Capítulo 29 Etapas
-Eso es fácil –Contestó sonriente –Mi madre y su amiga Hannah, han conseguido a personal de confianza y el hermano de mi novio, Ean Miller, está dispuesto a llevar la parte de publicidad y contabilidad del lugar, contamos con personas de confianza para mantenernos a flote –Explicó con orgullo –Y claro, constantemente estaré viajando en mis tiempos libres, para venir a visitar a todo aquel que quiera aprender a leer y escribir.
-Bueno, eso sin duda lo deja resuelto. Ya escucharon amigos, quien esté interesado en aprender a leer, escribir o incluso hablar, no dude en presentarse en la fundación “LOVATO” la cual está abierta, a partir de este momento. Informo para ustedes, Celeste Brito –El camarógrafo terminó de grabar y Celeste le agradeció la entrevista a Yessabell.
-Bien, hora del Tour –Anunció Yessabell y todos entraron a las instalaciones.
Después de ver todo el lugar, la recepcionista Alegra Dimico, se quedó en recepción y los voluntarios ocuparon los salones que mejor les agradaban, así como los maestros. Todos se llevaron una copa de champan y un plato con bocadillos, que Johann consiguió con un servicio de banquetes, mientras admiraban todo el trabajo que se había hecho en el luchar.
-Muchas gracias por estar aquí –Agradeció Yessabell a Ezra, Johann, Joey y sus amigos, en cuanto se quedaron solos en un salón del edificio que daba al jardín del fondo del terreno –Sin todo su apoyo, esto no hubiese sucedido, mi sueño no se hubiese cumplido.
-No tienes nada que agradecer mi niña –Empezó a hablar Johann –Es un gusto para mí, estar contigo en los momentos más felices de tu vida, viéndote crecer y cumplir tus sueños, sin duda tu padre estaría más que orgulloso de verte crecer y comenzar esta nueva etapa.
-Eso ni lo dudes –Agregó Joey sonriente –Eres una joven excepcional y no dudaría en volver a ayudarte una vez más, aunque realmente el mérito es tuyo Yessabell, nosotros solo pusimos nuestro granito de arena para ayudarte y realizarlo –La mirada de admiración que Joey le daba a Yessabell, era sincera y llena de cariño, si bien, no sustituiría a su padre, sería una buena figura paterna.
-Pues gracias por ese granito de arena –Yessabell les sonrío y los abrazó, antes de que salieran.
-Vamos a seguir con el recorrido –Anunció Joey –Quiero dar una última revisión, por si las dudas –Yessabell asintió.
-Nos vemos en un rato cariño –Johann salió con Joey, tomados de la mano.
-Bueno amiga, nosotros tenemos curiosidad de terminar de ver el lugar –Admitió Andrew, en cuanto los padres de Yessabell salieron del salón.
-Te buscamos en un rato Yessabell –Agregó Fanny alegremente.
-Claro chicos, vayan a ver, yo los alcanzo en un momento, quiero hacer una llamada que tengo pendiente –Explicó Yessabell sacando el celular del saco de Ezra.
-En ese caso, te damos privacidad –Añadió Bruno, tomando la mano de Marisol –Vamos chicos, terminemos el recorrido.
Todos salieron alegremente del salón, para dirigirse al segundo piso del edificio.
-Bueno amor, yo voy rápido a ver si mi hermano necesita ayuda, me pidió unos papeles, pero como no sabía nada, lo mande a recepción y no sé si la chica nueva lo habrá ayudado –Expuso Ezra cuando todos habían salido.
-Claro amor, ve tranquilo, solo hago mi llamada y te alcanzo –Lo despidió con un beso y Ezra salió del salón, para regresar a recepción. –Espero que me conteste –Susurró para sí misma, en cuanto vio a Ezra alejarse y buscando un número en la agenda de su celular.
-¡Hola Yessabell! –Saludó la voz al otro lado de la línea, en cuanto se descolgó la llamada.
