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Capítulo 4: Escape

Hola chicos ^^

Perdonad si no actualice ayer, pero tuve un contratiempo.

En mi casa no había luz, y sólo me quedaban 5% de batería, y mejor lo guarde para una emergencia.

Pero bueno, ya está aquí el capítulo, espero les guste :3

...

-Narrador Yo-

Estaba en completo shock, Saeko ahora mismo se encontraba… ¿besándome?

Si soy sincero, no sabía cómo reaccionar ante tal cosa, y aunque esto estaba mal, dé verdad tengo que admitir que tiene unos labios muy suaves y dulces.

Pero antes de caer, logre reaccionar y me separé de ella bruscamente.

-No…-, dije alejándome, sigo teniendo novia y quiero ser fiel. Eran valores muy arraigados a mí, no solo de mi nueva vida, eran valores que incluso traía desde mi vida antes de reencarnar.

Saeko se acercó de nuevo a mí, esta vez acorralándome contra la pared. En este momento, a pesar de estar muy seguro de lo que pensaba, me sentía como un pequeño roedor frente a un feroz león.

-¿Me estas rechazando?-, me pregunto muy seria.

Le mire a la cara, a pesar de la seriedad de su voz y de sus acciones, en sus ojos podía ver miedo y algo de tristeza.

No sabía que responder, pues sería una estupidez el rechazar a alguien como a Saeko, pero, Saya es mi novia. En este momento, tenía sentimientos algo… complicados.

-No...-, le dije al fin, vi como parecía querer acercar su rostro de nuevo, por lo que hablé nuevamente. -Saeko-san-, la llamé antes de que se acercará más, ella se detuvo. -Sabes que tengo novia, y no puedo hacerle esto…-, le dije y ella se alejó de mí, dejándome libre.

Me sorprendí de que lo hiciera, pero a la vez pude respirar un poco mas tranquilo.

-Pero...-, me dijo algo triste.

Por alguna razón me sentí una mierda al verla así, y a la vez algo afortunado, pues ella siempre a aparentado ser una mujer sumamente fuerte, tanto física como mentalmente. Pero justo ahora mismo, me estaba mostrando una nueva faceta suya.

-Saeko-san, por favor no pongas esa cara-, dije acercándome a ella y abrazándola, ella sólo a aferró a mí. -No lo negaré, tú eres una mujer muy hermosa y fuerte, y sería muy tonto de mi parte el rechazarte, pero debes entender que Saya es mi novia y la amo-, le dije.

-Sí, lo sé, pero aun así yo, yo te quiero también-, dijo ella, me está poniendo en una situación difícil, aunque, espera.

-Saeko-san, tengo una idea-, llamé a su atención. -¿Qué te parece si me ayudas a reconciliarse con Saya y le comentamos esto, y vemos la forma en que las dos estén conmigo?, después de todo estamos en una Apocalipsis zombi, no creo que este prohibido-, le propuse.

Pronto me di cuenta de mis propias palabras… ¿Una relación de tres? ¿Qué tontería acabo de decir?, tal vez fue solo por el calor del momento y por no verla triste.

Ella puso una cara pensativa,

La verdad no espero que acepte, pues, ¿A qué mujer le gustaría compartir a su pareja con otra?, pero para mi sorpresa, ella asintió.

-Está bien-, me dijo sonriendo, mientras de nuevo se acercaba a mí.

-Pero-, la detuve. -Sin nada de besos o alguna otra cosa hasta confirmar que ella está de acuerdo, y hasta que el problema este arreglado-, le dije y ella hizo una mueca pero asintió.

-Quiero quedarme un rato más así-, me dijo y yo no dije nada, la verdad no me molesta abrazarle.

Pero de repente, la puerta es abierta.

-Takishima-san, encontré el agu...a-, Kohta entró repentinamente, viéndonos ambos abrazados. -Lo... lo siento-, dijo salió rápidamente.

Sólo suspire con algo de cansancio.

-Creo que también me tendrías que ayudar con Kohta-, le dije sonriendo.

