[...]

Me asignaron a un dormitorio junto a Jean, Connie y Marco. Unas horas después debiamos ir al comedor.

Intenté llegar primero que todos y sentarme en una esquina muy alejado de los demás usando un abrigo con capucha. Ironicamente una chica rubia que conozco muy bien se sentó frente a mi. Annie Leonhart. Esto me sorprendió ya que normalmente ella no se sentaría con nadie. Es muy bien sabido que durante el tiempo como reclutas, Annie se mantuvo distante de todos.

A los pocos minutos todos entraron y se sentaron a comer. De hecho yo no había tomado ningún plato y solo estaba sentado esperando a que el tiempo pase.

"¿No comerás?" Annie le lanzó la pregunta al chico luego de fulminarlo con la mirada por unos minutos.

"Eh... no. No tengo hambre." Respondió dandole una sonrisa mientras la analizaba. "El instructor tampoco te nombró a ti... ¿cuál es tu nombre?"

"Annie Leonhart. Soy de un pequeño pueblo de la muralla María. ¿Tú cómo te llamas?"

"Arlen Glasc, de Shinganshina."

Annie abrió los ojos sorprendida y miró al chico. "Osea que tu estuviste ese día."

El chico se quedó unos segundos pensando en la respuesta y luego bajó la cabeza mientras cambiaba su tono de voz. "Si..."

Antes de que continuaran un chico comenzó a hablar en voz alta mientras los demas lo rodeaban y bombardeaban en preguntas.

"Ya dije que lo vi."

Todos se sorprendieron y luego comenzaron las preguntas.

"¿Cuanto medía?"

"Era más alto que la muralla."

"¿Qué? Yo oí que saltó por encima."

"Y yo."

"En mi pueblo decían eso."

Eren miró a todos los presentes y luego respondió. "No, no era tan alto."

"¿Cómo era?"

"Casi no tenía piel y su boca era enorme."

"¿Y el titán acorazado que destruyó la muralla María?"

"Así es como lo llaman, pero a mi me pareció un titán normal."

"¿Y cómo son los titanes normales?"

Recuerdos fugaces del titán que devoró a su madre llegaron a la mente de Eren y soltó su cuchara mientras se tapaba la boca.

Quienes rodeaban a Eren se sorprendieron por esto, quedando todo el lugar en silencio. Marco fue el primero en hablar.

"Dejemos de hacerle preguntas. Habrá cosas que quiera olvidar."

Connie se sintió un poco avergonzado y trató de disculparse. "Perdón por pregunt..."

"¡No!" Hizo una pausa mientras mordía un trozo de pan. "Los titanes no son para tanto. Si dominamos el equipo de maniobras tridimensionales, podremos con ellos. Por fin puedo entrenar como soldado. Me callé la emoción. Entraré a la Legión de Reconocimiento y los aniquilaré a todos. Los exterminaré y..." Antes de que pudiera continuar hablando alguien lo interrumpió.

"Oye, ¿estás loco?" Eren se volteó a verlo. "¿Dices que te unirás a la Legión de Reconocimiento?"

"Si, eso dije. Tu querías unirte a la Policía Militar para tenerlo fácil, ¿no?"

"Soy honesto. Es mejor eso que hacerse el valiente pese a estar muerto de miedo."

Eren se levantó bruscamente de su lugar. "¿Te refieres a mí?"

De fondo alguien pidió que se detuvieran.

"Oye, yo no dije eso." Jean se levantó y caminó hasta estar frente a Eren.

Una campana comenzó a sonar.

[...]

Mientras tanto con Arlen.

"Oh parece que el tiempo para conocerse se ha acabado." Arlen se levantó y estuvo a punto de ir hacia Eren hasta que alguien lo detuvo.

Annie sostuvo el abrigo de Arlen. "¿Por qué estás aquí?"

Arlen la miró unos segundos tratando de entender la pregunta. "¿No es obvio? Voy a matar a todos los titanes que se me crucen, incluyendo al colosal y al acorazado."

Annie abrió los ojos sorprendida por la respuesta y lo soltó.

Arlen miró hacia todos lados y vio a Eren saliendo por la puerta y a Mikasa detras de él.

Comenzó a caminar hacia la salida hasta que vio a Armin que estaba sentado mirando a la nada. Se detuvo detras de él y le dio un pequeño golpe en la cabeza.

"¿Eh?" Armin se volteó y miró a un pelirrojo que conocía muy bien. Su expresión era de completa sorpresa mientras unas lágrimas amenazaron a escaparse.

"Por fin nos volvemos a ver, Armin."

Armin se levantó rápidamente y le dio un abrazo a Arlen mientras el grupo que antes estaba mirando a Eren se voleaba a ver el alboroto que estaba causando Armin.

"¡Arlen! ¡Estás vivo!"

El pelirrojo se sorprendió y puso una mano en la espalda de Armin mientras sonreía. "Es como si hubieras visto a un fantasma." Arlen comenzó a reirse.

"¡No es momento de bromas!"

El pelirrojo vio que todos lo estaban mirando y simplemente tomó a Armin del brazo y salieron del comedor.

Afuera estaban Connie y Jean discutiendo mientras que a lo lejos estaban caminando Eren y Mikasa.

Armin dio unos cuantos pasos y gritó. "¡Mikasa! ¡Eren!"

Estos se voltearon y vieron a Armin junto a un pelirrojo. Ambos se quedaron estaticos. La cara de Eren que era de sorpresa se transformó en una de enojo y corrió hacia Arlen y le dio un golpe en la mandíbula.

Jean y Connie se sorprendieron por esta acción y Armin trató de separarlos.

Eren comenzó a llorar "¡¿Dónde estuviste todo este tiempo?!" Armin tomó a Eren y trató de alejarlo mientras que detras de ellos Mikasa miraba a Arlen sorprendida.

Arlen bajó la cabeza mientras pasaba a un semblante más depresivo. "Pasé 1 año buscandolos. Sobreviví de suerte a los titanes y crucé la puerta destruida mientras estuve a centimetros de las fauces de varios titanes."

Eren lo miró con absoluta sorpresa. Pasaron unos segundos y se calmó y abrazó a Arlen. "Eres un idiota. Te necesitabamos."

Arlen correspondió el abrazo "Yo también... los extrañé muchisimo."

Mikasa cambió a una postura más seria. "Arlen..." Mikasa por fin dijo algo.

Arlen se reía. "Creciste demasiado, hermano."

Cuando se terminó el abrazo Arlen miró a Mikasa y se acercó a ella. Mikasa endureció la mirada.

Arlen simplemente la tomó de la parte trasera de su cabeza y la abrazó.

(Algo así(?))

"Me alegra saber que estas bien. Y que cuidaste a Eren por mi."

Mikasa no correspondió el abrazo simplemente respondió. "Si..."

Así luego de ese encuentro los 4 comenzaron a caminar a sus respectivos dormitorios mientras hablaban del tiempo que estuvieron separados.

A lo lejos Jean miraba a los 4 con envidia mientras Connie preguntaba qué tenía en su espalda.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

Gracias por leer.