-Hola Lucia, solo quería agradecerte todas las cosas que me mandaste para la fundación, el salón de música va a quedar increíble –Informó Yessabell a la madre de Sonia, quien se había empeñado en aportar algo, por parte de la familia y que Yessabell había aceptado con gusto, en memoria de Sonia.
-No tienes nada que agradecer cariño, estoy segura de que a mi niña le hubiese gustado aportar con algo de música, al proyecto que con tanto esfuerzo realizaste. Y a esta nueva etapa que ahora comienzas –Aseguró Lucia.
-Eso sin duda y permiteme informarte que ese salón, ya lleva su nombre –Agregó Yessabell con añoranza.
Después de unos minutos de conversación, Yessabell se despidió y fijo la mirada en el gran jardín que se extendía frente a sus ojos.
-Es un lugar hermoso –Murmuró una voz familiar detrás de ella.
Yessabell volteo lentamente, mientras su respiración se agitaba, quedando frente a frente, a los hermosos ojos grises que tanto añoraba.
-Veo que aún provoco algo en ti –Susurró con media sonrisa, haciendo a Yessabell recordar, aquel día en el que se conocieron. –¿Ahora si quieres la foto? –Preguntó sin borrar la sonrisa y provocando una en Yessabell.
-Tal vez –Admitió sin dejar de sonreír -¿Qué haces aquí? –Preguntó con curiosidad.
-Bueno, los chicos me dijeron que vendrían y yo he tenido fuertes jornadas de entrenamiento, realmente no pensé que llegaría a tiempo –Contestó Stephen con tranquilidad –Pero ya veo que no me tocó llegar a lavar los platos.
Los dos rieron y Yessabell no pudo evitar recordar, todos los buenos momentos que pasaron juntos.
-Te ves bien –Admitió Yessabell, aunque era un pensamiento más para ella, que para él y en cuanto noto que lo dijo en voz alta, se sonrojó –Lo siento… yo no… yo no debí… quiero decir… es que… se trata, yo no… –Comenzó a tartamudear.
Debido a que Stephen realizaba más ejercicio que en su adolescencia, su musculatura había aumentado, se veía más fuerte a simple vista y el rebelde adolescente que una vez conoció Yessabell, había quedado atrás, se veía más maduro y más guapo, pensó ella.
Enfundado en un traje, que lo hacía ver como un hombre de revista, no apartaba la vista de Yessabell y su sonrisa era más amplia.
-Si sigues tartamudeando, vas a tener que tomar clases también, señorita –Advirtió Stephen y ella comenzó a reír, relajándose un poco –Tú también te ves hermosa, Yessabell.
A últimas fechas, Yessabell había adoptado una posición más madura, aunque no dejaba de tener arranques de adolescente, su aspecto la hacía ver más centrada.
Llevaba el cabello a media espalda y su castaño lucia renovado, su vestimenta revelaba que había dejado de ser una niña, para pasar a ser una gran mujer, que ahora se encargaba de cumplir sus metas.
-Gracias por eso –Aceptó más tranquila –Es cierto que te ves mejor, pero no debí decirlo –Admitió sonriente –Podría prestarse a malas interpretaciones…
-Y no queremos eso –Terminó Stephen –Mucho menos, en un lugar lleno de reporteros, merodeando por aquí y por allá.
-Así es –Concedió Yessabell sin darse cuenta del momento en que habían acortado la distancia entre ellos –Entonces…
-Sí… yo, solo quiero felicitarte por lo que has logrado –Se sinceró Stephen –No sabes cuánto me hubiese gustado estar a tu lado en todo momento, sé que las cosas se echaron a perder, por mi culpa, en su mayoría –Aceptó triste –Pero no dejo de alegrarme por tus éxitos. Nos has dejado claro que, cuando se quiere, se puede. Muchas felicidades Yessabell.