Ella compartió mi sonrisa.

Después de eso, ambos salimos de ahí y vimos como todos ya habían terminado de hacer lo que les pedí y Kohta ya había repartido las botellas de agua.

Por lo cual todos nos dispusimos a ver la televisión, ya que Kyoko-sensei había conseguido sintonizar un canal de noticias.

Saya nunca me volteó a ver, a pesar de que yo si lo hice, está muy molesta conmigo y con Saeko, pues a ella también la ignoró.

No sé qué hacer, tengo que pensar en algo rápidamente.

-Takishima-san-, escuche una voz, al voltear a ver quién me hablaba, vi que era Kyoko-sensei.

-Dígame sensei-, le dije con una sonrisa, viendo cómo se acercaba hasta quedar a mi lado.

Yo me encontraba sentado en una de las sillas, viendo la televisión y pensando en cómo hacer que Saya no siga enojada conmigo.

-Quiero agradecerte por haberme salvado-, dijo mirándome.

Los demás estaban tan concentrados en la televisión, que ni caso nos hacían.

-No hay nada que agradecer Kyoko-sensei-, le dije. -Lo hice porque usted necesitaba de mi ayuda, además, creo que sería un desperdicio que una mujer tan hermosa como usted termine convertida en un zombie-, le sonreí. -Y por favor, sólo llámeme Kei-, le dije.

Ella me miro sorprendida y vi cómo se sonrojo un poco.

-E... es descortés llamar a un alumno por su nombre-, me dijo.

Suspire, Japón y sus honoríficos.

-Bueno sensei, no, Kyoko-san-, le dije mirándola a los ojos, ella se sonrojo por como la llame. -Creo que con la situación actual y con la sociedad completamente destruida, nuestra relación ahora no es la de alumno y maestro, así que no hay problema en llamarnos por nuestro nombre-, le dije lo más obvio en este momento.

Aunque me sorprende que los gobiernos, la sociedad y todo se hayan destruido en tan poco tiempo, tal vez no eran tan fuertes como todos decían, o solo tal vez… esto fue algo que los tomo con la guardia demasiado baja.

Kyoko me volvió a mirar sorprendida y luego miro hacia otro lado.

-En ese caso...-, la escuché murmurar. -...en ese caso podré pagarte el hecho de haberme salvado-, me dijo sonrojada mientras seguía mirando hacia otro lado.

Yo me quedé de nuevo en shock y la miré, ¿Qué les pasa hoy a las mujeres?, primero Saeko se me declaró en el baño y ahora Kyoko-sensei quiere... sin duda estoy teniendo mucha suerte, ¿luego quien seguirá?, ¿Marikawa-sensei?, rayos… bueno, eso no estaría tan mal.

Pero Saya sigue enojada.

-Eh... Eh... Kyoko-san, no... No creo que eso será necesario-, le dije algo sonrojado, y a la vez me sentí algo estúpido.

Obviamente que quisiera que lo haga, pero, mi moral me dice que no, además quiero perder mi virginidad en este mundo con Saya.

-Claro que lo es-, me interrumpió. -A... además, ahora que me has salvado... to... todo de mi es tuyo-, me dijo.

No sabía qué hacer, sinceramente, no sabía qué hacer, tal vez era demasiado para mí.

-Cre... creo que será mejor desviar el tema-, dije con un sonrojo y sosteniéndome ahí abajo, pues me había excitado de sólo imaginar diversas escenas en donde Kyoko-sensei y yo no entregamos a nuestros más profundos deseos carnales.

Mierda.

Me dirigí más cerca de la televisión para escuchar y ver mejor lo que pasaba, Kyoko-san también hizo lo mismo que yo.

Sinceramente me sentía algo incómodo.

-[Hay reportes de que la epidemia se ha expandido por todo el mundo, los gobiernos siguen trabajando para lograr una solución, pero de momento sólo podemos rezar a Dios porque nos ayude]-, escuche decir a la reportera del canal de televisión.

