confusiones parte 2
Punto de vista de Nathan:::
Desde que empecé a vigilar "discretamente" a la veterinaria, no vi nada fuera de lo común, parecía una chica común y corriente que solo trabajaba allí, bueno casi, sin contar que Jibanyan se la pasa más pegada a ella, ayudándola en lo que podía, era la primera vez que se ofrece a ayudar a alguien sin nada a cambio, él no era así, ni menos con él.
De cierta manera estaba un poco molesto, pero lo entendía, ya que aunque él lo niegue sabía que ese gato le gustaba la veterinaria.
¡Vamos! ¡Se le leía en la cara, eso!
Y después de lo que escuchamos en los noticieros ayer, perece que está más pegado y pendiente de ella de lo normal.
Si eso es posible - Pensé y una gota se me deslizo por la nuca.
Pero también gracias a ese noticiero, tenía que volver a casa antes de que anocheciera, eso de cierta forma me preocupo un poco, por la veterinaria que se llama Mikari, por lo que se y por qué se pregunta, por el mismo motivo que debo estar en casa antes del anochecer, ese asesino debe seguir suelto y temo que ese criminal se tope con esa chica, no quiero ni imaginarme eso, menos ver como se sentiría mi amigo por eso y creo que es el motivo de su apego más por la chica.
Bueno dejemos eso de lado, a lo que quiero llegar, es que fue una pérdida de tiempo espiarla, ya que no encontré algo fuera de lo normal, solo fue mi imaginación que me hizo tener falsas suposiciones de ella y después de dos días decidí dejarlo, pero no me espere que ese día sucediera algo que creí no ver.
La vi cargar una caja con alimento para los animales de la veterinaria y antes de entrar al lugar, de un callejón cercano salió un ratón que huía de un gato que lo perseguía y en la persecución se cruzan por los pies y camino de Mikari, quien perdió el equilibrio y cayó derramando las latas de alimento y me quede por un momento congelado, no por su caída, sino que vi que se le salió un par de orejas de gato rosas.
Seré los ojos y me los restregué con las manos, pensando que mi mente jugaba conmigo, cuando los abrí y la mire de nuevo ella, como si no pasara nada siguió recogiendo las latas de comida, pero las orejas ya no estaban.
Debe ser mi imaginación - Me dije a mi mismo, pero no despegue el resto del día, mis ojos de ella, esperando que no haya sido mi mente que se burla de mí, al final pareció que todo fue normal y decidí que por momento parare mi vigilancia.
Si sigo así ¡me voy a volver, loco!
Al volver ese día me puse a pensar muchas cosas y analizando todo lo sucedido, por un breve minuto que vi eso, yo no era muy bueno eso de analizar cosas y no le encontraba lógica a nada.
En eso recordé algo que paso, el día después del noticiero que vimos todos en mi casa, yo ya me esperaba escuchar a mis amigos y compañeros de eso, ya que era lo que más salió a relucir en toda la ciudad y sabía que ellos tampoco estarían fuera tan tarde y eso lo informo el director del colegio, que hizo que las clases terminaran más temprano, para que podamos irnos pronto.
Bueno eso no me intriga mucho, lo que si no pude entender, es ver la mirada perdida de Katie, que no prestaba atención a la conversación de lo sucedido, porque solo se dedicaba a mirar la ventana, en ningún lado en especial, lanzando suspiro y más aún al ver una de sus manos con vendas, pero tapadas por un guante de cuero de color negro y la otra la acariciaba sobre la tela.
Escuche a uno de mis amigos, que ese día del incidente con el asesino, ella había llegado casi al amanecer con una mano vendada, preocupando a sus padres que vieron las noticias, pero nada más se sabía de qué paso y ella no quería hablar nada al respeto, eso me preocupo mucho, yo intente sacarle más información, pero ella no quiso y gracias a mis insistencias se molestó conmigo.
Aún recuerdo lo que me dijo.
Flash::
Vamos Katie – Dije insistente – Solo quiero saber que te paso para que te lastimes de esa manera la mano – Dije.
Yo estaba a su lado del asiento de la clase y ella como siempre, mirando por la ventana con la mano sana sosteniendo su mentón.
La vi fruncir el ceño y se levanta de golpe, golpeando la mesa con la palma de sus manos, me asuste y todos los que estaban allí voltearon a mirarla, cuando escucharon el golpe, feliz mente estábamos en la hora de recreo y que no muchos estaban allí.
