Capítulo 3 Solo Amigos
Al día siguiente se levantó temprano, se arregló y bajo a esperar a Derek. Los días comenzaron a pasar rápido, mientras más tiempo pasaba Yessabell con Derek, más se conocían.
Encontraron una tienda de vinilos, cerca de donde encontraron una buena tienda de ropa y de comida china. Todo en las orillas de la ciudad.
Derek era fan de The Rolling Stones, tanto como Yessabell era fan de The Beatles, ambos tenían gustos musicales similares y también en películas. Ambos odiaban las películas de romance y preferían ver acción y zombis comiendo gente.
Sus gustos en cuanto a ropa, eran parecidos, más formal que casual. Y los padres de ambos, eran exitosos. Mientras Johann estaba por convertirse en presidenta de una de las sucursales donde trabajaba, el padre de Derek era cirujano cardiovascular y su mamá, una exitosa abogada.
Para el último día de vacaciones, habían encontrado varias discotecas decentes y fiables, donde podían pasar el rato, sin necesidad de parlotear con la gente. Encontraron dos, que sonaban música de los 60´s, 70´s y 80´s, donde podían platicar y disfrutar de la buena música, aunque de vez en cuando sonaban los Covers, mal hechos.
-Eso fue realmente, esperanzador –Bromeó Yessabell, mientras subía las escaleras de la casa.
-Lo sé, ¿Quién diría que encontraríamos buenas discotecas, poco frecuentadas? –Preguntó Derek, con buen ánimo.
-Eso es mejor, no muchos aprecian la buena música –Contestó Yessabell sacando su llave –Debo irme, mañana empiezan las clases y no quiero quedarme dormida en mi primer día de clases.
-Lo sé, igual yo, a todo esto… -Derek, respiró profundamente –No me has dicho, ¿Qué piensas estudiar?
-Cierto, veamos, ahora que llevamos un mes saliendo, como amigos –Yessabell se apoyó en la puerta, contemplando la situación –Creo que es bueno decirte que pasaste la prueba. Somos amigos y tienes derecho a saber lo que voy a estudiar. Literatura.
-¿En serio? –Preguntó Derek incrédulo.
-Sí ¿Por qué te sorprende? –Preguntó Yessabell, con media sonrisa.
Últimamente, eso de sonreír se le daba mucho, más a lado de Derek.
-No es… es solo que… yo también voy a estudiar literatura –Contestó Derek, intentando no sonar tan alegre por ello.
-Wow, eso es… no puedo creerlo… es… -Yessabell no quería decir la palabra, pues fue la última palabra que le dijo a Stephen, en persona.
-Es el destino, llevándonos por el mismo camino –Dijo Derek, más entusiasta.
-Como sea –Yessabell se volteó y abrió la puerta –Nos vemos mañana Derek –Cerró la puerta y se fue a su habitación, a preparar sus cosas, para la escuela.
Esa noche, tuvo el sueño que hace tiempo no tenía.
Las palabras de Stephen.
–Volveremos a vernos
Y su respuesta:
–El destino lo dirá.
Su último beso, todo se repitió de manera incesante, hasta el amanecer.
Al despertarse de dio cuenta de la velocidad con la que latía su corazón y de obligo a dejar de lado su vida con Stephen. Él no estaba más. Ella tenía que continuar.
Se fue directo a la ducha y se arregló para su primer día de clases.
Todos en el comedor, comentaron lo emocionados que estaban, incluso Yessabell, quien comenzaría de nuevo con el vóley bol y la lectura.
Todos se despidieron y salieron de la casa.
Derek estaba al pie de la escalera, esperando a Yessabell, cosa que la sorprendió, porque no habían quedado en nada.
-Hola –Saludo Sonia, animadamente.
-¿Tú eres el amigo de Yessabell? –Preguntó Philip, mientras bajaba las escaleras.
-No nos conocemos, yo soy Marisol, él es Philip y ella Sonia –Dijo Marisol haciendo las presentaciones, volteo a ver a Nicolás que se quedó detrás con Ana –Él es Nicolás y ella Ana.
-Mucho gusto chicos, soy Derek –Se presentó, educadamente. Apretando la mano de todos.
-Lo sabemos –Dijo Ana, guiñándole el ojo, mientras todos comenzaban su camino, a los diferentes campus.
-Cuida a nuestra Yessabell –Le advirtió Philip, mientras se alejaba.
