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Capítulo 12

CAPÍTULO 12

Lo he dicho antes y lo repito ahora: los ronquidos de Caroli son capaces de arruinarme cualquier bello despertar que me atreva a tener. Estaba soñando que Nico y yo íbamos a alguna playa desierta, comenzábamos a besarnos tirados en la blanca arena. Justo cuando habíamos decidido repetir nuestra primera cita, una gárgara nocturna de Caroli me saca de concentración, arruinando un sueño precioso...y sexy.

Tengo casi una hora despierta por lo mismo, acostada en mi cama pensando en lo que pasó anoche. Aún tengo en la nariz el perfume de Nico y sus palabras me retumban tan fuertes que me aferro a la almohada como si lo estuviera abrazando a él. Desde antes de dormir, me he resignado a solo quedarme con esa noche y darle punto final al tema del romance para centrarme en otro súper importante: mi embarazo.

Una punzada culpable corre desde mi garganta hasta mi vientre. Comienzo a revisarlo en la obscuridad de la madrugada y noto que un pequeño bulto se me forma como cuando he comido demasiado. Lo acaricio prometiéndole más atención, lo cual significa ir al doctor, tomar vitaminas y esas cosas, además de (¡chan, chan, chan!) decirle a mis papás cuanto antes. Les diré a mis papás este fin de semana, sí, eso haré. Mejor aún, les mandaré un mensaje de texto anónimo con las palabras "Una de sus hijas está embarazada". Probablemente pensarán en Caroli de inmediato, lo cual sería lo peor del mundo porque arruinaría su costosísima carrera médica, aunque cuando se enteren que soy yo, suspirarán aliviados porque sabrán que de sus tres  hijos, yo era la que tenía menos futuro. Ok, esa opción es cruel tanto para ellos como para mí, además puede que Caroli me mate si invento cosas sobre ella.

Mi despertador suena irremediablemente a la misma hora de siempre y a pesar del sueño interrumpido, me siento una rockstar que se despierta el día de una entrega de premios.

—Hoy son las audiciones, y más te vale que no la cagues Cecilia— me dice mi reflejo en el espejo antes de meterme a la ducha.

Le guiño un ojo con el pulgar arriba. No voy a decepcionar a la recién despertada Cecilia del espejo. Anoche, en lugar de hacer mí resumen de historia, saqué la mejor coreografía del mundo mundial con la ayuda de Caroli. No tiene demasiados pasos jazzísticos como estoy segura los tendrá la de Becky, pero sin duda es genialoza, creativa y sin olvidarme claro, es sensual. El sexo vende, eso es lo que dicen los gurús de la mercadotecnia (He ahí el éxito de Britney y David Beckham)

Me arreglo más de lo normal porque se me pega la gana, aunque no uso tanto maquillaje porque no sé qué tenga mi rostro, pero cuandouso mucho color, tiendo a verme un poco golfa. Por eso lo dejo lindo pero sencillo.

Por suerte, mi papá nos lleva a mí y a Chris a la escuela camino a su trabajo, por lo que llego temprano para comenzar a hacer mi tarea antes de que comiencen las clases. El salón se va llenando de mis compañeros poco a poco, Andy llega más fresca que la lechuga mientras que David está hecho un desastre; tiene el aspecto de una ardilla atropellada. Ha pasado mala noche, además de que su hermano le dio un buen regaño por haber dejado el coche cerca de la casa de Darío.

—No vuelvo a tomar bebidas inventadas por adolescentes con bajos recursos. Estoy seguro que ayer bebimos algún tipo de anticongelante para autos—dice mi amigo.

Por su semblante puedo decir que se la pasó vomitando. Yo sé de esas cosas.

—Yo estoy de maravilla gracias a Adriana, me ha dado una pócima mágica para olvidar la resaca—suelta Andy con un entusiasmo ridículo.

—¿Y qué te dio?—preguntamos David y yo.

Ella saca de su mochila algo rosado, lo muestra con gran alegría.

—Un frasco entero de Pepto Bismol—contesta maravillada y luego le da un trago a la cosa más asquerosa del mundo.

Tanto mi amigo como yo, sucumbimos a las acciones de Andy. Corremos al respectivo baño para devolver lo que desayunamos. El lugar está lleno de gente, así que saco a una chica a medio vestir para poder ocupar la tasa.

Luego del escándalo, salgo más seca que el desierto del Mojave, con un extraño sabor a...

