El lunes por la mañana, después de haber sobrevivido a una semana en la universidad. Yessabell estaba lista para comenzar con su nuevo trabajo.
Después de clases, fue a su casa a dejar sus cosas y comer un poco, a las 2:20pm, salió a su trabajo, con una pequeña bolsa de lado, donde guardó su celular, llaves y un poco de dinero. En la mano derecha llevaba un folder, con su solicitud y la copia de su credencial.
No sabía que se usaba para trabajar, así que optó por una playera de manga corta azul cielo, su sudadera azul marino con gorro, unos jeans claros y sus tenis blancos.

Estaba a dos cuadras de la cafetería, cuando Derek la alcanzó. No habían hablado desde el sábado en la noche y Derek no había ido a buscarla, aunque tampoco intercambiaron números, por lo que, no sabían exactamente que estaba sucediendo entre ellos.

-No me esperaste –Dijo Derek en cuanto llego a su lado –Fui a tu casa, pero Philip dijo que te habías marchado, creo que tiene algo por ti ¿Lo sabias?

-Perdón Derek. No sabía que pasarías por mi –Yessabell le sonrío –No te di mi número y tú no me diste el tuyo… y sobre lo de Philip… ya lo sabía –Yessabell bajó la mirada –Es un buen chico, pero… todo lo que hacía, me recordaba a Stephen.

-Entiendo –Derek no sabía que decir, era evidente que el fantasma de Stephen, seguía tras Yessabell y para él, era un freno en su relación.

Cuando llegaron a la cafetería, el Sr. Ben los recibió con una sonrisa y les entrego unos delantales, les dijo que dejaran sus cosas en una pequeña bodega, cerca de los baños y los llevo detrás del mostrador, con los otros dos empleados.

-Kristen, Milo, ellos son Yessabell y Derek –Los presento Ben –Van a trabajar con nosotros a partir de hoy. Quiero que les enseñen a manejar las maquinas. Ya, yo les enseñare a manejar la caja registradora –Ben les sonrío y los chicos asintieron –Los dejó en sus manos –Ben se fue a la caja registradora.

-Ok, ven conmigo Derek –Pidió Kristen amablemente –Te enseñaré como usar la máquina de cappuccinos.

-Ok –Derek siguió a Kristen y Yessabell se quedó con Milo.

-Yo te enseñare a usar la máquina de expresos –Dijo Milo señalando una pequeña máquina detrás de ellos.

La cafetería era un lugar enorme, de unos 20 metros por 20, la mayor parte estaba ocupada por mesas para cuatro personas. El mostrador ocupaba unos 6 metros, detrás de él la caja registradora y a continuación varios ingredientes extra para colocar en los cappucinos o en los cafés artesanales.
Bajo el mostrador, estaban las reservas de vasos, cucharas, popotes, tapas, servilletas y demás artículos. Detrás del mostrador, grandes aparadores, sobresalían con varias figuras de porcelana en los estantes. Dos grandes máquinas de cappuccino, una de café exprés, dos tostadoras, dos microondas, un refrigerador en la orilla, donde se guardaban algunos alimentos para preparar baguettes, crema batida y hielo.
Después de pasar el día aprendiendo a usar las máquinas de café. Yessabell y Derek, aprendieron fácilmente, aunque Derek no pudo preparar ni un café artesanal, Milo era bueno haciendo eso y Yessabell aprendió a hacer algunos sencillos.

A las 8:30pm, después de haber limpiado el lugar, el Sr. Ben se despidió de los chicos y cerró el local.

-Ha sido un día pesado –Declaró Kristen, mientras caminaban. Ella vivía a solo cuatro cuadras del lugar, por lo que los chicos no se negaron a acompañarla.

-Lo sé, quiero decir, aprendieron rápido chicos, pero el lugar estuvo lleno –Dijo Milo mientras metía sus manos, en los bolsillos de su
pantalón.

-¿Siempre es así? –Preguntó Derek subiendo la cremallera de su sudadera.

-No, hay días largos como el de hoy, otros no tanto, pero siempre hay gente, aunque gracias a ustedes, fue menos pesado –Declaró Milo con una sonrisa.

-¿Y ustedes están estudiando? –Preguntó Yessabell, a lado de Derek.

-Yo ya termine –Contestó Kristen –Estoy ahorrando un poco para hacer mi especialidad.

-Yo estoy estudiando Filosofía, en segundo año –Contestó Milo -¿Y ustedes?

-Literatura –Contestó Yessabell.

-¿Ustedes son… novios? –Preguntó Kristen tranquilamente.

-No –Contestó Yessabell rápidamente –Solo amigos.

-Por el momento –Agregó Derek con media sonrisa –Digamos, que estoy en proceso de conquistarla.

-Lo pregunte, porque eso parece, aunque no del tipo de pareja melosa –Dijo Kristen aclarando sus intenciones.

-La verdad… yo si pensé que eran amigos –Dijo Milo agregándose a la conversación.

-Esta es mi casa –Dijo Kristen, cuando llegaron a una pequeña casa de dos pisos –Nos vemos mañana chicos –Les sonrío y se fue.

-¿Cuánto tiempo llevan trabajando en la cafetería? –Preguntó Yessabell cuando comenzaron a caminar de nuevo.

-Yo un año y ella tres –Contestó Milo -¿Ustedes no son de por aquí, cierto?

-No, venimos de fuera, estamos rentando cerca –Contestó Derek.

Llegaron a una esquina, a tres cuadras de la casa de Yessabell.

-Yo me desvió aquí chicos, mi departamento está por allá –Señalo a su derecha, en una calle que daba detrás de las casas –Nos vemos mañana.

-Hasta mañana –Dijo Yessabell y Milo se fue.

-Son muy agradables –Declaró Derek, una vez que retomaron el paso.

-Lo sé, creo que…. Le gustaste a Kristen –Dijo Yessabell mientras llegaban a su casa.

-Pues lamento decepcionarla, porque tengo los ojos puestos en una hermosa chica –Derek le tomó la mano y le sonrío.

-Supongo que tendrá que buscar a alguien más –Declaró Yessabell antes de soltarlo y subir las escaleras –Nos vemos mañana Derek.

-Nos vemos mañana Yessabell –Derek le sonrío y se fue.

La segunda semana en el campus pasó volando. Cristopher se mantenía detrás de Yessabell, esperando una oportunidad, a pesar de que ella le había explicado que jamás sucedería. Derek pasaba por ella para ir al trabajo y después la acompañaba hasta su casa.
El domingo, los amigos de Yessabell se alistaron para salir a la casa de Derek y conocer a sus amigos.

-Nunca me dijiste que vivían cerca –Dijo Yessabell, cuando llegaron a la casa de Derek, que estaba a ocho calles de la suya.

Una casa de tres pisos, un poco más chica que la casa donde vivía Yessabell con sus amigos. Pintada de azul, por fuera y por dentro, la cocina era pequeña pero el comedor era del doble de tamaño, la sala apenas contaba con dos sofás pequeños y las habitaciones contaban con ducha y baño, cada una.
En el comedor ya estaban los amigos de Derek, dos chicas y dos chicos.

-¡Chicos, quiero presentarles a Yessabell! –Anunció Derek, en cuanto entraron al comedor.

Todos quedaron boquiabiertos al verla.
Yessabell estaba usando una hermosa blusa beige con detalles en los hombros, de pequeñas lentejuelas rosadas, una falda rosa palo que le llegaba hasta las rodillas. A juego con sus botas cafés y una chaqueta de algodón color marrón. Atuendo que acentuaba su hermosa figura curvilínea y su perfecto busto.

No era exactamente el último grito de la moda, pero lo que sorprendía a todos, era la belleza natural de Yessabell, no usaba maquillaje, más que un poco de brillo en los labios y su larga melena castaña caoba siempre sorprendía a todos, por su gran suavidad.

Yessabell siempre fue una chica hermosa a gran escala, pero ahora que había llegado a su madurez total, lo era aún más.

Al ver que nadie decía nada, Derek continuó con las presentaciones.

-Ellos son sus amigos; Ana, Sonia, Marisol, Renata, Nicolás y Philip –Señalando a cada chico –Y estos son mis amigos; Karen, Simón, Samanta y Felipe –Señalo a sus amigos que seguían atónitos.

-Mucho gusto chicos –Dijo Ana intentando hacer que reaccionaran.

-Igualmente –Dijeron Karen y Samanta, saliendo de su aturdimiento.

Samanta era una chica linda y simpática, pero odiaba la forma en que todo lucia perfecto alrededor de Yessabell, por otro lado; Karen era un amor, se portó atenta con todos y le daba igual si Yessabell era la más hermosa o no, ya que su novio; Simón, solo tenía ojos para ella.

Al terminar la cena, ya todos habían hecho preguntas de la vida de Yessabell, quien se limitó a contestar con Sí, No y Tal vez, ya que no gustaba de dar detalles y había acordado ser más simpáticas, solo con sus amigos y Derek.

-Gracias por la cena –Dijo Yessabell mientras sus amigos entraban a la casa, después de haber pasado una buena velada –Creo que nuestros amigos realmente compaginaron. Aunque siento que no le caí muy bien a Samanta.

-No es eso, le caes bien, pero ella siempre había sido la chica bonita del grupo, solo eclipsaste su belleza –Derek le sonrío y se acercó un paso a ella.

Yessabell subió un escalón y le sonrío. Derek subió un escalón y ella continuo subiendo, hasta que llegaron a la puerta.

-¿No estarás huyendo de mí? ¿O sí? –Preguntó Derek juguetón.

-¿Por qué lo haría? –Yessabell le sonrío y se acercó a él.

Derek se agachó un poco y sus labios se rozaron, después del beso en el parque, no se habían vuelto a besar, no se habían acercado mucho si quiera.
La estática se hizo presente, una especie de imán que los atrajo y los unió.
Yessabell levantó las manos y las cruzó por el cuello de Derek, acercándose todo lo posible a su cuerpo. Derek llevó sus manos a las caderas de ella, acariciándola suavemente.
Poco a poco, fueron cayendo en la tentación. Yessabell se encontraba con la piernas cruzadas por la cintura de Derek, mientras él la sostenía por los muslos. Se encontraban en el umbral de la puerta y fue cuando Yessabell reacciono, a lo que estaban haciendo y de inmediato bajó de las caderas de Derek y se apartó de él.

-Lo siento… aquí no –Yessabell respiraba con dificultad, sintiendo esa extraña sensación en el estómago

-No está bien… podemos… subir a tu cuarto –Derek la jaló hacia él, rodeando sus cintura con las manos.

-No Derek, me refiero a que…. Ahora no, aun no me siento preparada… aun no es tiempo –Dijo Yessabell mientras se alisaba la ropa.

-No te preocupes Yessabell, te entiendo –Derek la soltó a regañadientes y le sonrío –Nos vemos mañana en la escuela.

-Hasta mañana Derek –Yessabell le dio un suave beso en los labios y entro en la casa.

De camino a casa, Derek no dejo de pensar en Yessabell, y esa sensación extraña que ella hacia surgir de su interior, con solo estar cerca de él. Una sensación que nunca antes había sentido con ninguna otra chica. Aquello era diferente.
Aquello era único y Derek lo sabía.