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Capítulo 26 ¿Famosa?

Para el sábado en la tarde, Yessabell estaba exhausta. La semana había pasado volando, Derek se había disculpado por no haberla llamado, pero tuvo entrenamiento todo el fin de semana, previo al regreso a clases. Yessabell le había dicho que no había problema, así que estaba bien, en cuanto a Stephen. Ni siquiera sabía nada. Había hablado con Fanny y Bruno, pero a ninguno les pregunto sobre él.

El Sr. Parker le comento, que su ensayo sería publicado en el número del mes, que sería a finales de mayo, justo en el mismo momento en que las revistas, publicarían las entrevistas. Parecía que las cosas iban bien, incluso Ana estaba más tranquila, no era de esperarse con sus guardaespaldas, sobreprotectores. No había novedades sobre el asesino, y ningún avance en el caso. Lo que hizo a Yessabell, pensar que estaba segura ahora que sabía, lo que quería el asesino, aunque tampoco le deseaba el mal a Ana.

-¿Todo bien? –Preguntó Milo haciendo a Yessabell, regresar al presente.

-Sí, todo bien –Contestó Yessabell terminando de limpiar las mesas.

-Pues es hora de irse, llevas diez minutos, limpiando la misma mesa –Bromeó Milo -¿Extrañas la compañía de Derek? –Preguntó con media sonrisa.

Derek había pedido permiso para faltar los sábados de todo el mes, pues tenía sus encuentros de baloncesto los fines de semana, en las ciudades cercanas, por lo que ese día, no estaba presente y no estaría, para las entrevistas de Yessabell.

-No es eso, es solo que… ahora que sé, que el asesino esta tras Ana… todo cambia –Confesó Yessabell preocupada.

-Te entiendo, tú amiga, debe estar… no lo sé, volviéndose paranoica –Dijo Milo con tristeza.

-Tal vez –Yessabell no tenía ánimos para hablar de aquello, lo que Milo pudo notar en su mirada.

-Deberíamos irnos –Sugirió Milo quitándose el delantal.

-Claro, vamos –Yessabell se quitó su delantal y fue por sus cosas.

A la mañana siguiente, se levantó temprano para estar bien arreglada para su entrevista. Nicolás y Renata la acompañarían, igual que Ana, con quien iba a revisar las pinturas y los cuadros para adornar la sala y el comedor.

No sabía que usar para la entrevista, Ezra aseguro que el Sr. Cornelio no exigió nada en particular, por lo que eligió uno de sus atuendos favoritos. Una blusa azul cielo, dejando los botones altos desabrochados, un saco rojo con mangas que le llegaban a los codos, una hermosa falda rosa palo que le llegaba arriba de las rodillas, y con algo de volumen y por supuesto, sus hermosas botas rojas, de tacón, con las que se veía, más que elegante, para darle el toque poderoso a su look, dejo su melena castaña suelta, arreglando sus hermosas ondas, colocando una hermosa horquilla blanca del lado izquierdo; sosteniendo unos mechones. Se colocó un poco de rímel en las pestañas enchinadas y algo de brillo en los labios, tomo un pequeño bolso azul y se lo cruzo en los hombros, guardo su celular, su cartera y sus llaves y salió decidía.

Ana y Renata no dejaron de alagarla en todo el camino hasta el centro comercial. Nicolás se limitó a sonreírle, mientras preparaba su cámara.
Llegaron al Centro comercial, escoltados por los guardaespaldas, Ezra llevaba a Yessabell del brazo derecho.

-Te ves hermosa –Le susurró haciendo que Yessabell se estremeciera de placer y se ruborizara.

-Para o vas a hacer que me lo crea –Yessabell le lanzó una pequeña sonrisa y se dirigieron al tercer piso, donde ya los esperaba todo el equipo de Cornelio.

Se había montado un pequeño escenario, donde se llevaría a cabo la entrevista, que saldría tanto en la televisión, como en la revista. Otro pequeño escenario en un rincón, donde se harían las fotos, con algunos artículos de deporte.

-Buen día Cornelio –Saludó Ezra en cuanto llegaron a su lado.

-Oh, joven Miller, Srta. Lovato –Dijo, saludando con la cabeza, pues las manos las tenía ocupadas con un micrófono, algunas notas, una libreta y una soda –Llegan justo a tiempo, ya está todo listo, aunque… -Volteó a ver a Yessabell -¡Tania! –Grito sobre su hombro, una chica encantadora con exceso de maquillaje apareció corriendo –Dale un retoque de maquillaje.

-Claro señor –Tania tomó el brazo de Yessabell y la llevo a un banquito para ponerle un poco de rímel en los ojos y algo de rubor, Yessabell agradeció que respetara su maquillaje natural.

-Ellos son amigos de Yessabell –Dijo Ezra, mientras Yessabell era sometida a las manos de Tania –Nicolás y Renata quieren hacer unas fotos en la sesión, están estudiando fotografía y tienen un pequeño proyecto, en el que les viene bien, las fotos.

-Por supuesto –Aseguró Cornelio dejando su soda en manos de su asistente, junto con todo lo demás a excepción de su micrófono –Después de que mi equipo termine las fotos, les dejamos un tiempo para que hagan lo suyo, entenderán que necesitamos hacer esto lo más pronto posible, pues no tenemos mucho tiempo para correcciones.

-Claro, muchas gracias señor –Agradeció Nicolás con una enorme sonrisa.

-De nada muchacho y llamame Cornelio. Ahora sí me disculpan, tengo que empezar. –Cornelio les esbozó una sonrisa y se fue a sentar al pequeño escenario.

Yessabell caminó hasta él y tomo asiento a su lado, en una silla negra de escritorio, se sentó derecha y sonrío, mientras Cornelio, comenzaba con la entrevista.
La entrevista duro, alrededor de media hora, tal vez un poco más, prácticamente le preguntó a Yessabell sobre su trayectoria en el vóley bol, sus pasatiempos, la carrera que estaba estudiando y lo que esperaba de su futuro en el deporte. Yessabell intentó dar respuestas claras, concisas y sin rodeos. Hasta que llego la última pregunta.

-Y por último –Expresó Cornelio sonriente –Me imagino que nuestros lectores y televidentes, se estarán preguntando, nuestra hermosa deportista literaria ¿Tiene novio?

Yessabell sintió el rubor, llegar en sus mejillas, aquella pregunta no se la esperaba, respiro profundo y continuo sonriendo.

-No Cornelio, no tengo novio –Contestó sin dejar de sonreír.

-Vaya, amigos –Cornelio se volteó a la cámara –La chica más hermosa que hayamos conocido, esta soltera y sin compromisos, no esperen más –Se volteó hacia Yessabell nuevamente –Muchas gracias Yessabell Lovato.

-A ti Cornelio –Dijo Yessabell y la entrevista termino. Yessabell no se había dado cuenta, que las manos le sudaban.

-Has estado estupenda –Admitió Cornelio levantándose –Ahora la sesión de fotos –Condujo a Yessabell al otro escenario, donde habían puesto una tela verde, con la que darían los distintos fondos. –Te dejare con Jorge, él es quien sabe de todo eso –Yessabell asintió.

-Podemos hacer unas cuantas aquí y otras en algunas de las tiendas deportivas –Sugirió el fotógrafo, señalando las tiendas deportivas alrededor.

-Claro, lo que consideres mejor Jorge –Accedió Cornelio regresando a su silla a terminar su soda.

-Bien Yessabell, necesito que te coloques en el centro de aquel lugar –Señaló el pequeño escenario, que más parecía una pequeña casita verde –Puedes tomar un balón y hacer una pose –Sugirió Jorge, mientras se colocaba frente a la cámara.

-Ok –Yessabell tomó un balón de vóley bol del suelo y lo sostuvo en alto, como si fuera a golpearlo.

Jorge tomó la cámara y comenzó a tomar fotos a diestra y siniestra, mientras Yessabell hacia poses serias, divertidas, sonrientes y todo lo que se le ocurría, entre los accesorios que tenía a su alrededor.
Cuando terminaron, pasaron a algunas tiendas, mientras las personas veían a Yessabell posar entre los artículos de la tienda y Jorge tomando fotos sin parar. Ezra los siguió de cerca, Ana, Nicolás y Renata, hicieron lo mismo.
Nicolás y Renata habían tomado unas fotos sin flash, a espaldas de Jorge, por lo que no tendrían que esperar a que terminaran. Cuando Jorge por fin decidió que tenía suficientes fotos, regresaron al pequeño montaje, donde Nicolás tomo algunas fotos más y por fin terminaron.

-Lo haces de maravilla –Aseguró Jorge, mientras Yessabell se acercaba a ver las fotos en la pequeña pantalla de la cámara –Eres muy fotogénica y muy hermosa –Volteó a verla –Te prometo que serán de buena calidad.

-Gracias –Dijo Yessabell, algo nerviosa por la dulce mirada de Jorge.

-Eso es todo –Declaró Ezra después de hablar con Cornelio –El número sale a finales de Mayo. Mañana hablo con ellos, para que me den el cheque por la entrevista.