¿Por qué insisten, en cotillar en la vida privada de otros? – Pregunto Katie casi en susurros molestos, con su flequillo tapándole los ojos – No insistas en algo que no quiero decírtelo, Adams – Dijo y luego se fue del salón, siendo observada por algunos.
Yo en cambio me quede quieto, sin saber que decir o como reaccionar, lo único que sé es que me dolió como me hablo.
Fin del flash::
De ese día, ella que me ve, se va por otro lado molesta y yo solo suspiro triste, arrepentido por eso, yo solo quería saber que le paso, creo que si soy un entrometido.
Fin del punto de vista de Nathan:::
Ese día que no vigilia a la chica, tenía responsabilidades que hacer, ya que por estar espiándola, dejo muchos trabajos pendientes.
Con un suspiro, me siento en mi escritorio a comenzar los deberes.
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Incómodo.
Eso es lo que se sentía en el ambiente del lugar, donde una joven era el centro de atención de tres pares de ojos, que la miraban esperando una respuesta en su persona.
La joven solo quería que la tierra se abriera y se la tragase ¡nunca pensó que sucedería eso, en este lugar!
Mikari ¿las conoces - Nya? - La voz del su amigo yo kai, la despertó de su transe y lo miro con disimulo, solo pudo ver que la otra chica de dos coletas se dio cuenta, ya que también le oyó preguntar eso, le vio que le dedicaba una mirada confusa, sorprendía, sin llegar a entender que sucedía.
¿¡Que hago!? - Se preguntó mental mente la ojifucsia y cada vez se le notaba el nerviosismo, maquinando un plan de escapar.
Señorita Mikari - san, que gusto encontrarla justo con Emi – Chan, la buscamos, creí que no la veríamos después de lo que sucedió aquella vez, pero la vimos entrar a la veterinaria, supongo que trabaja aquí y le vine a traer unas galletas de manzana, como agradecimiento por avernos salvado ese día - Decía la más joven del lugar, sin notar la tensión del ambiente que se formó.
La ojifucsia, se sobre salto cuando Katie dijo eso y miro disimulada mente a un más confundido gato rojo, por lo que hablo la niña, mientras solo Emi se dedicó a ver cada expresión que tanto del yo kai presente, como de la chica que al principio no la reconoció y que la más joven del lugar confirmo que era su salvadora, ya que ella solo vio solo su otra forma.
¿Salvadas? De... - El dos colas fue interrumpido y sorprendido, cuando la joven veterinaria casi saltando, se abalanzo hacia las dos recién llegadas, cubriéndolas la boca a cada una con la mano.
¡D-De nada! F-Fue un gusto salvarlas con esas pesadas cosas, e-en el súper mercado ¿n-no Emi - san? – Dijo entre tartamudeos nerviosos Mikari - ¡por p-poco y se les cae todo! – Dijo muy nerviosa - ¿No? Jejeje – Pregunto riendo nerviosamente y mirando a Emi, esperando que la ayude.
¿Súper mercado? Pero... - Dijo confusa Katie, al quitar la mano de la joven que por sorpresa se lanzó a ella, quiso preguntar por qué dijo eso, pero fue interrumpida esta vez por su compañera, que la acompañaba.
¡C-Claro! e-eso quería agradecerla ¿no? – Dijo algo confusa y nerviosa Emi, siguiéndole el juego a Mikari - ¿no te acuerdas que nos la encontramos de camino y nos ayudó con esas pesadas bolsas? - Dijo Emi tratando de ayudar a la nerviosa chica.
Pero... - Dijo al no entender de la actitud de las dos chicas, Katie quiso preguntar, pero fue cortada las palabras, por segunda vez al día.
Qué tal si vamos por un momento afuera, p-para hablar al respeto ¿qué dicen? - Propuso rápido la ojifucsia nerviosa, mirando a Jibanyan que las miraba súper confuso.
¡Me parece bien! – Dijo Emi - ¡v-vamos Katie afuera, hablar más cómodo con ella! – Dijo, mientras sin esperar respuesta, saco del lugar a empujones a una confusa Katie.
Luego que ambas salieran, la ojifucsia volteo a su amigo que le quedo mirando.
J-Jibanyan saldré un momento a hablar con ellas, por un momento ¿puedes cuidarme el lugar? - Pidió una nerviosa chica, que trato de disimilar con una sonrisa y solo lo vio asentir - gracias Jibanyan ¡en un momento, regreso! - Dijo dando se la vuelta para salir y hablar con esas dos chicas.
