Capítulo 11: Deserción
¡Hola!
Eh, no tengo nada que decir XD.
El día de hoy estoy aburrido y ayer fue un día muy bueno.
Muchas gracias a todos aquellos que me siguen acompañando en esta aventura.
...
[1 año después, Año 846, Narrador Yo]
—Las cosas siguen muy mal ahí afuera—
—¿En verdad?—
El abuelo de Armin me preguntó mientras daba un sorbo a su taza de café.
Mire un poco hacia una de las puertas de la vivienda, era la habitación donde dormían los chicos.
Era tarde por la noche, pero aún me quedaba algo de tiempo para llegar a la base sin sufrir represalias.
Había pasado un año desde la caída de la muralla y las cosas para los refugiados no mejoraban, al contrario, eran pésimas.
Esta casa que tenía antes ahora ya era de el abuelo de Armin y los pequeños, pero no pude evitar que fueran detectados como refugiados, por lo que fueron agregados a la lista y tenían que hacer lo mismo que todos.
Eso incluía las medidas extremas del gobierno.
—Si—
Respondí a su cuestionamiento.
—Aún no nos han dicho nada, pero ya debe haber notado la gran concentración del ejército por esta zona, además del traslado de varios refugiados—
El hombre asintió.
—Antes tan solo éramos 3,000 refugiados, ahora hay casi 50,000—
Asentí, esto también era una de las causas del empeoramiento de las cosas, había demasiadas bocas que alimentar para tan pocos recursos producidos.
Antes se les entregaba al menos una pieza de pan por día, ahora tan solo se les pueden dar 100 gramos a duras penas, lo cual no es ni una rebanada.
Pero la gente seguía luchando por vivir y es por eso que yo también seguía esforzándome por ellos.
—Si algo llega a pasar, solo te pido que protejas a estos niños—
Repentinamente, el abuelo de Armin me tomo con fuerza de las manos.
Yo le mire algo inseguro, pero asentí.
Después me termine el café de un solo trago y me levanté para retirarme.
Antes de salir, le mire por última vez.
—El gobierno central planea algo masivo, haré lo que pueda para protegerlos a todos ustedes—
—Gracias—
Después de eso salí de la vivienda.
En el camino no pude evitar pensar en todo lo que ocurría.
Es como si no pudiera hacer nada.
¿Acaso todo mi destino estaba escrito? ¿No puedo hacer nada para cambiarlo?
Estoy acostumbrado a esto, la vida nunca fue fácil para mí, pero me frustra demasiado.
Si tan solo...
¿Eh?
Nuevamente, todo parecía haber quedado inmóvil.
No podía mover nada de mi y todo lo demás parecía estar igual.
—La respuesta es Tiempo Congelado—
Entonces, escuché aquella voz tan inigualable pero que me producía escalofríos de solo escucharla.
¿Escalofríos o respeto?
Supongo que debe ser ambas.
Pero, lo importante es que Dios había venido otra vez a visitarme.
—Woah, te ves... Diferente—
Expreso con un asombro casi fingido.
—¿Usted cree?—
Respondí de forma sarcástica.
—¿Uh? ¿Estás molesto conmigo?—
Me preguntó de forma inocente.
¿Lo estaba?
No lo sé.
—Siento mucho tu perdida—
Me dijo ahora manifestándose en aquel ser sin forma alguna.
—Gracias, aunque haya pasado un año—
—Es mejor tarde que nunca—
Tuve que darle la razón.
Pero había algo que me incomodaba.
—¿Te preguntas que es lo que hago aquí?—
No respondí, pero moví mis ojos directamente a aquel ser.
Estuvimos así por unos minutos hasta que dió un largo suspiro.
—Vengo a darte una nueva advertencia—
Me confesó.
Bueno, creo que ahora el que Dios me visite significa que algo malo sucederá.
—Cuando las rosas se oculten cobardemente, las aves llevarán al mundo a la muerte—
Fue todo lo que dijo.
Pero me quedé en completo silencio.
¿Qué mierda significaba eso?
