Capítulo 13 Los Amigos De Yessabell
El viernes a las 5:00pm, Yessabell y sus compañeras de equipo, estaban en los vestidores terminando de arreglarse. El uniforme constaba de un short gris, con dos líneas delgadas a los lados, en color rosa, una playera de manga corta con el escudo de la facultad en la parte delantera, en color rosa y con el apellido y número de la jugadora en la parte de atrás de la playera, tenis de color blanco y todas con coletas altas. Yessabell llevaba el número 16.
-Ok chicas, es ahora o nunca –Anunció la capitana. Catalina, una chica latina, morena y hermosa –Cuento con ustedes para que demos lo mejor y entremos al torneo.
Cinco minutos antes de las seis, los equipos fueron anunciados y las chicas salieron de los vestidores a las canchas.
Las gradas estaban llenas a reventar. Algunos compañeros de Yessabell y sus amigos, incluso Milo y Kristen, con los Sres. Jones, se encontraban en las gradas más cercanas, apoyando al equipo.
Mientras Malcom, Ezra y Henry se colocaron en las puertas.
Yessabell levanto3 la mirada y comenzó a buscar a Bruno, pero entre tantas personas no lo podía localizar.
Empezó a preguntarse, si Stephen estaba ahí, si sus viejos amigos estaban ahí.
-¡A su formación chicas! –Dijo Catalina sacando a Yessabell de su trance.
-Sí –Yessabell regresó la vista a sus compañeras y caminó junto con Catalina y otras cuatro chicas a la cancha.
¡ULI! ¡ULI! Las personas comenzaron a corear, para animar al equipo de Yessabell.
Las chicas se formaron, Yessabell estaba en el centro en la primera fila, junto a Catalina y una pelirroja, dispuestas a ganar. El otro equipo estaba conformado, en su mayoría por chicas bajitas y rubias.
El timbre sonó y el partido comenzó.
El equipo de Yessabell se colocó a la delantera muy pronto, mientras las chicas del otro equipo, se quejaban de la altura de las chicas de la ULI. Para empeorar las cosas, el árbitro no quería contar el último punto que anotó Yessabell, antes de terminar el primer tiempo.
-¡Está ciego o que! –Exclamó Catalina, furiosa a un lado de la cancha, sin importarle que la audiencia escuchara sus reclamos -¡Ese punto es válido!
La multitud comenzó a abuchear al árbitro y gritarle palabras obscenas.
-Vamos Cat, olvidalo –Dijo Yessabell dándole un pequeño tirón en la playera –De todas formas vamos a ganar, aunque este idiota nos lo impida –Yessabell le lanzó una mirada retadora y se fue a sentar con Catalina y las demás chicas.
-Ok chicas –Dijo Catalina, en cuanto se unió con su equipo –Vamos a hacer el cambio, pero les advierto una cosa –Todas estaban atentas a sus palabras –Nada de piedad.
La segunda parte del partido comenzó y las chicas jugaron sin piedad, justo como les pidió Catalina. Para el último cambio, entraron las mejores jugadoras, Catalina y Yessabell incluidas.
-Vamos arriba por 45puntos –Susurró Catalina mientras se formaban –Sin piedad –Sonrió malvadamente y se concentró en sus contrincantes.
La última parte del partido comenzó y Catalina siguió su consejo, golpeo a casi todas las jugadoras con el balón, aunque no se vio adrede, por lo que no la penalizaron.
Yessabell se le unió y dio unos tres golpes a chicas diferentes. El timbre que finalizaba el juego sonó y los gritos estallaron en las gradas.
¡ULI! ¡ULI! ¡ULI!
-El equipo ganador, sin duda. ¡La Universidad De Literatura Inglesa! –Anunció el hombre en el micrófono -¡Una aplastante derrota de 80 puntos sobre 34, las chicas de la ULI, se van al campeonato nacional!
-¡SI! –Gritaron las chicas del equipo, mientras se abrazaban y felicitaban.
Las chicas corrieron a las duchas y hubiesen celebrado, si no fuera por el toque de queda. Los amigos de Yessabell la esperaron en las gradas, junto con los guardaespaldas y algunos padres, los Srs Jones, Milo y Kristen tuvieron que retirarse.
Yessabell se puso una blusa azul pastel, sus jeans rojos, su saco negro y unos botines negros con tacón pequeño, dejo su cabello húmedo suelto y cuando salió de los vestidores, se llevó la sorpresa de su vida.
Su corazón comenzó a latir como nunca, su respiración se volvió agitada y su cuerpo se quedó rígido sobre el suelo de madera.
-¿Estás bien Yessabell? –Preguntó Philip mientras él, Ana, Marisol, Renata y Nicolás se acercaban a ella.