Mikari – Llamo Jibanyan.
Fue lo que detuvo a la nombrada y volteando miro al gato que miraba intrigantemente.
¿Las conociste a las dos en el supermercado - Nya? - Pregunto Jibanyan y se le noto cierta sospecha en su tono de voz que puso, poniendo muy nerviosa a la joven.
¡S-Sí, claro! ¿De qué otra forma seria? ¡Las vi, cuando fui a comprar unas cosas, donde salían cada una con bolsas pesada y me ofrecí a ayudarlas, como buena ciudadana! Jejeje - Rio nerviosa Mikari y felicitándose por su brillante cuento creado, a ella no le gusto mentirle, pero no quería que su amigo supiera eso de otros, ella quería decirle por si misma, pero aún no se sintió lista, sin más que decir y antes que su amigo preguntara otra cosa, salió rápido de allí.
A Jibanyan le pareció todo lo ocurrido, raro y más cuando Mikari se puso exalta y nerviosa, cuando aparecieron las dos.
Cuando se dio cuenta de algo, su antigua dueña apareció, creyó que ella estaba de viaje por su trabajo, no pensó que volvería, fue hace mucho tiempo que no la vio y espero el momento perfecto para ir a hablar con ella, de cómo le fue y más que nada, su relación con Mikari.
Dejando de eso de lado, se dedicó a cuidar el lugar, mientras limpiaba unas jaulas.
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Eso, estuvo cerca - Dijo Mikari con una mano en el pecho donde estaba su acelerado corazón, que quiso tranquilizar por el susto que paso.
Mientras las dos chicas frente a ella, la miraban preocupada por eso.
¿Estás bien? - Pregunto Emi preocupada por la joven.
¿He? Si solo fue un susto, nada más - Dijo la veterinaria dedicándoles una sonrisa.
Pero ¿por qué salimos, señorita Mikari - san? - Pregunto sin entender nada, la menor.
Al parecer tú no lo puedes ver Katie - san, pero si Emi – san - Dijo Mikari, al recordar ese detalle, para pasar su mirada de la niña a la mayor, que solo asintió dándole la razón.
¿Ver qué? - Volvió a preguntar más confusa Katie.
Aquí no es buen lugar para hablar de eso, ni el momento – Dijo Mikari - Katie ¡casi hablas de más, en la veterinaria! ¡Qué hubiera pasado, si uno de mis compañeros te hubiera escuchado! - Le dijo, ocultando por momento que gran parte era que su amigo rojo escucho y en gran parte era cierto, cualquiera en el lugar lo hubiera escuchado y de seguro la metería en un embrollo.
¡Oh! ¡Cuanto lo siento señorita Mikari – san, no pensé en lo que hacía! Solo que no me acorde, porque cuando la vi me emocione mucho que casi le delato, lo lamento tanto - Se disculpa muy arrepentida y culpable Katie bajando su cabeza en una reverencia, avergonzada por sí misma.
No te disculpes, no fue tu culpa, solo se te escapo nada más - Le dijo la joven veterinaria, dedicándole una sonrisa tranquilizadora.
Solo quería entregarle unas galletas que compre para usted señorita - Dijo apenada Katie, extendiendo una bolsa con las galletas.
No tenías que molestarte, pero gracias - Dijo la ojifucsia, recibiendo las galletas de la menor sonriéndole.
Katie sonrió mucho, al ver que acepto sus galletas.
Señorita Mikari – san ¿cuándo podremos hablar con usted? - Pregunto Emi a la veterinaria algo tímida.
Mmmm... ¿Qué les parece si van al apartamento donde vivo con mi hermano, para hablar? – Pregunto la ojifucsia - yo les doy ahora la dirección del lugar y cuando termine mi turno, hablamos más cómodo allá - Dijo sacando una pequeña libreta, apuntando su dirección y la hora del encuentro y se lo entrega a unas asombradas chicas que lo recibieron.
¿Ir a la casa de su heroína?
¡Era un resiente y cumplido sueño, hecho realidad! ¡Estar en donde su salvadora, vivía!
¿Chicas, están bien? - Pregunto la joven veterinaria, al ver que no reaccionaban, preocupándola.