-Lo hare –Dijo Derek mientras todos se iban y le agitaban la mano en el aire, para despedirse.
-¿Qué haces aquí? –Preguntó Yessabell, quien salió al último, cerrando la puerta con llave y bajando rápidamente, hasta donde estaba Derek.
-Buenos días Yessabell, yo también te extrañe –Dijo Derek sarcásticamente.
-Lo digo enserio, no me dijiste que estarías aquí ¿Conociste a mis amigos? –Preguntó Yessabell, mientras se acomodaba la mochila en el lado derecho y comenzaba su camino al campus.
-Algo así –Contestó Derek, mientras la seguía –Te ves muy bonita.
Yessabell había elegido una blusa roja, una falda vaporosa de color rosa palo, sus botas cafés y un saco café chocolate. Su cabello volaba con el viento y solo se había puesto un poco de rímel y algo de brillo, no queriendo llamar la atención, sin embargo no había funcionado.
-Gracias, tú también te ves bien –Yessabell le sonrío y siguió caminando.
Derek por su lado, había elegido unos pantalones de lino, color negro y una camisa azul cielo, con un saco negro, sin corbata.
La respuesta de Yessabell lo había dejado atónito, después de haberle hecho cumplidos por todo el mes, era el primero que aceptaba sin tener una copa encima, o ser aporreado con un ramo de flores.
-Vaya, jamás pensé…
-Tú no piensas Derek –Interrumpió Yessabell, antes de que le dijera lo que pensaba, porque ya sabía lo que era -¿Cuál es tu horario?
Derek se dio cuenta que estuvo a punto de meter la pata, así que continuo con el cambio de tema de Yessabell.
Sacó el horario de su mochila y se lo paso. Las clases comenzaban a las 9:00am y terminaban a la 1:00pm, después de eso, cada uno elegía sus actividades extra, que consistían en elegir algún deporte o entrar al equipo de animadoras.
Para sorpresa de Yessabell, su horario coincidía con el de Derek, a excepción del deporte, él estaba en baloncesto.
-Tenemos el mismo horario –Dijo Yessabell, despreocupada –Solo que yo no tomo Baloncesto –Le regresó a Derek, su hoja.
-Vaya, no pensé que te gustaba tanto como para seguirme toda la mañana ¿En qué deporte estas? –Preguntó Derek, guardando su papel en la mochila.
-No me gustas, solo somos amigos –Dijo Yessabell un poco molesta –Como sea, estoy en vóley bol.
-Eso lo explica –Dijo Derek, mientras llegaban al edificio de Literatura.
-¿El qué? –Preguntó Yessabell, mientras atravesaban las puertas de cristal
-Te diré esto, pero por favor, no me golpees –Suplicó Derek conociendo el carácter de Yessabell.
-Ok, no lo hare, pero sí es algo malo, no la cuentas –Advirtió Yessabell jalándolo a un rincón, por si se trataba de algún sucio secretillo.
-Ok, pero de verdad, no me pegues –Dijo Derek, respirando profundo.
-Solo dilo –Dijo Yessabell entre dientes, cansada de las largas explicaciones de Derek.
-Ok, ya. El vóley bol explica que… -Derek lo dudó un poco, pero al ver la impaciencia de Yessabell, lo soltó rápidamente –Tengas unas largas y hermosas piernas –Se agachó un poco y se cubrió con los brazos, esperando a que Yessabell, comenzara a golpearlo. Pero no pasó nada.
-¿Eso es todo? –Preguntó Yessabell mientras se alejaba y comenzaba a buscar el aula donde tenían su primera clase.
-¿Qué? –Derek se acomodó y vio a Yessabell a unos metros de distancia, subiendo unas escaleras y corrió para alcanzarla.
-¿Qué te entretenía? –Preguntó Yessabell caminando por un pasillo, lleno de salones, buscando su aula.
-Pensé que me golpearías –Derek la siguió, buscando el aula.
-No seas idiota Derek, no eres el primero que me lo dice, lo sé de sobra y los chicos no paran de decírmelo, la verdad, ya te habías tardado –Yessabell se detuvo frente al aula 400 y abrió la puerta –Es aquí.
Derek la siguió, el aula era como una sala de cine, con asientos en escala ascendente, las butacas eran de madera de roble y en la entrada del aula, a unos cuatro metros, estaba el escritorio, con dos sillas y un enorme pizarrón blanco detrás de él.
