Capítulo 34 Viaje
Yessabell le pidió a Derek que se quedará con ella en su habitación, con las maletas ya hechas, solo debían descansar. Henry los llevaría a todos, al aeropuerto a tomar el jet privado de Joey, quien se ofreció personalmente, en ir por los chicos y los guardaespaldas.
-¡Estoy muerta! –Exclamó Yessabell entrando a su habitación –Estos zapatos me están matando.
-Dejame ayudarte –Derek cerró la puerta tras él y coloco el seguro, dejo su maleta a un lado y alcanzo a Yessabell, quien estaba tendida en la cama –En segundos, aliviare tu dolor –Le quitó las zapatillas y le dio un ligero masaje.
-Mmmm –Yessabell sonrió, ante el agradable masaje que Derek le estaba dando –Creo que me sentaría bien un baño –Aseguró con los ojos cerrados.
-Ya sé, preparare la bañera –Derek le dio un beso en la frente y se levantó –No te vayas a dormir –Advirtió mientras entraba al baño.
-No lo hare –Prometió Yessabell abriendo los ojos.
Derek fue hasta la bañera, abrió la llave de agua y preparo un baño con burbujas, roció algo de sales y jabón de lavanda. Se quitó el corbatín del esmoquin y desabrocho los dos botones de arriba de su camisa, cuando salió del baño, Yessabell llevaba el cabello suelto y estaba sentada al borde de la cama.
-Su baño espera, su alteza –Derek hizo una reverencia y Yessabell no pudo evitar carcajearse.
-Eres tan romántico –Se puso de pie y caminó despacio hasta Derek, con una sonrisa seductora y se acercó a su oído –No mentía cuando dije que te quería arrancar el esmoquin –Le susurró y puso sus manos en el pecho de Derek.
-Supongo que no tengo opción –Derek le dio media sonrisa y le puso las manos en la espalda –Dejame ayudarte con esto, creo que no lo necesitas.
-A decir verdad… me estorba –Yessabell le desabrocho el saco y el chaleco rápidamente, besandolo apasionadamente –Sé que dije… despacio… pero ya no aguanto...
Derek le bajo el cierre del vestido y lo dejo caer al suelo, mientras Yessabell le desabrochaba el pantalón. Toda la ropa quedo tendida en el suelo, mientras Yessabell, en braguitas rosas empujaba a Derek al baño, quien estaba completamente desnudo.
-Me gusta salvaje –Derek la jaló hacia él y bajo sus manos a las caderas de Yessabell, sin dejar de besarla –Tampoco necesitas esto –Lentamente le quito las braguitas y la ayudo a entrar en la bañera –Eres hermosa.
-Me encanta estar contigo. Ya no me imagino una vida sin ti –Levantó la mirada y lo vio a los ojos, se empujó hacia adelante, para que Derek se colocara atrás de ella –Ven.
-No me lo pidas dos veces –Derek se metió en la bañera, detrás de Yessabell y la abrazo contra su pecho –También me gusta estar contigo, ya no hay nada que nos separe, no sabes cuánto espere por esto.
-Creo que si lo sé –Yessabell recargo su cabeza en el pecho de Derek, pudo escuchar su corazón, latiendo muy rápido –Respira, creo tu corazón se volvió loco –Río entre dientes.
-Por ti, perdón pero tenerte así, me excita –Comenzó a bajar sus manos lentamente, acaricio los pechos de Yessabell y poco a poco, sus manos bajaron hasta su vientre.
Yessabell comenzó a respirar más rápido, su pulso se aceleró y su corazón latía desembocado. Apretó los muslos sobre la porcelana de la tina y dio un leve respingo, cuando Derek llego a su entrepierna.
-Relajate –Le susurró lo que la hizo sentirse más ruborizada, el suave aliento de Derek sobre su oído, le provoco un hormigueo por todo el cuerpo –Seré cuidadoso, te lo prometo.
Yessabell asintió e intento relajar su respiración, pero no pudo contenerse, se dio la vuelta y lo besó desesperadamente, sus labios se fundieron en besos salvajes y apasionados, sus lenguas se encontraron. Mientras Yessabell tomaba a Derek entre sus manos, él la acariciaba por la espalda, hasta llegar a sus muslos.
-Despacio por favor –Pidió ella entre jadeos.
