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• A I D E N •
Lloré por varios días seguidos, no sé cuántos exactamente. Perdí la cuenta en el segundo cuando la deshidratación me estaba pasando factura y ya no estaba seguro de si lo que vivía era una alucinación, una pesadilla o la temible realidad.
Las tres opciones eran igualmente desafortunadas.
Lloraba porque por fin había descubierto quién estuvo detrás de las muertes misteriosas, de los abusos sobre los poderes de Hécate, el reclutamiento de los demonios y las invocaciones de las bestias... todo fue culpa de Hypathias.
Siempre fue él.
Y ahora toda mi familia junto a todo lo que me importaba estaba destinada a sufrir bajo su voluntad, porque sus planes iban de maravilla, porque no me enteré a tiempo y porque no tenía forma de detenerlo.
Y lo peor de todo es que yo estaba a salvo aparentemente, siendo cuidado y protegido en el inframundo.
No merecía nada de esto.
—Ya es hora de comer Aiden —Izar me llamó—. Los curanderos de Icarus dicen que debes alimentarte cuanto antes ya que están preocupados por tu salud.
Me torné ligeramente en su dirección sobre mis sábanas, hasta que mis ojos dieron con la puerta abierta en la que la luz exterior delineaba la figura fornida del Arcángel.
Si, ahora que Icarus podía confiar en nosotros nos asignó habitaciones privadas a cada uno. Donde nos atendían y traían alimentos, pero yo me negaba a hacer cualquier cosa que no fuera mantenerme en un ovillo de sabanas en el que ahogaba mis penas y lamentos.
—¿Acaso es necesario?
—Me temo que si, hay más de uno preocupado por ti. —Su voz era sumamente delicada y con cierto ápice de pena. —La pequeña brujita por ejemplo, se siente muy mal con esta situación y está buscando la manera de salvarte de tus penas.
A Hecate le mentí cada una de las veces en la que acudió en mi búsqueda porque no quería que se sintiera mal por mi culpa. Le dije que solo estaba enfermo, y que me apenaba que ella me viera vomitar.
Pero es obvio que aun así seguía demasiado preocupada por mí, como si de verdad yo fuera su hermano.
—¿Qué quieres de mí? —cuestioné finalmente.
Aunque el dios Ángel se mostró con las mejores de las intenciones y su preocupación por mi estado anímico se veía sincera, no podía tampoco pasar por desapercibido el hecho de que él había cerrado con llave las puertas de la habitación y que el momento en el que decidió mostrarse era precisamente cuando ya los sirvientes de Icarus retiraron el té y los panecillos de la merienda, y no volverían más hasta la hora de la cena.
Teníamos privacidad total, y yo no sabía si estaba lo suficientemente seguro de cómo sentirme al respecto.
—Iré al grano. En estos días que nos tomamos de descanso mientras te recuperabas, Icarus desarrolló una teoría que puede sacarnos a todos de aquí y la quiere probar.
Alcé una ceja.
—¿Tiene años encerrado aquí y justo ahora se le ocurre una forma de salir? que conveniente —me reí con cierto sarcasmo.
—Precisamente, se le ocurrió ahora tras haber analizado la información que descubrimos con Hécate recientemente.
Me removí en mi lugar para sentarme, ignorando los mareos repentinos para poder concentrarme en lo que decía el Ángel.
—Estoy tratando de comprender lo que sucede aquí, pero me es imposible seguirte.
Izar tomó asiento en la mesa de noche que estaba a un lado de mi cama. Lo miré con mala cara pero ni me inmute en llamarle la atención porque era un caso perdido.
—El día que se creó el inframundo como castigo para los demonios de la rebelión de Coryanne, estaban involucrados cuatro de los seis dioses. Específicamente Namphys, Demi, Hypathias y Hécate por su puesto. Recuerdo que estuvieron reunidos en la sala de la Patria Celestial, unieron sus poderes y crearon un mundo nuevo junto con un portal por el que obligaron a cruzar a todos los demonios.
—¿Tú dónde estabas?
—Pues buscando a mi hija y a Coryanne, quienes me importan más que la opinión y la voluntad de los demás dioses. Crucé el portal con mis propios pies, y ordené a los arcángeles seguir buscando en Midg, porque de algún modo u otro las encontraría.
Casi olvidaba ese detalle, cuando en un intento por salvar a Ivy de la cárcel, Coryanne no solo se sacrificó a sí misma, sino que convocó a toda una maldita rebelión que falló y fue condenada por los demás dioses. Según cuentan los estudiosos, el dios Ángel se perdió durante esa rebelión.
Pero ahora que sabía cómo seguía el cuento, no creo que las palabras que se usaron para contar la historia fueran del todo exactas.
—Entonces, ¿qué tiene que ver eso con la teoría?
—Si cuatro dioses crearon al inframundo, cuatro dioses deberían de ser suficientes para volver las cosas a la normalidad.
Mi piel se heló cuando por fin caí en cuenta de lo que estaba significando.
Él y Hecate eran dioses.
Icarus era hijo de dos dioses.
y yo era...
—Mierda —pasé las manos por mi cabello varias veces—. Esta idea es tan jodida que podría funcionar, aunque no estoy del todo seguro de si Icarus y yo tengamos lo necesario para asumir los poderes de unos dioses.
Dejé acostada mi cabeza contra la pared. La euforia y la repentina esperanza eran tan palpables en mi cara que ni siquiera me importaron los comentarios de Izar e Icarus.
¿Podría funcionar?
Bueno, es el primer ápice de esperanza que podía palpar en todo el tiempo que llevaba por aquí deambulando sin rumbo ni esperanza.
—Esa preocupación también azotó a Icarus. Aunque él está muy seguro de sí mismo, teme que tú le dañes los planes con tus poderes de dios recién nacido.
Lo miré de mala cara con mis brazos cruzados, pero aun así le indiqué que prosiguiera hablando.
—Traeremos a mi hija Ivy para que nos ayude con sus poderes a liberar el inframundo.
Cada centímetro de mi cuerpo se inmovilizó, el aire de mis pulmones se escapó y yo no supe más de mí, del mundo que me rodeaba ni de mi propósito en esta vida.
Todo por la simple mención de Ivy.
—¿Cómo...? —musité.
Izar sonrió ampliamente, mostrando sus lustrosos y blancos dientes.
—Es parte demonio al fin y al cabo ¿no? — expresó mientras se ponía en pie y se dirigía a la puerta para salir —la invocaremos con un ritual de cenizas.
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Nota de autora:
Muy fuerte todo.
Para calmar las emociones de este capítulo, les comento que las lindas personitas de editorial Estrella Fugaz nos hicieron banner de la historia y quedaron muy lindiiiis.
Los amo, pero creo que los usaré más en instagram.
Nos vemos la próxima semana, con un capítulo que los hará odiarme :)
💜Gracias por leer 💜
🔮 Instagram @valkyria22🔮
—Valky
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