie.
Sin saber ¿cómo podía hacer, eso?
De poder mirarlos, Hasta que recordó que Emi también podía ver los yo kais, gracias a esa perla que tenía colgando de su cuello, así que busco algo en el chico parecido a una perla o un objeto que lo ayude a ver a esos yo kais.
No necesito buscar más, cuando vio a Nathan, hacer algo con su extraño reloj.
Ahora que lo pienso, donde quiera que este o el la situación en la que está, siempre portaba esa cosa, que a pesar de que parece un reloj ¡no lo, es!
Analizando todo, tras pensar un buen rato se le vino una idea en la cabeza.
Será posible, que... - No pudo terminar de decir Katie, por sentir un escalofrió que solo lo sintió una vez, que solo lo produjo una cosa y cuando su mirada se dirigió arriba, donde apuntaba sus sentidos por un impulso de alerta, lo que miro la aterro, porque sabía lo que miraba y no era un yo kai no, era algo que no creyó ver, otra vez y que solo podía significar algo.
Problemas.
No ¡No, otra vez! - Se dijo muy asustada y preocupada Katie, no solo por ella sino de todos en la escuela y vio que el castaño, ni cuenta se dio, por estar concentrado en los yo kais.
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Este es un buen lugar para llamar la atención de nuestra escurridiza presa - Dijo una voz femenina, con malicia y diversión.
No perdamos más tiempo, el amo ya quiere que se la llevemos, lo más rápido posible - Dijo la otra voz que la acompañaba, serio y desinteresado.
Ambos sujetos que vestían una gabardina con capucha que los protegía sus verdaderas identidades, se encontraban levitando encima del edificio de la escuela, miraban a todos allí con superioridad y asco.
¡Me dan repugnancia, todos estos débiles seres! - Dijo el de la voz masculina.
A mí también, pero ahora aprovecharemos en verlos gritar y sufrir un poco ¿no? - Dijo su compañera, el otro encapuchado solo asintió de acuerdo y aunque no se le podía ver la cara, se notó como si sonreía malvadamente.
Ambos voltean atrás a mirar a su tercer acompañante un ser humanoide mutante y que solo gruñía inquieto.
¿Me dejas los honores? - Pregunto la voz fémina, que como respuesta a su pregunta su compañero solo asintió.
El personaje de la gabardina de la voz femenina, saco su mano enguantada e hizo aparecer una esfera negra y lo lanzo en dirección donde se encontraba un niño castaño de chaqueta roja.
En el lugar donde se encontraba ese chico castaño, se escuchó una pequeña explosión, dejando el lugar en silencio.
¡Que empiece, la diversión! Jajaja - Se escuchó la voz de la encapuchada, riendo sincopadamente fuerte.
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¡Big! ¡Big! ¡Big!
Se escuchaba el pitar de un móvil en un cuarto de un departamento, fue cogido y silenciado por una mano fina y pequeña, contestando la llamada.
¿Diga? - Se escuchó la dulce voz, de la que sostenía el móvil.
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¿¡QUE PASA, QUE!? - Fuera de la habitación, se oyó el grito de sorpresa de una chica.
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