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Capítulo 17 Mike

Mike Strong.

-No puede ser -Dijo en un sollozo débil -Tu no...

-Querida, en esta vida, todo es posible -Mike dio un paso más cerca, mientras levantaba su arma -No puedo creer que nos volvamos a encontrar, después de tanto tiempo -Levantó su mano libre y tomó la mejilla de Yessabell, limpiando sus lágrimas con el pulgar.

-¡Alejate de ella! -Exclamó Ezra dando un paso al frente.

-¡No te muevas idiota! -Gruñó el hombre con la bolsa de dinero -Ni se les ocurra hacer alguna estupidez.

-Ricardo, llevate a los hombres afuera, Batuca está afuera, él te ayudara, todo menos él -Señaló a Ezra con su arma -Quiero hablar un momento con mi amigo -Le dijo al hombre que llevaba la bolsa con dinero.

Todos los hombres salieron con Ricardo apuntándoles y cerraron la puerta.

-Cada vez, disminuye más tu nivel de prospectos -Dijo Mike aún tocando a Yessabell y bajando su arma.

-¡Dejala en paz! -Exclamó Ezra,
viendo como Mike se apretaba contra Yessabell -¡No te atrevas a tocarla!

-¿Ahora este es tu novio? -Preguntó Mike señalando a Ezra -¿Qué pasó con el increíble Logan? El fuerte e invencible Logan. Apuesto a que él ya habría saltado en tu defensa y no estaría temblando como una niñita -Acercó sus labios a los de Yessabell y por un momento ella pensó que lo peorvendría, pero después se retiro.

-¿Qué es lo que quieres? -Preguntó Yessabell sintiendo que el aire en sus pulmones era cada vez menor.

-La verdad es que no esperaba encontrarme contigo hoy. Mis amigos y yo hemos venido a robar el centro comercial, tengo gente por todos lados -Volteó a ver a Ana, Marisol y Fanny -Vaya, la señorita Sullivan viene contigo, Estefanny Sullivan... que pena -Volteó a ver a su amigo con una sonrisa maliciosa y asintió con la cabeza.

-Ven conmigo un momento querida -Dijo el hombre que tenía las cosas de todos en una bolsa -Daremos un paseo.

-¡No por favor! -Suplicó Fanny, con lágrimas en los ojos, mientras era arrastrada a la parte de atrás de la tienda.

-¡No! ¡No! ¡NO! ¡NO! -Exclamó Yessabell entre sollozos - ¡Por favor no le hagan nada!!¡Fanny!

Pero el hombre no la escuchó y se llevó a Fanny al fondo de la tienda.

-¡No! -Gritaron Ana y Marisol, al mismo tiempo, sujetándose entre sí y temblando por el miedo.

La cajera comenzó a llorar de una forma, verdaderamente aterradora y desesperada.

-¡Callate! -Exclamó Mike, pero la mujer no hizo caso, seguía llorando y gritando aterrada -Tú lo pediste -Mike le apunto y jalo el gatillo.

-¡Ahhhh! - Gritaron las chicas por el fuerte sonido del disparo.

La chica cayó desplomada en el suelo, detrás de la caja, bañada en sangre.

-¡No! -Yessabell se tapó la boca y cerró los ojos fuertemente, esperando que todo fuera una pesadilla y no la realidad, pero cuando los abrió se dio cuenta de que no era un sueño.

-Tranquila Yessabell, no te hare daño, es más, yo creo que deberías venir con nosotros, tal vez... -Pasó su mano por el cabello de Yessabell, de una manera que a ella le hizo sentir nauseas -Podríamos recordar los viejos tiempos y yo podría terminar, lo que hace mucho tiempo empezamos.

-Por favor no -Suplicó Yessabell en un hilo de voz, mientras veía por el rabillo del ojo a Ezra, sacando un arma del bolsillo trasero de su pantalón y apuntándole a Mike.

Lo único que Yessabell tenía que hacer, era alejar un poco a Mike y después Erza le dispararía.
En ese momento se escucharon disparos provenientes del exterior, lo que hizo que Mike se alejara de Yessabell y caminara hasta la puerta.

-¿Qué demonios...? -Mike no terminó su frase, Ezra le apunto a la espalda y le dio cerca del corazón, derribándolo en el suelo. Corrió hasta él y tomo su arma.

-Voy por Fanny, intenta llamar a la policía -Le pasó un celular a Yessabell y ella lo tomó con manos temblorosas, mientras Ezra iba a buscar a Fanny.

-Yo lo hago -Dijo Ana corriendo a Yessabell, mientras se limpiaba las lágrimas. Marcó el número y afortunadamente la policía ya estaba en el lugar, solo tenían que esperar a que llegaran hasta ellos.

Se escucharon algunos disparos provenientes del fondo de la tienda y Yessabell corrió a buscar a Ezra. Ana y Marisol la siguieron.
Fanny estaba en un rincón llorando, Ana y Marisol se acercaron a ella y afortunadamente Ezra había llegado a tiempo.

-¿Estás bien? -Preguntó Ana arrodillándose a su lado.

Fanny solo asintió.

-La ayuda estará aquí pronto -Afirmó Marisol -Tranquila, estas a salvo.

Ezra estaba a un lado del hombre en el suelo, con el hombro ensangrentado.

-¡Ezra! -Exclamó Yessabell, acercándose a él -¿Estás bien?.

-Sí, me dio en el hombro, pero estaré bien -Ezra le sonrió a Yessabell y le toco la mejilla -¿Tú estás bien?

-Sí -Asintió Yessabell y después volteó a ver al hombre en el suelo -¿Esta... muerto?

-No, esta inconsciente, pero le dispare en las costillas -Contestó Ezra, volteando a ver al hombre.

-¡La policía está aquí! -Exclamó Ana, viendo a los policías entrar en la tienda.

Los policías sacaron a las chicas del lugar, el cadáver de la cajera y a los dos hombres heridos. Ezra fue llevado a un hospital y los chicos fueron llevados a casa después de un pequeño interrogatorio, todos excepto Yessabell y Nicolás, quien se quedó a hacerle compañía, esperando a que Ezra Saliera.

Malcom estaba en un rincón, hablando con Henry por teléfono, quien bajo las órdenes de Yessabell, se fue con los chicos.

-Ese tipo... Mike -Comenzó a decir Nicolás, mientras se sentaban en las sillas de la sala de espera -Es quien te secuestro, cuando estabas en Whinterpool ¿Verdad?.

-Así es -Contestó Yessabell, recargando su cabeza en el hombro de Nicolás, contemplando el azulejo -Él y su padre.

-¿Son los que recientemente escaparon de prisión? -Preguntó Nicolás, pasando un brazo por los hombros de Yessabell.

-Sí, aunque su padre y otros hombres ya habían sido atrapados... jamás pensé en encontrarme con él. No así -Contestó Yessabell amargamente.

-Cuando nos contaste lo que sucedió, nos dijiste que su padre fue quien ideo todo, pero ¿Por qué estás tan molesta con él? Entiendo que fue cómplice, pero aun así... -Nicolás volteó a verla.

-Él estaba enamorado de mí, más bien obsesionado, diría yo -Dijo Yessabell volteando a verlo -No fue fácil... saber que, quien fingió ser tu amigo... que te traicionara y te entregara a los lobos... lo peor de todo, fue que me hizo dudar de un gran amigo, un buen amigo, con tal de creerle a él.

-¿Te refieres a Andrew? ¿De su advertencia? -Preguntó Nicolás soltándola, para poder verla mejor.

-Sí. Andrew tuvo algo por mí, pero aun así, fue un gran amigo... me defendió y todo lo que yo hice fue... ignorar su advertencia -Yessabell se colocó un mechón de cabello detrás de la oreja y se enderezo en su asiento -Nunca le pedí perdón por no creerle.

-Yessabell, no te sientas mal, recuerda que sacaste algo bueno de esa experiencia -Le recordó Nicolás con una sonrisa tímida.

-¿Qué? -Preguntó Yessabell desconcertada.

-Una nueva amiga -Dijo Nicolás.

-Tienes razón -Yessabell estaba más tranquila. La compañía de Nicolás, siempre era reconfortante.

-Vaya día -Dijo Nicolás con un suspiro, mientras veían a Ezra, salir de emergencias con un vendaje en el brazo.

-¡Ezra! -Yessabell se levantó de su silla y corrió a los brazos de Ezra.

-¡Auch! -Ezra hizo una mueca de dolor, cuando Yessabell lo abrazo fuerte.

-Lo siento, lo siento ¿Estás bien? -Preguntó Yessabell retirándose para verlo.

-Sí, la bala solo me rozo, me pusieron ocho puntadas, pero me apretaste muy fuerte -Dijo Ezra riendo.

-Deberíamos irnos a casa, a descansar -Dijo Nicolás parándose detrás de Yessabell -Malcom ya hablo con Henry, dice que llegaron bien.

-Buena idea, vamos -Accedió Ezra tomando la mano de Yessabell, mientras salían del hospital -Por cierto ¿Quién es Logan?.

-Larga historia, te la contaré en el camino -Dijo Yessabell mientras subían a un taxi.

Durante el camino a casa, Yessabell le contó a Ezra su historia con Logan y lo que había pasado con Mike y su padre, el Sr. Strong, cosa que sorprendió tanto a Ezra, como a Malcom.
Cuando llegaron a casa, los chicos los recibieron entre sollozos y abrazos y todos se fueron s descansar. El padre de Ana, les consiguió todo lo que necesitaban para la acampada con su asistente y quedo en mandárselos al siguiente día.

-Así que después de todo, fue un día perdido -Dijo Marisol mientras todos se sentaban a cenar.

-No tanto -Dijo Nicolás.

-¿Qué de bueno sacamos? -Preguntó Ana a lado de Philip, quien no dejo de besarla y apapacharla, después del duro día.

-Estamos bien. Eso sacamos, por lo menos no fuimos baleados como esa pobre chica -Dijo Nicolás con cierta tristeza.

-Por lo menos su asesino estará tras las rejas nuevamente -Dijo Marisol feliz.

-No, no lo estará -Intervino Yessabell tomando un rollo de sushi.

-¿De qué hablas? -Preguntó Ana con curiosidad.

-Mike... murió en el hospital, igual que el otro tipo -Contestó Yessabell con cierto remordimiento en la voz.

-¿Te sientes culpable? -Preguntó Marisol con sorpresa.

-Yessabell no es tu culpa que la vida les esté cobrando factura -Apuntó Philip rotundamente.

-Philip tiene razón Yessabell, no tienes por qué sentir culpa. Esos tipos lo merecían -Secundó Ana con franqueza.

-No importa lo que merezcan o no -Consideró Yessabell sintiendo la culpa crecer en su pecho -La muerte no es algo bueno para nadie.

Mike podría haber sido un idiota, un verdadero mercenario, pero no por eso merecía morir.

-Claro que lo merecía -Atacó Marisol frustrada -Yessabell deja de ser tan... inocente, tan considerada con los malos.

-Yessabell siempre ha sido inocente -Defendió Nicolás -Yessabell no tiene corazón para castigar a alguien.

-Ese es el problema, Yessabell debe dejar de sentir compasión por todos, era mejor cuando Stephen no estaba y sacaba su lado tierno -Agregó Philip sin darse cuenta de lo que le estaba haciendo a Yessabell.

-¡Basta! -Grito Ana -No importa como sea Yessabell, es nuestra amiga y la apoyaremos, si se siente culpable, bueno...

-Sí, me siento culpable. Por mi culpa termino así. Ahora dejen de hablar como si yo no pudiera escucharlos -Yessabell se levantó y sin decir nada, subió a su habitación.

-¿Y ahora qué dijimos? -Preguntó Marisol desconcertada.

-Todo -Contestó Nicolás -Yessabell está pasando por un extraño proceso. Ella estaba cambiando con Derek, pero llego Stephen y ahora todo se complicó, digamos que su antiguo yo, está resurgiendo -Expuso pacientemente -Y ella realmente era una chica buena cuando la conocimos, una de sus principales características era la compasión y la empatía. ¿Ahora lo entienden?.

-Tienes razón Nicolás -Acepto Philip -Nos dejamos llevar por el momento y la juzgamos sin pensar.

-Somos unos verdaderos amigos de mierda -Admitió Marisol.

-Ok, démosle su espacio y en un rato subimos a disculparnos -Propuso Ana quien se sentía realmente mal, por tratar así a su amiga.

En ese instante el timbre de la puerta sonó, pero ninguno hizo caso.

-¡Yessabell! -La voz de Stephen llego desde la puerta, mientras entraba al comedor -¿Dónde está Yessabell? -Preguntó alarmado al no verla en el comedor.

-Buenas noches Stephen ¿Cómo has estado? Nosotros bien gracias -Dijo Philip sarcástica mente - ¿Cómo entraste?

-Lo siento, pero necesito verla -Dijo Stephen desesperado.

-Philip, no lo molestes -Interrumpió Ana tranquilamente, después volteó a ver a Stephen -Esta en su habitación, pero esta de malas, así que no te sientas mal si te bota -Dijo Señalando las escaleras.

-Ok, gracias -Stephen dio unos pasos fuera pero después se detuvo -¿Puedo subir? -Preguntó, con precaución.

-Sí, adelante -Contestó Nicolás cortésmente.