-Pero si tú eres la que me ataco –Aseguró Derek riendo –Necesito…
-Aquí –Yessabell señalo el pequeño buró junto a la bañera, Derek alargo la mano y busco un condón en el cajón que le señalo Yessabell.
Se lo colocó y lentamente se introdujo en ella, mientras Yessabell apoyaba las manos a los lados de la bañera, para sujetarse.
Yessabell cerró los ojos, saboreando aquel momento, intentando no pensar en nada más que en ella y Derek, en que la vida no podría ser mejor. Derek se movió más rápido bajo ella, haciéndola estremecer de placer y agitando el agua de la bañera, que se derramaba por los bordes.
Cuando Yessabell estaba por llegar al orgasmo, hecho la cabeza hacia tras y se dejó llevar por el placer, mientras que Derek, hacia lo propio.
Ambos intentaron calmar su respiración, Yessabell estaba recargada de frente a Derek, con la cabeza en su hombro y él la rodeaba con los brazos.
-¿Ya estás mejor? –Preguntó Derek con media sonrisa.
Yessabell se levantó un poco, para verlo a los ojos.
-Mucho mejor –Admitió con una pequeña sonrisa –No quiero que esto acabe –Susurró.
-¿Quieres que lo volvamos a hacer? –Preguntó Derek sorprendido.
-No –Yessabell río y se acomodó de espaldas otra vez –Me refiero a nosotros, no quiero que esto acabe, no podría…
-Yessabell, mi amor tranquila. Eso no va a pasar, te lo prometí y no pienso romper mi promesa –Entrelazo sus manos sobre el estómago de Yessabell.
-Confió en ti Derek –Ella le sonrío y por primera vez, sintió seguridad, una seguridad que hace mucho buscaba.
-He estado meditando algo, hace mucho –Confesó Derek cambiando de tema –Quería buscarte un sobrenombre, algo tierno, pero no me ha salido, por más que le doy vueltas, así que solo te diré corazón.
A las seis de la mañana, Yessabell se despertó por la voz de Ed Sheeran, que cantaba All Of The Stars.
-¿Bueno? –Contestó sin mirar el identificador, aun medio dormida.
-¿Yessabell? Soy Joey ¿Te desperté? –Preguntó Joey al otro lado de la línea, fresco como una lechuga.
-La verdad sí –Contestó Yessabell, sonriente -¿Qué pasa?
-Llamo para decirte que el vuelo se cambia, no sé si les es posible llegar a las ocho al aeropuerto, adelantaron mi reunión, estoy volando para allá en este momento –Explicó Joey.
-No hay problema, ya me despertaste –Bromeó Yessabell –En un momento le aviso a todos.
-Bien, nos vemos a las ocho en el aeropuerto –Confirmó Joey tranquilo.
-Nos vemos –Yessabell bostezo y colgó. Dejo el celular en la cómoda a un lado de su cama y se volteó para despertar a Derek –Amor, amor... –Susurró moviendolo del hombro.
-Mmmm –Derek se movió un poco, pero no abrió los ojos.
-Despierta, se adelantó el vuelo –Lo movió un poco más y después se levantó.
Camino hasta el armario y se puso unos jeans oscuros, una blusa lila y un saco negro, busco sus botas negras y se cepillo el cabello.
-¿A dónde vas? –Murmuró Derek sin abrir los ojos –Es muy temprano.
-Levantate flojo –Se ató el cabello en una coleta alta y salió, fue a la habitación de los guardaespaldas, toco y el que abrió fue Ezra, volteando a ver a todos lados.
-¿Qué sucede? –Preguntó alerta.
-Tranquilo, solo venía a decirles, que el vuelo se adelantó, apresúrense, a las ocho tenemos que estar en el aeropuerto –Sin esperar una respuesta, caminó hasta la habitación de Ana.
Toco un par de veces, antes de que le abrieran. Philip abrió la puerta, aun medio dormido.
-¿Qué hora es? –Preguntó al ver a Yessabell, arreglada.
-Las seis veinte de la mañana –Contestó Yessabell, sin inmutarse –Levántense ya, nos vamos a las siete treinta, debemos estar a las ocho en el aeropuerto –Le dio una amplia sonrisa y se dio media vuelta –Me voy, con o sin ustedes –Anunció sobre se hombro.
Después se dirigió a la habitación de los guardaespaldas de Ana.
Aquello le resultaba raro, pues casi no hablaba con ellos, pero no dudo en tocar la puerta. Taylor fue el que abrió la puerta, en pijama y frotándose los ojos.
-¿Qué sucede? –Preguntó frunciendo el ceño, al ver a Yessabell frente a su puerta y no a Ana.
-Nos vamos a las siete treinta, el vuelo se adelantó. Dense prisa por favor –Explicó Yessabell un poco tímida.
-Claro, gracias por avisar –Taylor bostezo, haciendo a Yessabell reír.
-Que le pasa a todo el mundo, que les cuesta levantarse temprano –Yessabell se dio la vuelta y regresó a su cuarto, para su sorpresa, Derek seguía tendido en la cama.
No lo pensó dos veces y salto en la cama, encima de Derek, quien abrió los ojos de golpe.
-Levantate dormilón –Yessabell, comenzó a llenarlo de besos por toda la cara.
-Es muy temprano –Por fin se sentó y se estiro a más no poder.
Yessabell en su regazo se dobló de la risa. Derek estaba todo despeinado y bostezando, se veía muy tierno.
-Te ves tan tierno cuando despiertas –Yessabell le alboroto el cabello.
-¿Qué pasa, por qué las prisas? –Preguntó Derek tomándola de la cintura.
-Tenemos que irnos antes, Joey adelanto el viaje por lo de unos negocios. Nos espera a las ocho en el aeropuerto –Yessabell se bajó de su regazo y lo jaló para que se levantará -¡Arriba!
Derek le sonrío y por fin se levantó.
A las ocho en punto, todos estaban abordando el Jet de Joey, quien los saludo animadamente, desde la puerta.
El interior era agradable, madera por todas partes y el blanco sobresalía. Los asientos estaban colocados uno enfrente del otro, con una pequeña mesa en el centro. Podían reclinarse para dormir o mantenerse derechos, para hablar, estaban hechos de un suave algodón, que hacia fácil poder dormir en ellos.
-Siéntense donde quieran –Indicó Joey, mientras cerraban la puerta del jet.
Yessabell y Derek se sentaron juntos y Ana y Philip, se sentaron frente a ellos, mientras que Ezra, Henry y Malcom, se sentaron detrás de Yessabell. Ted y Taylor, se sentaron detrás de Ana. Joey se fue a la cabina con el piloto y una chica de servicio se acercó a ofrecerles bebidas, pero lo único que todos querían era dormir.
El vuelo duro cuatro horas, todos durmieron como piedra y cuando llegaron al aeropuerto de Fondett, ninguno se molestó en despertar.
Joey, junto con los guardaespaldas bajó las maletas del jet y las llevaron a dos SUV que estaban esperando para llevarlos.
Yessabell se despertó y cuando no vio a nadie en el jet, más que a Ana, Philip y Derek, se levantó de un brinco, golpeándose en la cabeza con el maletero, lo que despertó a los demás.
-Ya llegamos –Susurro Philip recargado en el hombro de Ana.
Yessabell se asomó por la ventana y vio a Joey con los guardaespaldas, guardando las maletas.
-Creo que somos los últimos –Se volteó a ver a Derek –Vamos –Le dio un empujoncito y se levantó.
Los cuatro bajaron bostezando y estirándose para despabilar.
-¡Vamos chicos! –Animó Joey chocando las palmas –Johann nos espera con el almuerzo.
Todos subieron a las camionetas y cuarenta minutos después, estaban en la casa de Johann. Se veía impresionante con los nuevos arreglos y la nueva zona donde se ubicaba.
Era una casa, sumamente sustentable, tres pisos que cubrían varios metros y el gran jardín, donde se colocó un pequeño establo, cerca del bosque, para poder cabalgar.
El tercer piso era ocupado por la familia, Johann había pasado todas las cosas de Yessabell, a la habitación de arriba, dejando la misma vista; el gran terreno baldío de enfrente y la casa de a lado, que estaba a unos 15 metros. Seguía con la misma estructura de madera y el exterior estaba recién encerado. Aunque las habitaciones se habían incrementado, seis en el segundo y tercer piso y el pequeño salón, se había expandido, igual que el comedor.
Johann estaba en la puerta, esperando a los chicos con los brazos abiertos.
-¡Mamá! –Yessabell salió corriendo de la SUV, para arrojarse a los brazos de Johann –Te he extrañado tanto.
-¡Cariño, yo también! –Johann soltó algunas lágrimas.
-No llores mamá –Yessabell se retiró y le sonrío, le tomó la mano izquierda y frunció el ceño -¿Dónde está el anillo?
-¡Oh! no queríamos hacerlo sin que no estuvieras presente –Johann, alzó la mirada, todos estaban detrás de Yessabell, contemplando la escena –Vamos todos adentro, a pesar de la hora, el clima aquí es más frío, no quiero que se congelen.
Johann llevo a los guardaespaldas al segundo piso, cada uno en su propia habitación. Johann dormía con Joey en la primera habitación del tercer piso, Yessabell estaba en el fondo y Ana y Philip, dormirían frente a su habitación, al otro lado del pasillo.
-Pónganse cómodos y en media hora bajan para comer –Indicó Johann desde el pasillo, mientras bajaba a la cocina con Joey.
-¡No puedes ser! –Exclamó Yessabell, al ver su habitación.
La alfombra seguía intacta, igual que la cama, el sofá, y las cómodas, pero Johann había agregado las estrellas en el techo, más poster de The Beatles y Coldplay. Una lámpara con la pantalla de Ed Sheeran, un tocadiscos nuevo y un pequeño estante, debajo de él, con nuevos vinilos. El armario era más grande y estaba repleto de su vieja ropa y algunas prendas nuevas.
-Huele a manzana –Murmuró Derek paseando por la habitación.
-Es mejor de lo que era antes –Yessabell se metió y cerró la puerta.
Camino hasta el armario y dejo su pequeña maleta junto a él.
-Ese cuadro no estaba antes –Derek señaló un hermoso cuadro de una foto familiar, que descansaba en la pared sobre la cama.
Fue un año antes de que el papá de Yessabell muriera, estaban en el jardín de la casa, en pleno verano, disfrutando del sol.
-Tenía doce años –Susurró Yessabell, acercándose a su cama, sonrío para sí –Ese día papá dejo su trabajo de lado, para salir con mamá y conmigo al jardín, yo había tenido un mal día y acabo siendo uno de los mejores.
-Creo que nunca había visto una foto de tu padre –Derek dejo su maleta junto al armario y camino junto a Yessabell –Seguro que yo le agradaría bastante.
-¿A sí? –Yessabell se volteó y comenzó a hacerle cosquillas en las costillas.
-Para, por favor –Pidió él entre risas –Detente...
-Ok, ok –Yessabell dio un paso atrás –Vamos abajo, seguro que mi mamá, necesita ayuda.
-Lo que digas mi amor –Derek la atrapó en sus brazos y la beso.
Cuando bajaron a la cocina, ya todos estaban en el comedor.
-Cariño, vengan, llegan a tiempo –Johann les ofreció asiento, cerca de ella –Les tengo buenas noticias, siéntense.
Yessabell se sentó a lado derecho de Johann, con Derek a su lado.
-¿Y qué es? –Pregunto Yessabell, mientras tomaba un sorbo de jugo.
La mesa ya estaba servida.
-El próximo fin de semana, haremos una cena para celebrar el compromiso oficialmente y Joey me entregara el anillo –Contestó Johann radiante –Tenemos todo preparado, el servicio de banquete y demás, solo vendrán algunas amistades y ustedes.
-¿Y ya tienen la fecha de la boda? –Preguntó Ana, inusualmente feliz.
-Será en las próximas vacaciones de verano, aunque no hemos decidido el día exacto, pero ya sabemos que tenemos un año para organizarlo –Contestó Johann tomando la mano de Joey –Tenemos los trajes para los chicos para la cena –Volteó a ver a Ana y luego a Yessabell –Y a ustedes les compre unos bonitos vestidos, están en mi cuarto.
-Muchas gracias Johan, no debiste molestarte –Ana le dio una sonrisa tímida.
-No es ninguna molestia Ana, tú padre ha hecho mucho por mi niña, ya era hora de que nos pongamos a mano –Johann le dio un rápido abrazo a Yessabell –Ahora a comer, tienen que descansar, porque Joey, les tiene muchas actividades planeadas para después de la fiesta.
Después de comer, los chicos descansaron como nunca, les esperaban unas largas vacaciones.
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