Capítulo 37 Esperanza
La camioneta de Ezra, estaba a dos kilómetros de distancia de la de Yessabell y la de Cristopher estaba menos de un kilómetro.
Todos estaban inconscientes, a excepción de Cristopher y sus secuaces. Ya que la camioneta comenzó con una fuga de gasolina y explotó, provocando que Cristopher y los dos hombres, murieran al instante.
Taylor, Ted y Malcom, llegaron en el auto manejado por Philip. Se estacionaron en la orilla de la carretera y mientras bajaban, Taylor llamo a la policía y a los paramédicos.
Joey llego en su camioneta con Johann, ambos bajaron corriendo, casi cayéndose y fueron a buscar a
Yessabell.
Malcom corrió a ayudar a Ezra, mientras Taylor y Ted revisaban a Ana.
-¡Dios mío, no! –Johann vio el cuerpo de Yessabell en el suelo y corrió a su lado -¡Mi niña, no! –Las lágrimas se desbordaron por sus ojos sin cesar, mientras Joey la alcanzaba y con cuidado la colocaba en su regazo.
Yessabell estaba inconsciente, tenía una herida en el estómago, a su costado derecho y estaba perdiendo mucha sangre, en la cabeza tenía una leve herida a la altura de la frente y sus manos tenían algunos arañazos provocados por los cristales.
Un equipo forense llegó rápidamente, con la policía y los paramédicos, quienes corrieron con varias camillas.
-¡Ha perdido mucha sangre! -Anunció uno de los paramédicos -¡Necesito oxígeno aquí! -Levantaron a Yessabell con mucho cuidado, le pusieron un collarín y un tanque de oxígeno.
Ana fue llevada con un collarín, también. Ezra y Derek estaban completamente inconscientes, mientras que Henry gritaba de dolor, por un vidrio que tenía clavado en la pierna izquierda.
Johann acompañó a Yessabell en la ambulancia y Joey los siguió en la camioneta. Philip acompaño a Ana y le pidió a Taylor, que se llevara el coche. Malcom se fue con Derek y Henry, Ted acompaño a Ezra y todos emprendieron la marcha al hospital.
Cuando llegaron al hospital, fue todo un caos. Johann no se quiso apartar de Yessabell, pero Joey la detuvo.
-Ha perdido mucha sangre y su respiración es lenta, tiene una gran herida en el costado derecho del estómago, necesitamos detener la hemorragia y hacer una transfusión urgente–Informó el doctor, mientras colocaban a Yessabell en otra camilla y se llevaban a emergencias, corriendo como el rayo.
-Señora no puede pasar –Advirtió una enfermera a Johann, mientras cerraba la puerta.
-Ven Johann –Joey llevó a Johann a la sala de espera, mientras la consolaba -Tenemos que llamar a los padres de Ana y Derek.
-¡Mi niña! ¡Mi Yessabell! –Johann estaba inconsolable, apenas podía pronunciar palabra.
-Señora Murphy –Malcom apareció en la sala, aunque el único que lo vio fue Joey –Derek y Ezra están en terapia intensiva, debemos llamar a los padres de Derek, Ezra solo tiene un hermano, ya lo contacte. Y Henry esta en cirugía, tiene heridas leves, a parte de la de la pierna, ya llame a su esposa, viene en camino.
-Bien Malcom, aquí... –Joey sacó de su bolsillo el celular de Yessabell.
–Busca el número de los padres de Derek, creo que estará como señores Sanders o algo así –Le extendió el celular y Malcom busco el número.
-¡Joey! –Philip apareció doblando la esquina, un poco agitado, pero bastante tranquilo –Ana está bien, sus heridas no son graves, ya llame a sus padres, vienen para acá.
-¿Dónde está? –Preguntó Joey, sin dejar de abrazar a Johann, quien lloraba a mares.
-La tienen en observación, esta inconsciente aun, pero el doctor dijo que sus niveles son estables, va a usar collarín un tiempo y tiene algunos rasguños, pero por lo demás está bien –Contestó Philip tranquilo -¿Cómo está Yessabell?
-Aún no sabemos nada, pero en cuanto nos digan algo, te lo haremos saber con Malcom, ahora ve a cuidar a Ana –Pidió Joey, mientras Malcom terminaba la llamada.
-Si Joey, en cuanto sepan algo, avísenme –Philip salió corriendo y regreso al primer piso, donde tenían a Ana.
-Vienen para acá –Malcom le regresó el celular a Joey –Vienen en helicóptero, por lo que llegaran en unas horas.
-Bien, gracias Malcom, ¿Estás bien? ¿Quieres ir a ver cómo van Ezra y Henry? –Preguntó Joey en voz baja.
-Sí señor, pero no sé si sea prudente –Contestó Malcom, viendo a Johann.
-Lo es, son tus amigos después de todo, además, así nos mantienes informados, ve –Lo animo Joey.
