Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

━ 𝐈𝐗: Memorias y anhelos

N. de la A.: cuando veáis la almohadilla #, reproducid el vídeo que os he dejado en multimedia y seguid leyendo. Así os resultará mucho más fácil ambientar la escena.

✹.✹.✹

────── CAPÍTULO IX ──────

MEMORIAS Y ANHELOS

────────ᘛ•ᘚ────────

( NO OLVIDES VOTAR Y COMENTAR )

◦✧ ✹ ✧◦

        DRASIL CONTEMPLÓ SU REFLEJO en el ajado espejo que colgaba de la pared —aquel que Kaia había traído de una de sus muchas incursiones a territorio cristiano—, mientras se ajustaba los protectores de los brazos, que iban a juego con el peto de cuero endurecido que cubría su torso. Su semblante, ligeramente ovalado, parecía mucho más pálido de lo habitual debido a la pintura negra que cubría sus ojos y parte de sus mejillas. Era un maquillaje tribal sencillo, dado que esa era su primera contienda, pero que, de igual forma, la hacía sentir poderosa, como si los dioses estuvieran allí con ella, insuflándole el valor necesario para ayudar a Lagertha a reconquistar Kattegat y derrocar a Aslaug.

Desvió la mirada hacia la espada y el escudo que reposaban a su derecha, junto al hermoso baúl de madera tallada donde guardaba su ropa de skjaldmö, y tomó una bocanada de aire. 

Estaba nerviosa, pero también emocionada. La sola idea de verse envuelta en un combate real, lejos de los rutinarios entrenamientos que ya comenzaban a aburrirla, le generaba una enorme satisfacción, un hormigueo en el estómago que no hacía más que acrecentar sus ansias de poner a prueba sus habilidades y demostrar su valía y desenvoltura en el campo de batalla.

En ese momento la puerta de su aposento se abrió, revelando la esbelta figura de Kaia, quien, al igual que ella, lucía su atuendo de escudera, con el cabello recogido en una compleja trenza de cuatro cabos y sus penetrantes orbes grises delineados en negro.

Drasil la observó a través del espejo.

—¿Cómo vas? —quiso saber su madre, aún en el umbral.

—Ya casi estoy —respondió la muchacha.

Kaia asintió, justo antes de avanzar unos pasos y situarse detrás de ella.

—Deja que te ayude —indicó, tomando su pelo con delicadeza y dividiéndolo en tres grandes mechones. Empezó a trenzarlo con dedos rápidos y ágiles en tanto Drasil la miraba con atención—. Recuerda que cuanto menos tenga un enemigo donde agarrar, mejor —puntualizó sin apartar sus iris cenicientos de la cabeza de su hija.

—Lo sé. —Drasil suspiró, hastiada—. Me lo has dicho infinidad de veces.

Al oírlo, Kaia apretó los labios en una fina línea. Le estaba resultando bastante complicado entablar una conversación con ella, aunque no podía reprocharle nada, pues de sobra sabía a qué se debía ese repentino cambio de actitud, esa fortuita irascibilidad. Lo supo en el instante en que la vio entrar por la puerta la noche anterior, con el ceño fruncido y la cara descompuesta.

Dioses, en algunos aspectos le recordaba tanto a Jórunnr... No cabía la menor duda de que había heredado su temperamento, además de su orgullo y terquedad. 

Sonrió para sus adentros. Ese tipo de cosas, de detalles insignificantes, eran lo que hacía que su querida hermana siguiera viva, lo que provocaba que su corazón se encogiera cada vez que Drasil la sumía en un mar de memorias y anhelos con tan solo un gesto o una mirada.

—No hemos hablado desde ayer —manifestó la mujer, una vez que hubo recobrado la compostura y liberado su mente de evocaciones tortuosas—. Te encerraste en tu alcoba nada más llegar a casa —expuso, ocasionando que los músculos de la aludida se tensaran bajo la tela de su camisa.

Drasil evitó a toda costa el contacto visual con su progenitora, que había dejado de atusarle el pelo para poder buscar sus ojos en la desgastada pátina del espejo. La conocía bien y sabía que el rumbo que estaba tomando aquel coloquio había sido algo premeditado por su parte.

—Estaba cansada —contestó, encogiéndose de hombros con naturalidad.

Kaia la observó con sumo detenimiento, consciente de que aquello había sido una verdad a medias. Inspiró por la nariz y continuó peinando su rizada melena sin variar lo más mínimo la expresión de su rostro, que parecía esculpido en piedra.