-Está un poco pálida –Dijo Renata mientras le acariciaba el cabello.
-¿Deberíamos llevarla a un hospital? –Preguntó Marisol entrando en pánico.
-Yessabell –Ezra se acercó a Ella y la tomó de la mano, solo entonces reacciono.
-Sí… estoy… bien… -Contestó Yessabell torpemente.
-¡Yessabell! –Exclamó Bruno mientras él, Fanny, Robert, Andrew y Stephen, bajaban de las gradas en un rincón, para unirse a ellos.
-Hola Yessabell –Saludo Andrew con una sonrisa de oreja a oreja, sus ojos verdes, para nada se comparaban con los de Ezra.
-¡Has jugado de maravilla! –Aseguró Fanny alegremente.
-Como siempre –Agregó Robert a su lado.
-Hola –Dijo Stephen con media sonrisa, la sonrisa que hacía a Yessabell derretirse en un charco y acelerar su corazón a mil por hora.
Seguía siendo el mismo chico alegre, su hermoso cabello castaño estaba un poco largo, haciendo que unos mechones cayeran por su frente, sus ojos grises seguían siendo hermosamente profundos y expresivos y que decir de su cuerpo. Había terminado de crecer, su metro noventa le daba un buen semblante, en compañía de su cuerpo bien trabajado, como esculpido a mano.
-Hey… Stephen –Yessabell le sonrío de vuelta, pero sintió la mano de Ezra tensarse sobre la suya.
-Veo que sigues en eso –Dijo Stephen, con una sonrisa que le llegaba hasta los ojos.
La alegría era, porque Yessabell le había dedicado la canción Hey Stephen, desde que ella lo menciono por primera vez. En el baile de invierno, la cantó ante todos y ambos habían sentido la conexión especial que tenían.
Yessabell estaba a punto de contestar a su broma, cuando recordó la forma abrupta de su ruptura. Entonces el enojo volvió a ella y lo dejo caer sobre Bruno.
-Veo que trajiste compañía –Le dijo a Bruno en un tono seco e inexpresivo. Cuando Bruno se sorprendió por su expresión, continuo –Chicos, ellos son unos viejos amigos del bachillerato en Whinterpool –Señaló a Bruno y compañía –Bruno, Andrew, Estefanny, Robert y Stephen –Dijo mientras los señalaba –Chicos, ellos son mis amigos; Philip, Ana, Marisol, Nicolás y Renata.
Todos se saludaron, aunque Philip y Nicolás, se mostraron hostiles con Stephen.
-Y estos son mis guardaespaldas –Señaló a cada uno –Malcom, Henry y Ezra –Cuando menciono a Ezra, Stephen volteó a ver como sus manos estaban unidas –Ya saben, mi madre sobreprotectora, me quiere bien vigilada.
-Veo que Johann no ha cambiado –Dijo Fanny intentando no sonar triste, ya que Yessabell la nombro como Estefanny y no como Fanny.
-Sip. Como sea… -Yessabell volteó a ver a todos, la mayoría se veían incomodos, a excepción de Ana, Renata y Marisol, quienes estaban contemplando a Yessabell, arreglando la situación –Nosotros tendríamos que irnos ya. Hay toque de queda y mañana tenemos trabajo.
-Y tenemos una pequeña reunión en casa –Agregó Ana tomando a Philip de la mano –Asuntos de alta importancia.
-Fue un gusto conocerlos –Anunció Nicolás despidiéndose de los chicos.
-Igualmente –Dijo Andrew un poco desconcertado.
-Vamos a casa –Susurró Yessabell a Ezra, quien seguía manteniendo su agarre firme a la mano de ella.
-Vamos chicos –Pidió Ezra en su voz masculina, mientras hacía señas a Malcom y Henry, para que los siguieran.
-Nosotros también vamos de salida –Anunció Stephen caminando a la par de Yessabell, mientras Bruno, Fanny, Robert y Andrew lo seguían.
Una vez que llegaron al estacionamiento, todos en silencio. Nicolás y Renata llevaron a Ana, Philip y Marisol, en la nueva SUV de Nicolás.
-Nos vemos en casa Yessabell –Dijo Nicolás antes de salir del estacionamiento.
-Ok –Contestó Yessabell con una sonrisa tierna y Nicolás se fue.
-Fue bueno verte de nuevo –Dijo Andrew a Yessabell, quien estaba a dos metros de su camioneta, con sus guardaespaldas, pegados a la camioneta –Ha pasado mucho tiempo.
-Sí, pensamos que jamás volveríamos a verte –Dijo Fanny animadamente, esperando a que Yessabell sonriera, pero no fue así.
-Ya. Supongo que tarde o temprano la vida nos juntaría de nuevo –Dijo Yessabell en un tono que no sonó ni serio ni agradable.
-Has cambiado mucho –Intervino Stephen intentando sonar bromista, pero por la expresión de Yessabell, no lo logro –Aunque físicamente te ves hermosisima.
-Gracias –Agradeció Yessabell fríamente.
Ese no era el tipo de reencuentro que se imaginaba tener, seriamente pensó que, cuando volviera a ver a Stephen, correría a sus brazos, llorando por su ausencia o que incluso él lo haría, pero no, él parecía haber olvidado sus últimos mensajes y la forma en que dejo de hablar con Yessabell.
-¿Por qué te alejaste Yessabell? –Preguntó Fanny un poco triste.
Esa era la pregunta del millón. Yessabell había dejado de contestarles a sus amigos, no solo porque Stephen había dejado de contestar, sino porque además, resulta que quemo su celular sin querer y no pudo recuperar los contactos, así como el cambio de su cuenta de correo electrónico.
-A veces las respuestas que buscamos son más dolorosas de lo que quisiéramos –Contestó Yessabell evadiendo la pregunta de Fanny, quien la miro con expresión de no entenderla.
-Para Noviembre, todos dejamos de saber de ti –Agregó Robert a la pregunta de Fanny –No sabíamos que pensar.
-Todos sabían dónde estaba –Dijo Yessabell recalcando la palabra
todos, para que Stephen captara la indirecta –Nunca les impedía visitarme.
-Aun así, tú fuiste la que dejo de contestar, no sabíamos si querías vernos –Atacó Fanny un poco molesta.
-Es una historia muy larga, pero seguro que Stephen puede contárselas –Yessabell se dio la vuelta, no queriendo discutir, pero apenas dio un pasó cuando Stephen la tomó del brazo y la obligo a voltearse.
-¿Qué paso Yessabell? ¿Por qué te alejaste? –Stephen estaba tan cerca, que Yessabell podía aspirar su dulce aroma embriagador, su loción combinada con el champú que siempre había usado.
-Eso lo sabes perfectamente –Contestó Yessabell sin apartar su mirada de él, verlo a los ojos, seguía siendo su perdición. –Después de todo, tú fuiste quien dejo de contestarme las llamadas y los mensajes –Yessabell no pudo evitar, restregarle la verdad a Stephen.
-Deje de contestar, porque realmente me dolía tenerte lejos y pensar… pensar que tal vez… encontrarías a alguien mejor –Explicó Stephen aun sosteniendo a Yessabell del brazo.
Los demás presentes intentaban no escuchar la pequeña discusión, aunque en un estacionamiento casi vacío, era imposible no hacer caso a la pareja.
-¿Y preferías que yo sufriera en lugar de ti? –Preguntó ella tranquilamente, no dejando que sus emociones le ganarán.
-No fue eso. Yo solo… yo quería que fueras feliz, aunque no fuera a mi lado –La mirada de Stephen, estaba llena de tristeza –Quise ir a visitarte muchas veces, pero sabía que las despedidas serian duras, y eso de las relaciones a distancia, no va con ninguno de los dos.
El corazón de Yessabell se llenó de esperanza. Todo ese tiempo había pensado que Stephen dejo de hablarle porque estaba saliendo con otra, o porque simplemente había dejado de amar a Yessabell, sin embargo él había sacrificado su relación, con tal de que Yessabell fuera feliz.
-Yo deje de contestarle a todos, porque no quería que nadie me recordara a Stephen –Explicó Yessabell a Bruno, Andrew, Fanny y Robert, quienes entendieron de inmediato la situación –Además… yo… perdí mi celular… No pude recuperar sus números.
-¡Que alivio! –Dijo Bruno soltando un suspiro –Por fin la situación se aclara. Todos pensamos que simplemente querías olvidarte de nosotros.
-Así es, no sabíamos si ir a buscarte o no –Agregó Fanny igual de aliviada.
A pesar de que la situación estaba aclarada, Yessabell no sabía si realmente quería que las cosas fueran como antes, ella había cambiado, después de todo. Ahora Derek estaba en su vida o no, sus nuevos amigos y aún tenía que lidiar con lo de Ezra. Su vida realmente era un caos.
-Miren, tengo que irme, me están esperando ¿Les parece si nos vemos el domingo? Bruno, sabe dónde –Explicó Yessabell seriamente, mientras Stephen la soltaba.
-Nos vemos el domingo, entonces –Dijo Stephen con media sonrisa.
Yessabell asintió, inexpresiva y se fue a su camioneta.