Esto obviamente no era una epidemia, esto era una pandemia, algo mucho peor, y esto es algo que ni las más grandes potencias podrían solucionar.

¿Rezar a Dios?, ¿Porque hacer tal estupidez?, si existiera un Dios, es obvio que le importamos un carajo, ahora el rezarle a Dios porque todo este bien es algo inútil e innecesario.

Bueno… no hay muchas cosas a las que aferrarse, y… si los zombies y la reencarnación existen, ¿Por qué no lo haría aquel ser misterioso llamado Dios?

Para esto tal vez ya no haya solución y sólo tenemos que preocuparnos por sobrevivir y haré todo a mi alcance para lograrlo, aunque yo mismo tenga que morir, después de todo, esta ya es mi segunda vida y tal vez esto sólo fue un error y no debería haber reencarnado.

Decidí volver a poner atención a la televisión, pues la reportera continuaba hablando.

Al parecer estaban en el caos de las calles, había dos cuerpos totalmente cubiertos con mantas blancas, y al ser blancas se podía ver algo de sangre. También estaban en el lugar un cuerpo de paramédicos y uno de policía, todos parecían muy tensos por toda la situación, pues todos los gritos de los demás lugares se podían escuchar.

-[Los informes establecen que de momento no se ha encontrado la causa original de todo esto, pero muchos apuntan a un posible experimento fallido y a la filtración de este, aun así el gobierno ha declarado que absolutamente todas las personas deben permanecer encerradas en sus hogares, pues estamos ante algo que aún desconocemos y...]-, de repente uno de los cadáveres que estaba detrás de ella, custodiado por los policías, comenzó moverse. -[...INCREÍBLE, MIREN SE ESTÁ LEVANTANDO DE NUEVO...]-, efectivamente el cadáver se había parado y los oficiales sin pensarlo mucho comenzaron a disparar, parecían ya tener experiencia contra esos casos. -[... ESPERE NO DISPARE...]-, exigía la reportera, pero uno de "ellos" se comenzó a acercar a su posición. -[NO QUE ESTÁ HACIENDO, ALEJESE... NOOOO]-, lo último que se pudo escuchar, fueron los gritos de la reportera y poco después alguien golpeo al camarógrafo, por lo cual la transmisión termino y sólo apareció estática en la pantalla.

La verdad esto ya me lo esperaba, por lo que no parecí sorprenderme tanto, aun así, sentí como mis manos temblaban un poco, pero pude controlarme.

Voltee a ver mis compañeros, y los vi sorprendidos, vi como Reí comenzaba a lagrimear, y aunque Saya se hacia la fuerte, sabía que también estaba asustada.

Me acerqué a ella, y puse una mano en su hombro, mientras le regalaba una sonrisa.

Ella me miro por un momento, pero sólo apartó mi mano bruscamente y se alejó de mí.

Me puse triste por eso, pero tarde o temprano lo solucionaría, si de algo me caracterizó es de siempre hacer todo lo posible por conseguir lo que quiero y está vez no será la excepción.

Conseguiré solucionar esto y salir de aquí con todos vivos.

Ahora, el plan de escape.

Quiero seguir la misma ruta y el mismo plan que el de la serie original, ya que si lo pensamos, estaba bien, sólo que aquel estúpido chico tuvo que golpear su arma con el metal, ocasionando varias ondas de sonido.

Pero por todo lo demás estaba bien.

Los reuní a todos en la mesa, para que nos dijeran lo que consiguieron.

La maestra Marikawa logró conseguir algunas vendas, analgésicos, alcohol y varias pastillas y jarabes, supongo que tal vez para la tos y algunos otros malestares.

-Sensei...-, la llame. -¿Me podría dar una pastilla para la fiebre?-, pregunté y ella me sonrió y busco en la maleta que traía y sacó una caja.

-Toma-, me las dio y yo le agradecí.

Le pedí a Kohta una botella de agua y me tomé la pastilla.

Tal vez con esto me ponga un poco mejor.

-Bien-, dije después de haberles tomado. -Saya, Saeko, ¿encontraron alguna ruta segura?-, les pregunté.