—¿Tocino?—inspecciono mi aliento ante la mirada de varias chicas que se aglutinan como siempre en el baño—. No recuerdo haber comido eso.

Las Cosas están ahí, observándome con asco, pero no me importa. Mientras me lavo las manos, puedo escuchar  claramente su intento de conversación.

—Priscila, veo que tuviste una fiesta muy salvaje—dice Cosa Dos hacía mi—. Sobre todo cuando subiste las escaleras de la mano de "tu novio" a hacer cosas que no debes—se ríe.

La idiotica de Priscila no entiende las indirectas, pero yo sí. No les hago caso, así que enjuago mi boca, me acomodo el cabello y me voy a clases. Un par de enanas sin gracia no me van a intimidar con sus suposiciones de la fiesta.

Cuando llego al salón, lo primero que se me antoja hacer es ver a Nico, que ya está en su lugar como siempre, pasándole la tarea a Iker que ha prometido hacer una "paráfrasis" de su resumen de Historia. Suspiro al verlo, él es tan bueno y lindo con todo el mundo.

Durante las horas siguientes, no puedo evitar sentir su mirada sobre mí, observándome, lanzando su sonrisa malévola cada que puede. Es imposible concentrarse así en las clases, tanto que por ratos se me olvida la coreografía y comienzo a pensar cosas extrañas con él. Todas van de lo bizarro, pasando por lo romántico y terminando en lo pervertido. Si, en lo pervertido, con uniformes hechos trizas y el escritorio de los maestros incluido.

—Vaya, en verdad que me siento halagado—una voz me interrumpe. — Pero he decidido dejar el desprendimiento de tu uniforme para después—dice Nico, al lado mío en clase de arte.

Genial, he vuelto a hablar en voz alta, pero ahora de cosas sexuales. No puedo ser, en verdad.

—No me hagas caso, no era contigo con quien alucinaba—le digo, con un leve sonrojo en mis mejillas.

Él me lanza una sonrisa incrédula, y luego mientras la maestra de arte muestra fotos de desnudos artísticos, y todos los ojos se posan en ella, Nico aprovecha y toma mi mano.

—Sobre lo de ayer—él se aclara la voz, su dedo roza mi dedo índice—. Hoy haré algo para cambiar las cosas entre tú y yo.

La maestra cierra el libro, y Nico me suelta, dejando sembrada la semilla de la incertidumbre.

Poco a poco se va acercando la hora de la salida y junto con Andy, aprovecho para afinar los detalles en nuestras presentaciones. La maestra de Matemáticas se tiene que ir temprano para amamantar a su recién nacido, así que nos dan la clase libre. Siento algo de empatía por ella, después de todo en unos meses yo estaré igual si es que puedo quedarme con el bebé.  No es que tenga pensado abortar o algo así, pero él o ella, tiene la esperanza de encontrarse unos padres adoptivos tan geniales como Angelina Jolie y Brad Pitt.

David y yo vamos para el salón de baile antes de que comiencen las audiciones. Él me acompaña a pesar de que no tiene clase de ajedrez porque cree que verles las piernas a varias chicas sudorosas, será un placebo para hacerlo sentir mejor. Andy nos alcanza después de un rato, ha regresado corriendo de comprar una botella de agua pero está exaltada, su rostro muestra una mezcla de excitación y alegría.

—¿Qué rayos te pasa ?

—No...me...vas…a creer— forma apenas una frase, está sin respiración—. El karma ha hecho efecto en Rebecca—nos dice.

En un microsegundo, Andy nos pone al tanto del chisme en potencia que tiene entre manos. Involucra a Rebecca, Nicolás...

—...Y entonces, ella toda enojada le dice "¡No puedes hacerme esto Nicolás, guau, guau, guau!”—imita el ladrido de un perro—. "¿Es por otra verdad? ¡guau, guau, guau!”

Y probablemente, ¿a mí? David me observa porque sabe lo que estoy pensando.

—¿Y qué le contestó él?