-Gracias Stephen –Ella se acercó el paso que les faltaba y lo abrazó fuertemente, inhalando su aroma, que la llevaba a remontar buenos tiempos –Entiendo tu postura y creeme que…
-¡Yessabell! –Exclamó Ezra detrás de Stephen, con un tono bastante molesto.
Ambos se separaron abruptamente y Yessabell centro la mirada en Ezra, quien se encontraba de brazos cruzados en el marco de la puerta, mientras Stephen daba unos pasos de costado para alejarse de Yessabell.
-Lo siento Ezra, no es lo que parece, yo solo…
-Me imagino que viniste a la inauguración –Interrumpió Ezra, sin abandonar su postura y con la mirada fija en su novia.
-Claro, para mí era necesario demostrar mi apoyo a…
-Perfecto. Ya viniste. Termina el recorrido. Y vete –Ezra bajó los brazos y se paró frente a Stephen retándolo con la mirada.
Aunque Ezra nunca había sido un celoso posesivo, cuando se trataba de Stephen cerca de Yessabell, todo cambiaba, pues no era ciego y aparte de él, todos notaban la química que aún existía entre ellos.
Sin embargo, si se trataba de fuerza, Stephen llevaba las de ganar, pues no había dejado de entrenar, mientras que Ezra si, además de llevarle algunos centímetros de altura a Ezra, sin duda, si habría pelea, Ezra no saldría triunfador, lo que noto Yessabell.
-Tranquilo Ezra –Stephen elevó un poco la voz, para demostrar que no le temía –Solo vine a felicitar a Yessabell, pero no te preocupes, que ya me iba, no creo que quieras dar un espectáculo, en donde no saldrías bien parado –Aseguró Stephen con media sonrisa.
Y ahí estaba, el Stephen que Yessabell había conocido y no pudo evitar sonreír ligeramente, tapando su boca con la mano.
-¿Me estas retando Lakes?
-Claro que no –En un tono burlón Stephen apretó los puños –Retarte significaría que tienes la opción de ganar y no es el caso –Soltó una carcajada y Ezra dio un paso más cerca.
-Te crees tan…
-¡Basta Ezra! –Yessabell se posiciono rápidamente entre ambos, al notar que Stephen había logrado provocar a Ezra y no quería presenciar una pelea en ese momento, con tantas miradas cerca –Ni lo pienses Ezra –Advirtió con firmeza.
-No te preocupes Yessabell, no tengo pensado arruinarte este día –Stephen se relajó y comenzó a salir, ya hice lo que quería, debo marcharme a mi entrenamiento.
-Gracias por venir –Le agradeció Yessabell deteniéndolo en la puerta –Espero que te vaya bien. Cuidate.
-No tienes nada que agradecer –Stephen dio unos pasos fuera y dio media vuelta –Te debo esa foto –Sonrío y ella le devolvió el gesto, y así se marchó, con un aire de satisfacción.
-¿Qué estaba haciendo él aquí? –Preguntó Ezra molesto, detrás de Yessabell, ambos viendo cómo se alejaba aquel chico castaño.
-Tú mismo lo dijiste –Yessabell lo enfrentó –Vino a la inauguración, me felicito y se fue. ¿Alguna duda? –Preguntó molesta.
-¡¿Y ahora yo que te hice!? –Ezra salió hecho furia al gran jardín que Yessabell había contemplado anteriormente y ella detrás de él siguiendo sus pasos.
-Tu actitud no ayuda para nada Ezra –Reprochó detrás de él, viendo como le soltaba una patada a una maseta junto a una cerca de madera –GRACIAS POR ESO –Se agachó y comenzó a reacomodar la maseta.
Ezra tomó algunas respiraciones profundas y después vio a Yessabell detrás de él, hincada, arreglando la pequeña flor que brotaba en la maseta, con tal delicadeza, que lo hizo arrepentirse.
-Perdoname –Se colocó en cuclillas y ayudó a Yessabell –Lamento haberte gritado y lo que pasó con Stephen.