—Sabes que puedes hablar conmigo de lo que sea, ¿verdad? —inquirió la afamada escudera, acaparando nuevamente el interés de su vástago, que alzó la mirada hacia ella, reticente.

Drasil se mordió el interior del carrillo. Si bien no le apetecía hablar del tema, puesto que todavía le resultaba demasiado bochornoso, una parte de ella le pedía a gritos que se desahogara con alguien, que soltase todo aquello que había estado guardándose para sí misma desde que se había visto forzada a engatusar —y posteriormente traicionar— al primogénito de Ragnar y Aslaug, y qué mejor confidente que su propia madre.

—Tú lo sabías, ¿no es cierto? —Pese a sus esfuerzos por mantenerse impasible, no pudo evitar que su frente se poblara de arrugas y que sus labios se curvasen en una mueca desdeñosa—. Lo que Lagertha tenía planeado que hiciera —se apresuró a aclarar debido al silencio de su interlocutora.

—Me lo comentó, sí —respondió Kaia, que ya había acabado de trenzarle el pelo.

Drasil dejó escapar un breve resoplido.

—Me obligó a hacer algo que no quería —farfulló a la par que giraba sobre sus talones para poder encarar a la mujer a la que tanto aspiraba parecerse—. Tuve que engañar a Ubbe y fingir que quería acostarme con él para satisfacer uno de sus tantos caprichos —soltó, cáustica y mordaz.

—No —rebatió Kaia—. Tuviste que hacerlo para recordarle que puede tenerte en su círculo de confianza —corrigió, a lo que Drasil chasqueó la lengua—. Debes entender que en la vida no siempre se puede hacer lo que uno desea. A veces hay que realizar sacrificios.

La joven clavó la vista en el suelo, aún con el ceño fruncido.

—Conozco a Lagertha lo suficiente para saber que no te conviene tenerla de enemiga —apostilló La Imbatible, posando una mano en su hombro y haciendo que sus miradas volvieran a encontrarse—. Ante todo es tu jarl, por lo que le debes obediencia y respeto. —El énfasis en esos dos últimos vocablos fue más que notorio.

Drasil suavizó la expresión de su semblante. 

Por mucho que le costase admitirlo, de sobra sabía que tenía razón. Puede que estuviera molesta con la rubia, que le hubiese dolido que pusiera en duda su lealtad, pero también comprendía el motivo que le había llevado a ello. Por no mencionar que, pese a sus diferencias, la amaba. Para ella Lagertha era como una segunda madre, uno de sus pilares fundamentales, su mayor referente junto a Kaia.

Tras unos instantes más de fluctuación, asintió con la cabeza, provocando que su progenitora esbozara una efímera sonrisa y depositase un beso en su frente.

—Te espero fuera. —Dicho esto, Kaia abandonó la estancia, cerrando la puerta tras de sí.

Ya en la más absoluta soledad, Drasil emitió un suspiro. Se miró una última vez en el espejo, cerciorándose de que todo estuviera en orden, y luego de coger su espada y su escudo se encaminó hacia la salida.

#

Hilda tomó las manos de Eivør entre las suyas y las estrechó con fuerza. La joven skjaldmö, que ya estaba lista para partir hacia Kattegat, sonrió al ver la vorágine de emociones que se ocultaba tras los profundos orbes de su abuela, que la miraba con fascinación, como si tuviera delante a la mismísima Frigg, reina de los Æsir y esposa de Odín.

—Mi dulce niña... —musitó Hilda sin dejar de aferrar sus manos, que estaban repletas de heridas y callosidades—. Estoy muy orgullosa de ti.

Al escucharlo, la sonrisa de Eivør se ensanchó, dado que no había nada en el mundo que deseara más que la aprobación de la única familia que le quedaba, de la mujer que, contra viento y marea, había logrado sacarla adelante.

Su madre, de la que solo sabía su nombre, la abandonó cuando apenas tenía dos años, dejándola a cargo de su padre, y este falleció ocho inviernos después a causa de una terrible fiebre, de modo que a la edad de diez años tuvo que irse a vivir con sus abuelos paternos. Estos la acogieron sin dudarlo, proporcionándole los cuidados necesarios y, sobre todo, brindándole el amor que Øydis no fue capaz de darle.

—Ojalá el abuelo estuviese aquí —señaló la muchacha, rememorando con gran nostalgia al esposo de Hilda, Lamont, quien ya llevaba un año reunido con los dioses—. Y padre —añadió en un susurro apenas perceptible.

