¡Hola a todos!

Espero que puedan disculparme por demorar demasiado, pero estaba algo ocupado.

De todos modos, saben que nunca dejare historias inconclusas y aquí estoy nuevamente con un capítulo más, les agradezco mucho el apoyo brindado.

Sin más, comencemos.

...

[2 años más tarde, Año 843, Narrador Yo]

Uno de los mayores logros para toda persona, es terminar algo con mucho esfuerzo y dedicación. Eso te produce una gran satisfacción y felicidad, que incluso podrían llegar a ser indescriptibles.

Eso mismo estábamos experimentando todos los reclutas que habíamos llegado a estas alturas del entrenamiento.

Habían pasado tres años desde que habíamos llegado por primera vez a este campo.

Tres años llenos de muchos sucesos y experiencias que nunca olvidaremos.

Ahora, este era nuestro último día de entrenamiento, mañana sería la graduación y después tendríamos la oportunidad de unirnos a alguna rama del ejército.

Eso era lo que me mantenía tan pensativo.

Cuando llegamos a formarnos una vez más al campo de entrenamiento, nos topamos con que el instructor estaba solo, no había ninguno de sus ayudantes.

—¡Atención!—

Nos llamó apenas llegamos.

Ni siquiera nos dió tiempo de poder formarnos adecuadamente.

Supongo que no era necesario.

Solo nos hacía señas para que nos acercaramos a él.

Así que lo hicimos e hicimos una rueda a su alrededor.

—¡Cómo ya saben, hoy es su último día de entrenamiento!—

Todos asentimos.

—¡Debido a ello, hemos decidido darles este día...!—

Ni siquiera había terminado, cuando todos comenzaron a murmurar con algo de felicidad.

El instructor dejo de hablar debido a eso y nos miro por unos momentos, hasta que nuevamente los murmullos cesaron.

—¡Hoy no entrenaremos, descansen, lo han hecho muy bien estos tres años!—

Cuando terminó de decir aquello, todos o la mayoría gritaron de emoción y saltaron en sus lugares.

Yo solo puse una pequeña sonrisa, mientras agradecía mentalmente.

Después de eso, el instructor se retiró, dejándonos a todos ahí.

Nos dijo que podíamos descansar, por lo que muchos regresaron a sus camas, para dormir unas cuantas horas más.

Otros fueron a desayunar y otros fueron con sus amigos a diferentes lugares del área establecida.

Yo hice eso último, junto a mis preciados amigos.

Estos eran Ian, Mitabi, Rico y Anka.

Fuimos a dar un pequeño paseo en el bosque donde solíamos tener los entrenamientos más duros.

—¿Qué harán después de esto?—

Pregunto Mitabi después de unos minutos, creo que ese era sin duda el tema principal.

—No lo sé...—

Conteste algo pensativo, pues era justo esa pregunta la que llevaba en mente todo el día.

—¿No lo sabes?—

Fue lo que pregunto Anka.

Solo le mire con curiosidad.

—Ethiel, tienes el pase directo a la Policía Militar, ¿Y aún así estás dudando?—

Me dijo algo estoica.

Todos los demás estuvieron de acuerdo.

—Aún no dan los resultados...—

—No los necesitas—

Esta vez fue Rico quien me interrumpió.

—Ellas tienen razón, Ethiel. No necesitamos ver los resultados para saber quién será el Primer Lugar de todos—

Dijo Ian.

Todo quedó en silencio por un rato, solo continúamos nuestro camino.

—¿Será que no quieres unirte a la Policía Militar?—

Rico pregunto, tan directa como siempre.

Inmediatamente toda la atención se puso sobre mí.

Solo suspiré un poco.

—No es que no quiera unirme a la Policía Militar, es solo que no creo encajar bien ahí—

Conteste ante ellos.

Aún así, seguían mirándome con intensidad.

—Explicate—

Me exigió Rico.

—¡Si, señora!—

Dije en forma de broma, debido a su tono tan demandante.

Ella solo se sonrojo un poco de la vergüenza.

Yo le mire con atención.

Todos teníamos 15 años.

Y sin duda el tiempo nos había favorecido, más a las chicas, pues la edad solo acrecentaba su belleza.

Eso ocurría con Rico y sorprendentemente, el tiempo la hizo mucho más blanda contigo y con todos a su alrededor.

Este tipo de escenas, en dónde yo logro avergonzarla, eran mucho más comunes desde hacía un año.

Lo cual la primera vez se me hizo extraño, al igual que muchos. Pero a la vez me pareció muy lindo verla de ese modo, por lo cual hacia bromas muy seguido para poder verla así.

—¿Por qué?—

Escuché después de un corto tiempo.

Al parecer me había quedado nuevamente absorto en mis pensamientos.

Pero rápidamente me puse en contexto.

—Estar encerrado y defender al rey no es lo mío—

Conteste con seriedad.

Todos pusieron miradas complicadas.

—Entonces... ¿Serán las Tropas de Guarnición o la Legión de Reconocimiento?—

Pregunto Mitabi con cierta cautela.

Todos pusieron miradas sorprendidas al escuchar el último nombre que menciono Mitabi.

Supongo que no creían la posibilidad de que yo pensara en ello.

Lo cual no estaba del todo alejado.

Pero siempre que recordaba a la Legión, también me acordaba de mi familia y sin duda quiero pasar mucho tiempo con ellos.

Por lo que la Legión está presente como idea, pero no más que eso.

—Creo que las Tropas de Guarnición será una elección ideal—

Conteste encogiendo mis hombros.

Pude escuchar algunos suspiros de alivio de parte de ellos.

¿En realidad les asusta tanto la idea de la Legión de Reconocimiento?

[Al día siguiente]

Era la noche de graduación y nos encontrábamos en el famoso campo de entrenamiento, en formación.

Frente a nosotros había una tarima, en dónde se encontraba el instructor y varios soldados a sus espaldas.

Todo era iluminado con fogatas ubicadas en estratégicos lugares.

El instructor comenzó todo con un largo discurso que no escuché, pues me dió algo de pereza.

Solo me límite a aplaudir cuando mis compañeros también lo hacían.

—¡Ahora mencionaré a los diez mejores reclutas de este ciclo!—

En ese momento todos guardaron silencio, esperando escuchar los nombres de las personas afortunadas.

El primer lugar era al que todos aspiraban, pero no se les veía muy emocionados.

—¡Ethiel Dreyar!—

Fue lo que grito después de un momento de tensión.

Yo le mire y ví como me indicaba que diera algunos pasos al frente, lo cual hice y tome formación.

Nadie dijo nada, parecían esperarlo.

Aunque yo estaba algo sorprendido, tal vez por algo de humildad no esperaba quedar yo.

—¡Rico Brzenska!—

Ella tomó lugar a un lado mío, nos mantuvimos estoicos, solo mirando hacia el instructor y esperando lo siguiente.

Aunque pude escuchar varios murmullos.

—¡Anka Rheinberger!—

Nadie parecía sorprendido.

—¡Ian Dietrich!—

Era como si todos ya estuvieran esperando este tipo de resultados.

Claro, hasta que paso el siguiente nombre.

—¡Mitabi...!—

El instructor dió una pausa al mencionar el nombre de dicho graduado.

Todos pusieron miradas sorprendidas, incluso mis compañeros formados junto a mi.

Éramos sus amigos, pero lo cierto es que nunca esperamos mucho de él.

Y ahora resultaba estar entre los primeros diez lugares del ciclo.

—Perdón... ¡Mitabi Jarnach!—

El instructor se disculpó después de un momento y siguió con el nombramiento. 

Aún sorprendido, pero supongo que esa desición no la tomaba él.

Y siguieron los demás nombres, pero poco me interesaban y nuevamente me perdí en mis pensamientos.

Esta vez solo cuestionandome el como había llegado tan lejos.

Es decir, morí, reencarne como un huérfano, descubrí que estaba encerrado en muros y que nuestros enemigos son unos seres mucho más fuertes que los humanos; fui adoptado, me enliste en el entrenamiento del ejército y ahora estaba entre los diez mejores del ciclo con el primer lugar.

Todo eso en tan solo 15 años.

En términos de aprovechamiento, creo que he hecho mucho más que en mi vida antes de reencarnar.

Estoy contento con los resultados, más no satisfecho.

Pues aún me faltan muchas cosas por lograr, pero esta es una de las bases más importantes hacia ello.

—¡Ustedes son los mejores 10 reclutas de este ciclo, por lo que tienen un privilegio único sobre los demás!—

Después de terminar de nombrar a los reclutas, el instructor nos comenzó a hablar acerca de nuestra posición.

—¡Supongo que ya saben cuál es dicho privilegio, pero aún así lo recalcare una vez más. Solo los 10 mejores de cada ciclo podrán unirse a la Policía Militar y vivir una vida cómoda en el interior de las murallas, libres de Titanes y solo defendiendo la integridad de su majestad!—

Varios tenían caras anhelantes, lamentablemente era un pensamiento que yo no podía compartir.

—¡No es obligatorio, pero es un privilegio que tienen!—

Nos dejó en claro eso último.

—¡Por hoy es todo. Pueden descansar o festejar un poco, tendrán esta noche para plantearse que hacer de ahora en adelante. Enhorabuena!—

Al terminar de decir eso, se retiró y la celebración parecía comenzar.

Todos fuimos al comedor, donde los brindis no se hacían esperar.

Yo solo fui a cenar con las chicas, mientras Mitabi e Ian se iban a beber como profesionales certificados.

Nunca fui muy fan del alcohol, aunque tampoco es que lo haya probado mucho en mi anterior vida.

Creo que fue solo una vez y no me gustó.

Por lo que solo tenía planeado cenar un poco y platicar.

Aunque evitar beber fue imposible cuando Ian y Mitabi me tomaron por la fuerza y metieron en mi boca una botella de vino, la cual tuve que beber sin poder resistirme.

No sé que clase alcohol habré probado antes, pero el vino parecía ser lo mío.

Mi plan de cenar y platicar tranquilamente se destruyó en segundos.

Y al ser primerizo en este mundo, no pude evitar embriagarme con tan poco, sin poder medir absolutamente ninguna de mis acciones.

[Al día siguiente]

Desperté súbitamente y con algo de agitación.

Y con un dolor demasiado fuerte de cabeza.

Mire el lugar en donde me encontraba, solo podía reconocer que era una especie de almacén.

Al parecer de comida, pues habían algunos costales de granos y cajas con diferentes alimentos.

No recordaba mucho la noche anterior, cuando trabaja de hacerlo me comenzaba a doler mucho más la cabeza.

Por lo que lo deje ahí.

Trate de levantarme, pero comencé a sentir algo de frío.

Me mire y estaba desnudo.

Automáticamente y por instinto mire a mi lado, quedando completamente pálido, pues no estaba solo.

A mi lado dormía plácidamente Anka y por lo poco que pude apreciar, se encontraba desnuda al igual que yo.

Trate de buscar hacia mi otro lado, suponiendo que podrían estar nuestros uniformes, pero no, por el contrario, había otra persona dormida.

Esta vez me puse mucho más pálido al reconocer rápidamente un cabello rubio platinado, el único entre todos los reclutas.

Ahí estaba Rico, igualmente desnuda.

Mi mente trato de procesar rápidamente todo y llegué a la conclusión más obvia.

Al parecer me había acostado con ambas.

El único problema era no poder recordarlo, debido a la cantidad masiva de alcohol que llegue a consumir.

Más allá de estar feliz, estaba muy alterado y nervioso.

En este mundo no había ninguna especie de preservativos sexuales y los embarazos eran demasiado riesgosos.

Esos eran los temas que me preocupaban en menor medida, lo que más me tenía preocupado era la reacción que podrían llegar a tener.

Pude notar que no solo yo desprendía el olor al alcohol, por lo que podía suponer que ellas también lo había ingerido.

De otro modo no habríamos terminado en tal situación.

Me alarme un poco cuando Rico se movió, aunque solo fue para acomodarse mejor y seguir durmiendo.

Trate de no hacer mucho ruido y movimiento.

Y me levanté de ahí.

Encontré nuestros uniformes tirados a un lado de nuestra cama improvisada.

Solo los separe a mis suposiciones, acomode los de ellas y me cambié con el mío.

Después de eso salí silenciosamente.

Al llegar a las barracas de los hombres, encontré un gran desastre.

Lo mismo fue para el comedor.

La fiesta se extendió hasta muy altas horas de la noche y solo con ver el sol podía suponer que eran cerca de las 9:00 AM.

Me fui a dar un baño y pase algunas horas tratando de recordar lo que pasó.

Pero solo me podían llegar leves recuerdos y fragmentos de la noche.

En cuanto a lo que pasó con las chicas, solo me llegó la imagen de algunos besos y roces.

Con eso ya no me quedaba duda.

Me preguntó que pensarían al encontrarse desnudas ellas dos, en la misma cama.

Tal vez piensen que fue alguna especie de acto entre chicas.

Aunque obviamente no será así y sabrán que alguien falta.

Solo espero que no recuerden el rostro y la voz del hombre con quién pasaron posiblemente su primera relación sexual.

De otro modo estaré en problemas.

[Más tarde]

Aproximadamente al medio día, todos parecieron recuperar el conocimiento y tuvimos que ir a preparar nuestras cosas para salir del campo de entrenamiento.

Hablar con las chicas fue algo incómodo, pero para mí fortuna no parecían recordar nada.

Solo se miraban algo sonrojadas entre ellas.

Supongo que pensaron exactamente lo que me plantee en primer lugar, mucho mejor para mí.

—¿Pensaron en lo que harán?—

Pregunto Ian mientras íbamos caminando todos juntos hacia uno de los puntos de reclutamiento para una de las ramas del ejército.

—Si—

Conteste mientras miraba a Mitabi, el cual parecía un zombie.

Creo que es una de las desventajas de beber demasiado.

Los demás solo asintieron.

—¿Que tal si lo decimos todos al mismo tiempo?—

Propuso Anka.

Todos estuvimos de acuerdo e hicimos un conteo.

—¡Tropas de Guarnición!—

Cuando terminó el conteo, todos dijimos la rama a la que pensábamos unirnos, sorpresivamente todos habíamos coincidido.

Nos miramos unos a otros y comenzamos a reír.

—Hay que prometer una cosa—

Dijo Mitabi con su cara demacrada.

Pero antes de hablar, cambio radicalmente su mirada.

—Pase lo que pase, seguiremos siendo amigos y nos reuniremos una vez más—

Todos le miramos con sorpresa.

El solo puso la palma en el centro de nosotros.

Ian fue el primero en ponerla sobre la suya, después fuimos todos los demás.

—¡Es una promesa!—

Gritamos al aire, mientras sin saberlo, la suerte había sido echada hacia el destino.

Sonreímos, pues no imaginábamos lo difícil que sería cumplir dicha promesa.

Esa sería la última vez que estaríamos todos juntos.

...

Espero les haya gustado, esta vez un poco más corto, pues me sentí cómodo de esa manera.

Ya falta poco para que termine la parte "ZzZzZzZz" de la historia, así que no se preocupen.

No olviden de comentar y dejar su estrellita para apoyarme.

Bye bye ^^