—¿No podrías ser más directo?—
Pregunté molesto.
—¿Qué sentido tendría eso?—
—¡La última vez que me dijiste algo así perdí a toda mi familia!—
Reclame.
—Uhm, eso fue tu culpa por no interpretar de forma correcta—
¿Ahora me deja toda la culpa a mi?
—¿Si escuchaste lo que te dije? ¡Perdí a mi familia! ¡Y fue tu culpa por no ser directo!—
—Si lo escuché, pero fue tu culpa por no interpretarlo, yo cumplí con adevertir—
No podía creer lo que estaba escuchando.
—No sería divertido de otra forma—
Menciono y sentí como toda mi sangre se congelaba.
—¿Te diviertes con mi sufrimiento?—
Pero tan solo escuché su risa, la cual poco a poco fue desvaneciéndose.
Después todo volvió a la normalidad.
Mire a mis manos y todo a mi alrededor.
Estaba temblando de miedo.
¿En realidad ese era el Dios que me dió una nueva oportunidad?
Decidí ir a la base antes de que la hora se cumpla.
Pero esa noche no pude dormir, pues no deje de pensar en la advertencia que me había dado, aún así, no encontré el significado.
[Una semana después]
Ahora mismo nos encontrábamos en la sala de reuniones de el Distrito de Trost.
El capitán Kitz Weilman estaba en el centro de todos nosotros.
Solo estábamos el alto mando de las Tropas de Guarnición del Distrito Trost.
Esperábamos sus indicaciones, pues al parecer tenían que ver con todo el movimiento que ha habido últimamente.
Nos miro a todos y después aclaro su garganta.
—¡Camaradas, ha llegado la hora! El gobierno central tomo una decisión y en unos días se llevará a cabo el plan de reconquista de la Muralla María—
Explico el capitán y yo me sorprendí, todos lo estábamos.
Después de un año, por fin se tomaría una acción militar en contra de ellos.
Claramente no todos estaban felices, muchos se pusieron nerviosos.
—Por lo que debemos prepararnos para...—
Para mí era otra historia, es como si algo hubiera despertado en mi interior, un profundo deseo de venganza.
Eso era excelente, pasó mucho tiempo pero me alegraba que no nos quedaríamos simplemente conformes, le daríamos una última batalla a los Titanes.
Era un peligro enfrentarlos en su territorio y mas con tropas que nunca habían entrado en combate con ellos, pero de Shiganshina habíamos sobrevivido 75 soldados.
Los sobrevivientes ya eran experimentados, tenemos esa ventaja.
Sabemos cómo atacar a los malditos y sabemos lo que se debe hacer para exterminarlos de una manera más fácil.
No volveremos a perder contra ellos.
—Muy bien, entonces vamos allá...—
Dije mientras un nuevo espíritu de lucha surgía dentro de mi.
Al menos no nos quedaríamos sin hacer nada en contra de aquellos malditos Titanes, tardamos un año pero mejor es tarde que nunca.
O eso pensé en un primer momento.
Cuando comenzaba a retirarme, la voz del capitán me detuvo.
—Detente Dreyar, eso lo hará la Legión de Reconocimiento junto a los civiles del muro perdido—
Sus palabras no fueron las que espere.
¿Está hablando de enviar civiles? ¿En verdad?
—¿Eh?—
Lo mire con confusión.
—A nosotros se nos ha ordenado algo distinto...—
En ese momento deje de escuchar lo que decía.
¿Por qué solo la Legión de Reconocimiento? ¿Por qué no iba el ejército entero?
Con la Legión y las Tropas de Guarnición daríamos un duro golpe a los Titanes.
¿Por qué no íbamos todos a recuperar nuestro honor?
Apreté los dientes al tener una suposición.
Su intención no era la reconquista de la Muralla perdida.
Eso estaba más que claro al no querer tomar una medida y planeación mayor al respecto.
Por eso habían incrementado la actividad militar y por eso había mucho más refugiados trasladados.
Les estaban enviando a morir.
Maldito Rey de los Muros y la nobleza del interior.
¿Por qué incluso en un momento así no dejan de pensar en ellos mismos?
Solo envían a la Legión, la rama más pequeña del ejército y a varios ciudadanos sin entrenamiento militar.
La mayoría de esos civiles solo usando lanzas y palas como armas.
¿Cómo esperan recuperar la Muralla así?
Ellos van a una misión suicida, mientras que la Policía Militar y nosotros nos quedamos dentro de las murallas como...
—Cobardes...—
Murmuré luego de un rato, estaba mirando prácticamente a la nada.
Todas mis esperanzas cayeron hasta el suelo.
Todos dejaron de hablar y hubo un silencio muy prolongado.
—¿Dreyar?—
El capitán me preguntó directamente.
Inmediatamente me giré hacia todos ellos.
—Nos ordenan escondernos como cobardes…—
Dije con más claridad.
—¡¿Qué demonios es lo que estás diciendo?!—
Grito el comandante con algo de enojo.
Tal vez mis palabras le ofendieron, pero no encuentro otra forma de decirlo.
Pensé que iríamos todo el ejército a por el muro, pero solo quieren enviar a la gente que salvamos con tanto sacrificio.
—Envían gente al matadero y se esconden haciendo de la vista gorda...—
Mi voz estaba cargada de odio hacia aquellos.
—Ethiel, creo que es suficiente...—
Ian dijo con seriedad.
—Tu lo viste Ian, al igual que Mitabi y Rico, al igual que todos los que ayudaron en la evacuación de la Muralla—
Aquellos identificados solo pusieron miradas tristes o la apartaron.
—Vieron a todas aquellas personas siendo devoradas por los Titanes, escucharon todos esos gritos y sintieron sus sentimientos y dolor en todo el cuerpo y alma—
Bajaron las miradas con algo de tristeza.
—¡Y ahora me están diciendo que se esconderán aquí mientras todos aquellos van a su muerte segura!—
En ese momento el capitán llegó junto a mí y me comenzó a sacudir del cuello de mi uniforme.
—¡SON LAS MALDITAS ORDENES Y SE QUE TU ENTIENDES ESO PERFECTAMENTE!—
Le mire con mucha seriedad.
Todo el ambiente estaba muy tenso.
Nadie sabía de qué lado estar.
—¡Capitán!—
Mitabi e Ian llegaron rápidamente a tratar de detenernos.
—Lo sé, capitán—
Aún con sus manos en mi cuello, trate de hacer lo posible para mirarlo a los ojos.
—Un soldado se rige obedeciendo órdenes, pero...—
Tomé sus manos y me libere con algo de fuerza.
—Esta es una orden que simplemente no puedo obedecer—
El capitán tenía una mirada de incredulidad total ante semejantes palabras que estaba escuchando de mí.
Además de mis acciones que simplemente no cuadraban conmigo.
—La deserción lleva a la pena de muerte—
Me advirtió seriamente.
Nadie más decía nada.
Claro que lo sabía, pero eso no estaba en mis planes.
—Hace mucho tiempo dije que mis razones para enlistarme en el ejército de las murallas era para poder proteger a mis seres queridos de los titanes y defender a la humanidad ante cualquier amenaza... Y eso haré, al menos cumpliré una de mis aspiraciones—
Me comencé a alejar de todos ellos.
—¡Dreyar!—
Escuché la voz impotente del capitán llamándome nuevamente.
—Solicitaré mi cambio de rama militar, no planeo esconderme dentro de los muros mientras otros van a luchar—
Fue lo último que dije antes de irme completamente.
Ni siquiera me despedí de mis fieles amigos, pero sé que ellos estarán bien.
Lamentablemente la misión y los ideales que tenían en la Tropa de Guarnición no coincidían con los míos.
Se lo prometí a Jenell y a mi familia por lo que no planeo quedarme de brazos cruzados.
Terminaré con todo este mundo de sufrimiento aún si eso significa tener que dar mi vida por esa razón.
...
Esto ha sido todo, no olviden dejar sus votos y comentarios :D.
Bye bye ^^
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