Todos se quedaron desconcertados ante su actitud, la Yessabell que una vez conocieron ya no estaba. Había cambiado por completo y no sabían si era algo bueno o algo malo.
De camino a casa, Yessabell no hablo como de costumbre, se mantuvo en silencio, mientras meditaba lo que quería hacer. Cuando llegaron a su casa, entró directamente a la sala, donde todos estaban esperándola, junto con la tía Melinda.
-¿Qué sucede? –Preguntó Yessabell sentándose en uno de los sillones individuales, con sus guardaespaldas detrás de ella.
Todos permanecieron en silencio, mientras la tía Melinda, hablaba.
-Verán chicos, el papá de Marisol y el papá de Ana, me han estado llamando todo el día. Quieren que estén más seguras, por lo que, a partir de mañana ambas contaran con un guardaespaldas. Los instalaremos en la que era habitación de Sonia.
-¿Qué? –Preguntó Ana un poco molesta –Papá enloqueció.
-Tranquila Ana, no es tan malo –Dijo Marisol tranquilamente –En la secundaria tuve un guardaespaldas, sé lo que se siente traer un idiota detrás de ti, todo el tiempo. Sin ofender chicos –Dijo viendo a los guardaespaldas de Yessabell.
-Como sea, yo creo que sus padres solo se preocupan –Aseguró Yessabell, despreocupadamente.
-Mi padre solo está enloqueciendo cada día más –Afirmó Ana mientras se levantaba -Sí eso es todo, me quiero ir a dormir.
-Un minuto pequeña –Dijo la Tía Melinda –Aun tengo otra cosa que contarles. Sé que esto los alegrara.
-¿De qué se trata? –Preguntó Nicolás un poco alegre.
-Les estoy organizando un pequeño campamento para semana santa –Dijo la Tía Melinda, alegremente –Estoy checando en una de las propiedades de un amigo, a dos pueblos de aquí, en las montañas. Será perfecto.
-Eso suena increíble –Aseguró Philip.
-Por supuesto, yo me apunto –Dijo Ana dejando su malhumor de lado.
-Yo también y seguro Renata, también va –Nicolás sonrío completamente.
-Supongo que será divertido y una buena distracción –Aseguró Marisol apuntándose a la excursión.
Todos voltearon a ver a Yessabell.
-Claro, por qué no, tierra, bichos, la naturaleza en su esplendor. Será divertido –Accedió Yessabell sonriente después de provocar risas en los presentes.
-Bueno, no se diga más, mañana mismo checo todo –Dijo la tía Melinda, mientras se levantaba y salía de la sala –Me voy a dormí, porque mañana salgo temprano mis niños.
-Hasta mañana Tía Melinda –Dijeron todos, al unísono.
-Chicos tengo un anuncio, antes de que se vayan a dormir o hagan planes y si los tienen, los cancelan –Pidió Yessabell seriamente.
-Ok, dinos, veamos qué podemos hacer –Dijo Ana de pie, junto a Philip.
-El domingo vamos a salir, iremos al Lunario, a pasar el rato con mis viejos amigos –Explicó Yessabell mientras se ponía de pie.
-¿Es en serio? –Pregunto Nicolás, incrédulo –Yessabell, si tu vida pasada es tan mala, por qué retomarla, no le veo el sentido.
-No fue tan mala, solo quiero que me acompañen, pero si no quieren lo entiendo –Yessabell comenzó a salir de la sala.
-Un momento señorita –Dijo Marisol decidida.
-¿Qué? –Pregunto Yessabell, en el marco de la puerta, con sus guardaespaldas a los lados.
-Yo si voy contigo Yessabell, necesito distraerme –Le sonrió y se acercó a ella.
-Gracias Marisol –Yessabell la abrazo y después se apartó –Nos vamos a encontrar a las cuatro con ellos.
-Ok, nosotros vamos –Dijo Philip de mala gana –Solo vamos, porque eres nuestra amiga y porque realmente tenemos interés en conocer a esos individuos.
-Y de conocer al famoso Stephen –Agrego Ana mientras se acercaba a ella.
-De acuerdo, vamos –Accedió Nicolás, con verdadero interés –No te dejaremos sola Yessabell.
-Gracias chicos –Yessabell los abrazo y después todos subieron a sus dormitorios.
Esa noche, Yessabell soñó con los recuerdos. Volver a ver a sus amigos, despertó viejas emociones, incluso a la vieja Yessabell. La chica despreocupada, alegre, divertida, arriesgada, encantada de salir y divertirse a lo grande. Pero sobre todo. Stephen inundo sus sueños, sus besos, sus risas, sus hermosos y profundos ojos grises.
Todo volvía a ser como antes. Salvo por dos pequeños detalles.
Derek y Ezra.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro