Capítulo 6
CAPÍTULO 6
Un fin de semana aburrido en la casa de los Rivera después, me encuentro en la biblioteca de la escuela, haciendo lo impensable: estudio para un examen. Claro que mientras lo hago, platico con Andy y David los pormenores de mi visita a la casa de Jorgito:
—Y entonces, cuando estábamos a punto de perder en el Maratón, Jorgito preguntó:"Si la capital de Brasil es Brasilia, ¿la de Rusia es Rusilia?—les cuento, imitando la voz sosa de Jorgito—A Caroli casi le da un infarto. Además, mi papá y yo no dejábamos de reírnos por su torpeza ante la mirada atónita de sus papás y mi mamá, que nos amenazó de muerte con una sola mirada.
Comenzamos a reírnos, pero la señora Archundia, la bibliotecaria, nos silencia detrás de sus gruesos lentes de fondo de botella. Amargada, pienso cuando David me interrumpe. Él ni siquiera me ha puesto atención.
—Situaciones como las de Jorge pasan cuando las personas no estudian y se quedan a reírse todo el día como retrasadas en la biblioteca en lugar de estudiar para el examen de Biología—es obvio que habla de Andy y de mi. —Mejor hagan algo de provecho y vayan a buscar el libro que nos encargó el maestro Cazares. Creo que de allí tomará muchas preguntas.
Mi amiga y yo nos miramos fastidiadas, pero en realidad, buscar el libro es mejor que hacer el acordeón para el examen. Nos levantamos para ir en busca del libro sagrado de las preguntas. Yo soy como Frodo y Andy es mi fiel Sam. Cada una toma uno de los pasillos que tienen libros de Ciencias Naturales, porque nuestra biblioteca es tan grande que podemos perdernos si vamos solas. Yo busco libro por libro, eso de los índices y la organización nunca ha sido lo mío. A pesar de eso, tengo suerte y en la segunda fila encuentro al fin lo que David me había pedido. Lo tomo contenta y grito a medio pasillo.
—¡Enana, lo tengo!— y luego hago el paso oficial de la victoria, ya saben, una combinación entre baile de los 70's y 80's.
Por supuesto que soy observada por todos los alumnos del lugar con una mezcla de lástima y admiración por hacer semejante estupidez en un lugar público.
—Sí, definitivamente lo tienes Ceci— dice Nico detrás de mí.
—Hola— le digo contenta sin despegar los ojos del libro. — ¿También estás estudiando para enfrentar a la Santa Inquisición de Cázares?
—Nop, casualmente no necesito estudiar mucho. Todo lo tengo en la mente— contesta despreocupado.
—Sí, claro. Eres un bastardo inteligente.
Quiero aclarar, que Nico y yo entramos en una etapa de insultos sexys. También entramos en la etapa de mirarnos lascivamente a espaldas de los demás y a mandarnos recados impuros entre clase y clase. Aunque, eso si, él no deja de ser tierno conmigo.
—Ahora que si tú necesitas asesorias, yo puedo ayudarte a estudiar— toma mi mano y me acerca a él.
—Hey, Andy anda por aquí, tienes que tener cuidado— susurro alarmada, pero no lo suelto.
¡Qué astuta, ¿no?! Debo concentrarme, no quiero que mis manos comiencen a sudar.
—Ya tuve cuidado ¿Recuerdas que me dijiste que a Andy le gustaba Iker?— me dice señalando al otro lado de la sala de lectura.
A pesar de que hace meses que no llevo lentes, alcanzo a ver la figurita de mi amiga recargada en un estante de libros, platicando con Iker y lisonjeándose un mechón de cabello. Comienzo a reírme porque sé que en el fondo ella debe de estar muy contenta y las mariposas deben de estar invadiendo su cuerpo, como lo han hecho con el mío teniendo a Nico tan cerca.
—No te confíes, ella se distrae fácilmente. En una de esas nos ve platicar tomados de la mano y saca todas las conjeturas del mundo.
Parece que hablo un idioma diferente, porque él parece ignorar lo que le digo, y no suelta mi mano. Yo me pongo nerviosa y comienzo a sentir un delirio de persecución, le tengo miedo a que Rebecca aparezca y me arme un lio. Aunque, no tendría que hacerlo. Ella y Nicolás terminaron hace un tiempo.
—Pensé que no saldrías con Jorge el fin de semana. El domingo los vi en el supermercado— dice rápido.
¿Esos son celos? Tendré que averiguarlo.
—Lo que pasó fue que nuestras familias tenían una parrillada, pero al tonto de su papá se le olvidó el carbón así que me obligaron a acompañarlo para comprarlo a la tienda. Eso es todo.
¡Qué estúpida!, yo no tengo por qué darle explicaciones. Él no me las da, así que yo no debo hacerlo. Aunque para ser sincera, a partir de nuestra inclusión en el mundo del romance, yo no le he visto en actitudes románticas con otras chicas. Somos como exclusivos o algo así. Al menos lo somos en secreto.
—Menos mal que eso fue todo—él suspira. —Comenzaba a ponerme celoso— me guiña un ojo.
Ah, entonces si eran celos. Mi cuerpo comienza a elevar su temperatura. Mi proceso de homeóstasis comienza su carrera biológica para regular las funciones de mi cuerpo. Mi ventrículo izquierdo bombea la sangre y mis alveolos pulmonares están a punto de hacer explosión. Basta, estudiar biología afecta demasiado mi cerebro, aunque viéndolo bien, sacaré buenas calificaciones.
—No tendrías porqué, porque en primer lugar tú y yo no somos nada— le digo con algo de tristeza.
—No somos nada, porque no quieres.
—Sí, claro. Ahora yo tengo la culpa—ruedo los ojos en desaprobación.—En fin, tengo que estudiar bastante, así que debo regresar a mi mesa.
Camino, pero Nico me jala sutilmente.
—Pero antes de irte, dame un beso— me dice suplicante.
No me lo esperaba, en serio. Aunque después de todo, debo besar bien, ¿no? Pero obviamente no voy a ceder tan fácil...esta vez.
—No voy a hacerlo, menos aquí con tanto libro, gente y con la señora Archundia viéndonos del otro lado de su escritorio.
—Ya lo hemos hecho antes, Ceci. Ella también es fácil de distraer— arquea una ceja y su voz es envolvente, como la de un demonio besucón e intuitivo. —Solo dame uno pequeño, de amigos— me hace la señal con los dedos y si, es una muy pequeña.
Y como un beso no le hace daño a nadie...
—Maldición. Está bien.
Me acerco a su boca y le doy un pequeño beso en la comisura de sus labios, pero él me retiene un segundo de más. Vale, eso fue como una chispa de fuego en el pajar de mis hormonas; comienzo a arder. El beso no dura nada, ni un suspiro, pero eso basta para que una voz detrás de nosotros se aclare en un tosido incómodo. Me separo de inmediato.
—Entonces así es el R.C.P. De hecho David y yo fuimos a un curso de primeros auxilios hace mucho, ¿no, amigo?— le digo a David que permanece enfrente de nosotros con su mirada rígida.
Él ha visto el beso.
—Perfecto Guindi, se lo haré saber a mi instructor— dice Nico alejándose de los dos, hasta ese momento me suelta de la mano.
—Genial, solo recuerda que no debes hacer mucha presión en el esófago. Puede explotarte como una bolsa de palomitas.
Nico se despide o mejor dicho, emprende la fuga dejándome con David que me mira rígido, como cuando tiene hambre.
—Cecilia, voy a preguntarlo solo una vez— mi amigo me habla fuerte—¿Qué hacías besando a Nicolás?
—¡No lo estaba besando! Era obvio que él y yo departíamos conocimientos sobre…—David se cruza de brazos. Es el más inteligente que conozco y no se va a tragar mi mentira—Está bien, lo estaba besando, pero por el amor de Dios, ¡no se lo digas a nadie! Fue solo un besito— le imploro.
—¿Desde cuándo lo hacen? Yo tenía entendido que salías con Joa…
—Cállate, ni lo menciones—en un acto maduro, me tapo los oídos. —Con él no tengo nada que ver.
Un escalofrío recorrió mi cuerpo al momento en que David mencionó su nombre. Pensar en sus caricias y en su aliento sobre mi cuello no ha sido para nada agradable. Todo lo contrario a mis varios deslices con Nico.
—Entonces, estas saliendo con Nicolás—David afirma, pero...
—No salimos exactamente. Más bien es algo complicado—yo lo desmiento.
—No es complicado, Cecilia. Si le gustas, debería hacerte su novia o algo así— dice con justa razón.
Olvidé decirlo antes: David es moralista hasta la coronilla. Está en contra del sexo antes del matrimonio, las apuestas, el aborto y si, justo como los Jonas Brothers, lleva un anillo de santidad.
—Lo sé, es decir, no es cierto. Lo que tú sugieres es algo muy romántico y tradicional. Ser "no novios" es un válido estilo de vida — trato de defender mi punto. — Además, ahora que has visto todo, necesito discreción absoluta, así que solicito mi derecho a la tumba— le digo.
David abre los ojos de par en par y no es para menos: el Derecho a la Tumba es un recurso que se debe de utilizar solo en ocasiones extremadamente importantes en las cuales, es aceptable que entre los miembros de nuestra manada haya secretos. Solo lo he utilizado una vez con Andy: ella no le ha dicho nada a David de mi encuentro amoroso del tercer tipo con su amigo Joaquín. Y honestamente, no sé si ellos lo han ocupado para ocultarme algo.
—¿Tan importante es que guarde el secreto?
—Lo es, así que por favor, no le digas a nadie lo que viste. Mucho menos a Andy, ya sabes el aprecio criminal que le tiene a…
—"Lolita"— contestamos al unísono.
Rebecca tampoco le agrada a David. A él le chocan las tipas superficiales que lo hacen menos.
—Entonces, ¿estamos?
—Estamos— me contesta David, chocándome la mano.
Emprendemos el camino de nuevo al escritorio, en donde yace Andy con cara de idiota. Creo que es por el efecto Iker y su falsa sonrisa de medio lado. Justo antes de llegar, David me detiene un poco, me toma de los hombros y hace que mi mirada se cruce con la suya. Es un momento amigo, padre/ amiga, hija.
—Cecilia, yo prometo guardarte el secreto, pero tú trata de no cagarla ¿vale?
Solo asiento con la cabeza. ¿Cagarla yo? Vaya, como si me conociera algo. Soy a prueba de errores. Mi mente maligna comienza a carcajearse de repente. La verdad es que mi aventura con Nico es casi como el crimen perfecto.
Retomando el estudio, mientras repaso una a una las hojas del desgastado libro decido que seguiré en el juego lo más que se pueda. Solo los perdedores renuncian y yo definitivamente, no soy una.
—La semana próxima será un caos. Los exámenes acabarán con mi vida— David comenzaba a hiperventilar. —Primero tenemos el de física el catorce de este mes, luego el de Informática y el de Biología para el quince. Sin contar claro, la estúpida exposición de Arte. La verdad, yo no sé quién carajos dijo que el Arte era una materia escolar.
—Cállate, dices eso de la clase porque eres malísimo haciendo cosas con las manos — le contesta Andy.
—Admítelo. Eres más malo que el colesterol. La clase de Arte es la más fácil de todas. Incluso ya tengo preparada esa exposición con Nico.
Habíamos decidido el tema en una de nuestras "citas de estudio": la percepción del amor en el arte. ¡Somos unos genios!
—Pero lo de Arte será hasta el día dieciocho, ¿no?— contesta Andy
Mientras hablamos de fechas, los números me retumban en la cabeza, como una especie de señal. Recuerdo que estamos en Febrero y en esa fecha no hay nada especial. Ni cumpleaños, ni aniversarios, ni fiestas o la visita de alguien a casa. Mientras ellos comienzan a discutir por alguna estupidez, saco el celular para checar el calendario. No quiero olvidar nada: hace dos años olvidé el cumpleaños de mi hermana y me lo echó en cara más de seis meses. Veo que no hay ninguna notificación de nada, así que olvido el calendario por un segundo. Aún así, siento algo en el pecho, como cuando quieres decir algo, pero no sabes la respuesta y ésta, te atormenta hasta que la recuerdas. Lo ignoro y prosigo con el texto del libro de biología, tratando de no escuchar cuando David tontea a Andy. "La reproducción celular" es el título que leo pero no logro relacionarlo con nada en ese instante sino hasta que nos vamos de la biblioteca.
Dejo la pila de libros en el estante, pero uno, el más pesado, se me cae en un pie.
—Mierda— digo en voz alta porque el dedo en donde el libro cayó, me duele demasiado.
Recojo el libro que yace abierto en un tema escabroso. Las letras de mediano tamaño indican solo una leyenda: Sexualidad. Una alerta suena en mi cabeza en aquel momento, me dice que siga hojeando. Una de las páginas indica algo familiar para mí, el coito (Lo sé, se escucha feo, pero así se llama) Conforme paso las hojas con dibujos malos sobre los penes, me detengo en una importante, la del embarazo. Embarazo. Falta de menstruación. Abro los ojos de par en par cuando veo que efectivamente, este mes no he tenido la visita de alguien importante. Comienzo a hacer cálculos, lo que nunca hago porque me chocan los números, pero esto es de vida o muerte. Así, a la ligera, me doy cuenta de que hace casi un mes desde que fui a esa fiesta y lo hice con Joaquín.
—Más de un mes desde mi última regla—susurro en voz baja.
Mierda, mierda, mierda. Esto huele a ¿pañales sucios? Andy me llama desde la puerta para que me apresure, pero su voz suena lenta. Casi no puedo escucharla porque mi mente hace cuenta de los días desde que no me baja: cuarenta y tres días para ser exactos.
Siendo así, no tengo tiempo para nada, más que para querer llorar. Llego corriendo al lado de mi amiga y la abrazo. Estoy cagándome del susto.
—¿Qué pasó?— me toma Andy del rostro. —¿Te encontraste a Jorgito y trató de besarte? Dime si fue así para ir a partirle la cara.
—No, Andy— hago la pausa más dramática de mi vida—Creo que quizás estoy embarazada— le digo, comenzando a llorar ante su mirada atónita.
N/A: Hola a todas!! Como estan? Espero que mejor que yo, que luego de unas merecidas vacaciones, ahora tengo fiebre y un dolor de cabeza enorme U.U Solo tuve humor para corregir rápido este capitulo y lo vine a postear. Espero que les haya gustado algo...por cierto, ya vieron lo que pasó?!! Cecilia embarazada?! Y Nico?! En fin, las respuestas a estas preguntas que nadie hizo, las tendrán el proximo capitulo que espero subir muy pronto XD Mil gracias a *chan chan chan*: a Carmi, a Vivi, a Laurita y a Ldiaz por comentar el capi anterior! n.n En verdad que son muy lindas y bueno, si no fuera muuuucha molestia dejenme preguntarles algo: como les va pareciendo la historia?, los personajes son buenos o son grises? Ok, me voy...piensenlo, vale?
Ale ;)
PD: Qué les pareció el cast? Alguna sugerencia? XD
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