¿Eh? ¡A si estamos, bien! – Dijo Emi - entonces nos vemos, después – Dijo - y lo siento, por lo de hace momento - Dijo muy avergonzada por eso.
S-Si allí estaremos, Mikari – San - Dijo una feliz Katie.
Ya le dije que no se preocupen lo de antes, fue solo un accidente ¿sí? – Dijo Mikari - pero bueno entonces las veo más tarde, chicas – Dijo y las dos chicas se retiran despidiéndose de la veterinaria.
La joven de ojos fucsia, las vio irse hasta perderles de vista cuando doblaron la esquina, las vio hablar a las dos muy animada y eso le hizo sonreír.
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¿Ya se fueron - Nya? - Pregunto el dos colas, cerrando una jaula que termino de limpiar.
Si, ya se fueron - Contesto la ojifucsia, entrando al lugar.
Ah - Fue todo lo que dijo Jibanyan, mientras continuaba con la siguiente.
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¿Estas molesto, Jibanyan? - Pregunto con cierta preocupación, la veterinaria.
¿Por qué debería estarlo - Nya? – Pregunto el ojidorado - no hay nada de que me haya molestado – Nya – Dijo - solo me sorprende que conozcas a ellas dos, sabes – Nya – Dijo - la chica de nombre Katie, es compañera de Nathan, mi amigo – Nya – Dijo – Jeje es gracioso, que todos nos conozcamos – Nya – Dijo - Dejando ver lo pequeño que es este mundo y que todos nos termináramos conociéndonos – Nya – Dijo – Jeje – Ríe sin dejar de limpiar la jaula el yo kai gatuno.
Sí, que pequeño es y todos nos terminamos enterando de muchas cosas - Pensó la joven con cierta culpa, hasta acordarse algo - y ¿Emi? - Pregunto curiosa la ojifucsia y lo vio detenerse, eso la extraño - ¿De dónde la conoces? - Volvió a preguntar, más interesada.
Jibanyan de reojo, vio que lo miraba muy curiosa y eso la hacía ver tierna, que no pudo evitar sonreír de lado y voltea de nuevo a seguir con lo que estaba haciendo.
¿Ella? Lo único que te puedo decir que es un caso especial – Nya - Fue todo lo que dijo, el dos colas.
Mikari solo le quedo viendo inflando las mejillas un poco molesta, por que su amigo no le quiso decir más, haciéndose el misterioso, luego se le pasa el enojo para mirarlo más indecisa si decirle o no, hasta que decidió dar otro intento hoy.
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J-Jibanyan - Llamo nerviosa la joven, mientras arrugaba su bata con las manos.
¿Mmm? - Fue lo único que dijo el Nekomata, como haciéndola entender que le escuchaba.
Hace tiempo quería decirte que yo soy, Mi... - Quiso decir la ojifucsia, pero como si el destino no quería, alguien la interrumpe apareciendo en la escena.
¡MIKARI! - Llamo a gritos clara, que entro al lugar sosteniendo la mano de la mencionada, tanto la ojifucsia como el ojiamarillo, saltaron del susto, por la repentina aparición de la pelinegra.
Tanto fue el susto que donde Jibanyan limpiaba, salto chocando su cabeza con la pared de la jaula, provocando que esta se cerrara con todo Jibanyan dentro.
¿Q-Qué pasa, clara? ¡Casi me das un ataque al corazón, por tu grito! - Le reclamo la ojifucsia con una mano en el pecho, donde está su acelerado corazón y otra topándose la cabeza para luego toparse la parte trasera de su espalda.
Dio un suspiro de alivio cuando vio que no se le salieron la cola o las orejas, ya que para su suerte no se atrevieron a salir frente de sus dos amigos.
Lo siento Mikari, no quise asustarte... ¿Esa jaula se movió? - Pregunto clara, al darse cuenta que cuando entro esa jaula, le pareció moverse y cerrase.
¡Emmm...! ¡E-Es porque con el susto, yo moví la mesa asiéndola que se moviera y se cerrara! – Dijo nerviosa Mikari, buscando una excusa creíble para esconder a su amigo rojo, de un posible problema - además ¿que querías decirme? - Pregunto nerviosa, tratando de evitar el tema de la jaula.
¿Ah? ¡Ah, sí! Casi se me olvida, La jefa quiere verte ¡dice que quiere decirte, algo importante! - Dijo clara emocionada, mientras le sonreía, al parecer sabia del porqué.