-Claro –Yessabell le sonrío y lo tomo del brazo –Nos vemos luego Jorge –Se despidió de él y todos bajaron al segundo piso, a la tienda de antigüedades.

-Nosotros tenemos que ir a revelar las fotos –Explicó Nicolás impaciente –Tengo algunas ideas para el proyecto.

-Tranquilo Nicolás –Pidió Renata riendo –Yessabell, tal vez podamos terminar las otras fotos en una semana, después de tu próxima entrevista.

-Claro, nos vemos en casa –Yessabell les sonrío y se despidió de ellos.

Ana junto con sus dos guardaespaldas, caminaron por los pasillos de la tienda, mientras Yessabell y Ezra, admiraban algunos retratos de famosos, colgados en la entrada de la tienda. Malcom y Henry, se quedaron en la entrada, haciendo guardia. Era una gran tienda por dentro, a pesar de que se veía pequeña por fuera. Estaba dividida en varios pasillos, con estantes llenos de libros, figuras de porcelana o cerámica, algunas lámparas y otras curiosidades. En las paredes colgaban retratos o pinturas de famosos, algunos móviles y cortinas de cuentas coloridas.

-¡Yessabell, ven! –Gritó Ana al otro extremo de la tienda, un poco fuerte para que la escuchara.

Yessabell caminó hasta Ana, Ezra se quedó atrás, para darles un poco de privacidad.

-¿Qué sucede? –Preguntó Yessabell cuando se acercó a ella.

-¡Mira lo que encontré! –Exclamó Ana, alegremente, mientras levantaba una pieza única de museo, una figura de porcelana; un pequeño escenario con varios instrumentos, donde aparecían las figuras de The Beatles, enfundados en trajes grises con negro, listos para dar un concierto.

Los ojos de Yessabell se abrieron de par en par, mientras esbozaba una enorme sonrisa.

-¡Dios mío! ¡Me lo llevo! –Dijo sin pensar, tomando la figurita entre sus manos, con mucha delicadez y cuidado.

-Sabía que te encantaría –Aseguró Ana regresando las vista a las demás figuritas en la mesa frente a ella –Creo que ya sé que vamos a comprar, le diré a la encargada que tome nota y que envié todo en una semana, después de que Melinda termine la remodelación de la sala y el comedor.

-Me parece bien –Aceptó Yessabell contemplando la figura de porcelana en sus manos –Voy a pagar esto –Caminó hasta el mostrador, donde estaba la encargada, Ana la siguió, mientras reía por la inocencia de Yessabell.

-Ahora que te hagas famosa, podrás comprar más objetos de colección de The Beatles –Declaró Ana anotando todo lo que quería de la tienda, en una pequeña lista.

-¿Famosa? –Yessabell apartó la vista de la encargada, mientras le entregaba su tarjeta de crédito –Eso no pasara, son solo dos entrevistas y cuando todo el alboroto pase, seguro que todo mundo lo olvida de inmediato.

-Creeme Yessabell, una chica como tú, no pasara desapercibida –Ana entregó la lista a la encargada, junto con su tarjeta de crédito para que cobrara los artículos.

-No lo creo –Yessabell se quedó contemplando la posibilidad de que su vida cambiara, pero para nada estaba acostumbrada a tener las miradas sobre ella –Todo terminara en un mes –Tomó la caja que contenía la figura de porcelana, junto con su tarjeta de crédito -Gracias.

-No estés tan segura –Ana le sonrío y tomo su tarjeta de crédito –Estarás en la mira de todo el mundo, tú vida cambiara, pero sin importar qué. Siempre me tendrás a mí.

-Gracias Ana, eres mi mejor amiga, siempre me estás apoyando, no sé cómo agradecerte tanto –Yessabell le dio un abrazo rápido.

-Lo haces sin querer –Aseguró Ana cuando se apartaron –Tú sola presencia es mí roca. Eres tan valiente, que me contagias tu optimismo y tu fuerza, solo sigue a mi lado, eso es todo.

-Te juro que jamás te libraras de mí –Bromeó Yessabell y ambas rieron.

-Bueno, vamos a casa, quiero que me ayudes a sacar algunas cosas del closet –Pidió Ana saliendo de la tienda –Sé que Philip se esmeró en comprar todo, pero hay muchas cosas, que jamás me pondría, no porque no me gusten, pero hay algunas que no van conmigo.

-Ok, te ayudare, podemos ponerlos en venta o regalarlos a la iglesia o algo así –Sugirió Yessabell.

-Los regalaremos a la iglesia –Ana le sonrío y todos salieron del centro comercial.

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