Prologo
Vemos a un chico castaño, con una altura promedio comprando mangas en una tienda.
"Con estos 2 ya tengo del tomo 1 al 20 de Shingeki no Kyojin"
¿Que quién es este chico? Pues tampoco es algo importante... solo sabemos que tiene 15 años y una familia completa. Nope, no tiene ninguna historia trágica ni sus padres están sufriendo alguna separación. Es simplemente un adolescente normal con una vida cliché.
[...]
Ya fuera de la tienda el chico sacó uno de los mangas y lo miró por unos segundos.
"Definitivamente la mejor compra del mes..."
Justo cuando estaba a punto de guardarlo alguien pasó a su lado corriendo y tomó la bolsa.
"¡Hey! ¡¿bancá, qué haces?!" Sin mucho tiempo para dialogar comenzó a perseguir al ladrón hasta que después de una cuadra llegaron a un callejón donde fue recibido con un golpe en la cara de un segundo asaltante.
El golpe fue directo a la mandíbula y lo hizo perder el conocimiento por un momento tirándolo al suelo.
Los ladrones no desaprovecharon ningún segundo y comenzaron a patearlo repetidas veces mientras se reían.
"¿Te creías fuerte? ¡¿Eh?! ¡Respondé! ¡¿te pensas que esto es un juego?!" Uno de los ladrones le gritaba de manera burlona.
"D-duele... bas-basta... por favor" El chico desde el suelo rogaba mientras su cara se llenaba de moretones.
Uno de los asaltantes se paró al lado de su cabeza y dio una patada con mucha fuerza en el cuello del chico.
Todo se volvió blanco. Todo dolor, todo sentimiento de impotencia y la sensación de poseer un cuerpo propio se esfumaron.
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"Hola" Una voz imponente sonó
El chico reaccionó asustado al darse cuenta de que su descanso eterno fue interrumpido por alguien. Al abrir los ojos vio que estaba sentado en una silla frente a un hombre delgado, vestido de blanco y dorado con una gran barba blanca.
"¿Hola...? Tu eres... ¿quién eres?"
"¿No es obvio? Soy tu creador."
"¡¿Qué?! ¿Dios? ¡¿Eres Dios?!" El chico comenzó a gritar mientras su confusión se convertía en sorpresa y su sorpresa en terror.
"Si... soy lo que tu llamarías Dios. Pero baja la voz, no es necesario que grites."
"..."
"Bien, puedo ver que estas un poco sorprendido, es normal, a veces pasa. Primero que todo has muerto. Te rompieron el cuello a patadas."
"Bueno... era de esperarse. No creí que fuera a morir por una tontería como esa..." El chico dio un suspiro pesado mientras pensaba en su muerte. "¿Y bien...? si estoy aquí debe ser por alguna razón. ¿Me vas a juzgar por mis pecados?"
"¿Juzgarte por tus qué? No haría algo tan laborioso... ¿te crees que tengo el tiempo para hacer eso con cada forma de vida que fallece? De hecho estas aquí porque quiero darte otra oportunidad. Tuviste una vida muy corta y aburrida, no te gustaría tener otra oportunidad en el lugar que tú quieras?"
Los ojos del chico se abrieron como platos y miró al hombre esperando que diga que es una broma.
"Osea que... ¿voy a reencarnar?"
"Sip. Y en donde tú quieras. Con uno o dos deseos. Dependiendo de cual sea mi humor."
"Esto... ¡Esto es increíble! ¡¿Osea que puedo elegir a donde quiero ir y algún poder?! ¡¿Puedo elegir ir al mundo de alguna serie?!"
"No." Respondió el hombre sin mostrar algún tipo de guiño a que fuera una broma.
"¡¿Qué?!" De pronto toda esa emoción en el chico se esfumó y se llenó con decepción.
"Era broma jajaja... de hecho ya mande a como 10 personas seguidas al mundo de Marvel, ¿Es ese tu destino?"
"Ahh... respondiendo a tu pregunta, no, claro que no. Un mundo de superhéroes siempre acaba en tragedias. Yo pensaba en algo como... Shingeki no Kyojin" Dijo con un poco de emoción.
"¿Estas de broma? ¿Dices que no quieres ir a un mundo de superhéroes porque está envuelto en tragedias pero quieres ir a un mundo donde todo lo que verás serán muertes y a todos los que conozcas tragados por seres gigantescos? ¿Acaso escuchas tus propias palabras?"
"Bueno ahora que lo mencionas si es un poco estúpido... pero no voy a cambiar de opinión. Quiero ir al mundo de Shingeki no Kyojin."
"Que aburrido eres. Bien, elige tus 2 deseos. Te iba a dar 3 pero esta conversación me puso de mal humor."
"Bien... me gustaría poseer un poder titán. Pero que esté desligado de el titán fundador y que no tenga límite de edad..."
"Primer deseo concedido, tu titán tendrá varias diferencias tanto en tu forma humana como titán. ¿algo más?"
"¿Podrías hacerme un prodigio en todas las áreas? Digo, que me resulte más fácil aprender todo, ser más inteligente, estratégico, un buen luchador y que no me tachen de inútil al momento de aplicar como soldado... para así llegar a estar al mismo nivel que Mikasa o Levi."
"Parece que tú si usas la cabeza, uno de los que reencarné me pidió una katana poderosa pero no pidió saber usarla, al final duró menos de 1 año y volvió a morir."
"Espero que no me suceda a mi... bien, eso sería todo, ¿cierto?"
"No. Me caíste bien. Te permitiré otro deseo."
"Wow... eso no me lo esperaba. Bien... ehh." El chico ya no sabía que pedir, ya había pedido lo más importante unos momentos antes. "Bien. Ya lo tengo. Deseo no tener necesidades básicas como comer y tomar agua. Que toda la energía la saque de la luz del sol."
"Me parece un deseo inteligente, sabiendo que no habrá comida ni agua suficientes en algún punto de tu vida... okey, con eso terminamos. ¿Estas listo para comenzar tu nueva vida?"
"¡Estoy listo!" Tan pronto como respondió, comenzó a desvanecerse mientras que Dios se acercaba a el.
"Olvidé decírtelo... despertaras con 11 años, antes de que tengas recuerdos de todo esto, habrás vivido una vida normal."
"¡¿A qué te refier-...?!" Antes de que pudiera terminar de hablar ya había desaparecido.
"Se van tan felices..." Miró la silla pensando en el infierno que va a vivir el chico. "Bien. ¡El siguiente!" De la nada un chico apareció sentado en la silla.
[...]
Un niño pelirrojo de ojos azules estaba despertando de un largo sueño, por alguna razón, en su sueño veía como pateaban a un castaño en un lugar extraño. El sueño se borró de sus memorias y quedó como un recuerdo fugaz.
"Tengo sed..." Habló el pelirrojo mientras se estiraba antes de levantarse.
El niño tenia unos 9 años. Al mirar un poco la habitación podemos ver que hay una cama más alejada de la primera.
El niño salió de la habitación y caminó hasta una especie de comedor donde habían 2 mujeres sentadas en una mesa.
"Oh, parece que te has despertado Arlen, pequeño, ¿cómo te encuentras?" Fue recibido con la cálida voz de una señora que le hablaba como si fuera una madre.
"Buenos días señora Ackerman. Estoy bien, creo que dormí de más" El niño ahora conocido como Arlen se rascaba la cabeza al mismo tiempo que sonreía avergonzado.
"Toma asiento junto a Mikasa, ¿quieres que te prepare algo?"
"No... no gracias." Arlen miró a la niña junto a la mujer "Hola Mikasa, buenos días." Saludó amablemente a Mikasa y se sentó en la mesa con un vaso de agua en la mano.
Mikasa Ackerman, una niña de 9 años, ojos negros con cabello largo y negro. Facciones asiáticas al igual que su madre.
"Querrás decir buenas tardes. Con mamá hemos estado desde hace horas tejiendo... si que dormiste eh." Se burlaba la pelinegra.
"Mikasa, sé más considerada con Arlen. Después de lo que ha vivido, lo mejor es tratarlo con cariño." Habló de manera tranquila la señora de la casa.
"Si, mamá..." Mikasa se quedó callada y siguió con su tejido.
"No es necesario que se preocupen por eso. En estos últimos 8 meses me han hecho sentir como en casa. Ya no es necesario que sean tan cuidadosas al hablarme. Después de todo ya son mi familia."
La madre de Mikasa sonrió ante las palabras de Arlen "Si que te pareces a tu padre. Como se nota que llevas el apellido Glasc en la sangre." La señora miró las agujas y le dio una "Comienza a tejer, veamos como te desenvuelves con la costura."
Al parecer el nombre de aquel pelirrojo era Arlen Glasc, no era hijo de aquella señora ni hermano de sangre de Mikasa. Parece ser que lo adoptaron o están cuidando de él.
[...]
Y la noche cayó sobre aquellas personas.
El padre de Mikasa entró cargando leña y una bolsa de pescados.
"Hoy cenaremos pescado asado" afirmó contento el hombre.
"Wow, hace tiempo que no traías pescado para la cena."
"Es que debido a que no llovía, el río bajó y la pesca se volvió un poco más difícil, Arlen."
"Tengo muchas ganas de probar esa cena, manos a la obra." Mikasa se acercó a su padre y comenzó a sacar los pescados de la bolsa hecha de paja.
"Hoy quieres cocinar tú Mikasa? No tengo problema pero Arlen tendrá que ayudarte."
Mikasa se giró indignada."Pero mamá, Arlen me pasa los condimentos equivocados siempre. No es un buen ayudante en la cocina..." Bufó Mikasa aunque de todas formas no tenía muchas opciones ni ningún tipo de elección.
"Ayudaré lo mejor que pueda jejeje." Arlen miraba a una Mikasa enojada mientras una gota de sudor bajaba por su frente "(Mierda, no se diferenciar los condimentos. Mikasa se va a enojar.)"
Desde lejos se ven como una familia numerosa, con momentos tristes, momentos alocados y momentos de felicidad.
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Lo que no sabían era que lo peor estaba a punto de sucederles.
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