-Sí, podemos salir por la entrada principal-, me dijo Saya con seriedad.

-Pe... Pero eso, ¿no sería peligroso?-, pregunto Rei temerosamente.

-Mientras no hagamos ruido todo está bien-, dije y vi como Saya me volteó a ver sorprendida. - ¿O no es así, Saya-chan?-, le pregunté sonriendo.

Ella se sonrojo un poco, lo vi, pero rápidamente se calmó.

-Sí, así es-, me dijo seriamente, y antes de que alguien preguntará lo obvio, ella contesto. -"Ellos" no pueden ver, ni oler y ni sentir dolor, solamente se guían por su sentido del oído, el cual es muy sensible, lo sé porque estuve haciendo algunos experimentos con ellos-, explicó de manera breve.

Todos la miraron sorprendido.

-Bien-, llame la atención. -Entonces quítense los zapatos y saldremos por la entrada principal-, dije y todo hicieron eso, y pusieron todo en una bolsa.

Todos los dirigimos a la salida, conmigo al frente, alertas ante todo.

-Minutos después-

Estábamos caminando a través de los pasillos, pero de repente escuchamos un grito muy cerca, me alarme, porque ese grito sonó mucho como como la voz de mi hermana.

-Chicos, tenemos que ir a ver-, dije comenzando a caminar, sin esperar alguna respuesta.

Escuche unos pasos detrás mío y sabía que me estaban siguiendo, no se escuchaban demasiado fuerte, pues sin los zapatos puestos, el ruido de nuestras pisadas se había reducido considerablemente.

Solo di la vuelta en una esquina que llevaba a unas escaleras y ahí los vi.

Era un chico el cual sostenía una especie de lanza improvisada, junto a otros más y trataban de defenderse de un grupo de zombies que estaban por atacarlos.

Pero eso no fue lo que me llamo la atención, si no que fue la cabellera castaña detrás de ese grupo, la reconozco, es mi hermana.

Tengo que ir.

-Hay que ayudarlos-, dije mientras empuñaba mi Bokken y corría a toda velocidad contra la horda de muertos.

Kohta comenzó a disparar clavos, con su pistola, eliminando a los que estaban a mis lados y me podían atacar.

Una vez llegue donde los zombies, los comencé a atacar, no ocupando las mismas tácticas de antes, esta vez no eran tantos como los de los pasillos, así que a estos si había que matarlos a todos.

Una vez terminamos con todos, yo rápidamente me acerqué a Mío y la abracé.

Me tenía tan preocupado, y ahora que la veo en buen estado, siento como si un gran peso se hubiera caído de mis hombros.

Aunque ahora que veo, no está Tsunoda por ningún lado, ¿no se supone que es el novio de mi hermana?, de seguro el cobarde huyó a lamerle las pelotas a Shido, por eso estoy muy seguro de que él no es adecuado para ella.

-Que bien que te encuentras a salvo-, le dije abrazándola, suspirando con los ojos cerrados.

-Me Alegra ver que tú también-, me dijo mientras suspiraba de igual manera y nos separábamos de nuestro abrazo.

Me hice a un lado y vi como Saya prácticamente se lanzaba a mi hermana, mientras lloraba un poco.

Ellas se habían hecho muy cercanas y sé que ella también estaba preocupada por Mio.

Las mire con una sonrisa.

-H... hola, gra... gracias por ayudarnos-, me dijo un chico de primero muy agradecido mientras se acercaba a mí.

-No hay problema-, le dije mientras le daba una sonrisa.

-¡Kya!, es Kei-senpai-, escuche decir a una de las chicas de primer años que estaban ahí, yo sólo sude un poco y reí algo nervioso.

Ni en medio de un Apocalipsis zombie, las fangirls desaparecen.

-Bueno, ¿Quieren venir con nosotros?-, les pregunté a los chicos, los cuales me respondieron con un "si, nos encantaría".

Y todos comenzamos nuestro camino a la salida, ahora estaba más aliviado al ver que Mío y Saya, estaban conmigo, y a salvo.