Hilda sintió cómo el corazón se le resquebrajaba en mil pedazos al mentar a su marido y al hijo que ambos tuvieron en común, aquel que le fue arrebatado injustamente y del que no había un solo día que no lamentara su ausencia. 

Había pasado mucho tiempo desde entonces, desde que la vida de Hrólfr se había apagado como la llama de una vela, dejando un enorme vacío en su interior, pero su pérdida seguía doliendo tanto como el primer día.

Con la vista clavada en el suelo, Eivør comenzó a juguetear con la empuñadura de su espada, que colgaba de su cinto junto a un hacha arrojadiza. Pasó sus largos y delgados dedos por la fría pieza de metal en tanto a su mente acudían diversas imágenes de cuando era pequeña, antes de que su progenitor cayera gravemente enfermo.

—Ambos nos estarán viendo desde el Valhalla —comentó Hilda. Con suma ternura, colocó el dedo índice bajo el mentón de su nieta, obligándola a que la mirase a los ojos—. Mientras comen y beben hasta reventar. —Una carcajada emergió de su garganta.

Eivør enseguida la imitó, aunque sus risas no tardaron en ser sustituidas por un sonido lastimero. Era consciente de que sus palabras no eran ciertas: ni su padre ni su abuelo habían muerto en batalla, lo que significaba que su destino no había sido el Gran Salón de Odín, ni tampoco el Fólkvangr*, gobernado por Freyja, sino el Helheim*, lugar donde terminaban todos aquellos guerreros que habían fallecido por enfermedad o vejez.

En el fondo Hilda también lo sabía, pero, a diferencia de Eivør, a ella todavía le costaba asumirlo. Le dolía pensar que tanto su esposo como su único retoño fueran prisioneros en aquel lúgubre mundo donde el sol jamás brillaba.

—¿Venceremos? —quiso saber la escudera, refiriéndose a la batalla que se libraría en unas horas. Para ella esa también era su primera reyerta, por lo que le resultaba imposible no estar nerviosa.

Hilda esbozó una sonrisa afilada antes de contestar:

—La victoria es vuestra.

▬▬▬▬⊱≼≽⊰▬▬▬▬

· ANOTACIONES ·

—En la mitología nórdica, Fólkvangr es el lugar de residencia de la diosa Freyja en Asgard, el mundo de los Æsir. Allí recibe a la mitad de los caídos en combate, perteneciendo la otra mitad a Odín.

—Pese a que no está claro en las diversas fuentes (lo que significa que puede tratarse de un mito), en Yggdrasil los campesinos y granjeros, es decir, aquellos que no son guerreros y mueren de forma natural (mientras hayan sido personas de noble corazón), van al palacio de Thor, llamado Bilskírnir. Por otro lado y volviendo a tomarme mis licencias, las almas atormentadas, las de aquellos que han sido malas personas, van a parar con Hela al Helheim, junto con las de los guerreros que han fallecido por enfermedad o vejez.

▬▬▬▬⊱≼≽⊰▬▬▬▬

N. de la A.:

¡Hola, mis amores!

Sí, lo sé. El de hoy ha sido un capítulo de transición en toda regla, pero también se ha revelado bastante información sobre nuestras chicas, de manera que una cosa compensa a la otra, ¿no creéis? Aun así, prometo que el siguiente será mucho más interesante =)

Quería comentaros una cosilla respecto a la historia, y es que la trama será de desarrollo lento. Me gusta centrarme en los detalles y tengo pensado añadir muchísimas escenas (y tramas) originales, por lo que pido paciencia. Ya tengo hecha la escaleta de toda la temporada 4B y parte de la 5A, y hasta el capítulo 23, más o menos, nuestros vikingos no partirán hacia Inglaterra para vengar la muerte de Ragnar. 

Antes de que todo se descontrole en Wessex y Northumbria, quiero añadir muchas cosas relacionadas con la sociedad nórdica, entre ellas la celebración del Solsticio de Invierno (también conocido como «Yule»), que abarcará tres capítulos repletos de salseo, y otros detalles que iréis apreciando poco a poco. Espero que esto no os suponga ningún problema y que disfrutéis igualmente del FanFic >.<

También quería comunicaros que Yggdrasil ha entrado en la Lista Larga de los Wattys de este año. Me hizo muchísima ilusión recibir la notificación, ya que le estoy cogiendo un gran cariño a esta historia, así que deseadme suerte <3

Y eso es todo por el momento. Espero que os haya gustado el capítulo. Si es así, no olvidéis votar y comentar, que eso me anima muchísimo a seguir escribiendo =D

¡Besos!

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro