Capítulo 10 Noviazgo
La fiesta de Halloween llegó.
Ezra estaba en su habitación, poniéndose su disfraz. Un esmoquin negro impecable, una capa negra por fuera y roja por dentro, con un cuello que resaltaba en la parte de atrás. Philip le ayudó con el maquillaje, pues Ana le había enseñado cómo hacerlo. Peinó su
cabello de lado y estaba listo para la fiesta.
Mientras tanto, Yessabell, Ana, Marisol y Leo, estaban terminando de arreglarse en el carto de Yessabell.
Ana eligió un disfraz sencillo de Morticia, Marisol se disfrazó de una linda brujita y Yessabell de vampiresa.
Un pequeño vestido que le llegaba arriba de las rodillas, en tono negro, un corsé de corazón le acentuaba el busto y la cintura, la falda con volantes le daba un toque atrevido, una capa negra por fuera y vino por dentro, que llegaba hasta sus rodillas, cubría su espalda. Y el último toque, para verse como toda una vampiresa sexy, unos tacones de charol negros, con suelas rojas y un pequeño moño negro en la parte del tobillo, completando el look.
Leo las había peinado a todas, Yessabell llevaba un moño desordenado, con algunos mechones sueltos en tonos rojos, gracias a unas extensiones de color.
-¡Eres una diosa! –Exclamó Leo, fingiendo alabar a Yessabell, moviendo las manos arriba y abajo –Cariño, te ves exquisita, ese hombre te arrancará el disfraz con los dientes.
Las tres rieron de la emoción.
-Muchas gracias por venir a peinarnos Leo –Agradeció Yessabell sacando el talón de cheques de su cajón –Te daré un bono extra por haberte tomado la molestia de venir hasta acá.
-Amor, no tienes que hacerlo –Declaró Leo a su lado –Lo hice con gusto, lo que sea por mi diva favorita.
-Nosotras vamos a ver si los chicos están listos –Anunció Ana, saliendo con Marisol de la habitación.
-Toma –Yessabell le dio el cheque a Leo –Muchas gracias, hiciste un buen trabajo, solo por eso, te diré un secreto –Le hizo señas con el dedo, para que se acercará y Leo no lo dudo –Ezra y yo, ya somos novios –Susurró en secreto.
Leo se tapó la boca con las dos manos, para que su grito no se escuchará.
-Corazón, te lo dije, ese bizcocho, está cucú por ti –Aseguró Leo abrazándola –Pero dime una cosa ¿Por qué dijiste a todo mundo que solo eran amigos?
-Bueno, eso fue hace tiempo, apenas llevamos dos semanas saliendo –Explicó para ponerlo al día –Por lo que te pido, total discreción, ya veré yo, cuándo dar la noticia a los medios.
-Por mí no te preocupes nena, soy una tumba –Fingió cerrarse la boca con un cierre –Aunque la gente seguirá sospechando si siguen saliendo juntos a cualquier lugar –Advirtió.
-Bueno, eso sí, pero ya me las arreglaré, así que, menos charla y más acción, es hora de irnos a la fiesta –Ambos salieron de la habitación.
Ezra y Yessabell se recorrieron con la mirada, ambos completamente inundándose de la presencia del otro.
-Te ves bellísima –Declaró Ezra, acercándose a ella.
-Ezra, el negro siempre te quedara –Aseguró tomándolo de la mano.
-Son tan divinos –Declaró Leo, admirando a los novios –Bueno, yo los dejo, porque tengo una fiesta a la que asistir y voy tarde.
-Muchas gracias por haber venido Leo –Agradeció Yessabell mientras todos bajaban las escaleras, al primer piso –Ten por seguro que te llamaré cuando te necesite y espero que te diviertas.
-Nos vemos luego querida –Leo le dio un beso en cada mejilla a mientras Ezra abría la puerta, se dio la vuelta y salió de la casa, subió a su coche estacionado frente a la acera y se fue, lanzando besos a todos.
Todos salieron de la casa, Ana y Philip, llevaron a Marisol, Ezra viajó con Yessabell.
Aparcaron frente a la casa de Fanny y todos bajaron, esperaron para entrar juntos. La música sonaba a todo volumen, haciéndose audible desde afuera.
-Chicos, les recuerdo que Ezra y yo nos retiraremos antes, para que no nos busquen después –Recordó Yessabell, viendo a Ana, Philip, y Marisol de frente.
-No te preocupes Yessabell –Aseguró Ana sincera.
