Capítulo 14
CAPITULO 14
Primer acto:Llega la estúpida de Cecilia (Osea yo), completamente feliz porque se acaba de hacer novia de Nico, y les dice por accidente a sus papás que está embarazada.
Segundo Acto: Su mamá comienza a llorar mientras se repite por lo bajo: "Dios mío, ¿qué hicimos mal?" varias miles de veces. Su papá sin embargo, le ha dejado a un solo canal de televisión porque su querido control remoto está muerto (Lo cual significa que es hora de ponerse serio por primera vez en su vida). Ambos convocan a la familia a una reunión en el comedor, tienen que resolver el problema a como dé lugar.
Tercer Acto:
—Entonces, cuéntanos como llegamos aquí, Cecilia Alejandra—pregunta mi mamá y mierda, usó mi nombre completo.
Eso es malo, muy malo. Cabe decir que esto es como una especie de juicio: mis papás están en la cabecera de la mesa, vistiendo sus pijamas. Al otro extremo, estoy yo y a los lados están mis hermanos (Por cierto, Caroli está que se la lleva el diablo. Me mira con ojos de cuchillo desde que se enteró).
—¡Mamá!—grita Chris tapándose los oídos.—No quiero escuchar cómo Moustrilia jugó a la flor y a la abejita con un tipo.
Caroli le propina una patada por debajo de la mesa. Esto hace que se quede callado el resto de la plática/sermón.
—Pues, yo...—comienzo nerviosa—Me enteré del embarazo hace unas semanas.
—¡¿Unas semanas?!—exclama mi mamá con la mano en la boca. —Por Dios niña, ya estamos en abril, nosotros sin saberlo y tú sin cuidados prenatales o vitaminas. Caroli, por favor, agéndanos una cita cuanto antes con la ginecóloga de tu hospital.
Caroli asiente, pero mi mamá se le queda viendo feo, como esperando a ver a qué horas mueve su trasero.
—Mamá, es casi la media noche, no voy a llamar a...
—Pretextos Caroli, pretextos—le contesta enojada
Ok, mi mamá comienza a ponerse insoportable, en su plan de diva. Me lanza una mirada que me ordena que continúe, pero antes de que pueda abrir la boca, ella misma me interrumpe:
—¿Y quién es el papá?
En este punto comienzo a sudar como cerdo. Si le digo que se llama Joaquín, mi mamá irá a buscar a todos los Joaquines de la ciudad con el único propósito de hacer que pague lo que me ha hecho (Porque si, lo vengativa lo saqué de los Herrera). Entonces, mi mente comienza a trabajar rapidísimo para inventarme la historia de mi vida en menos de diez segundos porque mi mamá puede oler las mentiras como los perros huelen el miedo.
—No lo conocen— les contesto segura. —De hecho, él ni siquiera es de este país.
¿Ah, no?
—Entonces, ¿es italiano? porque si lo es, ¡bienvenido a la familia!— interrumpe mi papá. — Ya sabes que los Guindi tenemos raíces de aquel país—continua orgulloso.
Lo que dice mi papá es un absurdo que solo él y Chris se creen: han alegado toda la vida que descendemos de italianos o algo así solo por el apellido y el "porte" que nos cargamos.
—Lo conocí en el Festival de Comunidades Extranjeras de la escuela—una festividad recién inventada por mí. —Él es de...Finlandia.
—¡¿Finlandia?!—preguntan todos.
Yo estoy preguntándome lo mismo, no sé una mierda sobre Finlandia. ¿Por qué no dije España o Colombia? ¡¿Por qué?!
—Sí, Jo...nas es de allá y se fue sin dejarme datos de localización o algo parecido. Es una pena, ¡no saben todo lo que he sufrido en su ausencia!
—Me suena a que te estás inventado todo Cecilia— amenaza mi mamá.
Le juro y le perjuro que no mientras cruzo los dedos, poniendo cara inocente para que ella me crea.
—Oye Ceci, ¿y parecía delfín?, porque los finlandeses de la tele parecen delfines. Es más, su nombre de luchador, si fuera luchador sería: ¡Jolfín, el terror del cuadrilátero!— asegura Chris y por supuesto, Caroli termina con su pie izquierdo.
Omitimos el comentario tan acertado de Chris (Casi da con el nombre verdadero) y continuemos con el interrogatorio.
—Ahora dime, ¿por qué carajos no se cuidaron?—Mamá pega un golpe en la mesa—Finlandia es un país de primer mundo, ¡cómo es posible que Jonas no tuviera precaución! Y tú Cecilia, ¿de qué sirve que tengamos televisión por cable desde hace más de quince años?