¿Para, qué? ¿Hice algo, malo? - Pregunto preocupada la joven ojifucsia, mirando a su amiga.
¿Qué? ¡Nada de eso, al contrario! ¡Pero tienes que escucharlo, tú misma! - Dijo la pelinegra más emocionada, confundiendo a la joven ojifucsia.
Ahora iré, solo déjame hacer algo, al rato te alcanzo ¿sí? - Dijo la pelimarón con una sonrisa nerviosa y vio a su amiga asentir e irse dentro del consultorio.
Rápidamente la joven veterinaria, se acercó a la jaula donde su amigo de dos colas estaba enserado y tirado.
¿Estás bien, Jibanyan? - Pregunto Mikari, una vez abierto la jaula, mirando a su amigo preocupada.
Si no te preocupes – Nya - Dijo el dos colas, sin levantarse de la posición que estaba.
¿Seguro? ¿No te lastimaste? – Pregunto preocupada la castaña.
Si, ve nomas a ver, por qué te buscan – Nya – Dijo sin moverse de esa posición Jibanyan.
Y Mikari solo asintió, retirándose del lugar.
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Tras haber terminado su turno en la veterinaria y despedirse de sus dos amigos, la hermosa joven de ojos fucsias, se encontraba en el departamento arreglando todo, para recibir sus visitas, mientras le contaba a su hermano quien la ayudaba, lo que su jefa le había dicho.
¿Enserio te dijo, eso? - Pregunto un asombrado rubio y vio a la chica solo asentir - ¿Y qué le respondiste? - Volvió a preguntar el muchacho.
Le dije que no me siento preparada y que lo pensaría - Le dijo la pelimarón, sin dejar de acomodar unos muebles.
La joven aún recordó que cuando entro a la oficina de su jefa, la doctora marry, fue muy directa, como lo era siempre y le ofreció que sea su mano derecha, para que la ayude y aprenda a ser una veterinaria verdadera, sin necesidad de un título, ya que según le dijo, vio gran potencial en ella, para este tipo de cosa, la doctora le dijo que quería que la ayudara en lo que se trata en cuidado de cachorros, parto y maternidad para empezar, cosa que le sorprendió a la chica, pero con respeto lo rechazo, diciéndole que no se sentía aún capas para esas tareas y que lo pensaría.
No me desagrada la idea de aprender cosas de la doctora, pero como sabes hermano, soy una gata y me daría cosa operar a un animal, sabiendo que soy casi como ellos – Dijo Mikari tímidamente - prefiero ir despacio, pero por momento me conformo con atender en recepción y mantener limpio el lugar - Menciono la joven con una sonrisa a su rubio hermano.
Ya veo - El ojifucsia solo le sonrió por eso, entendiéndola.
Ella dijo, que esperaría a que me sienta preparada para ese paso - Le recalco la pelimarón.
Entiendo - Dijo el chico.
Bueno, iré a asearme ¿podrías encargarte de la cocina un momento, mientras me aseó? deje la comida cocinar - Pregunto la chica, al joven.
Claro, no te preocupes, yo me encargo de eso - Le contesto con una sonrisa el chico.
Gracias, hermano - Dijo Mikari, mientras se retira a su habitación a bañarse.
Aproximadamente dos horas y media, el timbre del departamento suena y el joven rubio fue a atender al llamado, al abrirlo vio a dos chicas, una casi similar a la edad de su hermana y otra menor de unos trece años de edad, que cuando escucharon que les habré la puerta, al mirar al joven que se encontraban frente de ellas, se quedaron sorprendidas y sonrojadas de lo guapo que era.
Al inicio, Brandon no entiendo porque de esas dos chicas están ahí, pero cuando miro a la última, sintió un escalofrió al reconocerla, ya que sabía que era la compañera de escuela de Nathan, pero recordó que estaba camuflado como humano y que su hermana le comento que las chicas que salvo, irían a hablar con ella, eso solo le hizo suspirar internamente.
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Momentos antes con las dos pelimarón :::
¡Kya! ¡No puedo creer que vamos a ir a casa de Mikari-sama! – Grito feliz Katie - ¿puedes creerlo? ¡Vamos a estar hablando, con ella! - Dijo una muy pero muy alegre, saltando alrededor por la emoción de su nueva amiga, Emi quien le miraba con vergüenza, ya que mientras iban a la casa de la veterinaria, la menor no dejaba de saltar todo el trayecto y la gente las miraba raro, dándole a la mayor mucha pena por eso, no es que no le emocionaba ir a ver a su heroína quien las salvo, al contrario le emocionaba, pero no estaba como su amiga que no sabía controlarse y andaba saltando.
