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Capítulo 38 Sombras

-Derek… –Susurró Yessabell llorando y abrazándose a Ana –No puede ser…

Varios policías entraron de inmediato, al escuchar el alboroto y se llevaron a Derek esposándolo.

-¡YESSABELL! ¡YESSABELL!

Los chicos salieron a prisa de la habitación y Derek se abalanzó sobre Yessabell.

-¡NO DEJES QUE TE ENCUENTRE! ¡TIENEN QUE OCUALTARSE! ¡TODOS TIENEN QUE OCULTARSE!

-¡Basta Sanders! ¡Alejate de ella! –Ezra le propino un de rechazo, mientras el detective jalaba a Derek por los hombros.

-¡Ella… está buscando venganza! –Grito Derek mientras lo arrastraban a su celda, donde permanecería hasta dar con el principal culpable.

Yessabell se perdió entre las lágrimas, sin poder creer lo que acababa de escuchar. No podía creer que Derek quisiera hacerle daño, aquel chico que había compartido tantos momentos maravillosos con ella, aquel chico ya no existía.

Ezra, Robert y Andrew pasaron tres días bajo arresto domiciliario, mientras todos los chicos que habían asistido a la fiesta de Halloween eran interrogados.

Yessabell pasaba los días perdida en sus pensamientos, en un aparente estado de shock, Stephen la acompañaba a clases y de regreso a casa, mientras Ezra no estaba.

Después de unos días, los chicos pudieron salir nuevamente y recuperar el tiempo perdido de las clases. Los días pasaron rápidamente y el ambiente de tensión iba disminuyendo, mientras las notas y los objetos extraños habían desaparecido. Las vacaciones de invierno llegaron y aunque nadie estaba de ánimos para fiestas, preferían ir a casa para despejarse un rato.

Los padres de Yessabell seguían de viaje y ella no les había comentado nada de lo sucedido, para no preocuparlos, Miranda la había llamado en varias ocasiones para confirmar que todos estuvieran bien y de paso confirmarle a Yessabell que la fundación marchaba sobre ruedas, igual que su relación con Damon, quien por fin revelo que su extraño comportamiento se debía a que había preparado una cena sorpresa, para pedir la mano de Miranda.
Yessabell estaba feliz por ella y por sus padres, quienes eran ajenos a todos los problemas que estaban viviendo ella y sus amigos.

Los chicos estaban haciendo las maletas, habían acordado estar juntos y Nicolás y Renata, estaban felices de recibirlos en Canadá, en una pequeña casa propiedad de la familia de Nicolás, aunque Andrew, Robert y Ezra se lo perderían, pues el detective prefería tenerlos cerca, siendo aún sospechosos.

-Cuidate mucho por favor –Pidió Ezra a Yessabell, mientras ella terminaba de hacer su maleta.

-No te preocupes amor, estaremos bien –Yessabell le sonrió y le dio un abrazo fuerte –Cuidate mucho tú también, por favor y no salgas si no es necesario.

-Tranquila y date prisa, que te dejan.

-Está bien –Yessabell le sonrió y ambos bajaron hasta la puerta de entrada, donde los chicos subían sus maletas en la camioneta de Stephen.

En la acera de enfrente, se encontraba la patrulla que vigilaba la casa de la Tía Melinda.

-Yessabell ¿Podemos hablar? –Preguntó Robert encontrándolos al pie de la escalera –Regresó el reloj y creo que todos deberían saber lo que se encontró.

Todos prestaron atención a Robert, colocándose a un lado de la camioneta.

-¿Pudieron encontrar huellas digitales o algo? –Preguntó Ezra.

-Pues los investigadores no encontraron nada –Contestó Robert y todos se decepcionaron –Pero hay un dato interesante.

-¿Qué cosa? –Preguntó Bruno intrigado.

-Dinos ya Robert, nos tienes en suspenso –Insistió Ana.

-Bueno, el reloj fue mandado a hacer y de acuerdo a las investigaciones, no es el único.

-¿Cómo, hay más replicas? –Preguntó Philip cruzando los brazos.

-Sí, solo hay otro –Contestó Robert viéndolos a todos –Y por lo que se sabe, la persona que los mando a hacer, vive en los alrededores.

-Pues eso no nos dice mucho –Dijo Ezra con sarcasmo.

-Te equivocas –Intervino Fanny –Por lo menos sabemos que el responsable de todo este caos, está cerca de nosotros y si buscó a Derek como su cómplice, es porque lo conoce o por lo menos sabe que tiene relación con nosotros.

-Y aunque por ahora no sabemos en contra de quién está, sabemos que se encuentra cerca –Agregó Marisol –Podría ser cualquiera en el campus.

-Como sea, deberías informarle de esto al detective –Añadió Andrew –Mientras ustedes se toman un descanso, nosotros seguiremos investigando, no podemos dejar que nos impliquen en un caso de gravedad.