Seguramente, todos se preguntarán la intromisión de la televisión por cable en este punto. Verán, mi mamá nunca ha sido muy comunicativa respecto a los temas de sexo y mi papá, menos. Nunca nos hablaron directamente sobre el tema, pero casualmente mi mamá siempre usaba ejemplos con las protagonistas de las novelas: "¡Qué mal!, Olivia debió cuidarse al tener relaciones sexuales con Westley, ahora probablemente quedará embarazada. Si hubiera usado un CONDÓN probablemente eso no habría pasado" decía ella como no queriendo y nosotras captábamos el mensaje, aparentemente.
Debo decir a mi favor que en mi caso particular, mi embarazo fue una súper racha infernal de mala suerte porque de hecho, Joaquín usó condón todo el tiempo. ¡Yo lo vi y eso que odio los penes!
—¡Por supuesto que me cuidé!, no soy idiota. Más bien tuve mala suerte—bajo la mirada. — Supongo que la fricción tuvo que ver con que el condón se...—soy interrumpida por mi papá.
—Ok niña, no es necesario ser tan gráficos. Yo entiendo el punto porque a un amigo de un amigo le pasó lo mismo hace ya... ¿cuántos años tienes Caroli?
—Veinticuatro.
—Ah, sí. Veinticuatro años—termina mi papá con su comentario indiscreto.
Mi mamá rueda los ojos y al igual que Caroli, aplica la técnica de la patada.
—Como sea, ese Jonas es un hijo de puta que solo vino a este país a embarazarte, dejándonos con el jodido problema—suelta la enojada de Caroli.
Mi papá la interrumpe.
—Cuida la boca Carolina, que si lo que dices fuera cierto, entonces tú serías el primer problema sentado en esta mesa—le dice.
Si, como se habrán dado cuenta, también ellos jugaron a la flor y la abejita antes del matrimonio. Como resultado de eso, esta mí querida hermana Nazi así que ella, solo se cruza de brazos ofendida.
—No sé qué tan factible sea, pero tengo un plan—les digo.
—Escúpelo— me pide mi mamá en lenguaje de Chris.
—Son tres palabras: adopción, Brad Pitt, Angelina Jol...
—Ese ni siquiera es un plan, ni son tres palabras— interfiere Caroli—Eso es estúpido.
—No es estúpido— habla mi papá, creo que ha tenido una revelación. —Tal vez no sea Brangelina pero, ¿recuerdan a la tía Susana? Ella puede ser una opción.
Esa tía es la solterona de la familia, vive en la capital y es rica como ninguna otra. Mis otras tías dicen que está amargada porque la dejaron plantada en el altar y jamás se casó. Ahora vive enclaustrada a sus cuarenta y dos años, viviendo con la compañía de su gato Goyo, heredero de toda su fortuna.
—Te lo digo así Rubén Omar: primero muerta antes de que un nieto mío se vaya a vivir con la loca de Susana así que no, no es una opción.
—Bueno, era sólo una sugerencia — mi papá levanta las manos.
Mi mamá respira profundo. Seguro está cansada de escuchar la sarta de idioteces que se nos ocurren, pero habla serenamente:
—Caroli, lo que le pasa a Ceci no es ningún problema, simplemente es un evento de su vida que se adelantó más de lo que hubiésemos querido. Eso es todo—regresó "Ceci", eso es bueno, muy bueno. —Cuando tus abuelitos se enteraron de que estaba embarazada, no hicieron el escándalo que correspondía a la época sino al contrario, me apoyaron en todo: para casarme con tu padre, me apoyaron económicamente e incluso te cuidaron una vez que naciste—le sonríe a la mal encarada de Caroli.
Yo tenía unas ganas de llorar tremendas, imagínense: ¡mi mamá veía cómo su hija querida caía en el mismo abismo que ella! Con razón estaba devastada, aunque la sonrisa que le lanzó a mi papá me decía lo contrario.
—No todo ha sido tan malo para nosotros dos—él toma la mano de mi mamá. —Así que nos encargaremos de que no sea tan malo para ti también. Sobre todo porque el tal Jonas ni siquiera está enterado del obvio estado en que te dejó. De mi parte y creo que de la de tu madre, tienes nuestro apoyo y el de mi cartera. Claro, hasta donde aguante.
Yo sonrío mientras lloro, con un “gracias” en la boca, pero Caroli habla ante el veredicto de mi papá.