Si lo sé, pues yo también voy contigo – Dijo Emi - ¡y no dejaste de repetírmelo todo el camino! - Le dijo Emi, cansada por lo imperativa que esta, la niña.
Es que no puedo creerlo, aunque esté sucediendo esto, es como si fuéramos amigas de ella y que seamos las únicas en saber de su.... - No pudo acabar de hablar Katie, al sentir una mano taparle la boca.
¡Shuuuuu! – Chito Emi a Katie sin dejar de taparle la boca - ¡estamos en la calle, te pueden oír! ¡Recuerda, que es un secreto! - Le dijo en susurro, acercándosele para que ella solo le oyera.
¡Perdón! Otra vez casi se me salió - Se disculpó la niña muy apenada, después de sentir liberada su boca.
No hay problema, pero la próxima contrólate ¿sí? - Le dijo la mayor, mirando a la niña.
¡No volverá a pasar, Emi! – Dijo Katie - Pero ¿quién podría escucharnos? no creo que a las personas, les de mucha importancia lo que dos chicas, hablen - Dijo sonriente.
Tal vez no las personas, pero si a los traviesos yo kais - Pensó la mayor con una gota en la nuca, ella si podía verlos sin ningún reloj yo kai, pero si con una perla que llevaba colgando en el cuello y ella sabía que esos traviesos son muy curiosos y no quería causar molestias a su salvadora, no antes de confirmar todas sus dudas.
¿Te acuerdas ese día cuando la conocimos y luego cuando regresamos a casa, juntas? - Pegunto la menor, ya tranquila caminando a su lado, para alivio de la mayor.
¡Como olvidarlo! ¡Tuve que buscarme una buena excusa, para explicar mi falta! Pero para mi suerte, se tragaron mi cuento - Dijo Emi con notaria molestia, al recordar el sermón de su familia que le dio por llegar a esa hora.
Sí, lo sé ¡yo tampoco me salve del todo! ¡Tuve que mentirles, para esconder todo el secreto! - Concordó con una risita la menor, al recordar eso - pero a lo que querido llegar, es que cuando nos fuimos juntas no me deja de rodar por la mente algo en especial, algo relacionado con Mikari-sama, no es que le encuentre nada de malo en ella, solo... - No continúo con lo que dijo y se quedó callada e detener su andar y eso vio la otra, que también se detuvo, para mirar la cara que puso y supo de inmediato que era eso, ya que ella también la tenía.
Quieres saber quién en verdad es Mikari - San ¿no? – Pregunto Emi - quieres saber que es y de donde procede ¿no? - Pregunto la mayor y solo la vio asentir, dándole la razón.
No es que la juzgue, por no ser una persona común y corriente, es solo que nunca he visto una como ella antes y me sorprendió mucho cuando la vi – Dijo Katie - yo antes no creía en esos tipos de cosas, como y ahora que la vi, me cuesta un poco creer que la vida que nos rodea, tenga tantos misterios ocultos - Dijo la ojimarón, mirando el suelo pensativa.
Lo sé, yo también quiero saberlo y aunque sea lo que sea, voy a agradecerle por lo que hizo, por nosotras - Le menciono Emi, mirándola comprensiva y colocando una mano sobre su hombro, asiéndola reacciona para mirarla y solo ambas se sonrieron.
¡Vamos, no puedo esperar a verla! - Le dijo la menor, entusiasmada retomando su camino y su acompañante solo sonrió por eso, para luego seguirla.
Cuando llegaron entraron al edificio en busca del número del apartamento donde se alojaba la veterinaria, hasta encontrarlo.
Con mucho nerviosismo tocaron el timbre en espera a que les abrieran y escucharon pasos dirigirse a la puerta, para después ser abierta rebelando a otra persona distinta, al principio creyeron equivocarse, pero al ver quien les abrió se quedaron sorprendidas y sonrojadas, al ver al atractivo rubio frente a ellas, que cuando esos ojos color fucsias, se clavaron en ellas, las puso nerviosas y más sonrojadas de lo que estaban.
Lo miraron de pies a cabeza, era musculoso, pero no exagerado y era muy guapo su piel bronceada, casi como un guerrero griego.