Stephen subió las escaleras corriendo y llego hasta la habitación de Yessabell, dio dos golpes suaves en la puerta y espero a que abrieran, pero cuando se acercó más a la puerta, pudo escuchar el leve sonido de la música. The Beatles, estaba cantando Let It Be.
Respiró hondo y volvió a tocar, esta vez más fuerte.

-¡Yessabell soy Stephen, por favor ábreme! -Dijo un poco fuerte, para que ella pudiera escucharlo sobre la música.

Unos segundos pasaron y no hubo respuesta, por lo que decidió tocar otra vez, pero antes de poner la mano en la puerta, está se abrió.

-Stephen -Susurró y lo jalo dentro, cerrando la puerta tras ellos. Lo abrazo fuertemente y no pudo contener las lágrimas.

-Tranquila, estoy aquí, estas a salvo -Dijo Stephen en voz baja, mientras la rodeaba dulcemente con sus brazos -Todo estará bien.

-Es mi culpa -Susurró Yessabell, mientras su cabeza descansaba en el hombro de Stephen -Mike está muerto por mi culpa.

-Yessabell no es así -Aseguró Stephen intentando calmarla -Ezra le disparo para defenderte, las cosas salieron como debían salir, el destino de Mike, era ese.

Yessabell se apartó un poco y lo vio a los ojos, sus hermosos ojos grises, que ahora estaban llenos de preocupación y amor.

-¿En serio crees eso? -Preguntó esperanzada.

-Lo creo. Nuestras decisiones tienen ciertas consecuencias, las decisiones de Mike, lo llevaron a ese camino -Contestó Stephen levantando sus manos y tomando el rostro de Yessabell, entre ellas para limpiar sus lágrimas con los pulgares -Te sigues viendo hermosa cuando lloras -Le dio media sonrisa y Yessabell sintió como desaparecía su dolor.

-Siempre te las arreglas para hacerme sentir mejor -Yessabell le sonrío y se paró de puntitas para besarlo, aunque Stephen no era tan alto, aun le llevaba unos centímetros, con su metro noventa.

-No sé si deberíamos... -Susurró Stephen entre dientes, mientras Yessabell cruzaba sus brazos detrás de su cuello.

-Yo creo que sí -Murmuró Yessabell jalándolo hasta su cama.

Stephen la empujo y cayeron en la cama, riendo.

-He esperado mucho, por ti -Dijo Stephen en voz alta, viéndola a los ojos -Volver a ver tus hermosos ojos, oscuros como la noche.

-Yo también espere por ti -Yessabell lo jaló hacia ella y se perdieron en un beso profundo y lleno de amor.

Yessabell sintió las mariposas en el estómago, un extraño hormigueo recorrer su cuerpo y la pasión y el amor, inundando el momento.
Una sensación que hacía mucho que no sentía, ni si quiera con Derek o Ezra.

-Olvidémonos del trato, por un rato -Sugirió Stephen mientras besaba su cuello y sus manos exploraban el cuerpo de Yessabell.

Yessabell no dijo nada, se perdió en el tacto de Stephen, por un momento todo a su alrededor se desvaneció, solo eran ella y Stephen.

Le quito el suéter y la playera y ella se sacó la blusa.

-Te ayudo con esto -Le dijo quitándole el cinturón y desabrochando su pantalón. -Te ves mejor sin él.

-¡Yessabell por favor! Haces que me sonroje -Confesó él sonriéndole con amor -Eres tan condenadamente hermosa -Le sacó los jeans a Yessabell, dejándola en un hermoso conjunto de sostén y braguitas en color beige con encaje.

Yessabell se desabrocho el sostén, mordiéndose el labio, lo que provoco una enorme sonrisa en Stephen. Cuando dejó al descubierto su generoso pecho, Stephen se abalanzo sobre ella.

Acaricio uno a uno sus pechos, y los beso dulcemente, mientras apretaba sus pezones con los dientes, lo que hizo a Yessabell gemir de placer. Deslizo una mano en la entrepierna de ella, por debajo de sus braguitas e introdujo un dedo, formando círculos, con un ritmo suave, mientras Yessabell sentía el placer inundar su cuerpo, más rápido era Stephen, introduciendo un segundo dedo, y con la otra mano acariciando sus pechos, Yessabell sentía su cuerpo vibrar de placer.

Sus respiraciones se volvieron agitadas y el ritmo de sus corazones era acelerado. Mientras Yessabell llegaba al orgasmo. Stephen le dio un suave beso y le acaricio las mejillas.