-Bien –Malcom se fue dando vuelta al final del pasillo, hacia el segundo piso, donde estaban Derek, Ezra y Henry, un poco lejos de donde se encontraba Yessabell.
Joey se encargó de llenar el papeleo, mientras esperaban.
Pasaron los minutos y luego las horas y Yessabell seguía en la sala de emergencias. Los padres de Ana ya habían llegado, pero no querían despegarse de su hija. La esposa de Henry y el hermano de Ezra, llegaron una hora después de que les avisaran. Los padres de Derek llegaron al cabo de unas horas más y se quedaron en la sala de espera.
Por fin, el doctor que atendía el caso de Yessabell, salió a dar las noticias.
-¿Cómo está doctor? –Preguntó Johann, levantándose a prisa, en cuanto vio al doctor salir.
-Yessabell va a estar bien. Perdió mucha sangre, pero logramos parar la hemorragia a tiempo e hicimos una transfusión, requirió algunas puntadas. El corte en la frente, es leve y logramos curarlo, igual que los leves cortes en los brazos. Y supongo que tuvo un ataque de pánico en algún momento, pues su respiración es irregular y su corazón trabaja lentamente, estamos intentando estabilizarla –Explicó el doctor –La pasaremos a una habitación en el ala este, para que descanse mejor.
-Muchas gracias doctor –Johann, soltó un suspiro y se relajó.
-No se preocupe señora Murphy, en un momento llevarán a Yessabell a su habitación, puede acompañar a los enfermeros –El doctor le sonrió y se fue por el pasillo.
Dos enfermeras, llevaron a Yessabell a una habitación privada, para que descansara mejor. Johann y Joey no se despegaron de ella.
Yessabell estaba conectada a un respirador artificial, tenía un vendaje en el estómago, que se ocultaba por la bata y las sabanas y algunos cortes en los brazos, con vendajes. El corte en su frente, estaba cubierto por unas gasas. Alguien llamó a la puerta y Joey fue a abrir.
Ana usando un collarin, Philip y los padres de Ana, estaban detrás de la puerta.
-Pasen –Joey abrió la puerta y los dejo entrar.
-Johann, lo sentimos mucho –Dijo Robín, el padre de Ana, cerrando la puerta tras él –Dona, Ana y yo, estamos aquí, para lo que necesites.
-Muchas gracias Robín –Johann, estaba sentada a lado derecho de Yessabell, sujetando su mano, que se sentía ligeramente fría.
-Ella me salvo la vida –Declaró Ana llorando, mientras se acercaba a lado de Johann –Me exigió que me pusiera el cinturón de seguridad, a pesar de que estaba en medio de un ataque de pánico, yo no…
-Tranquila amor –Dona se acercó a abrazar a su hija –Está bien, tu misma la estás viendo, está viva.
-¿Qué dijo el doctor? –Preguntó Robín con un nudo en la garganta, él había conocido a Yessabell desde años atrás y siempre la vio como una chica fuerte, pero al verla de esa manera, el corazón se le estrujaba.
-Tenemos que esperar a que despierte –Contestó Joey, viendo a Yessabell –Dicen que puede despertar mañana, pero a pesar de que los estudios indican que no hay daño cerebral, no pueden descartarlo, hasta que ella lo confirme.
En ese momento, alguien más llamo a la puerta. Robín, que estaba más cerca abrió.
Malcom, se veía cansado y triste, Joey le indico que pasara.
-Lamento ser quien de las malas noticias –Anunció, con una mirada triste.
-¿Qué pasa? –Preguntó Johann, sin soltar la mano de Yessabell.
Malcom tomó una respiración profunda y miro directamente a Yessabell.
-Ezra no tiene heridas graves, solo algunos rasguños, pero el golpe en la cabeza fue muy fuerte y Derek se fracturo el brazo izquierdo y va a necesitar collarín por un tiempo… sin embargo… ambos… entraron en coma.
Johann se llevó una mano a la boca, para contener un grito. Ana se abrazó fuerte a sus padres y Joey se quedó mudo.
-Lo único que queda, es esperar. Ya los trasladaron a un par de habitaciones de aquí –Malcom tenía los ojos cristalizados por las lágrimas –Henry estará bien, ya lo operaron, pero necesitara muletas por un tiempo, su esposa quiere que se retire.
-Dile que lo consideraremos, ahora que el asesino está muerto, pero que le daremos una respuesta, en cuanto la situación se tranquilice –Explicó Joey cruzado de brazos.
La máquina que media la respiración de Yessabell, comenzó a emitir un pitido, que indicaba que no estaba respirando. Todos se sobresaltaron y Joey salió disparado a buscar ayuda, mientras Ana y su familia eran sacados por Malcom, a la sala de espera.
-¡Salgan de aquí! –Pidió el doctor que llegó con el resucitador.
-¡No, Yessabell! –Exclamó Johann, mientras Joey, la sacaba a rastras, entre lágrimas -¡Yessabell! ¡Yessabell! ¡No!
Los doctores hicieron lo posible para estabilizar su respiración y poco a poco, Yessabell reaccionó. Su respiración era lenta, pero incluso mejor que antes.
Al día siguiente, en la noche. Yessabell abrió los ojos. Johann se había quedado dormida en la silla, a su lado, sin soltarle la mano.
Joey estaba dormido, en el pequeño sofá del rincón.
-Mamá... –Susurró Yessabell, a través de la máscara de oxígeno.
Johann tenía el sueño ligero, se sobresaltó al escuchar la voz de Yessabell y las lágrimas comenzaron de nuevo.
-¡Mi amor, cariño, estás despierta! Casi te perdemos. Cariño, no sabes lo preocupados que estábamos –Comenzó a abrazarla y a llenar de besos, su frente.
-Mamá, estoy bien –Yessabell tenía la garganta un poco seca y sentía su voz ronca –Quiero agua.
-Si cariño –Johann se limpió las lágrimas y se levantó de un brinco –Voy a buscar a una enfermera –Salió disparada al pasillo, en busca de una enfermera.
Joey se despertó por el ruido que hizo Johann, al abrir la puerta de golpe y se alegró de ver a Yessabell despierta.
-¿Cómo está la bella durmiente? –Preguntó acercándose a la silla que dejo Johann.
-Cansada y adolorida –Yessabell noto el dolor en el costado derecho del estómago –Me duele aquí –Señaló su herida.
-Es normal, te cortaste con un vidrio del parabrisas –Joey le acarició la frente –Es el mayor daño, tienes un pequeño corte en la frente y los leves rasguños en los brazos, pero no te preocupes, las cicatrices van a desaparecer, con ayuda de algunas cremas y tratamientos.
Yessabell inspeccionó sus brazos, encontrando algunas vendas que los envolvían y se tocó la frente, donde tenía las gasas.
Johann llegó con la enfermera, quien le reviso los signos vitales a Yessabell y le dio un vaso de agua, junto con algunos analgésicos para el dolor. Les pidió a sus padres que solo hablaran unos minutos más y la dejaran descansar. Luego salió de la habitación, para darles privacidad.
-¿Cómo está Ana? –Preguntó Yessabell, intentando recordar, todo lo que pasó.
-Bien cariño, le salvaste la vida. Fue dada de alta anoche. Solo estará usando un collarín por un mes y estará como nueva –Explicó Johann, feliz de tener a su hija, sana y salva.
-¿Qué paso con Cristopher? –Preguntó Yessabell un poco nerviosa.
-Él y sus secuaces murieron en el accidente, fue inmediatamente. Su camioneta estalló en llamas. Los forenses sacaron sus cuerpos, casi calcinados –Explicó Joey, con mucho tacto.
-Jamás me imagine eso de Cristopher, él fue un buen amigo y… era tan agradable –Yessabell se quedó meditando aquello –Él habló sobré su familia, en el estacionamiento, pero no sé si estaba hablando en serio.
-Un oficial estuvo aquí, quería tu declaración, pero Ana le explicó todo y según las investigaciones y lo que declaro Ana, si era verdad. Él era el asesino y quería cobrar venganza con Ana –Afirmó Johann, un poco intranquila con el tema.
-¿Pero por qué matar a esas chicas? –Preguntó Yessabell desconcertada.
-Bueno, según la evidencia encontrada y lo que hallaron en el pequeño apartamento que alquilaba… las chicas fueron distracción. Cuando te conoció y supo de Johann, comenzó a investigar y conecto con que tú y Ana eran amigas, por eso buscó a las chicas similares a ti –Contestó Joey, recordando todo lo que les dijo el oficial –Eras como una especie de señuelo, quería asegurarse de que Ana era tu amiga y cuando lo averiguo cambio de táctica, para que supiera que iba por ella, luego lo del campamento. Mando a sus hombres, familiares y amigos, para que se llevarán a Ana, pero cuando no lo lograron se hartó.
-Estuvo siguiéndote, porque sabía que Ana estaría cerca y aserto, no fue coincidencia que te encontrará en el centro comercial –Agregó Johann –Pero ya no nos preocupemos por él. El caso está cerrado, estás a salvo y eso es lo que importa.
-¿El padre de Ana, va a hacer algo? –Preguntó Yessabell frunciendo el ceño.
-Va a buscar a la mamá de Cristopher y ayudarla con lo que pueda, para que sus hijos regresen con ella –Contestó Johann tomándola de la mano.
-Estoy segura de que las cosas irán mejor –Yessabell les sonrío a ambos y después se quedó seria -¿Dónde están Ezra y Derek?
Johann y Joey se vieron, sin saber cómo explicarle aquello a Yessabell, era una noticia fuerte y no sabían si debían o no decirle.
-¿Qué sucede? –Pregunto Yessabell al no tener una respuesta.
Johann se abrazó a Joey y tomó una espiración profunda. Se soltaron y voltearon a ver a Yessabell, con una mirada de disculpa.
-¿Dónde están?
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