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Capítulo 4: Días de entrenamiento

¡Hola a todos!

Nuevamente vengo con otro capítulo, por si pensaban que me había muerto de Covid o algo así XD.

Espero no me funen por eso que acabo de decir, pero bueno.

Espero les guste y muchas gracias por estar siempre aquí.

...

[1 año después, Año 841, Narrador Yo]

Era un día muy soleado, demasiado soleado, tanto que siempre que la luz del sol me llegaba, sentía como si mi piel estuviera ardiendo en llamas.

—¡Ouch!—

Grite cayendo de espaldas contra el suelo.

Nuevamente había sido mandando al piso, sin oponer un poco de resistencia, bueno, si lo hice, pero no fue efectivo.

Nos encontrábamos en el entrenamiento de combate cuerpo a cuerpo.

—¡Dreyar!—

El instructor grito mientras se acercaba a mi posición.

Mitabi, quien esta vez era mi compañero de entrenamiento, me ofreció su mano para poder levantarme.

La acepte con una sonrisa.

Pude limpiarme un poco hasta que el instructor llegó frente a nosotros y tuvimos que ponernos firmes en su presencia.

Se posicionó frente a mi, viéndome duramente.

Cómo siempre.

—¡¿Qué pasa?! ¡¿Acaso no puedes completar satisfactoriamente un simple entrenamiento de combate cuerpo a cuerpo?!—

A pesar de que no me importaba hacer mucho esfuerzo en las actividades.

Esta vez, el entrenamiento cuerpo a cuerpo parecía ser mi debilidad.

Pues era algo débil en ello, a comparación de muchos de mis compañeros y no podía hacer nada a pesar de que me esforzará, aunque tampoco es que mi esfuerzo sea demasiado, pues no me motiva mucho el hecho de pelear contra otros humanos.

Aunque también creo que no puedo progresar adecuadamente debido a que Mitabi es demasiado fuerte y talentoso en esto.

Y debido a que siempre me toca de compañero, supongo que no nos hace ningún bien a ambos.

Pero bueno, el instructor aún permanecía frente a mí en busca de una respuesta.

—¡No es eso, señor!—

Conteste.

Simplemente no se me daba nada bien el combate contra humanos, además de que lo veía un poco innecesario.

—¡¿Entonces?!—

Dudé un poco en decirle la verdad.

—Creo que este entrenamiento es estúpido—

Conteste con toda la sinceridad que tenía, si de algo me he caracterizado, es debido a eso, mi increíble sinceridad y honestidad ante todo.

Puedo dudar muchas veces, pero cuando me decido, digo las cosas tal y como las pienso.

Mi respuesta pareció sorprenderlo, al igual que a todos mis compañeros, pues dejaron de entrenar y voltearon a mirarnos a nosotros.

Mitabi estaba completamente tenso a mi lado.

—¿Qué diablos acabas de decir...?—

El instructor me preguntó con una voz de ultratumba.

A pesar de todo, no me inmute, casí siempre terminaba en situaciones como está.

—Que este entrenamiento es estúpido e innecesario—

Dije nuevamente, sin ceder ante mi postura.

Mire de reojo a mis demás compañeros, estaban con caras de gracia y algunos con caras asustadas.

Entonces, sin previo aviso, sentí una gran mano que me tomaba por la cara.

No hacía falta ni pensar quien era, pues lo tenía claro a pesar de no poder verlo.

Sorprendentemente, el instructor me levanto del suelo con esa sola mano.

En ese momento me sentía muy indefenso.

—Maldito mocoso... Te atreves a insultar nuestro entrenamiento...—

Le escuché murmurar muy molesto.

Nuestras interacciones nunca terminaban bien.

—Esto te pondría directamente en la salida... Pero eres uno de los mejores cadetes que hemos tenido, así que no puedo echarte de aquí...—

En ese momento me soltó y me dejó caer nuevamente de espaldas en el suelo.

Yo solo me tomé un poco la cara con dolor, no podía ver mi cara directamente, pero supongo que las manos del instructor deben estar marcadas en ella.

—¡Doscientas vueltas al campo entero y no te tocará cena!—

Dictó mi castigo.

Me puse pálido debido a eso, pero no había nada que pudiera hacer.

Solo me levanté y comencé a hacer lo que me dijo.

Me recordó mucho a los castigos que me daba mi madre, aunque estos eran demasiado severos.

Aunque de igual manera me sentía algo bien.

No era que me gustarán los castigos, no soy ninguna especie de masoquista.

Pero me sentía bien debido a que el instructor no pudo negar mis palabras, ni siquiera lo intento, lo que significa un empate.

Pues gane el duelo de diálogo, pero el uso su fuerza y autoridad para equilibrar las cosas y ponerme tal castigo.

Supongo, aunque fue un empate, fue demasiado reñido debido a mi castigo.

En mi anterior vida me dedicaba a seguir las reglas.

Pero debido a que eso me llevo a la perdición anteriormente, decidí tomar una postura y actitud un poco más calmadas en cuanto a eso.

Procuraba seguir las reglas, pero también procuraba negarme a algunas o simplemente modificarlas a mi conveniencia.

Aunque eso también me trajo muchos problemas.

Solo podía pensar en esto mientras estaba corriendo sin parar.

Pensar cosas y tratar de desconcentrarme del desgaste físico, me ayuda a tener más resistencia.

Es una habilidad que aprendí en mi anterior vida y que pude aplicar aquí.

En cierto momento pude ver al trío de compañeros que conocí hace un año.

Ahora se encontraban haciendo equipo entre ellos, debido a que el ejercicio también había cambiado.

Cruzamos miradas y solo negaron un poco.

Me encogí de hombros mientras seguía corriendo y sonreía, claro, evite que el instructor viera mi reacción, pues de otro modo mi castigo aumentaría.

Mitabi, quien parecía ser un poco más serio, en realidad era todo lo contrario, era un buen sujeto y considerando los estándares de belleza, supongo que era algo atractivo con las chicas, pues si le había visto una que otra amiga.

Aunque ello sigue pareciendome muy extraño, pues solo tenemos trece años.

Debido a mi anterior vida, considero esa edad como muy temprana, pero siempre me recuerdo que este es otro mundo.

Otro mundo con costumbres y varias cosas diferentes al mío.

Por otro lado, Ian, quien parecía ser más animado, en realidad era demasiado serio y tenía un desempeño espectacular en áreas académicas y teóricas.

Sinceramente me identifico mucho con él.

En cambio, Rico Brzenska.

Mi relación con ella ha sido difícil y complicada, pero había una especie de fuerza sobrenatural que nos hacía coincidir, y peor aún, había algo que no me dejaba desistir en la idea de agradarle.

No entendía nada de ello, pero solo seguí lo que fuera aquello.

Nuestra relación no era de amigos, como lo tenía con Mitabi e Ian, pero nos considerabamos compañeros, supongo que logré avanzar un poco.

Pase corriendo hasta muy tarde y tal como dictaba mi castigo, ese día no cene.

Así que solo me fui a tratar de dormir con el estómago vacío, por fortuna si podía tomar agua, así que aguantaré hasta el desayuno.

[Siguiente día]

Al día siguiente, nos pusieron a correr y correr, como muchos días antes y como supongo que serían los días a futuro.

El problema era la lluvia que caía sin parar y el entorno dónde lo hacíamos, pues era una especie de bosque a un lado del campo de entrenamiento.

Era algo curioso, pues casi siempre que tocaban este tipo de entrenamientos, el día era sumamente lluvioso y eso hacía más difícil cumplir con este entrenamiento.

No ayudaba mucho el hecho de llevar varios kilos sobre la espalda, bueno, tal vez si ayudaba para el entrenamiento.

Lo que más note, era el gran enfoque que ponían en el entrenamiento de nuestras piernas. Reflexionando un poco, pude concluir que es debido al Equipo de Maniobras Tridimensionales que usábamos, pues su uso se basaba en el equilibrio y para ello necesitábamos un cuerpo bien entrenado, sobre todo tener piernas fuertes para soportar la presión.

Correr era una actividad normal para mí, por lo cual este entrenamiento era muy fácil para mí persona.

Y lo que más me emocionaba, era saber lo que seguía después de esto.

El entrenamiento con el Equipo de Maniobras Tridimensionales.

[Narrador normal]

El sonido de varias personas corriendo sobre el lodo, solo era opacado por la fuerte lluvia del momento y por los caballos que seguían a la gran caravana de reclutas en su entrenamiento.

Está era la tropa de reclutas del ciclo 97°, con su instructor, un hombre montado en uno de los tantos caballos, llamado Karl Weitzman.

Karl era caracterizado por revolucionar notablemente el entrenamiento de nuevos reclutas, pues exigía en todo momento de su máximo potencial y coraje.

Lo que le llevo a ser catalogado como uno de los mejores instructores del momento.

Y a su segundo mando se encontraba la tropa de reclutas que actualmente se encontraba sufriendo de tanto correr y caer.

—¡No me estén jodiendo con que ya se cansaron!—

Grito al ver cómo varios bajaban la velocidad.

—¡Así nunca serán verdaderos soldados!—

Reprendió con una voz dura y una fuerte declaración.

Muchos de los que se quedaban lentamente atrás, pusieron caras de mucho esfuerzo.

No sé rendirían.

—¡Creo que gane otra vez, ¿No, señor?!—

Repentinamente, escucho un grito mucho más al frente.

Apretó un poco los dientes, mientras con su caballo se apresuraba a llegar a su posición.

Era Ethiel Dreyar, un recluta bastante disciplinado en el entrenamiento, pero demasiado molesto para su gusto.

Lo que más le molestaba era no poder echarlo de ahí, pues era uno de los mejores reclutas que pudieran haber existido hasta el momento.

Y eso era comprobado en ese mismo momento, pues se encontraba mucho más adelante que todos sus demás compañeros.

—¡¿Nuevamente tú?!—

Grito a su lado.

El mocoso solo le miro y puso una sonrisa algo grande.

Aquello lo enfureció más.

Posicionó a su caballo detrás del recluta, siguiendo su pasó.

—¡¿Te gusta correr, no es así?!—

Puso una sonrisa cuando vio como la cara del chico cambiaba a una de terror.

Entonces, apresuró el paso de su caballo, directamente contra el recluta.

Comenzó a reír al ver cómo este aumentaba desesperadamente su velocidad.

—¡Eso es, corre maldito!—

—¡Esto es un abuso!—

Grito el pobre Ethiel con el caballo pisando sus talones.

Todos sus compañeros pusieron miradas algo complicadas y divertidas al ver la situación que había ocurrido.

Especialmente sus amigos y Rico, que extrañamente puso una pequeña sonrisa.

Cuando finalizaron el entrenamiento, rápidamente pasaron a lo siguiente.

Que era el dominio del Equipo de Maniobras Tridimensionales y su uso contra el punto débil de los Titanes.

Este punto débil era la nuca.

Esto hacia que los Titanes más difíciles de exterminar fueran los más pequeños, mientras que los grandes eran relativamente vulnerables debido a su tamaño, lo cual influia en su velocidad.

El sonido característico del Equipo de Maniobras Tridimensionales, era definido por sus tanques de gas y sus correas siendo accionadas, lo cual daba un sonido muy reconocible.

Y justamente era eso lo que se podía escuchar en aquel bosque, mientras los instructores analizaban cuidadosamente a cada futuro soldado.

—¿Cómo los ve, señor?—

Pregunto uno de los ayudantes al instructor Karl.

Este se mantenía serio, mirando como se movían a sus objetivos, unas maquetas de madera que simulan ser Titanes de diferentes tamaños.

El sonido de varias cuchillas siendo desenfundadas se escuchó, a la vez que la madera era destrozada.

El primero en atacar fue Ethiel, tan rápido y eficaz como siempre.

Puso una pequeña sonrisa al ver al maldito.

—Ethiel Dreyar—

El soldado a su lado tenía una hoja en la que comenzó a anotar con ayuda de una pluma.

—Su dominio con el Equipo de Maniobras Tridimensionales es simplemente magnífico, posee un talento natural para ello. Su condición física es excelente, además de su gran inteligencia y trabajo en equipo, ni que decir de su eficacia a la hora de usar las cuchillas. Su único problema es su notable debilidad en en combate cuerpo a cuerpo, aunque se esfuerza por mejorar. Además de que llega un momento en el que puede tener un momento de éxtasis, lo que le hace potenciar su agilidad y fuerza, pero pierde su trabajo en equipo y cierta inteligencia o consciencia al momento de la acción—

Karl describía mientras le veía moverse con mucha agilidad.

El soldado termino de escribir, mientras se lo mostraba.

Solo río un poco por todo lo que dijo.

—Para ser el primer test de evaluación, no está nada mal—

Murmuró mientras devolvía el informe al soldado y este seguía atento a sus palabras.

La atención del instructor pasó rápidamente hacia una chica de cabello rubio platinado.

—Rico Brzenska... Si tuviera que medir su habilidad con el Equipo de Maniobras Tridimensionales en una escala del 1 al 10, ella se encuentra en un 9, es una de las reclutas más habilidosas de este ciclo junto a Dreyar. No es tan buena en el trabajo en equipo, pues llega a ser demasiado fría para coordinar ataques. Sus fortalezas más grandes son su increíble racionalidad al momento de la acción y su gran capacidad analítica en medio del combate—

Murmuró viendo cómo Rico parecía arrebatarle unas maquetas a sus compañeros, provocando que estos se enfadasen con ella.

Pronto pasó a mirar a un chico alto, de cabello marrón, el cual iba a todos lados con una mirada muy seria.

—Ian Dietrich. Su destreza con el Equipo de Maniobras Tridimensionales no es muy sorprendente, pero se encuentra en el promedio. Destaca mucho más en el área teórica, uno de los más inteligentes que ha pisado los campos de entrenamiento. Tiene una gran capacidad de liderazgo y a pesar de su cara de pocos amigos, muchos confían en él—

Ian parecía ser un líder nato, pues se encontraba al frente de varios de sus compañeros, indicándoles como atacar a ciertas maquetas, además de que los conducía con mucha confianza.

—¡Detesto está maldita cosa!—

El instructor prestó atención hacia la persona que había gritado aquello con mucha furia.

—El cabeza dura... Mitabi Jarnach. No es muy bueno con el Equipo de Maniobras Tridimensionales, su destreza se encuentra por debajo del promedio, pero lo compensa con su gran habilidad en el combate cuerpo a cuerpo. No destaca por su gran inteligencia, pero si que es muy bueno siguiendo órdenes. Posiblemente sea un buen elemento para la Policía Militar, ahí podrá golpear a algunos ebrios en los bares—

Se rió un poco con eso último.

—Deberías callarte y seguir entrenando, de otro modo solo serás otro peón inservible—

Escucho una voz femenina, que respondía a las quejas de Mitabi.

Entonces la miro.

Era una chica con el cabello castaño, lo suficientemente largo como para llegar a su cuello.

Su mirada era muy seria, como la de muchos soldados, aunque la de ella parecía ser algo especial, pues si la mirabas por un largo rato, podías apreciar como ella analizaba todo con sus ojos.

Era Anka Rheinberger.

—Rheinberger... Tiene una gran agilidad a la hora de luchar, aunque ese no es su fuerte, a diferencia de todos, su especialidad es el rápido análisis de la situación, lo que le ayuda a formular grandes estrategias al momento. Ella podrá ser una soldado muy competente en el futuro—

El soldado a su lado solo pudo estar de acuerdo.

—De todas las tropas de reclutas que han pisado estos campos, está tropa sería tan normal como ellas, pero esos cinco le hacen sobresalir—

—¿Señor?—

Un poco confundido de ver a su líder hablar así, el soldado pregunto.

—Creo que está es la Tropa de Reclutas más competente de los últimos tiempos... Sin duda las nuevas generaciones superan a las pasadas—

Finalizó con una sonrisa.

[Dos semanas después, Narrador Yo]

Era noche.

Me encontraba sentado un poco alejado de las barracas en las que dormíamos.

Solo estaba pensativo, como siempre.

Y fue entonces cuando por casualidad mire un charco en el suelo, dicho charco había sido producido debido a las constantes lluvias que caían en estos meses del año.

Lo que me llano la atención no fue el charco en si, sino que fue mi reflejo en él.

Ahora que lo pienso, desde que llegué a este nuevo mundo, mi apariencia no era algo que me importará mucho, pues este mundo, a diferencia de dónde venía, era muy distinto.

Las apariencias no importaban del todo, solo importaba el valor que tenías como persona.

Y no siempre de un valor sentimental o algo por el estilo.

Todo variaba, la apariencia no era nada importante si no sobresalías en algo.

Supongo que no debo ser muy atractivo para nadie.

—Bueno, no está del todo mal...—

Murmuré haciendo varias muecas con mi cara, para poder apreciarla mejor en aquel charco.

Mi cabello era rubio, lo cual no era tan llamativo debido a que aquí muchas personas son rubias. Para el entrenamiento que llevo, mis facciones eran algo finas, supongo que para este mundo debo tener cara de niña o algo por el estilo. Pero eran buenas facciones, tal vez algo que heredé de quienes fueran mis padres biológicos.

No sé muy bien mi estatura, pero si era un poco alto a comparación de varios de mis compañeros.

Tal vez solo Ian era más alto que yo.

En cuanto a masa muscular, estaba entre Ian y Mitabi, ni tanto ni poco.

—Meh, no estoy nada mal...—

Dije nuevamente.

—¿Enserio?—

Repentinamente escuché una voz femenina detrás mío.

Lo que me asustó, pues no pude escuchar cuando se acercaba.

Supongo que debido a estar tan absorto en mi apreciación.

Era Rico.

Ella se acercó hasta mirarse detenidamente en el mismo charco.

—¿Será que soy linda?—

Pregunto luego de un rato.

No sé si esperaba algún tipo de respuesta, por lo que no dije nada.

Pero me puse a analizarla detenidamente.

Rico era linda, en cuando a apariencia se refiere y a las varias cosas que tiene para ofrecer.

Su problema tal vez se debía a su inmensa frialdad hacia los demás.

Incluso yo me ponía nervioso cuando estaba cerca, pues siempre me producía una sensación de incomodidad total.

No hallaba algún tema de conversación con ella.

—¿Tu qué crees, Ethiel?—

En ese momento me miró con ojos interrogantes.

Podría ser una escena muy romántica, pero su frialdad no la ayudaba para nada.

Solo me reí debido a mi pensamiento.

Ella me miró mucho peor, por lo que decidí aclarar las cosas.

—Creo que eres muy linda—

Dije sonriendo.

Y tal como esperaba de ella, no hubo ninguna especie de reacción.

Solo puso una pequeña sonrisa mientras se retiraba.

Eso fue demasiado extraño.

Pero cuando se fue, no le di tanta importancia y seguí con mi vida.

Me preguntó cómo estará mi familia adoptiva.

Debido al entrenamiento, no había podido verlos en un gran tiempo, extraño mucho a Jenell.

Espero que esto termine pronto.

...

¡Y final del capítulo!

Una disculpa si es que sienten que la historia va algo lento, pero para esta historia me gusta mucho tomarme mi tiempo para narrar un poco mejor la historia y no saltarme 20 años en un capítulo XD.

En el siguiente se vienen cosas interesantes y ni que decir de los posteriores.

Muchas gracias por su paciencia y recuerden que pueden dejar sus comentarios, yo los estaré leyendo con mucho entusiasmo, sin importar de que se trate.

Bye bye.

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