-Siempre había querido hacer eso -Le susurró al oído, mientras ella mantenía los ojos cerrados, saboreando el momento.

Se levantó un poco y busco en el bolsillo de su pantalón un condón, lo saco rápidamente y se lo coloco ágilmente, mientras se colocaba sobre Yessabell, entrando en su interior lentamente.
Yessabell abrió los ojos y arqueo la espalda en respuesta, le sonrío a Stephen y el tomo sus brazos sobre su cabeza, mientras entraba y salía de ella, en un ritmo constante y ágil.
La pasión que desbordaba era incluso más intensa que antes.
Un instante después, ambos llegaron al orgasmo y cayeron juntos en la cama, inundándose del aroma de cada uno, abrazados mientras Yessabell recargaba su cabeza en el hombro de Stephen.

-Extrañaba sentir esto -Le susurró Stephen -Extrañaba tu delicioso aroma a manzanas.

-Yo también te extrañe mucho -Susurró de vuelta sobre su pecho -Tenerte a mi lado, tu cuerpo contra el mío, tus manos entre las mías -Pasó una mano sobre el perfecto abdomen de Stephen y se abrazó fuerte a él.

-No quiero que esto acabe -Dijo Stephen mientras Hey Jude, sonaba en el toca discos, lo que hizo que volteara a ver el toca discos, y al darse cuenta de él sonrío -¡Aun lo tienes! -Mencionó con sorpresa y una sonrisa que le llegaba hasta los ojos.

Yessabell se levantó un poco y volteó a ver lo que estaba viendo Stephen.

-No podía deshacerme de él, no quería -Volteó a verlo y le dio un beso rápido -Te sorprendería saber que no tire nada de lo que me diste.

-¿De verdad? -Preguntó Stephen, sentándose en la cama.

En ese momento llamaron a la puerta de la habitación.

-Vístete rápido -Yessabell le pasó su ropa y ella tomo la suya y se vistió en tiempo record, mientras caminaba a la puerta -Hey -Dijo abriendo la puerta y saliendo al pasillo, mientras cerraba la puerta detrás de ella.

-Te trajimos esto -Ana le extendió un pequeño paquete con sushi -Necesitas comer y nosotros te echamos a perder la cena.

-Está bien, gracias -Dijo Yessabell alegremente, mientras tomaba el paquete.

-¿Todo bien? -Preguntó Marisol, con una sonrisa enorme.

-Sí, por qué no iba a estarlo -Contestó Yessabell nerviosamente.

-Por todo lo que te dijimos -Dijo Philip ignorando el trasfondo de la conversación -Queremos pedirte una disculpa, por todo lo que dijimos.

-Sí Yessabell, no queríamos ser duros contigo -Agregó Ana sinceramente.

-No hay problema chicos, tenían razón, no debo sentirme culpable por lo que paso -Aceptó Yessabell -Los perdono y espero que ustedes me perdonen a mí. ¿Podemos olvidar todo esto?

-Claro -Marisol camino a las escaleras.

-No hay problema -Philip regresó a su habitación.

-Vemos que te han convencido de la verdad -Dijo Ana con una sonrisa torcida.

-No hay que ser magos para adivinarlo -Dijo Nicolás en la escalera, cerca de Marisol -La próxima vez, asegurate de ponerte la ropa al derecho -Propuso con media sonrisa.

Todos rieron y se fueron a sus habitaciones. Yessabell bajo la mirada por su ropa, su blusa estaba al revés y los botones mal abrochados, sintiendo una oleada de vergüenza, regreso a su habitación. Stephen ya se había cambiado y sonrió al ver la blusa de Yessabell.

-¿Necesitas ayuda con eso? -Señaló a Yessabell soltando una carcajada.

-Muy gracioso -Dijo Yessabell dándole un beso -Deberías irte, mañana hay clases y ya es tarde.

-Tienes razón -Stephen le dio un beso en la frente y comenzó a caminar hasta la puerta -Mañana iré a buscarte al campus, te llevaré unas invitaciones para una expo.

-Ok -Yessabell le sonrió y le dio otro beso.

-Nos vemos mañana princesa -Le sonrió y abrió la puerta.

-Hasta mañana príncipe -Yessabell le lanzó un beso y cerró la puerta.

Se sentó en su cama comiendo sushi, mientras escuchaba Don't Let Me Down. A pesar de la mierda de la mañana, el día había terminado bastante bien.
Sonrío para sí misma, mientras se acostaba a dormir, mientras olvidaba a Mike y Stephen, inundaba sus pensamientos.

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