-Perdonanos tú a nosotros, por no querer ir –Agregó Philip.
-Sí, lamentamos no poderte acompañar a tu glamorosa fiesta de súper modelos –Añadió Marisol, sarcástica mente.
-Marisol, ya hablamos de esto –Intervino Ana –No mezclaremos las cosas, Yessabell fue invitada y nosotros simplemente queremos estar con los nuestros, piensa en Bruno.
-Ok, vamos a la fiesta –Marisol subió corriendo las escaleras.
-¿De qué iba eso de no mezclar? –Preguntó Yessabell, mientras subían las escaleras.
-No queremos que sientas la necesidad de llevarnos a todos lados Yessabell –Contestó Philip sonriente.
-Así es, somos tus amigos, pero eso no significa que tengas que llevarnos a dónde vas, eres una buena chica y te agradecemos por considerarnos –Agregó Ana completamente tranquila.
-Sí, pero no queremos mezclarnos en tus cosas, cada quien sus asuntos –Terminó Philip, abrazando a Ana.
-Sí, Yessabell y no te sientas culpable por lo que pensamos y sentimos, solo no queremos entrar a ese mundo de la fama –Ana le dio un beso en la mejilla y Yessabell le sonrío.
-Ok, pero seguiré invitándolos, aunque digan que no –Advirtió Yessabell, mientras entraban a la casa.
Fanny y Robert, enfundados en trajes de superheroes coordinados, estaban en la puerta, recibiendo a los invitados.
-¡Yessabell! –Exclamó Fanny en cuanto Yessabell entró, abrazándola fuerte, Ana y Philip entraron directamente, saludando con la mano.
-Hola Fanny, Robert –Se apartó de ella y le dio un beso en la mejilla a Robert -¿Recuerdan a Ezra? –Preguntó señalando a su lado, tomando a Ezra de la mano.
-Por supuesto –Contestó Robert saludándolo -Nos alegra que estés aquí, ¿Cómo estás hermano?
-Bien, gracias, encantado con esta hermosa señorita –Contestó Ezra, besando los nudillos de Yessabell.
-Oh, sí, estamos saliendo –Explicó Yessabell, al ver las expresiones de Fanny y Robert.
-¡Hay, que lindo! –Exclamó Fanny –Hacen muy bonita pareja –Se abrazó a Robert, quien se río.
-Sí, la verdad es que desde hace tiempo pensamos que terminarían
juntos –Admitió Robert –Pero no los entretenemos más, pasen –Señaló el pasillo que llevaba a la sala Yessabell y Ezra comenzaron a avanzar.
-Bruno te está esperando Yessabell –Dijo Fanny, antes de que se fueran.
-Ok, gracias –Les sonrío y de la mano de Ezra, entró a la sala.
El lugar estaba lleno de gente, algunas personas rondaban por el jardín, podían verlos a través de las puertas de cristal.
Yessabell comenzó a buscar a Bruno, caminando entre el mar de gente, con Ezra a su lado, mientras algunos la reconocían y la saludaban con entusiasmo.
-¡Yessabell! –Escuchó su nombre entre la multitud, pero muchas personas le hablaban a la vez, que era difícil distinguir de dónde provenía la voz.
Volteó a todos lados, hasta que la encontró, una hermosa melena purpura.
Caminó hasta Vera, quien la recibió con los brazos abiertos.
-Yessabell, querida, hace mucho que no te veo –Aseguró en cuanto la soltó –Claro, solo en las revistas.
-Lo siento Vera, han pasado tantas cosas, que apenas tengo tiempo para mí –Admitió Yessabell un poco avergonzada –Oh, él es mi novio, Ezra Miller –Dijo presentándolo a Vera, quien le dio un beso en la mejilla.
-Mucho gusto Ezra –Lo saludó Feliz –Ella es mi novia, Sierra –Presentó señalando a una pelirroja a su lado, disfrazada de una terrorífica blanca nieves, igual que Vera..
-Un gusto –Dijeron Yessabell y Ezra al mismo tiempo, extendiendo la mano, para saludar a Sierra
Vera y Sierra rieron
-Son tan lindos –Declaró Sierra, estrechando las manos de ambos –Dicen las mismas cosas, están tan conectados, que romántico.
-Oh, gracias –Dijo Yessabell, sintiendo el rubor en sus mejillas –Lamento que tengamos que irnos, pero necesito hablar con alguien –Se disculpó buscando a Bruno.