-Por fin te lo tomas en serio –Acusó Yessabell.

-Perdón por todo Yessabell –Admitió Andrew –Espero que se distraigan un poco.

-Deberíamos ponernos en marcha, el camino es largo y tenemos que llegar antes de que caiga la noche –Sugirió Stephen tranquilamente.

Todos subieron a la camioneta y con la nueva información que acababan de obtener, todos iban armando teorías sobre el posible culpable, mientras Andrew, Robert y Ezra entregaban la última evidencia al detective.

En su estadía en casa de Nicolás, Yessabell estuvo muy inquieta, ya que por las noches tenia pesadillas, buscando entre sombras al posible responsable de las notas.

Recibieron el año con pocos ánimos y más estresados que nunca, pues en lugar de relajarse, los chicos se la pasaron intentando descifrar el mensaje que les daban las notas y los objetos que les habían mandado.

Aunque Nicolás y Renata intentaron calmarlos, regresaron a clases muy alerta y sobre todo más decididos a dar con el culpable, pues el estrés y la ansiedad les quitaban el sueño y Yessabell era la más afectada.

-Tienes que relajarte Yessabell –Pidió Stephen en cuanto Yessabell
terminó su entrenamiento.

Últimamente Stephen pasaba mucho tiempo con Yessabell y Ezra lo había aceptado, ya que no podía cuidarla como antes, pues se había puesto como meta principal, terminar con todo de una vez por todas.

-Lo sé… pero no puedo –Yessabell se sentó en las gradas, a un lado de Stephen, mientras sus compañeras iban a los vestidores –Toda esta situación y la escuela, el trabajo, me están estresando al mil.

-Pues tal vez deberías dejar de hacer algo –Sugirió Stephen con preocupación –Solo mirate, parece que no has dormido en días.

-Ya lo sé –Afirmó poniéndose de pie –Aunque por ahora no tengo más trabajos aceptados, lo último que hice fue hace un mes y eso, con mucho esfuerzo, Ezra me dijo que era bueno darme un descanso de las entrevistas y los comerciales, pero no puedo dejar el entrenamiento.

-Lo sé, en tres meses anuncian a los elegidos para los olímpicos y sé muy bien que quieres ir.

-Con todas mis fuerzas, así como tú quieres ir a ese super bowl –Ella le sonrío –Estoy segura de que iras.

-Pues si ambos seremos aceptados, deberías relajarte un poco.

-Tienes razón, aunque no dejo de tener esas pesadillas que me quitan el sueño… quisiera saber de una vez por todas, quien está detrás de todo esto.

Pasadas las vacaciones de primavera, los chicos sabían que era hora de concentrarse en los estudios y terminar el semestre de la mejor manera, decidieron dejar el problema en manos del detective, quien seguía buscando el hilo conductor entre las notas y los objetos.

Todo el mundo parecía haber olvidado lo sucedido.

Stephen y sus amigos estaban concentrados en sus trabajos finales y en obtener ese lugar en el super bowl.

Por su parte, Yessabell y sus amigos estaban organizando sus vacaciones de verano, que gracias a los altos mandos, empezarían un mes antes debido a los acontecimientos sucedidos y sabiendo que todos necesitaban tomarse un buen descanso.

-¡Por fin llega mayo! –Exclamó Marisol entrando a la casa de la tía Melinda.

-Bueno, salvamos el semestre –Dijo Ana en la cocina.

-Lo sé, apenas y logré mantener mi promedio –Admitió Philip riendo.

-Mantener un promedio de ocho, no es tan difícil –Marisol le saco la lengua.

-Nada como mantener un promedio de diez –Agregó Ana –¿No es así Yessabell?

-Tal vez sea una nerd, pero saben que amo mi carrera –Contestó Yessabell sentada a la mesa, mientras terminaba su almuerzo.

-Que lastima que no podremos pasar las vacaciones juntos –Declaró Ana viendo a Marisol.

-Lo sé chicos, pero Bruno quiere estar con su familia y no podía dejarlo solo.

-Ya sé, la familia de Bruno es muy unida y ahora que todos contamos a nuestros padres lo que pasó, su instinto paternal brotó –Aseguró Yessabell.

-Tengo entendido que Andrew, Fanny y Robert, también van con ustedes –Dijo Philip a Marisol.

-Sí, Fanny extraña mucho a su familia –Afirmó Marisol.

-¿Qué pasó con Stephen, Yessabell? –Preguntó Ana -¿Vendrá con nosotros?

-No podrá, ahora que por fin fue elegido para jugar un tazón, viajará a buscar a su hermano Matthew en Irlanda, dice que él lo ayudará a entrenar, quiere estar muy bien preparado –Contestó Yessabell sonriente –Sé muy bien, que es el sueño de su vida y… estoy segura que en su familia, están muy orgullosos de él.