—¿Eso es todo?, ¿no van a decirle algo más?—se levanta enojada de la mesa.—Supongo que sí han escuchado que esta torpe se embarazó de un extraño dudoso a los ¡diecisiete años! y ¿eso es todo lo que se les ocurre decirle? ¿Cómo le hacen para no estar igual de enojados que yo?
Mis papás no le contestan, se quedan callados observando mi cara de miedo.
—Nadie ha dicho que no estamos enojados. Al contrario, yo estoy furiosa porque obviamente esto es en parte culpa de nosotros—estalla en lágrimas. —No me cabe en la cabeza el hecho de que mi hija no tuviera la confianza de decirme que tiene más de un mes de embarazo. Tal vez yo no les hablé de sexo, pero creo que les di la confianza suficiente para acudir a mí siempre que tuvieran un problema. Al parecer eso no funcionó y por eso enfrentamos esta situación.
Escuchamos a mi mamá llorar en silencio, en los brazos de mi padre. El remordimiento y las ganas de morirme se cruzan en mi camino porque me choca que mi mamá esté llorando por mi culpa. Me siento la mierda más grande del ancho universo. Sé que ese hueco en el pecho se me quita siempre con un abrazo de mi mamá y por imbécil se me había olvidado. Estaba tan ocupada siendo "niña grande", manoseándome con los chicos que me gustan, que se me olvidó recurrir a ella como cuando sueño que los zombies atacan la tierra y me despierto para acurrucarme a su lado.
Soy un estúpida por haberle ocultado todo desde un principio. Al menos creo que si le hubiera contado desde el primer día, hubiera evitado herirla de tal manera.
—Mami, perdóname por todo, por favor—me levanto y la abrazo.
En un principio se queda tiesa, sin quitar los brazos de encima de mi papá, pero cuando escucha que estoy llorando, me rodea para llorar junto conmigo. Mi papá nos abraza a ambas un rato, y luego siento algo pesado recargado en mi espalda.
—¿Qué carajos haces, Chris?—le pregunto a mi hermano.
—Pues todos se están abrazando, así que...
—Cállate y aprieta—suelto fastidiada.
Él responde dándome un abrazo de oso y mi papá comienza a reírse. Caroli sale del comedor y se va a nuestro cuarto. Azota la puerta una vez que llega.
—Ya es muy tarde, vámonos a dormir—mi papá se levanta y se masajea el estómago. — Además, tengo ganas de hacer pis y así no puedo pensar cabalmente—bosteza.
—Sí, yo igual. Tengo el tanque lleno— Chris le acompaña en sus asquerosidades.
Pongo cara de repulsión pero desgraciadamente yo soy igual que ellos a veces (Lo desagradable lo saqué de los Guindi, que de italiano tienen un cuerno). Antes de irse, mi papá me da un beso aunque puedo sentir que es un beso reservado, como de lástima. Es normal, lo sé y por lo tanto, no lo tomo personal.
Cuando puedo, me doy cuenta de que quedamos solo mi mamá y yo en la mesa.
—Entonces, déjame ver—se levanta a la cocina, regresa con lápiz y papel para comenzar a enlistar cosas.
Las listas se le dan muy bien. En el restaurant en donde trabaja las hace todo el tiempo para ordenar ingredientes, para ver cuáles son sus pendientes o simplemente, para tener un control de la situación. Justo lo que necesitamos ahora.
—Este es el plan: terminarás la preparatoria y luego entrarás a estudiar una carrera justo después de que des a luz. Por cierto, ¿has pensado qué vas a estudiar?
Me quedo a media tinta, ya que aún no estoy completamente segura de ese tema. Originalmente, yo quería ser de todo: psicóloga, criminóloga, escritora, filósofa y hasta Madre Teresa de Calcuta pero con el embarazo (Y gracias a la eterna sugerencia de un tío), se me ocurrió una sola carrera que podría ajustarse a lo que estaba a punto de vivir:
—¿Educadora en preescolar?—digo, no muy segura de mis palabras.
—Muy bien— apunta satisfecha mi madre en su lista.
Pone educadora con mayúsculas junto a una carita feliz. No podía escoger otra cosa: tendría asegurado un trabajo después de terminar la carrera gracias a las influencias de la familia; tendría un horario bastante estable; la paga no estaría tan mal y estudiar sobre niños me ayudaría bastante a comprender al que estoy a punto de tener. ¡Es perfecto!
—Tu papá y yo podemos apoyarte con los gastos de la carrera, pero tendrás que trabajar medio tiempo para pagar todo lo relacionado al bebé.
Yo asiento con la cabeza muy a mi pesar. No es momento de ponerme en plan de princesa floja...más aún.
—Cuando termines la carrera podremos pensar en rentar alguna casa para ti y el niño. Necesitas ser independiente a pesar de todo. Al final será lo mejor, créeme porque si no, pasará como con tu prima Dafne y el asunto terminará por destruir esta familia.
Mi mamá me cuenta de nuevo la macabra historia de Dafne Herrera, la oveja negra de la familia: la tipa que se embaraza cada que puede y deja a sus vástagos al cuidado de sus pobres abuelos que no saben qué hacer con tantos niños.
—Má, tú sabes que yo no soy como Dafne—le contesto.
—Uno nunca sabe—ella sigue escribiendo. —Mira, según yo sabía exactamente la clase de personas que son mis hijos pero ahora, ya no estoy tan segura.
Sus palabras me hieren demasiado. Pensé que de cierta manera estábamos bien pero veo que no, así que no puedo evitar soltar nuevamente una lágrima.
—Ni yo sé quién soy mamá, no es necesario que lo digas de esa manera—me limpio los ojos con el mantel. —Quédate haciendo tu lista, buenas noches.
Me levanto de la silla y me voy para el cuarto en donde comienzo a llorar bajito, postrada en mi cama. Escucho que Caroli bufa y se tapa los oídos con la almohada. Ha decidido ignorarme pero ¿saben qué?, me vale un caracol lo que piense ella.
Luego de algunos litros de agua con sal derramados por mis ojos, prendo mi celular casi a las doce de la noche y este, suena contento. Tengo un mensaje: "Perdón, es tarde pero no puedo dormir por estar pensando en ti y en lo genial que me lo pase a tu lado. ¡Gracias por aceptar ser mi novia Peque! TQM. Nico"
Sonrío en la obscuridad de mi cuarto al leer el mensaje de Nico, pero a pesar de eso, mi corazón me sigue doliendo. No por falta de amor erótico, más bien de amor fraternal. Nadie nunca lo admite pero también se sufre de amor por ese lado. También duele cuando la familia no nos corresponde, o cuando les fallamos y obviamente, yo les fallé a ellos masivamente. Continúo llorando un rato hasta que me canso o más bien hasta que siento que un bulto se recuesta junto a mí y me abraza por detrás.
—Mi hija preciosa, ya no llores—escucho el susurro de mi mamá al oído.
Comprendo por enésima vez que mi mamá siempre nos va a perdonar y querer a todos, a pesar de nuestras estupideces y malas decisiones porque según ella las madres vienen a sufrir por los hijos. Pero yo no quiero que ella sufra por mi culpa, así que me prometo no volver a cagarla tan horriblemente, solo por el bien de ella. Su presencia me calma como nada en el mundo y cierro mis ojos porque comienzo a sentir que me pega el sueño. Mi mamá me rasca la cabeza como cuando era pequeña y no podía conciliar el sueño. Además escucho suavecito la tonada de la canción que nos cantaba antes de dormir.
Aquella noche me duermo entre los brazos de la persona que más amo (¡Lo siento Nico!), con un solo pensamiento: quiero ser la mejor madre del mundo, igual que mi mamá.
N/A: Hola a tooodas! Bien, ya actualice...en realidad no iba a hacerlo, pero estoy planeando mis demás historias así que qué mejor que hacerlo ahora que ando inspirada, no? XD Vale, mil gracias a las chicas que comentaron el capi pasado: a Lau, a Camii, a July, a Ani, a Vivii, a Luna, a Yoc, a Coonie, a Mia, a LoveTwilight, a Palmerita y también a todas aquellas que son mis ventiladores XD Ya viero como reaccionaron los papás de Ceci ante la noticia...y bueno, la vida sigue, ya veremos cómo le va con Nicolas XD Gracias a las que me ayudaron con el cast...al parecer Xavier Samuel se va a quedar con el papel de Nico, y quien sabe quien se quedará con el de Ceci (Cof, cof, a lo mejor seré yo cof) *3* Ahora, les queria preguntar: les gustaria que subiera otras historias de mi autoria a este lugar? Ya saben, tengo fanfics de Twilight y alguna que otra historia original y me gustaria enseñarselas, pero no sé si quieran seguir leyendo mis cosas u.u En fin, me avisan!
Les quiero!!
Ale ;)
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