-No te preocupes Ezra, ya pasó –Yessabell se dio cuenta que esa había sido la primera pelea que tenía con Ezra y para nada era agradable –Vamos a olvidarlo.
Ambos se colocaron de pie, habiendo dejado la flor de pie nuevamente. Yessabell sacudía sus manos para eliminar la tierra y Ezra se acercó a ella.
-No Yessabell, no debí reaccionar así, tienes razón, él solo fue amable y vino a felicitarte, y yo solo me comporte como un chiquillo celoso.
-Los celos son naturales Ezra, pero no te había visto así antes –Declaró mientras caminaban a una llave que se encontraba cerca –No quiero verte pelear con nadie, no soy partidaria de la violencia y lo sabes.
-Te aseguro que no vuelve a pasar amor, por favor perdoname –Ezra abrió la llave y ambos enjuagaron sus manos.
-Está bien Ezra, te perdono, solo porque no quiero que este día se eche a perder –Le sonrió y le dio un tierno beso –Ahora vamos a buscar a mi mamá, tenemos mucho que hacer.
-Lo sé, me topé con ella y me pidió que nos apuráramos para ir por los trajes y los vestidos –Ambos se tomaron de la mano y comenzaron a caminar rumbo a la recepción –No puedo creer que solo faltan 4 días para la boda.
-Sí, todo paso tan rápido, y este viernes, la vida de mi mamá cambiará por completo –Sonrió al ver a su mamá en recepción, de la mano de Joey.
-Cariño –Johann se acercó a ellos, en cuanto se pararon frente al gran mostrador que se encontraba en recepción –Todos los medios que vinieron ya se han retirado y tus amigos ya venían para acá.
-Sí, los vimos que venían cerca, ¿Quieres que nos vayamos ya por los vestidos? –Preguntó encaminándose a la entrada, de la mano de Ezra.
-Por favor cariño, Felicity me dijo ayer que necesitábamos medirnos los vestidos nuevamente por cualquier cosa, antes de entregármelo, las demás damas de honor ya fueron, solo faltamos nosotras.
-Nosotros iremos a recoger los trajes –Intervino Joey –Entiendo que no podemos ver el vestido de novia, así que les daremos su tiempo de chicas. Vamos Ezra –Ambos comenzaron a salir, con Yessabell y Johann detrás de ellos.
-Los vemos en casa –Johann se despidió de Joey.
-Nos vemos en un rato amor –Ezra se despidió de Yessabell con un beso y después se fue con Joey en su camioneta, rumbo al centro de la ciudad.
-Bueno mi niña, vamos, tu tía Cristina y Miranda, se encargaran de recibir a los guardias de seguridad y terminar lo que se tenga que hacer aquí –Explicó Johann caminando hacia la camioneta en la que había llegado Yessabell con Ezra –Aunque no hay mucho que hacer, ya que, por vacaciones la ciudad está casi vaciá, y no hay mucho trabajo, pero con el personal que ya empieza a instalarse, todo estará más que bien.
-Lo sé mamá, aunque me gustaría hacerme cargo, personalmente de todo, lo más importante ahora, es tu boda y ver los últimos preparativos, para que todo salga bien –Ambas subieron a la camioneta, Yessabell en el asiento del conductor y Johann a su lado.
-Gracias mi niña, no sé qué haría sin tu apoyo –Johann le sonrió y Yessabell tomó la carretera, dirigiéndose a la casa de modas de Felicity.
Después de recoger los vestidos, Johann y Yessabell se dirigieron al centro, a recoger varios juegos de luces y los últimos arreglos que necesitaban para la ceremonia.
-Si te soy sincera, estoy algo nerviosa –Confesó Johann cuando se estacionaron frente a la casa –Ambas comenzamos nuevas etapas en nuestras vidas y la emoción me está ganando.
-Tranquila mamá, ya verás que todo estará muy bien –Aseguró Yessabell saliendo de la camioneta.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro