Capítulo 20 [T2]: Punto de Inflexión
Hola chicos, es un placer estar nuevamente con ustedes.
Espero que esté capítulo sea de su total agrado.
Advertencia: las cosas cambiarán absolutamente en todos los aspectos, muchos morirán y se vienen episodios de pura crueldad humana.
Seguir con la lectura de más capitulos queda bajo responsabilidad del lector.
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-Ciudad de Tokio, Día 2 del brote, Narrador Normal-
-Maldición, no pude hacer nada... Nada-, escondido entre un rincón, lamentaba impotente la muerte de sus queridos amigos y subordinados.
Ahora estaba solo.
-[¡Okino! ¡Okino! ¡¿Me recibes?! ¡¿Dónde te encuentras?!]-, el radio que llevaba consigo comenzó a emitir la voz de otra persona, se trataba de su superior directo.
-¡Señor!-, se recompuso rápidamente. -Me encuentro rodeado en un complejo departamental-, trato de hablar lo más bajo posible para no ser escuchado.
-[Muy bien, el GPS te ha detectado ¿Tienes sobrevivientes?]-, preguntó.
-No...-, respondió con impotencia. -Todos murieron o desaparecieron entre todo el caos-, hubo un breve silencio.
El brote tomo de sorpresa a la mayoría de los elementos del ejército.
Tokio fue golpeada con brutalidad y trataron de controlar la situación, pero era imposible.
Miles de personas fueron contagiadas en cuestión de horas.
La Brigada a su mando fue enviada al epicentro de la ciudad, pero no pudieron hacer mucho. Varios soldados fueron heridos y contagiados.
En pleno pánico los demás corrieron a refugiarse o de vuelta a la base, la moral estaba por los suelos.
-[...]-, el silencio continuó por unos segundos más hasta que escucho un suspiro. -[Entendido, un helicóptero irá por tí, prepárate]-, la comunicación fue cortada.
Sintió algo de alivio, pero no le duró mucho, pues ahora debia subir hasta la azotea a esperarlos.
¿Lo complicado?
Eran 20 pisos y se encontraba en el número 3, eso significa subir 17 pisos lo más rápido posible.
-Grrrgaah-, el sonido de pasos y gruñidos no ayudaba en nada.
La situación era desalentadora.
"Ellos" habían entrado.
-Ciudad de Tokonosu, Actualidad-
La luz del sol entraba tenuemente a través de las cortinas de la habitación, está misma comenzaba a tomar claridad incómodando así el plácido sueño de las personas dormidas en su interior.
Una chica peli morada de facciones finas comenzaba a despertar, haciendo quejidos de molestia se tallo los ojos y los abrió levemente.
Se quedó "procesando" unos segundos su situación.
Si recordaba bien, se encontraba en la habitación de Kei.
La vió un momento, era curioso, pero siempre imagino la habitación de un chico como un lugar desordenado y poco higiénico, pero era todo lo contrario.
Las paredes y el techo eran completamente blancas, estaba ambientada con muebles color cedro con detalles dorados, la cama era King Size con sábanas color vino.
Al parecer le gustaba dormir cómodo.
Entonces recordó lo que había pasado el día anterior.
-Flashback-
No había sentimiento que pudiese describir mejor lo que estaban sintiendo, más que el alivio.
Alivio de por fin sentirse seguros, de estar en su "hogar" y de haber llegado la mayoría.
Kei y Mio, ambos hermanos se habían derrumbado en lágrimas sobre los brazos de Saya y Saeko.
Saeko miró al indefenso Kei con entendimiento y algo de preocupación.
Se compadecía de él por haber perdido a sus padres y la carga que tenía de ser un verdadero líder para ellos.
Pero le preocupó que los demás lo vieran en ese estado, pues la imagen que los demás tenían de él era la de un sujeto fuerte y valiente.
Si tan solo supieran todos los sentimientos que lleva reprimidos...
Afortunadamente la mayoría estaban más ocupados en admirar la casa por todos los lados que casi nadie notó esa curiosa escena.
Miro a Saya y luego ambas miraron a Yuiji quien sin necesidad de palabras supo lo que le querían decir.
-¡Muy bien chicos, vamos a organizarnos para la cena!-, hablo fuerte para llamar su atención.
Todos voltearon a verlo.
Saya y Saeko llevaron a los hermanos a sus habitaciones, pues ambos habían quedado dormidos después de unos minutos.
-Quisieramos agradecerle a Kei por salvarnos todo este tiempo-, uno de los chicos había visto como se los llevaban.
-Luego podrán hacerlo-, dijo Yuiji con una sonrisa. -Él ahora estará ocupado en asignarles habitaciones-, la mayoría se alegro por eso.
Luego volteo a ver a Takashi y Rei para pedir su apoyo.
Pues dijo eso solamente por el calor del momento, debían llevar a Kei a un lugar apartado.
En cambio, Takashi y Rei ya habían venido a la casa, ellos la conocían un poco mejor.
Ambos guiaron a los chicos a la cocina y diversos lugares para que se familiaricen.
Después de eso tuvieron que dividir las habitaciones en dos, un área para los chicos y otra para las chicas, exceptuando a aquellos que son parejas. Esto con motivo de brindar más privacidad y evitar el desorden.
-Debemos tener más cuidado con mostrar eso-, dijo Yuiji mientras daba un sorbo a una copa de vino.
Luego de un largo día, por fin se estaban tomando un tiempo de relajación.
Saya supuso que a Kei no le molestaría, así que tomo unas botellas y copas para los líderes que se encontraban en ese momento.
Estos eran: Yuiji, Saeko, Takashi, Rei, Hisashi, Hirano, Hibiki y ella.
Estaban reunidos en la sala principal, dónde habían recurrido a encender la chimenea con tal de obtener luz y calor. Los días eran calurosos, pero las noches frescas.
-Si, pero igual no tiene nada de malo, es algo muy humano tener sentimientos-, Saeko se encontraba bebiendo solamente agua, era algo irónico que ella dijera eso, pues era quien menos sentimientos mostraba hacia los demás, exceptuando a Kei.
-No creo que se refiera a eso-, dijo Hisashi llamando la atención de la chica. -Obviamente que todos tenemos sentimientos, algunos los demuestran más que otros...-, mientras hablaba no pudo evitar mirar de reojo a Saya. -Pero la imagen que nuestro líder ha dado es muy diferente a la que demuestra con ustedes en privado-, Saya y Saeko sonrieron cálidamente, significaba mucho para ellas. -Él debe mostrarse fuerte ante los demás-, finalizó mirando a Yuiji en busca de aprobación.
Este asintió, pues era exactamente lo que trato de explicar.
-Debido a ese tipo de conductas es que Kei no lo pudo soportar más...-, todos voltearon con la persona que dijo esas palabras, era Hirano, el chico no había hablado mucho.
-Así es-, Saya le apoyó. -La carga de salvar a todos, la muerte de nuestros compañeros, la muerte de sus padres...-, hizo una pausa ahí, pues a ella también le dolía recordar eso, sus suegros fueron muy preciados para ella. -En algún momento iba a explotar-, ella si contaba con su copa de vino, así que dió un trago grande.
Los chicos se quedaron en silencio.
-Bueno, de todos modos esa es una actitud inapropiada, debe hacerse en privado-, Yuiji habló después de un momento.
Los demás le miraron extrañados.
-Hablas como si tú no tuvieras sentimientos-, muchos lo pensaron, pero Takashi fue quien lo dijo.
Yuiji solo afiló la mirada.
-¿Y eso en qué te incumbe?-, desafió mirándolo a los ojos.
Los demás chicos sintieron como el ambiente se ponía algo más tenso, pero a pesar de eso ninguno intervino.