No pudieron quedar más embobadas de lo que están y sintieron que se deritirian, al verlo sonreír muy seductor.
Buenas tardes señoritas ¿les puedo ayudar, en algo? - Dijo el guapo chico, con una voz muy varonil con una mescla de galanura, mientras se recargaba en el umbral de la puerta.
¡B-Buenas t-tardes! ¿S-Se e-en-cuentra l-la s-se-ñorita M-Mika-ri - san? - Trato de decir Emi, mientras tartamudeaba por lo nerviosa que se encontraba y su compañera solo se aferró a su brazo sonrojada, escondiendo su rostro también muy nerviosa.
Por supuesto que esta lindas, si quieren, espérenla en la sala ahora saldrá - Dijo muy galante el rubio, dejándole el paso a las dos.
P-Preferimos e-esperarla a-qui - Dijo muy nerviosa Emi ¡se sentían como unos inocentes ratones a la merced de un atractivo gato!
Al pensar, recordaron que la veterinaria les comento que tenía un hermano que vivía con ella y supusieron que era el joven frente a ellas, eso las calmo un poco, porque tuvieron la idea de que si su salvadora era una gata, su hermano era un gato camuflado en humano.
Mikari es una chica muy atractiva, no debería sorprendernos de que su hermano también lo fuera - Pensaron las dos castañas.
Tranquilas, no muerd...¡Hay! - El rubio no continuo, por que fue interrumpido por una mano pequeña y delicada, que le jalaba de la oreja y lo ponía a un lado.
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Brandon se le ocurrió una broma, para jugarles a las dos chicas, aprovechando su embobamiento, no era ciego, sabía que le encontraron atractivo, por la forma en que lo miraban.
Aprovechare, que todavía Mikari se alista - Pensó con malicia el rubio, no era un mal chico, solo que el instinto yo kai, lo llamaba a ser una bromas, tal como era y hace mucho no lo hacía, por el trabajo.
El casi se tira a reír, al ver como sus encantos, ponían más nerviosa a esas dos.
¡Si, Nathan me viera, de seguro me mataría! al ver que hago sonrojar a la niña que le gusta – Pensó el rubio sin dejar de sonreír traviesamente – pero, como no sabe que me camuflo como humano, solo me mataría - Pensó internamente, mientras intentaba no estallar a risa.
Tranquilas, no muerd...¡Hay! - Estaba por seguir mi juego, hasta sentir que me jalaban de la oreja, aparte de sentir un tremendo escalofrió tras mío.
Cuando le pusieron a un lado, la responsable que lo jalo de la oreja, se asustó mucho a ver a su linda hermanita ahí y por un momento rápido, le miro con una mirada enojada, eso si le asusto mucho, porque se si ella le mira así, nada bueno le va ocurrir.
¡H-Hola M - Mikari! T-e vez muy l-linda ¿t-e l-o había dicho, ya? - Trato de escapar de lo que estaba seguro se le vendría, a pesar de que la joven sonreía para ocultar su enfado a sus invitadas.
Hablaremos luego, Shumiko - Dijo en susurro, para que solo el rubio lo oyera, con una voz que proclama dolor.
El rubio palideció, ya había experimentado antes su enfado y no le agrado en nada, cuando enfadaba y se prometió nunca más hacer enojar a la ojifucsia, pero no pudo evitar hacer esa broma, ahora lo pagara, solo le quedo rezar por su vida.
Mientras dos chicas, miraban la expresión del chico con una gota en su cabeza.
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Mikari se disculpó por el comportamiento de su hermano y la joven le dijo a su hermano que vaya a traer bocadillos junto con el refresco para sus invitadas, con una sonrisa que hizo al chico temblar, al saber que era falsa y no perdió más tiempo, huyendo del lugar directo a la cocina, corriendo como si el demonio lo persiguiera.
Las tres adolescentes, ya se encontraban en la sala, sentadas en el sofá, donde las dos recién llegadas se sentaron juntas en uno y la dueña del lugar en otra, individual.
Me disculpo de nuevo chicas, por el comportamiento de Brandon, él es así con todas las chicas que ve, pero no es un mal chico, solo un poco travieso - Se disculpó Mikari con pena ajena.
No te preocupes por eso señorita Mikari, no nos molestó en absoluto - Dijo una poco sonrojada Katie, tratando de no incomodar a la veterinaria y su compañera solo asintió de acuerdo, también un poco sonrojada.
La ojifucsia les sonrió, solo por eso.
¿Qué es lo que desean saber, chicas? - Pregunto muy amable la joven veterinaria.
¿Eh? - Fue lo que exclamaron las dos invitadas confundidas, hasta entender a qué se refería.
Es uno de los motivos importantes de que querían verme ¿no? – Dijo Mikari - no solo por querer agradecerme por esa vez, sino porque quieren respuestas a sus dudas ¿no? - Menciono sabiendo de sus motivos de las dos castañas.
Eso sorprendió a las dos, de que su salvadora haya adivinado que era por eso una de las más grandes razones de su visita.
¡La señorita Mikari, sí que es inteligente! - Pensaron ambas aún asombradas y admiradas, que solo lograron asentir confirmándole.
Queríamos saber, si es que se puede ¿saber de dónde vienes? – Pregunto Katie - ¿Es de por aquí? – Pregunta - ¿Qué es exactamente? – Pregunta - no es que nos desagrade, solo es curiosidad, ya que es como sabe, no hemos visto nunca en la vida una gata que hable o haga cosas que usted hace – Pregunta, que a pesar de sus tartamudeos por las preguntas, hablaba muy rápido por el nerviosa que estaba.
Katie calma, les responderé eso – Dijo la pelicorto trato de calmar a la niña, que no dejaba de preguntar.
La ojifucsia, lanza un suspiro pesado y la mira seria, cosa que notaron las dos.
Pero lo que les voy a contar es un asunto muy delicado chicas, conlleva una responsabilidad pesada.... – Suspira Mikari algo insegura de decirles - es muy difícil para mí, decir esto – Dijo - nunca quise que una persona se involucrara en esto, chicas y temo que de ahora en adelante sus vidas cambien y no para bien, esto es muy peligroso de saber, pero lamentablemente ya están involucradas, solo les pido que para que no salgan perjudicadas en esto, no cuenten de esto a nada, ni siquiera digan ni a solas, por que como saben no estamos solos en el mundo y más que nada, pueden escucharlas sin que se den cuenta – Dijo - ¿Están seguras de querer saber, bajo el peligro que pueden correr? - Pregunto esperando una respuesta, su mirada no cambia, pero también había mucha preocupación por las chicas y ella.
.......
Las dos estaban pensativas en eso, no se les pasó por la cabeza esa posibilidad peligrosa, pero querían saber aún y sabían que a pesar de todo, la chica frente a ellas la protegerá y no tenían nada que temer y solo asintieron seguras.
La pelicorta solo suspiro resignada, ya se esperó eso, pero también algo en ellas le brindaba confianza.
De acuerdo chicas, les diré, pero ultima cosa para que mi relato sea entendido - Dijo la ojifucsia seria a las dos.
¿C-Cuál? - Pregunto Katie algo nerviosa.
.
.
.
¿Ustedes saben que antes de que yo apareciera, ya tenían viviendo con ustedes seres distintos a un humano u un animal? - Pregunto Mikari más para la menor, que para la mayor.
Emi si comprendió a que se refería, pero a la ves la confundió un poco al excluirse de ellos y solo se calló más de lo que estaba, al iniciar la conversación, pero en cambio la joven Katie, no comprendió.
¿Seres que viven entre nosotros? ¿No entiendo? - Fue la única respuesta de la menor, sin comprender nada.
Se refiere a los yo kais señorita Katie - Las tres castañas, voltearon a la cuarta voz que se metió y era Brandon que llego con los bocadillos y el refresco en mano, portaba una mirada seria.
¿Qué tiene que ver la historia de los yo kais, en todo esto? - Pregunto la menor del lugar y veía a todos con el semblante serios.
......
Dime una cosa Katie ¿tú crees que exista los yo kais? - Pregunto Mikari seria, mirándola fijamente como los demás.
La más joven se sintió el centro de atención del lugar, lo que le hacía poner nerviosa, pero no entendía algo ¿cómo es que Emi, podía estar tranquila? ¿Acaso sabía algo?
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Hola a todos. :)
Lamento si no publique nada de este libro, estos días. :(
Pero en mi defensa, es por que como empezaron las clases y me da poco tiempo publicar algo. :(
A las justas puedo leer algunas obras o votar o comentar y responder comentario. :'v
Y voy a estar así hasta que terminen las clases. :'(
Espero me entiendan. :)
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