—"Si, Rebecca, en parte es porque hay otra persona"—ahora imita la sensual voz ronca de Nicolás—“Sin olvidar claro, que me engañaste con otra persona, ¿lo recuerdas? No sé cómo se me ocurrió volver contigo”

Mi amiga está feliz, no deja de decir que el karma es un perro traicionero, aunque lamenta el futuro incierto de la "otra persona" que Nico mencionó, ya que afirma que Becky juró cazar y destruirla sin piedad. Paso saliva, si yo soy efectivamente la otra, entonces estoy muerta. Alterada, le digo a Andy que me lleve detrás de los salones donde aquellos dos discuten acaloradamente. Podemos ver a lo lejos los ojos endemoniados de Becky y el humo saliendo por sus oídos, seguro que la cabeza de Nicolás está a punto de ser arrancada de un mordisco. Entonces, tengo miedo de que él la esté dejando por mí.

—Mierda, mierda, mierda—me escurro en la barda en la que estábamos ocultas.

Aún así veo cómo Rebecca, en su último esfuerzo, comienza a llorar y se abraza de Nico que la recibe sin mucho entusiasmo.

—¿Ahora qué? Deberías de estar feliz porque Becky está recibiendo su merecido. Es más...— Andy toma mi mano—Agita tu puño en señal de victoria para que sepa las consecuencias de decir que Jorgito es tu novio.

¡Eso es! Tomo mi celular y entonces le marco a Jorgito. En un minuto lo tengo en frente de mí respirando profundo y antes de que pueda decir pío, tacleo a Andy al suelo que me grita a todo pulmón que estoy loca. Los casi exnovios voltean a verme, y entonces hago la movida maestra del siglo: beso a Jorgito en un idiota intento porque Nico me vea y piense que soy más mala para su corazón que el mismísimo colesterol. Así no dejará a Rebecca y será infeliz el resto de su estancia en la preparatoria a su lado, justo como yo estando sola sin él.

No quiero que mi cara toque más de lo debido la de Jorgito, así que me despego a los pocos segundos, limpiándome la boca.

—¡Listo, vámonos!—le digo a Andy, Jorge aún está en shock por mi espantoso beso.

Nos vamos del lugar, y la verdad es que no sé si mi plan funcionó ya que Nico y Becky ignoraron mi movimiento.

—Cecilia, ¿estás drogada?—Andy me toma del rostro, mirándome a las pupilas—Estás consciente de que besaste a Jorgito, ¿verdad?

—Ajá, lo sé— le digo riendo.

Hasta ese punto me di cuenta de que había hecho algo sumamente estúpido y sin sentido.

—¿Y por qué lo hiciste?, sobre todo delante de Rebecca ¡El karma se te va a regresar! Aléjate de mi antes de que eso ocurra—me lanza a un lado mientras regresamos al salón de baile.

Este es el momento de decirle la verdad a Andy, pero tengo que hacerlo de una manera en que no se sienta herida y sé exactamente cómo hacerlo. Pongo mi cara de dolor, y suspiro profundo:

—Amiga, tengo que decirte algo. Mira, yo...

Pero la profesora Peralta entra en ese momento, con el antiguo profesor de baile, el sexy y extremadamente gay, Arturo Anaya. Interrumpen la naciente conversación, porque es hora de comenzar las audiciones. La maestra ha invitado al ex profesor que dejó la escuela hace algunos años para bailar en un espectáculo de la cuidad. Eso quiere decir que el bastardo será exigente y probablemente nadie logre superar sus estándares.

Todas están muy nerviosas, incluida mi amiga por supuesto, que cree que esta es mejor oportunidad que American Idol. Yo por mi parte, he decidido que no me importa, así me mantendré con calma hasta que sea mi turno y entonces sí, estaré que me cago de miedo. Sobre todo porque afuera hay muchos compañeros de la escuela, esperando a que hagamos el ridículo de nuestras vidas.

—¿Qué habrá pasado con Becky?—pregunta Andy con una sonrisa en su rostro.

Le contesto levantando los hombros, la verdad es que me importa una reverenda cosa de nada lo que esté pasando con ella y su destino Tal vez está con Nico o tal vez no. No quiero pensar en eso, mucho menos cuando la maestra por lista de asistencia, manda a llamar a Andy.

Si, el precio de llamarse Andrea Colín tiene sus consecuencias justo ahora. Mi amiga está temblando incluso cuando le da el CD al maestro Anaya. Éste le contesta un “Gracias” cuando la tonta le dice que es su fan. La música suena, dándome cuenta hasta ese momento que audicionará con la canción de Ashley Simpson. Grito de emoción mientras hago una porra para ella con la ayuda de David y luego se nos une Iker.

—¡Quiero un hijo tuyo!—le grito haciendo que ella se ría.