-No hay problema, solo quiero comentarte algo, antes de que te vayas –Pidió Vera, tomándola del brazo –Ahora venimos –La llevó a un rincón, donde nadie pudiera escucharla, dejando a Ezra con Sierra, hablando animadamente.
-¿Qué pasa? –Preguntó seria, por la expresión de pocos amigos de Vera -¿Algo está mal? –Insistió ante el silencio de Verá.
Vera levantó la mirada, para asegurarse que nadie las escuchaba y después regresó la mirada a Yessabell.
-Es sobre Derek, yo no sabía que habían terminado, hasta ahora, que te veo con ese chico.
-¿Qué pasa con Derek? –Preguntó desconcertada.
-Bueno, te digo esto, solo porque creí que ustedes seguían juntos, en fin. Sierra y yo lo vimos… besándose con otra chica –Explicó un poco avergonzada –Sierra y yo estábamos comprando la revista de literatura en el campus, después… los vimos en una banca, bajo un árbol… besándose… y tocándose… Yessabell, yo no quiero ser…
-No te preocupes Vera, Derek y yo terminamos en buen plan, sabíamos que algo así podría pasar –Intervino un poco nerviosa –Como sea, gracias por preocuparte por mí.
-De nada Yessabell, por cierto, tu disfraz esta increíble –Aseguró cambiando de tema.
-¿De verdad? –Preguntó viéndose de pies a cabeza.
-Sí, y si no mal recuerdo, es uno de los que usaste en la revista Yo Moda, para el especial de Halloween –Terminó Vera, con una enorme sonrisa.
-¿La leíste? –Preguntó sorprendida.
-Sí, te lo dije, Sierra y yo, somos tus grandes fans y ella está, realmente obsesionada con tu cabello –Confesó con una mueca de vergüenza.
-Oh, bueno, dile que el de ella también es hermoso, las pelirrojas están de moda –Aseguró y ambas rieron.
-Por fin te encuentro –Exclamó Bruno detrás de Yessabell.
-¡Bruno! –Lo abrazó y después se apartó para verlo mejor –Por dios, tanto tiempo sin verte. Oh, que grosera soy, ella es Vera –Presentó señalando a Vera.
-Mucho gusto Vera –Bruno le dio un beso en la mejilla y ella se lo devolvió.
-El gusto es mío Bruno –Vera volteó a ver a Yessabell –Los dejo para que hablen tranquilos. Nos vemos luego y tenemos que vernos más seguido –Le dio un beso en la mejilla a Yessabell y se fue.
-Ok, vamos a hablar, pero no aquí, hay mucho ruido –Bruno tomó a Yessabell del brazo, ella volteó a ver a Ezra, quien ahora estaba hablando con Andrew, le hizo una seña para informarle que tardaría un minuto y él asintió –No sabía que seguías necesitando guardaespaldas –Dijo llevándola, escaleras arriba.
-No, la verdad es que no. Ezra maneja mi agenda y además... estamos saliendo –Explicó orgullosa.
-¿En serio? –Bruno se paró en seco, en el pasillo del segundo piso, viendo a Yessabell con ojos de sorpresa.
-Sí, ¿Qué te sorprende? –Caminó hasta una ventana que daba al jardín y la abrió, permitiendo entrar a una brisa fresca.
-Nada, la verdad todo mundo especulaba sobre ustedes y la semana pasada los vimos en las revistas, los periódicos y programas de televisión, saliendo por aquí y por allá, tomados de la mano –Explicó con las manos en los bolsillos acercándose a ella.
-Como sea, ¿De qué querías hablar? –Preguntó recargándose en la ventana.
-Parada ahí, pareces una verdadera vampira –Confesó riendo, Yessabell sonrío y negó con la cabeza –Ok, lo que quería hablar contigo, es sobre Marisol. Ya sabes que estamos saliendo y eso, pero últimamente como que no estamos tan conectados como antes.
-¿Conectados? –Preguntó reprimiendo una risa –Bueno, tal vez sea la falta de una extensión para conectarse a la toma de corriente.
-Ha, ha –Se burló cruzándose de brazos –Sabes de lo que hablo, Yessabell, por favor, dime, ¿Qué hago? Para que las cosas vuelvan al camino, tú la conoces mejor que yo.
-Bruno no tienes que hacer grandes maravillas, aunque tal vez… -Se frotó la barbilla con dos dedos, pensativamente –Mira, Marisol es la chica que necesita grandes maravillas, es la chica que necesita algo llamativo, no sé, las cosas sencillas no le van, tal vez las salidas a fiestas, discotecas, parques recreativos, pero sobre todo –Lo miró a los ojos –Se tú mismo, es lo que mejor sabes hacer y es lo que más le gusta a Marisol, la honestidad.
Bruno bajó los brazos y le sonrió.
-No sé cómo no se me ocurrió antes, no sé qué haría sin ti. Eres una buena amiga, siempre lo fuiste conmigo.
-No tienes que decir nada Bruno, lo hago porque te aprecio, eres mi amigo –Se apartó de la ventana –Ahora si me disculpas, quiero volver con Ezra, apenas y hemos estado juntos.
-Claro, vamos –Le señaló el pasillo y Yessabell caminó.
Cuando llegó a las escaleras y comenzó a bajar, lo vio.
En un gran traje de Súper-man, Stephen, en todo su esplendor, hablando animadamente y riendo con un grupito de chicas disfrazadas de porristas, seguramente porristas reales.
Bajó las escaleras como en cámara lenta, mientras Stephen sonriente, levantaba la mirada y se encontraba con los ojos azules que más adoraba, ella no pudo evitar recordar los momentos que vivieron juntos e imaginarse que, de no haber perdido el contacto hace tiempo, ambos estarían disfrutando de la fiesta, como la hermosa pareja que eran, definitivamente el amor aún seguía presente entre los dos.
Ambos se miraron, mientras Yessabell terminaba de bajar y Stephen se dirigía a ella, con paso firme y una media sonrisa cautivadora.
Pero antes de que se acercaran lo suficiente, Ezra apareció frente a Yessabell, al pie de la escalera.
-Amor ¿Dónde habías estado? –Preguntó abrazándola.
-Hablando con algunos amigos –Se apartó y lo tomó de la mano –¿Quieres ir a la fiesta de Chantría? No te soltare en toda la noche.
Antes de que Ezra responderá, Stephen apareció detrás de él.
-Yessabell… que gusto…. verte… no sabía… no sabía que vendrías -Habló atropelladamente, mientras Ezra se volteaba y se colocaba junto a Yessabell, dejando claro que iban juntos.
-Sí, bueno… Fanny nos invitó, los chicos andan por aquí, pero nosotros ya nos vamos –Contestó lo más rápido que pudo, la presencia de Stephen aún la ponía nerviosa y no quería evidenciar sus sentimientos aún existentes por él, frente a su actual novio.
-Así es, tenemos otro compromiso –Agregó Ezra tomando la mano de Yessabell, sintiendo levemente como estaba poniéndose nerviosa.
-Que mal… pensé que podríamos hablar un poco, ponernos al día…
-No –Yessabell se acercó más a Ezra –Lo siento Stephen, pero ya no somos amigos, no tenemos nada de qué hablar. Ahora si nos disculpas, tenemos que irnos, se nos hace tarde –Explicó con firmeza y decisión, aunque realmente no era lo que quería hacer.
Ezra apretó la mano de Yessabell, ambos salieron de la sala, fueron directamente a la puerta, donde Fanny y Robert, estaba hablando con dos chicos, disfrazados de lobos.
-Lo sentimos chicos, pero debemos irnos, tenemos otro compromiso –Se disculpó Ezra, de la mano de Yessabell, mientras salían.
-Claro chicos, no se preocupen, nos hemos entretenido hablando con la gente aquí en la puerta, eso del noviazgo esta de moda –Explicó Fanny apenada, caminando con Robert hacia afuera, siguiendo a Ezra y Yessabell.
-Está bien, ya podremos vernos después y hablar tranquilamente –Aseguró Yessabell, le dio un beso en la mejilla a Fanny y otro a Robert –Nos vemos chicos.
-Hasta luego chicos –Los despidió Robert, abrazando a Fanny, viendo a Yessabell y Ezra subir a la camioneta.
Ezra en el asiento del conductor, poniendo en marcha la camioneta, mientras Yessabell, sonreía a sus amigos, a través del cristal.
Stephen apareció en el umbral de la puerta, detrás de Fanny y Robert, con una mirada triste y viendo directamente a Yessabell, lo que solo hizo que ella removiera esos dulces recuerdos, que con tanto amor guardaba en su memoria.
Una lagrima rodo por su mejilla, haciéndola recordar el último momento en que dejó a Stephen tras abandonarlo todo, ahora se volvía a repetir ante sus ojos, aunque esta vez la distancia era más real y una reconciliación aparente, se alejaba aún más.
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