Apenas había diez alumnos cuando entraron y el profesor en turno, no estaba presente.
Yessabell subió por las escaleras que se encontraban de costado a la pared a su izquierda, llego a la cuarta fila y camino hasta llegar al centro de la fila, encontrando una vista perfecta de la clase, con Derek a su lado derecho. Tres butacas a si izquierda estaban vacías, después estaban al final de la fila, dos chicas ojeando un libro.
Yessabell se sentó y sacó de su mochila, unos lentes con aumento y armazón negro, se los coloco, haciéndola ver más sexy e intelectual.
-No sabía que necesitaras lentes –Dijo Derek mientras se sentaba a su lado y sacaba un cuaderno y un bolígrafo.
-La verdad es que no los necesito, solo los ocupo cuando leo, pero mi vista de halcón, no es a prueba de jeroglíficos, no sé qué tipo de escritura tienen los profesores y si logro descifrarla, no los necesitare –Explicó Yessabell, mientras sacaba un cuaderno y su bolígrafo.
-Buena esa, no lo había pensado, pero tienes razón, me comprare unos en cuanto salga –Dijo Derek pensando que él tampoco era bueno descifrando jeroglíficos.
-Disculpa ¿Este asiento está ocupado? –Preguntó un chico flacucho y alto, con ojos y nariz, perfectos, una sonrisa deslumbrante y melena larga y negra.
Yessabell volteo a ver los tres asientos vacíos y después regreso la vista al chico.
-Sí, los tres de hecho, unos amigos –Contestó Yessabell y después saco su celular para distraerse un rato.
-Oh, perdón –El chico se fue y se sentó, detrás de las chicas de la orilla.
-¿Por qué le dijiste eso? –Susurró Derek –Es mentira. No tenías que ser grosera con él.
Yessabell levanto la vista de su celular y volteó a ver a Derek, incrédula.
-Oh, discúlpeme usted por mis modales, pero no le dije nada grosero. Si no te parece, ofrecele tu asiento –Yessabell regresó la vista a su celular.
-Aunque… pensándolo bien… que se joda –Susurró Derek y concentro su vista en su cuaderno, mientras dibujaba un garabato.
A veces, Derek podía olvidar que estaba con Yessabell, y cómo era Yessabell realmente.
Unos minutos después, algunos alumnos entraron, completando la clase y el profesor se hizo presente.
-¡Buen día jóvenes! –Anunció el profesor al entrar –Soy Maestro en Latín y mi nombre es Jonathon Parker, pero pueden decirme Maestro Parker –El profesor estaba detrás del escritorio contemplando la clase frente a él –Veo que tenemos mayor asistencia este año y eso me agrada –Dijo al notar la clase de 25 alumnos.
Todos voltearon a verse entre sí, Yessabell se limitó a mantener la vista fija en el pizarrón, mientras el profesor hacia algunas notas, con una hermosa letra, perfectamente legible.
-Creo que nos las necesitaras –Dijo Derek, señalando las gafas de Yessabell.
-Tienes razón –Yessabell se quitó las gafas y las guardo.
-Aunque la verdad, te hacen ver más sexy a intelectual –Derek hizo el comentario, sabiendo que Yessabell no podría golpearlo en plena clase.
-¿Sabes? Creo que conozco a este maestro –Dijo Yessabell ignorando el comentario de Derek, mientras seguía tomando nota.
Antes de que Derek preguntara algo, el profesor lo interrumpió.
-Bien, para este semestre, necesito que lean uno de los siguientes libros y hagan un ensayo –Anunció el Mtro. Parker, señalando la lista de libros que escribió en el pizarrón –Tal vez ya hayan leído alguno, por lo que les pido, lean uno diferente, los temas son variados e interesantes.
Cuando la clase termino, Yessabell se levantó rápidamente, empujando a Derek, para alcanzar al maestro. Lo detuvo a solo unos pasos fuera del salón.
-Maestro Parker –Lo alcanzó y él volteo rápidamente – ¿Tendrá un minuto?
-Claro Srta. ¿Lovato? –Preguntó el Mtro. Parker, dudoso.
-Así es, usted ¿Conocía a mi padre, el profesor Anthony Lovato? –Preguntó Yessabell, un poco emocionada.
-Así es Srta. Lovato. Lo conocí –Contestó el Mtro. Parker orgulloso –Un hombre excepcional y espero que usted sea igual.
