~Evora Martin~

Observé la manera en la que el hombre venía vestido, con un traje color corinto hecho a la medida, un reloj lujoso y unos mocasines. Se veía adinerado.

Busqué algún parecido con alguien en mi memoria y algo hizo clic. Se parecía a Ben. ¿Podría ser que se conocieran? ¿Tendría que ver con que mi hermano se hubiera ido del hospital sin decir nada más? No quise quedarme sentada y hacerme tantas preguntas en la mente cuando podía ir y hablarle directamente. Eso haría.

Él seguía insistiendo a entrar a la habitación de papá.

Y entonces me decidí a hablarle.

—Requiero su parentesco señor. De lo contrario no podré dejarlo ingresar o brindarle la información que solicita, son políticas del hospital —le informó la amiga de papá.

—No te preocupes Andy, yo me encargo de él. ¿Me puede acompañar por acá, señor? Me gustaría hablar con usted —pedí y él me siguió. Al principio dudó, pero al verme de frente no se lo pensó dos veces.

—¿Usted es la hija de Lilith-june y Milan? —me dijo el señor con una cara de espanto y felicidad que jamás había visto —. Igual a su madre, tiene hasta su misma sonrisa.

—¿Igual a mi madre? ¿Usted la conoció?

—Es mi culpa, disculpe mis modales, señorita. Soy Dallas Clutier, un placer.

¿Fue idea mía o dijo que su apellido es Clutier? ¿El mismo apellido que el amante de mamá? ¿¡Él es su amante!? Vaya giros que daba la vida, nunca pensé encontrarme al amorío de mamá y menos en esta situación, pero aquí estamos.

—¡Mi medio hermano es su hijo! —dije —. ¡Oh, Dios! Este día cada vez está más loco.

—Imagino que mi hijo ya se ha presentado contigo—ríe por su comentario y yo apenas puedo creerlo, estoy conociendo al que fue el romance de mamá.

—¿Y que es lo que hace aquí?

Dallas me pidió que me sentara por lo que iba a decirme, yo supuse que estaba exagerando, pero cuando me dio la noticia entendí la postura que Benjamin había tomado sobre la transfusión. ¡Esto era un desastre! Todo esto era un caos.

Lo que sucedía me recordaba a los últimos días de mamá...

—Una niña necesita a su mamá. ¿No vas a dejarme, verdad?

—Cariño, sabes que eso no depende de mí.

Y tenía razón, porque la vida me la había arrebatado de una manera cruel que no era propia de mi mamá.

Ahora solo esperaba que está vez todo acabara diferente. La verdad es que conocía a Benjamín de muy poco tiempo, pero no quería que se fuera de mi vida porque ahora que tenía un hermano no iba a soltarlo tan fácilmente, me negaba a dejarlo ir sin luchar y quería que él lo supiera, que estaría con él en todo el proceso que su enfermedad implicaba y que saldriamos de esta juntos. Aún nos quedaba mucho por vivir. Solo necesitábamos pasar esta prueba y todos los sueños que ambos teníamos se cumplirían, porque ahora que sabía de su existencia iba a tener todo el amor de hermana menor que podía brindarle.