-Escaleras-

Íbamos todos caminando, podía notar como todos están tensos y nerviosos, algo normal, pues, después de todo, todos podíamos ser mordidos y morir o convertirnos en uno de "ellos".

-No pasará nada, no se preocupen-, murmure como mucha seguridad, pues aunque no de manera oficial, y más bien autoproclamada, soy el líder y soy el que carga con la responsabilidad, por lo que soy el que más calmado debe estar.

-"Después de bajar estas escaleras, está la salida"-, pensé viendo las mismas escaleras que recuerdo del anime, del manga y de todos los días, pues por aquí bajo siempre que las clases terminan y tengo que ir a casa.

Bajamos lentamente y cuando Takashi iba a seguir derecho, lo jale por la camisa.

El me miro y yo sólo negué lentamente y apunte con mis ojos para que viera hacia ahí.

Al hacerlo vi que se puso muy pálido y casi da un grito, pero rápidamente le tape la boca y lo traje de vuelta detrás de la pared que nos cubría.

-¿Y ahora qué hacemos?-, pregunto Hisashi en un tono de voz muy bajo.

-No se preocupen-, dije seriamente y viendo hacia donde estaban los muertos. -Yo iré primero-, dije mientras me levantaba y comenzaba a caminar.

Pero algo me detuvo, sentí como algo sostenía mi chaqueta y me impedía seguir.

Al voltear vi a Saya, quien era la que me sostenía y me miraba con mucha preocupación y algo de miedo.

-N... no vayas-, me dijo algo temerosa mientras miraba hacia abajo y sus ojos se comenzaban a humedecer en señal de que tarde o temprano va a llorar.

No lo soporte y la abracé contra mi pecho, sintiendo como se aferraba a mí.

Me sentía feliz, pues a pesar de que este molesta conmigo, sé que me quiere y se sigue preocupando por mí.

-Estaré bien-, le dije cerca de su oído.

-Cuídate Kei-, escuche decir a mi hermana con preocupación.

La mire y le di una sonrisa, mientras también la atraía al abrazo y ella soltaba algunas lágrimas.

Dejamos de abrazarnos y vi a Saeko acercarse, yo me levanté del sueño y también me abrazo.

-Cuídate-, me dijo, y yo sólo asentí.

Pude ver como Saya ponía mala cara ante esto.

Terminamos de abrazarnos y de nuevo me encamina hacia la salida.

Pero me detuve, pues debo hacer algo.

-Saeko-, la llame y ella volteó a verme con expectación. -Si algo me pasa, quedas al mando-, ella sólo asintió seriamente y yo también lo hice. -"Bien"-, suspire, por última vez, la verdad me siento algo nervioso.

Baje lentamente y por fin estive en el pasillo, los veía caminar de un lado a otro, a veces chocando entre sí.

Parecían muy desorientados, pues tenían la mirada hacia arriba y caminaban algo extraño.

Uno paso frente a mí, y no me hizo nada, me asusté mucho al pensar que si me veían pero no.

Caminé lentamente a través de ellos, con cuidado de no chocarles, pues si algo así pasa, todo se abra ido al carajo.

Llegue hasta la entrada y la abrí lentamente, esta rechino un poco, lo que captó su atención, pero no demasiado pues rápidamente lo dejaron pasar.

Vi un tubo en el suelo y lo levante, esto me servirá para lo que tengo planeado

-"¡A la mierda!"-, pensé, de todos modos algún día moriré, así que comencé a correr y una vez estaba algo alejado de la entrada y los vehículos, comencé a golpear él tuvo contra el suelo, ocasionando algo de ruido, lo suficiente como para que ellos se acercarán a mí.

-¡Venid, venid a por mí, pero con la cara destapada, hijos de puta!-, grité mientras seguía golpeando el tubo.

A ver, sé que no era el mejor momento, pero la verdad siempre quise decir eso y aproveché.

-¡Rápido salgan y vayan donde los autobuses!-, les grité a los que estaban adentro.

Vi como todos comenzaban a salir, ahora no habría dificultades pues el camino completamente libre y solo algunos zombies se atravesaban, pero nada de lo que Saeko o los demás chicos no se pudieran encargar.

-"Tengo que salir de aquí ahora"-, pensé seriamente, mirando como una gran horda de zombies me comenzaba a rodear.

Trepe una banqueta y comencé a correr todo lo que podía, ya me siento un poco mejor de salud, pero aún así, algunos efectos continúan.

-¡Kei!-, escuche gritar a los chicos que ya estaban en el autobús, al parecer me seguían esperando, me alegra que no me dejarán.

Finalmente pude alcanzar al autobús y cuando iba a decir que ya nos podíamos ir, mire como un grupo de estudiantes, con un profesor bien conocido, corrían hacia nosotros.

-¡Esperen, ayuda!-, gritaba Shido, sé que debía ignorarlo, pues el sería un problema más adelante, pero, sinceramente no puedo dejar morir a alguien, por más hijo de puta que sea, aunque bueno, a veces hay excepciones.

-¡Vámonos!-, grito Rei molesta, bueno, eso ya me lo esperaba.

-¿Takishima-kun?-, pregunto Shizuka-sensei, esperando que dijera que dijera algo.

-Hay que esperarlos-, dije seriamente, para después suspirar al ver que Reí una a decir algo. -Rei, se lo que él te hizo, pero, enserio, no podemos dejarlos morir-, dije y ella sólo bufo un poco y volteó hacia otro lado, vi como Hisashi me daba miradas de disculpa, yo sólo le hice una señal con la mano de que no había problema.

-¡Corran!-, le grité para que se apresuraran.

-¡Vamos, apresúrense!-, dijo Shido a sus estudiantes, los cuales comenzaron a correr rápidamente hacia nosotros, en medio de varios zombies, algunos conseguía pasar por poco, mientras que otros, lamentablemente perecían en el camino.

Vi como un chico de lentes cayó cerca de Shido, oh no, esta vez no lo hará.

-¡Kei!-, gritaron dentro del autobús, viendo como salí corriendo hacia donde está el chico.

-Sensei, por favor, ayúdeme-, pidió el chico en el suelo, al parecer se había lesionado el tobillo y le costaba caminar.

Shido sólo lo miro con desprecio.

-Suéltame mald... -, le iba a patear en la cara, pero llegue justo a tiempo y pare el golpe con mi brazo.

El me miro sorprendido, y creo que los del autobús que me seguían con la mirada, también deben estar igual de sorprendidos.

-No creo que esto sea apropiado sensei, el aún puede seguir-, le dije seriamente mientras apartaba bruscamente su pierna y ayudaba al chico a incorporarse.

-Kei-kun, tu mejor que nadie sabe que en este mundo, sólo los fuertes continuarán con vida-, me dijo algo enojado.

Yo pase al lado de él, con el chico aún en mis hombros, Kohta me cubría con su pistola.

Decidí ignorar lo que dijo Shido, pero aún así...

-"Lo sé"-, dije en mi mente.

Lo sabía perfectamente, mis ideales eran parecidos a los de él, pero hay grandes diferencias entre nosotros.

Aquí sobreviven los fuertes, y alguien cae y lucha por levantarse, es fuerte, el chico que llevo en brazos es fuerte, por eso lo ayude, el no merecía morir, sus ojos brillaban con grandes deseos de vivir.

Llegamos al bus, y le encargué el chico a Takashi, le dije que lo pusiera cómodo.

Una vez Shido llegó, di la orden de partir rápidamente, pues "ellos" se amontonaban.

-"No son humanos, no son humanos"-, se repetía la doctora en su cabeza, aún dudaba, pero al final los atropelló y conseguimos salir de ahí.

El plan ha funcionado, habíamos escapado, ahora sólo quedaba sobrevivir afuera.

...

Perdón si no son muchas palabras, pero igual que con mi otra historia, considere que era oportuno terminarlo asi.

Esperen a la siguiente actualización :3

Bye Bye ^^

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