Esto alienta a Andy que comienza a bailar más coqueto, moviendo su traserillo a todo lo que da. Es tan curioso verla bailar, es casi igual que una muñequita enojada haciendo pucheros, trabajando toda la actitud que la canción exige. Verla, me hace desear tener una niña. Al final de la canción, todos estallan en aplausos y pedidas de procreación igual que la mía.

—Muy bien— la maestra levanta la ceja, parece que está satisfecha por ahora—Siguiente.

Y así, una a una pasa para dar sus mejores pasos o tropiezos, en algunos casos. Luego de un rato, comienzo a odiar la G de mi apellido.

—Cecilia Guindi, tú eres la siguiente.

Changos, es mi hora de hacer el ridículo. También es la hora en que casualmente Becky asoma sus narices en el salón. Parece seria, tiene cara de que va a asesinar a alguien. ¿Qué habrá pasado? ¿Su cara de odio será un signo de mi propio Apocalipsis? ¿Soy yo la que comienza a oler mal?, pienso mientras el tufo extraño comienza a invadir el salón.

Respiro profundo evitando no vomitar enfrente de mi auditorio, le doy la pista a Peralta enfrentando mi destino como una campeona.

—Es la primera: "Heads Will Roll"—digo mientras me suelto el cabello.

El sonido del sintetizador inunda el salón de baile mientras yo me quedo de  pie hasta escuchar la hipnótica voz de Karen O. Esa es mi señal para comenzar con los pasos que Caroli me sugirió en la noche y no sé porqué pero antes, todo me parecía genial. Ahora siento que me veo ridícula bailando, saltando y arrastrándome "sensualmente". Cambio de opinión cuando los pervertidos del Club de Ajedrez comienzan a aullar como perros. Comienzo nerviosa, parezco un potrillo recién nacido con cada paso y con cada vuelta.

Pero Andy repite mi técnica de animarme junto con los pervertidos, aunque en esta ocasión, Nico se les une. Mi corazón se estremece como gusano y de repente comienzo a divertirme con lo que estoy haciendo, sin importarme mucho si estoy haciendo un buen trabajo o si Becky encuentra raro que Nicolás haya llegado justamente cuando bailo.

No me importa quedar o no en el equipo; el punto es que estoy haciendo mi mayor esfuerzo. Además, si no quedo dentro, siempre podré recurrir a las quejas con el director. Soy un dieciseisavo judía y un octavo otomí, así que puedo alegar discriminación y crimen de odio. Es más, ¿por qué no pensé esto antes? Me hubiera evitado la pena de estar retorciéndome y acariciando mi propio cuerpo ante la mirada de…oh, esperen la canción terminó hace diez segundos.

—Ok, Guindi. Es suficiente, has hecho un trabajo extraordinario—el maestro me saca de concentración.

—Por eso decía que ya me levantaba del suelo—le contesto completamente sonrojada, sudada y demás.

Una vez que he pasado, me quito un peso de encima y me tiro en el suelo a ver a las demás compañeras. Todas son maravillosas a mi parecer, pero no sé si los jueces del momento opinen lo mismo. Para sorpresa de muchos, las Cosas hacen una audición conjunta. Bailan bien, no lo puedo negar, demasiado coordinadas para mi gusto. Yo a la que quiero criticar es a Becky, y cuando pasa al centro de salón, tengo que aguantar las ganas de lanzar un grito. La desgraciada no sabe decir Pa de Buré correctamente, pero aún así sus bailes crean expectación en todos. Obviamente ahora sé que no seré mejor que ella.

Poker Face suena, haciendo que Becky esboce una sonrisa al comenzar a bailar, ha dejado la cara seria y ahora se ve más perfecta de lo normal. Todo le sale bien, su perfecto cuerpo va de un lado a otro, su cola de cabello brinca de aquí para allá. Se ve que es súper flexible y me pregunto: ¿esa flexibilidad la habrá usado con Nico? Está bien, no debo pensar en eso porque esa cosa llamada celos tiende a pudrir mi alma. Desgraciada, le digo en voz bajita, descargando mi frustración. Poco a poco, el semblante de Rebecca va cambiando conforme llega el término de la canción y en los últimos Mum, Mum, Mum, Mum se cubre el rostro y sale disparada del salón llorando como si aquello fuera un funeral. ¿Era de verdad o era una especie de performance Lady Gaguesco?

—El karma, nena, el karma— repite Andy—. Aunque, había bailado bien.

Luego del desplante, Becky no regresa al salón y las audiciones terminan un rato después. Los resultados estarán listos la próxima semana, así que únicamente nos queda esperar. Salimos satisfechas del salón, con la frente en alto. Al menos no se nos rompió el pantalón o algo así. No veo a Nico por ningún lado así que esa es buena señal, tal vez ha desistido conmigo por lo de Jorgito.

Andy me recuerda que tenemos una plática pendiente. Le propongo caminar hacia su casa, ella sabe que me traigo algo. Es como si lo oliera en el aire.

—¿Qué querías decirme hace un rato?

—Es algo muy raro. Un secreto secretoso— susurro.

La intriga la mata, y comienza a reírse como loca por el secreto que está a punto de conocer.

—¡Ya dímelo Ceci!, ¿es algo malo? ¡Ah, ya sé! Vas a tener gemelos.

—No creo— rio, tocando madera—. Es algo que tiene que ver con Nico y con Rebecca.

—Súper, ¿no me digas que sabes quién es la otra? No, ¡seguro Nico es gay y mantiene en secreto una relación con el Profe Anaya!

—¿Es gay? Es decir no es gay, sino lo primero.

—¡Sabes quién es la futura difunta!—afirma, tapandose la boca.

Asiento con una risa nerviosa que me sale sin remedio, como si estuviera inhalando gas de dentista. Es algo involuntario y cómico por alguna razón estúpida.

—Sí, de hecho...—tomo una gran bocanada de aire—Soy yo—estallo en risas.

Andy comienza a reírse igual o más fuerte que yo. Incluso cae al suelo delante de varias personas que esperan el autobús. Si, seguro cree que le estoy mintiendo o que es una broma. Pero, ¿por qué? ¿En serio soy tan fea como para no gustarle a Nico? Ella sigue en el suelo y grita que se ha orinado.

—¡Andrea, basta!—la detengo—. No es gracioso que te rías. Estoy en un grave problema.

Al ver mi rostro sabe que no le miento y recobra la consciencia.

—¡Ceci!, ¿tú y Nico "Rico"?!

—¡Taran!— suelto desanimada.

Sé que Andy está a punto de cortar su amistad conmigo. Lo veo en su rostro. En un flash back, recuerdo los momentos que pasamos juntas. No quiero perderla, pero sé de antemano que le fallé, y le omití parte de mi vida. Pero, lejos de odiarme, Andy me abraza rudamente, aunque antes de eso siento que va a golpearme.

—Agradece que no te mate. Este chisme es tan jugoso y que tienes que soltarlo antes de que me dé un paro cardiaco, ¿vale?—me toma el rostro—. Ahora, cuéntamelo todo con detalles, aunque estos puedan parecer intrascendentes, estúpidos o asquerosos. Quiero toda la verdad, Cecilia.

Es oficial: amo a Andy. Es la mejor amiga que una miserable como yo puede tener.

—¿Recuerdas la vez que íbamos a ir al cine…?— le abrazo por el costado mientras seguimos caminando.

Será un largo camino a casa.

N/A: Hola a todas! Como estan?! Bueeeno, yo tengo mucho frio y apenas puedo mover los dedos U.U En fin, ya me puse al corriente con el nuevo capítulo, que tiene mil cosas, no? Las audiciones, el truene del team Nicky, el beso con Jorgito, la anunciada muerte de Ceci, la confesión a Andy...pff. Espero no haberlas saturado de información XD Mil gracias a las chicas que leyeron el capitulo pasado: a Ghostnyu, a Cami, a mi linda Vivii (Que resulta ser prima hermana de Ceci XD), a July (Eres una linda por leer desde Brasil! *---*), a Ani, a Laurita, a Edix. En serio chicas, me hace muy feliz leer sus opiniones sobre la serie y me encanta que les encante, que me pongan como favorita, que sean mis ventiladores, en fin. Todas esas cosas lindas *3* Tengo un dilema, y ese es encontrar a mi Cecilia ideal para hacer la portada final para el libro. Mis opciones son: Olivia Thrilby, Marissa Von Bleicken, Talulah Riley aunque claro, debe de haber alguna que se me pase, así que si saben de alguien, avisenme plis! Pongo fotos de todas las opciones aqui a un lado ------> Ya luego les digo quienes son mis favoritas XD Les quiero!

Ale ;)

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