-En que tratas de minimizar los sentimientos de la persona que nos ha salvado la vida. Deberías ser más agradecido...-, respondió sin titubear. -... O es que acaso ¿Quieres ser el líder?-, posiblemente por la inercia, ahora ambos estaban de pie.
-¿Qué tonterías dices, Komuro? ¿Estás molesto de que Kei me muestre más confianza a mi?-, sonrió con suficiencia.
-¿Chicos?-, preguntó Hibiki para calmarlos, pero fue ignorado.
-Las tonterías las dices tú, nadie está hablando de eso. Pero si me lo preguntas, Kei está haciendo una mala elección al confiar en alguien a quien conoció hace poco...-, devolvió la pedrada.
-Te recuerdo que no pudiste cumplir con la primera misión que te encomendó, eras su amigo de más confianza-, había escuchado las historias de los chicos para informarse un poco mejor.
Komuro apretó los dientes.
-Eso fue solo un breve episodio de estupidez, no volverá a pasar-, ciertas personas se sintieron algo incómodas por ese comentario.
Yuiji también estaba en su límite, así que soltó lo siguiente.
-Solo excusas pero nada de acción, por eso las chicas te dejan...-, las intenciones detrás de esas palabras estaban claras.
-¡...!-, Takashi estaba por soltar el puñetazo
Pero alguien dió un paso adelante.
-¡Calma, chicos! No estamos aquí para discutir, solo nos estamos relajando-, Rei intervino antes de que las cosas escalarán más.
Todos estaban nerviosos.
Ambos se tomaron un momento para respirar.
-Lo siento, creo que también me ha afectado mucho la situación...-, Yuiji se disculpó.
Takashi asintió mientras también se tranquilizaba.
-Propongo que por esta noche nos demos un tiempo a solas para poder pensar en todo eso que nos afecta, mañana será un nuevo día...-, propuso Rei con una sonrisa.
Los demás estuvieron de acuerdo, así que se levantaron para retirarse a sus habitaciones.
Saya y Saeko iban algo pensativas, ese tipo de situaciones como la anterior presentada solo arruinaban el trabajo en equipo.
Todos estaban afectados por la situación y las bebidas de más tampoco ayudaron mucho.
Era algo a tener en cuenta.
Cuando llegaron con Kei, solo se tomaron un tiempo para observarlo dormir.
A ambas les causo algo de ternura, pero el cansancio las golpeó, así que también se prepararon para dormir, una a cada lado del chico, así cuando esté despierte se tope con una gran sorpresa.
Pero la sorpresa iba a ser para ellas.
-Flashback fin-
Saeko volteó a su lado derecho con el fin de encontrar a su amado, pero solo encontró un espacio vacío y del otro lado a Saya que aún permanecía dormida.
-¿Kei?-, se preguntó algo confusa y luego recordó que anoche le vio salir de la habitación, pero por el cansancio pensó que solo fue una imaginación.
Lentamente se levantó y fue en su búsqueda.
-Con Kei-
La puerta del Búnker se abrió lentamente.
De ella salió Kei, pero lucía completamente diferente.
Salió algo cabizbajo, confuso y perturbado. Parecía tener muchas cosas en las cuales pensar.
La puerta se cerró detrás de él y las estanterías de la biblioteca también lo hicieron.
Al dar el primer paso fuera sintió su mundo tambalearse.
Así que se acercó a la mesa más cercana y se sentó en una de las sillas.
La biblioteca estaba amueblada con estanterías, cafetera, mesa y sillas para 8 personas y un montón de libros.
Contaba con paneles aislantes de ruido para que nada entrara y saliera.
Era un sitio para relajarse y escaparse un poco del mundo.
Se quedó sentado por varios minutos mirando a la nada.
Tan absorto quedó en sus pensamientos que no escucho cuando la puerta de la biblioteca de abrió.
-¿Kei?-, fue lo que murmuró aquella persona, era Saeko.
Ella miró el lugar por un instante y luego localizo al mencionado, solamente lo vio sentado en silencio y con la mirada perdida.