-Así como nosotros estamos muy orgullosos de que vas a los olímpicos Yessabell –Philip se levantó y la abrazó con fuerza –No puedo creerlo.

-¡Yo tampoco! –Exclamó Yessabell con efusividad.

-Todo listo –Anunció Ezra desde la entrada, mientras se aproximaba a la cocina.

-Pues es hora de irnos –Aseguró Ana.

Los chicos se despidieron de Marisol y abandonaron la casa.

Al final, Ezra le ofreció a los chicos, pasar las vacaciones en la casa de sus padres, donde los llevaría a conocer el amplio bosque que se extendía detrás de la casa, les enseñaría a montar a caballo y los llevaría a conocer el pueblo vecino.

Después de unas horas por fin llegaron a la gran mansión, Miranda y Damon ya los esperaban en la entrada.

-¿Llevan mucho tiempo esperándonos? –Preguntó Ezra en cuanto los vio.

-Apenas cinco minutos –Contestó Damon volviendo a subir a su camioneta, para entrar detrás de Ezra.

Después de instalarse en la gran mansión, los chicos salieron al jardín a tomar el sol, mientras Ezra y Damon limpiaban la piscina.

-¿Y qué hay en el bosque? –Preguntó Miranda con intriga.

-Las mejores vistas –Contestó Yessabell recordando su estadía anterior.

-¿Cómo, ya habías estado aquí? –Preguntó Philip sentándose a un lado de Ana, mientras les ofrecía una limonada a las chicas.

-Solo una vez –Contestó Yessabell –Pero no entré del todo al bosque, lo vi de lejos y desde la tercera planta, por las noches puedes escuchar los sonidos de la naturaleza y las hermosas luces que emiten las luciérnagas.

-¿Podemos acampar en el bosque? –Preguntó Ana con entusiasmo.

-¡No! –Exclamó Miranda –Que tal que nos sale un tigre o un animal salvaje.

-No lo creo –Yessabell rio un poco –No se ve tan profundo.

-¿Qué cosa? –Preguntó Ezra en cuanto se acercó, con Damon a su lado.

-¿Es muy profundo el bosque? –Preguntó Philip – ¿Podemos acampar ahí?

-No es muy profundo –Contestó Ezra –Y si podemos acampar, de hecho, hay un guarda bosques cerca, si quieren, mañana salimos a pescar y luego a acampar, conozco una buena zona y les aseguro que conozco bien el camino.

-Yo me apunto –Ana se levantó y Philip la siguió.

-Si no hay de otra –Dijo Miranda resignada, provocando la risa de todos.

-Estaremos bien cariño –Damon la siguió dentro de la casa.

Ana y Philip también entraron. Ezra fue detrás de ellos, lo mismo que Yessabell, quien se detuvo al ver el reflejo del bosque en la puerta de cristal, que daba al interior de la casa.

-¿Qué sucede amor? –Preguntó Ezra regresando a su lado.

Yessabell fijo la mirada en el bosque.

-Creí ver una sombra entre los árboles.

-Seguramente se trataba de un ave –Ezra la tomó de la mano –Ven, vamos a tomar un baño antes de la cena.

Al día siguiente, los chicos se levantaron temprano, prepararon sus mochilas, las bolsas para dormir y bebidas junto con algunos bocadillos para el camino.

-¿Vamos a caminar mucho? –Pregunto Miranda después de una hora de caminata.

-Preguntaste lo mismo hace cinco minutos amor –Recordó Damon –Por eso te dije que usaras un calzado cómodo.

-Lo sé, pero no puedo verme sin estilo, Yessabell prometió tomarme algunas fotos –Se defendió Miranda con coquetería.

-Pues aún nos falta más de una hora de caminata –Intervino Ezra.

-¡Ay no! –Exclamó Miranda sentándose en una gran roca.

-Tomemos un pequeño descanso –Sugirió Yessabell sentándose junto a su prima.

-No puedes quejarte Miranda –Dijo Ana sacando un termo con agua fría –Tu novio es el que viene cargando todo.

-Prometido –Corrigió Philip a su lado.

-Solo diez minutos –Aceptó Ezra tomando el termo que Yessabell le ofrecía –Detrás de esa gran montaña, está la cabaña del guarda bosques –Dijo señalando la vista frente a ellos.

-¿Es en serio? –Preguntó Miranda arrugando la frente –Se ve que está muy lejos.

-Tranquila, vamos a acampar cerca, como a media hora de ahí –Aseguró Ezra.

-En ese caso deberíamos seguir –Sugirió Philip –Así podremos tener la cena segura antes de que anochezca.

-Tienes razón –Damon tomó la mano de Miranda para alejarla de la roca –Vamos Miri.

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