-Tal vez no lo iguale, pero daré lo mejor que pueda. Y sobre el ensayo… ya leí todos los libros que sugirió, espero no le moleste, que elija el que más me ha gustado –Dijo Yessabell con timidez.
-No me sorprende, teniendo a un padre como Anthony, todo es posible, elija el que más le convenza –Dijo el Mtro. Parker.
-Gracias. –Dijo Yessabell por su aprobación.
-De nada Srta. Lovato, que tenga un buen día –El Mtro. Parker se alejó.
-¿Todo bien? –Preguntó una voz detrás de Yessabell.
-Sip –Le dijo al chico flacucho, que había pedido el lugar a su lado y que obviamente noto que nadie ocupo las tres butacas vacías –Adiós –Yessabell comenzó a caminar, pero el chico la siguió.
-¿Por qué me mentiste? –Preguntó el chico, igualando el paso de Yessabell, mientras ella buscaba su siguiente clase -¿Dije algo que te molesto?
La verdad el chico no dijo nada malo, pero Yessabell tendía a asustar a los chicos por cualquier cosa que le dijeran, como una especie de repelente contra insectos, impidiendo cualquier contacto con la humanidad.
-No –Contestó Yessabell, al momento que encontró el aula de su siguiente clase.
-¿Entonces, que fue? –Preguntó el chico, deteniendo la puerta para que Yessabell no entrara. Obligándola a verlo.
-Nada, ok. Ahora dejame entrar –Pidió Yessabell, con toda la amabilidad posible.
-¿Cuál es tu problema? –Preguntó el chico, frustrado por no tener una respuesta.
-¿Cuál es el tuyo? Dejame en paz –Yessabell lo empujó y por fin entro a la clase.
Afortunadamente la profesora llegó detrás de ella y Derek ya estaba adentro, apartándole un lugar, en el centro de la cuarta fila.
-¿Dónde estabas? –Susurró, en el momento en que Yessabell, se sentó a su lado.
-Ese chico que me pidió el asiento, no me dejaba en paz –Susurró Yessabell, de vuelta.
La clase comenzó, se trataba de Filosofía y Lenguas. Con la Mtra. Torres, quien se mostró amable y atenta a la clase de 20 alumnos.
Cuando la clase termino, Derek y Yessabell, caminaron al tercer piso a su tercera clase, Recreación Literaria y después a su cuarta clase; Lectura Grupal, donde lo que tenían que hacer, era exactamente leer, frente al grupo y mejorar su dicción, agregando nuevas palabras a su vocabulario.
Clase, en la que se encontró con el chico flacucho, así que en cuanto la clase termino, Yessabell corrió a buscar el gimnasio, para la clase de vóley bol.
-¿Ahora huyes de mí? –Preguntó una voz familiar, detrás de Yessabell.
-¿Qué? –Yessabell se hizo la desentendida y volteó, para encontrar al chico flacucho frente a ella, con los brazos cruzados.
-Tengo clase, así que –Yessabell camino un poco, estaba a solo unos pasos de la puerta del gimnasio, pero el chico le obstruyo el paso –Con permiso.
-¿Así que tienes modales? –Preguntó el chico sarcásticamente.
-¿Disculpa? –Preguntó Yessabell con el ceño fruncido.
-Disculpa aceptada –Dijo él –Me puedes explicar ¿Por qué me odias?
-No te estaba pidiendo disculpas. Y no… -Yessabell respiró profundo –Enserio tengo clase, así que dejame pasar.
-Solo dímelo –Suplicó el chico, con media sonrisa.
-No te odio, ni me caes bien. No te conozco. Simplemente no tengo por qué sentir algo por ti –Dijo Yessabell, intentando sonar amable.
-Bueno, tienes razón, pero…
-Explicación dada, me voy –Yessabell lo empujó un poco y se acercó a la puerta del gimnasio, entrando.
-¡Me llamo Cristopher! –Gritó el chico, al otro lado de la puerta.
Yessabell lo ignoró, caminando hasta los vestidores. Donde se encontró con las demás chicas del equipo, a comparación del bachillerato, no debía hacer pruebas, ya que entro con una beca deportiva, por lo que tuvo una prueba cuando realizo su examen de admisión.
Se adaptó rápidamente al equipo y estuvo practicando por una hora, mientras la capitana explicaba que no se trataba de un equipo cualquiera, sino que tendrían que representar al campus, en distintos torneos estudiantiles.
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