Se acercó lentamente.
-Kei...-, tocó su hombro con delicadeza.
El chico pareció reaccionar y sacudió un poco su cabeza antes de mirarla.
-Oh, hola cariño ¿Cómo amaneciste?-, si voz se escuchaba algo cansada.
A ella se le hizo un poco extraño.
-Bien, supongo...-, respondió un poco confundida. -¿Tú cómo estás?-, preguntó de vuelta y solo vió como suspiró.
-Creo que ya me he calmado un poco, lo siento por lo de ayer-, se disculpó mientras se recargaba en la silla.
Ella sonrió y acarició suavemente su pelo, Kei solo pudo cerrar los ojos y disfrutar.
-¿Quieres desayunar?-, propuso Saeko.
Kei solo asintió.
-Bien...-, comenzó a encaminarse a la salida.
El chico también se levantó de su asiento para seguirla.
-¿Cómo esta Saya?-, cuestionó.
-Sigue dormida-, dijo simplemente.
Pensó un poco, pero al final concluyó que lo mejor sería dejarla descansar.
Ambos salieron de la biblioteca.
Kei dió un último vistazo a las estanterías dónde estaba la entrada del búnker, puso una mirada algo misteriosa.
-Tiempo después-
Ya era medio día.
Una peli rosa se movió entre las sábanas algo incómoda por el calor que comenzaba a sentir.
Se destapó completamente mostrando la ropa con la que había decidido dormir, solo estaba ocupando su ropa interior de pijama.
La puerta de la habitación se abrió lentamente, como si quien lo hiciera tratara de evitar el mayor ruido posible.
De ella entro Kei con una bandeja en las manos.
Dicha bandeja contenía un desayuno completo, compuesto de café, jugo de naranja, huevos fritos con tocino, pan, mermelada y algo de fruta.
Kei había seleccionado las cosas que más le gustarán a su chica.
La vio dormida y soltó una pequeña risa.
Dejo la bandeja sobre una mesa y se acercó a ella.
-Cariño...-, susurró sentándose a un lado de la cama.
Acomodó un poco su pelo y la admiró un poco.
-"Es tan hermosa"-, pensó. -Cariño...-, volvió a susurrar, está vez a su oído.
-Hmm...-, ella se quejó moviéndose un poco.
Kei soltó una risita.
-Hora de...-, la besó sin previo aviso. -Despertar-, vió como lentamente abría los ojos.
Lentamente abrió los ojos y parpadeó un par de veces para acostumbrarse a la luz.
-¿Kei?-, tardó unos segundos en recuperarse.
Kei solo asintió con una sonrisa.
Ella le miro un momento y también sonrió.
-Buenos días-, dijo bostezando.
El chico solo soltó una carcajada.
-Buenos días-, se levantó y fue por la bandeja con desayuno.
A Saya solo le brillaron los ojos de emoción al verlo, primero se confundió un poco, pero recordó que estaban en la casa de Kei, sin duda había muchos recursos.
Desde que todo comenzó no había comido tan bien, como ahora estaba por hacerlo.
-Como no despertabas me tomé la libertad de traerte el desayuno a la cama...-, lo acomodó en sus piernas.
La chica solo se sonrojó debido a que era una escena que se imagino siempre. Y también fue por la vergüenza de quedarse dormida tanto tiempo.
Miró como Kei tomaba los cubiertos y tomaba un poco de la comida para acercarla a ella.
-Gracias...-, dijo con un sonrojo notable mientras aceptaba y comenzaba a comer.
Puso una expresión de placer al probar lo delicioso que era.
De esa forma pasaron el "desayuno" de Saya, con Kei alimentándola.
De tantas cosas que han pasado, Kei no podía mantenerse tranquilo. Simplemente el presentimiento de que algo está por pasar le seguía atormentando.
Trato de estar calmado por el resto del día.
Se acercó a algunos de los chicos para ver cómo se adaptaban a su hogar.
Le sorprendió la organización de todos, eso era todo lo que esperaba de ellos.
Pero necesitaban muchas cosas y para ello tenían que salir al exterior.
-Gracias por venir, los he citado para organizar nuestros próximos movimientos-, habló sonriéndole a todos.
Ya era noche y se encontraban en la oficina de su padre.
Sorprendentemente todos los documentos habían desaparecido, espero encontrar información, pero fue imposible.
La oficina contaba con un escritorio en el centro de todo, asientos para las visitas, una estantería con libros y una chimenea al igual que varios sitios de la casa.
A su madre le gustaban mucho.
-Iremos paso a paso, así que le pedí a Kohta un registro de las armas y municiones con las que contamos-, el mencionado se levantó y se movió a su lado.
Con una hoja entre sus manos, comenzó a leer.
-Actualmente tenemos en posesión 18 armas sin contar las de cuerpo a cuerpo, 4 son rifles de francotirador, 6 rifles de asalto, 6 pistolas y 2 escopetas...-, los demás se miraron entre sí con caras incrédulas, sonaba increíble. -Lamentablemente sólo contamos con municiones mínimas de cada grupo de arma, de escopeta ya no hay munición-, la emoción fue en picada.
-Estamos de acuerdo en que las armas son una necesidad esencial para sobrevivir-, dijo Kei y los demás solo asintieron. -Nuestro primer movimiento será ir por armas...-, antes de terminar, fue interrumpido.
-¡Porfavor!-, Takashi se levantó de su asiento.
Kei le miró algo confundido por la interrupción, pero le dejo continuar.
El chico solo se acercó hasta estar frente a el e hizo una gran reverencia.
Todos los demás estaban igual de confundidos.
-Kei, lo siento por las cosas que sucedieron en el pasado, pero quisiera que escuches está petición-, habló sin levantarse.
El mal presentimiento de Kei solo aumentaba, se encontraba realmente incómodo.
-Adelante-, trató de sonar lo más monótono posible.
-Porfavor ayúdame a...-, los latidos de Kei solo aumentaban ante cada palabra que salía de la boca de Takashi.
-"¿Porqué?"-, se preguntó a sí mismo.
-... Salvar a mi madre-, terminó de decir.
Todo se quedo en silencio por un momento
El interior de Kei era un completo caos.
Una fuerza completamente fuera de él le decía que no aceptará, que sería una muy mala idea.
Pero por otro lado, Takashi siempre ha sido alguien muy leal y en la última lucha que tuvieron fue pieza fundamental.
Miró a los demás en busca de ayuda, pero todos habían apartado la mirada, como si hubieran predicho lo que su líder haría.
Ambas opciones tienen sus riesgos.
Ser un héroe era una sentencia de muerte en momentos así.
-¡Porfavor!-, volvió a pedir.
Saya, quién se encontraba a su lado, lo tomo del hombro en forma de apoyo.
Sentía que si decidía alguna de forma precipitada, simplemente todo lo que construyeron se vendría abajo.
Este era un punto de Inflexión muy importe.
¿Tomaría la decisión correcta?
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-Lo haremos-, aseguró ante la mirada atónita de todos.
Lo había prometido, que cuando estuvieran seguros irían en busca y rescate de las familias de los demás.
No quedaría mal a su palabra.
-¡Gracias, muchas gracias!-, Takashi solo sonrió aliviado y agradeció todo lo que pudo.
Yuiji también tenía sus propios pensamientos sobre esa decisión, pero decidió guardar silencio.
Las piezas se habían comenzado a mover.
¿Cuál será el resultado?
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Me costó un poco agregarle la tensión que necesitaba a esa parte final del capítulo, siento que le faltó un poco más.
Gracias por siempre estar aquí.
Sobre lo que puede haber en los siguientes capítulos, ya lo dije en el principio. Se vienen momentos muy dramáticos y bizarros, es el arco de rescate de la madre de Takashi.
Cualquier duda pueden preguntar sin problema.
Bye bye ^^.
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