Capítulo 27 Desastre
El lunes por la mañana, Yessabell y Ezra prepararon el desayuno para todos, después de pasar por algunas tiendas de Nueva York, decidieron comprar algo diferente para el desayuno. Así que prepararon guafles con miel de maple y jarabe de chocolate, capuccinos y fruta picada con yogurt y granola.
Yessabell decidió ponerse uno de los conjuntos que le regalo Gian Luca. Un vestido marrón hasta las rodillas, medias color mostaza y botas marrones con tacón, un pequeño saco mostaza y un bolso marrón. Su melena suelta y un poco de maquillaje.
Todos bajaron a la cocina y agradecieron el desayuno de Yessabell.
-Te veías increíble en la pasarela de Victoria –Anunció Ana, con entusiasmo.
-Casi lo olvido –Declaró Marisol –Anunciaron, que habrá un programa especial el viernes por la tarde, a las cuatro, antes del programa de chismes –Comentó con entusiasmo -¿Nos juntamos todos para verlo? –Preguntó juntando sus manos.
-Por supuesto –Aseguró Philip –Nicolás y Renata, dijeron que lo vieron el fin de semana y te mandaron felicitar Yessabell.
-Gracias Philip, los llamaré más tarde –Yessabell les sonrío y todos terminaron su desayuno en paz.
El resto de la semana, marcho sobre ruedas, los profesores y compañeros de Yessabell, no dejaban de alabarla y pedirle autógrafos, pero ella solo se concentró en su novela, la cual corrigió con ayuda del señor Parker, para poder enviarla en Mayo a la imprenta.
Derek se cruzó en su camino algunas veces, pero ella lo ignoraba y Stephen, como llamado por el cielo, también aparecía, todos los días antes de su entrenamiento, estaba afuera del campus, Yessabell lo veía, pero se escudaba con sus fans y afortunadamente, Ezra, no se apartaba de su lado.
El viernes por la tarde, estalló la bomba.
Todos se encontraban en la sala viendo la pantalla, mientras el programa especial de Victoria´s Sicret´s terminaba. El programa de chismes comenzó y Yessabell, Ezra, Ana y Philip, se levantaron, a recoger los platos y vasos para llevarlos a la cocina. Marisol y Bruno, se quedaron viendo el programa.
-Nos vemos al rato –Se despidió Ana de Yessabell.
-Claro, vayan con cuidado –Yessabell se despidió de ambos. Philip y Ana, tenían una reservación a las seis y media, en un restaurante, para cenar con los padres de Philip.
Ambos salieron de la casa y Yessabell y Ezra, se encargaron de lavar los platos. Justo cuando habían terminado y a unos pasos de subir a su habitación, Marisol llamó a Yessabell, desde la sala.
-¡Yessabell, ven rápido, tienes que ver esto! –Gritó desesperada y Yessabell corrió de inmediato al llamado de su amiga.
-Mira –Bruno estaba señalando a la pantalla y Yessabell se detuvo a ver.
-Y como les prometimos antes del corte comercial –Anunció la mujer del programa de chismes, una mujer robusta y morena, a lado de un hombre de unos cuarenta y tantos –Les tenemos la exclusiva, sobre la vida privada de la actual sensación del momento. Yessabell Lovato.
-Así es, señoras y señores –Agregó el conductor –La chica que ha sido alabada por ser una gran influencia en la vida de los jóvenes deportistas y lectores, es un fraude. Así como lo oyen –Asintió con pena –La chica dulce y tierna que todos creemos conocer, no es más que un fraude. Una persona con falta de valores y moral.
-Hace unas semanas, la escuchamos en un programa matutino, diciendo que era una persona que se guiaba por sus valores y moral –Interrumpió la conductora –Pero nos mintió. Ya que una fuente confiable nos ha revelado un gran oscuro secreto de la celebridad. Yessabell Lovato, es una chica fácil, que juega con los chicos y seguro que nadie sabía esto.
Yessabell abrió la boca y los ojos con sorpresa, no podía creer lo que estaba escuchando.
-La chica dulce, resulto ser una verdadera… mujer fácil –Continuó el conductor –Nos ha llegado la información, de que, mientras se tomaba un tiempo libre con su ex pareja, el joven Derek Sanders –En la pantalla, apareció una fotografía de Yessabell con Derek –Y a solo un día antes de volver con él, mantuvo un furtivo romance con su actual pareja Ezra Miller, quien en ese entonces era solo su guardaespaldas –Apareció una fotografía de Yessabell, con Erza junto a su camioneta, aún como su guardaespaldas.
-Yessabell Lovato, resulto ser toda una fichita y mientras nos juraba y perjuraba, que nunca haría nada con Victoria Sicret´s, este fin de semana la vimos desfilar en el especial de San Valentín, como un ángel más, aunque lo de ángel no le queda –Admitió la conductora riendo –Hemos sido engañados por esta joven, que se perfilaba como una gran influencia de modo positivo entre los jóvenes, pero ahora sabemos, que su brújula moral, no anda nada bien, tal vez por eso acepto participar en el desfile.
-Así es público, Yessabell Lovato nos engañó a todos –Aseguró el conductor –Así que ustedes juzguen, la seguirán o la ignoraran –Se hizo una pequeña pausa, mientras ambos conductores negaban con la cabeza –En fin, no todo es malo este día, en otras noticias, la joven modelo…
Ezra apagó la televisión y Yessabell aún en shock, se sentó lentamente en el sofá.
-Bruno, trae un vaso de agua, rápido –Pidió Marisol, colocándose de cuclillas a un lado de Yessabell –¿Estás Bien Yessabell? –Preguntó pero Yessabell tenía la mirada perdida en la alfombra ¿Quién habrá sido? ¿Quién dio esa información?
-Yessabell, mirame –Pidió Ezra, colocándose de rodillas frente a ella, tomó su rostro entre sus manos –Dime algo, por favor –Suplicó.
-Toma –Bruno le pasó el vaso de agua a Ezra y él lo acercó a los labios de Yessabell.
Ella dio un pequeño sorbo y de repente, reaccionando soltó un manotazo y empujó a Ezra y Marisol.
Solo hay una persona que pudo haber dicho algo.
Se levantó de golpe y a su paso, empujó a Bruno para salir de la sala.
-¡Yessabell! –Ezra aún en el suelo, le grito, pero ella no hizo caso.
Yessabell salió corriendo de la casa, pensando en el único lugar a donde podía ir. Corrió lo más rápido que pudo, así perdiendo el aire.
Unas cuantas palabras y su vida ya era todo un desastre.
Siguió corriendo calle arriba, con la furia y la ira creciendo cada vez más por su cuerpo. Cuando llegó a su destino, subió les escaleras rápidamente y tocó la puerta de manera frenética, sintiendo la sangre corriendo por sus venas y palpitando por todo su cuerpo.
-Yessabell, no te esperábamos –Le sonrió Samanta, en cuanto abrió la puerta.
-Lo siento, pero no es una visita social –Empujó la puerta para poder entrar, tomando a Samanta por sorpresa y corriendo escaleras arriba.
-¡Yessabell! –Exclamaron Felipe y Karen, cuando la encontraron en el segundo piso, pero ella los ignoro siguiendo su camino.
Llegó al tercer piso y encontró la puerta de la habitación de Derek, un poco abierta, por lo que no se molestó en tocar. Entró hecha una furia y lo encontró sentado en la orilla de su cama, él levantó la vista sonriente, ignorante de lo que sucedía, pero en cuanto vio el enojo en ella, su sonrisa se esfumo.
-¡Eres un maldito! –Grito Yessabell y se abalanzó sobre él, pegándole con los puños, haciendo uso de toda su fuerza -¡Eres un ser despreciable! –Siguió gritando con más furia.
-¡Yessabell, dejame explicarte! –Exclamó cubriéndose con los brazos y levantándose.
-¡NO! ¡No quiero escuchar nada que venga de ti! –Gritó empujándolo contra la pared -¡Te odio! ¡Te odio, como nunca odie a alguien! –Confesó sintiendo las lágrimas escocer sus ojos.
-¡Yessabell por favor! ¡Detente! –Pidió él intentando reprimir su llanto –Lo sé, lo vi, pero dejame… Pará bonita...
-¡Ya callate! –Le soltó una patada y dio un paso atrás, tomó la silla cerca del escritorio y la levantó –¡No me vuelvas a llamar así! ¡Eres un cobarde, poco hombre! ¡Maldito hijo de perra! –Arrojó la silla con furia, pero Derek se agachó a tiempo y solo recibió un golpe en el hombro, con una de las patas de la silla.
Yessabell aprovechó que estaba agachado y comienzo a soltarle patadas y golpes con los puños, arrinconándolo.
-¡Yessabell! –Escuchó la voz de Felipe y los pasos apresurados.
-¡Basta por favor! –Pidió Derek intentando calmarla.
La imagen de Casandra, llegó a la mente de Yessabell, recordando cuando la golpeo en el bachillerato, y cómo la dejo, eso solo hizo que ella sintiera más enojo. Derek arruinó su vida y su reputación.
-¡Te odio Derek Sanders! –Volvió a tomar la silla y se paró junto a Derek –Jamás debí confiar en ti –Declaró y esta vez las lágrimas corrieron sin piedad por sus mejillas –¡Arruinaste mi vida, imbécil! ¡Maldito hijo de…!
-¡Basta Yessabell! –Una voz familiar detrás de ella, le quitó la silla de las manos para arrojarla al suelo, jaló a Yessabell por la cintura y ella empiezo a luchar, para poder seguir golpeando a Derek, quien ya estaba en el suelo, llorando por Yessabell –Tú no eres así Yessabell, recuérdalo –Le susurró en el oído, pero ella siguió luchando, con menos fuerza.
Felipe y Karen por fin entraron al fondo de la habitación y ayudaron a Derek a ponerse de pie.
-¡Te odio Derek! ¡Te odio tanto! –Soltó unas patadas, pero Stephen la jaló hasta que llegaron a la puerta –¡Suéltame Stephen, se lo merece! –Grito entre lágrimas.
-Yessabell… perdoname –Pidió Derek limpiándose las lágrimas –No quería que esto pasará. Pero no fui yo. Fue Nora –Se pasó la mano por el hombro y sus ojos llorosos buscaron los de Yessabell –Te lo iba a decir antes de Navidad, que lo recordé, pero entonces…
-¡Eres un idiota Derek! –Peleó para salir del agarre de Stephen, pero fue inútil, era más fuerte que antes.
-¡Calmate por favor! –Pidió Stephen levantando un poco la voz, para atraer la atención de Yessabell.
-¡Yessabell! –Ezra llegó corriendo, con Samanta, Bruno y Marisol, detrás de él –¿Qué sucede? –Preguntó al ver a Stephen sosteniéndola y entonces se acercó con cuidado.
-Llévatela –Le pidió Stephen y Ezra la tomó en sus brazos, entonces Yessabell se deshizo un mar de llanto –Casi lo mata –Susurró a Ezra.
-Perdoname Ezra –Pidió Derek, dando un paso al frente –Nora dijo todo, después de que terminamos, ella pensó que terminé con ella por Yessabell y buscó venganza. Pero ya hable con alguien para que lo arregle.
-Detente Derek –Ezra abrazó fuerte a Yessabell, viendo como de mal le había ido a Derek –Solo alejate de nosotros, no vuelvas a buscar a Yessabell, nunca más por favor. Es lo único que te pido, ya no te queremos en nuestras vidas.
-Ezra, yo…
-¡Ya callate! –Grito Yessabell, contra el hombro de Ezra. Él dio un paso afuera y salieron de la habitación, Yessabell levantó la mirada, aferrándose con fuerza a Ezra, para no correr a golpear a Derek –Ojala nunca te hubiese conocido. Solo has venido a arruinar mi vida –Le dijo con desprecio –No quiero volver a verte Derek –Terminó agachando la cabeza y Ezra la llevó a la salida. Marisol y Bruno los siguieron.
-Eres un imbécil Sanders. No vuelvas a buscarla, o yo mismo me encargaré de terminar lo que ella empezó –Amenazó Stephen antes de abandonar la habitación.
Una vez afuera, Yessabell siguió perdida en llanto, no podía creer el giro que estaba dando su vida. Y no sabía si se trataba de las emociones encontradas o si su imaginación le estaba pasando una mala jugada, porque creía haber visto la imagen de la misma Nora en la acera de enfrente, observándolos a la distancia.
-Gracias Stephen, llegaste a tiempo –Agradeció Ezra sin soltar a Yessabell, quien tras un par de parpadeos, dejó de ver la imagen de Nora frente a ellos.
-Yo… solo vi el programa y… creo que sabía lo que ella haría –Contestó Stephen, con seriedad –Yo hubiese hecho lo mismo, pero no podía permitir que ella se manchara las manos –Admitió con pesadez.
-Gracias –Ezra no podía negar que había un lazo entre Stephen y Yessabell, que iba a ser difícil de romper.
Continúo su camino abrazando a Yessabell y después la cargo, ella se aferró a su cuello, cubriendo su rostro en el pecho de él.
Marisol los siguió y se despidió de Bruno, quien se fue con Stephen.
Una vez en casa, Ezra llevó a Yessabell a su habitación y Marisol le hizo un té de manzanilla para que se relajara. Ezra le preparó un baño de tina y prácticamente Yessabell se quedó dormida, después de tomar ambos.
Ezra llamó a Cáterin Bloom, la mujer que obtuvo una de las primeras entrevistas de Yessabell, para la revista “Jóvenes Talentos”, quien sabía, sería buena arreglando el desastre, ya que se trataba de una periodista y conductora, seria y respetable.
-¿Ezra Miller? –Preguntó Cáterin, en cuanto tomó la llamada.
-Sí, él habla –Contestó Ezra –Hola Cáterin.
-Hola, Ezra, me preguntaba cuando volvería a saber de ustedes –Apuntó Cáterin alegre.
-Bueno, supongo que ya te enteraste de lo que se está diciendo de Yessabell –Empezó Ezra sentándose a un lado de Yessabell, quien se veía más tranquila durmiendo.
-Sí, y lo siento mucho por ella, no sé a quién se le ocurrió comenzar con semejante rumor –Explicó Cáterin con sinceridad –Dime, ¿Qué puedo hacer por ti? –Preguntó con decisión.
-¿Quiero saber si podemos hacer algo para arreglar la situación? –Preguntó con preocupación –No sé a quién más acudir.
-Bueno, esa no es mi área, yo soy más de deportes, pero tengo varios contactos, podemos arreglar algo –Contestó dándole esperanzas a Ezra –Soy amiga de varios productores, puedo hablar con algunos, para que hagan más publicidad de la fundación que plantea levantar Yessabell y de los logros estudiantiles que ha tenido, como su novela y lo demás –Explicó tranquilamente, planteándose una estrategia.
-Eso sería increíble –Aseguró levantándose de la cama.
-Bueno, dame los detalles de la publicación de la novela y como fue todo el proceso, llamaré a mis amigos, para que mañana mismo, comiencen con todo –Cáterin se escuchaba entusiasta y feliz de ayudar.
-No sé cómo vamos a pagarte esto, pero lo aremos –Confirmó él con agradecimiento.
-Lo único que les pido, es una entrevista más, ahora que Yessabell es capitana y están por reclutar para los juegos olímpicos, seguramente ella irá y me gustaría tener la exclusiva –Pidió Cáterin con alegría.
-Por supuesto, ella estará encantada de dar la entrevista –Afirmó más optimista –Muchas gracias Cáterin, te debo una.
-No agradezcas Ezra. Ahora dame los detalles –Pidió Cáterin.
Media hora después, Cáterin tenía la información que necesitaba para comenzar a llamar a sus contactos. Ezra estaba más tranquilo, y dejó que Yessabell durmiera, hasta el día siguiente.
Ezra se levantó de mejor humor y bajó a prepararle un desayuno sorpresa a Yessabell, se encontró con Ana, Philip y Marisol en la cocina y les dio la buena noticia.
Después subió con una charola de madera, llevaba gelatina de frambuesa, un moka, un tazón con fruta picada, unas tostadas con crema de avellana y un vaso con jugo de manzana, recién hecho.
Cuando llegó a la habitación, Yessabell iba saliendo del baño, ya estaba arreglada, pero su mirada aún era triste.
-Te tengo una sorpresa –Anunció y le señaló la cama, para que volviera a acostarse, aunque ya estaba hecha, Yessabell se sentó con los pies extendidos y Ezra le pasó la charola.
-No creo estar de humor para sorpresas –Admitió con un tono de voz apenas audible.
-Tú solo hazme caso –Le dio una tierna sonrisa.
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